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ArribaAbajoLuz

4ª semana de Octubre de 1898. Barcelona. Núm. 3


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ArribaAbajoArte nuevo

Las novedades de la semana, son las noticias de lo que se prepara para dentro breves días: los conciertos de Vincent d'Indy, organizados por la Sociedad filarmónica que dirige el Maestro Crickboom; el concierto de Malats; la representación de los «Conscients» en el Lírico y otra infinidad de proyectos cuya realización no es lo suficientemente segura, para ser mentada. Podríamos incluir el concurso de carteles abierto por la casa Raventós para el Champagne Codorniu, pero el anónimo de los envíos debe respetarse, y aun cuando hemos visto magníficos envíos de los artistas barceloneses, nos abstenemos de toda indiscreción que podría ser perjudicial, antes de la apertura de la Exposición que tendrá lugar en Madrid; sin embargo, consignamos con mucho gusto, la noticia de la Exposición en Barcelona, una vez cerrada la de Madrid; así quedará satisfecha la curiosidad del público y la de los artistas concurrentes que podrán discutir ó celebrar el fallo definitivo.

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Relieve para encuadernación, por A. de Riquer.

Y hé aquí un camino nuevo para la producción artística, que ha tomado rápidamente carta de naturaleza, gracias á la iniciativa algún tanto modesta del Ayuntamiento, sobrepujado por los industriales que han seguido el sistema. Sabemos que se están preparando las bases de dos concursos, ambos debidos á dos industriales barceloneses, y con esto si no adelanta gran cosa el Arte del país, cuando menos inicia al público indiferente en achaques de colores y dibujos, de los que se mantiene cuidadosamente apartado si para verlo debe hacer el menor esfuerzo; con el anuncio artístico, la belleza de la línea ó del color, salta materialmente á la vista, puesto que los ojos tropiezan con la obra, en las calles, cafés y demás sitios públicos en que vive suelta la masa, que al fin y al cabo alienta ó desanima las corrientes peculiares del Arte, en cada país.

Por ahora, esta masa, el gran público, ó mejor dicho, el público grande, ni alienta, ni desalienta; pero por esta misma inercia, va saturando lentamente, pero con gran seguridad, de todo aquello contra lo cual han trinado los corifeos del mal gusto y los que no tienen ninguno, que todavía son peores. -Nos referimos al naciente estilo moderno, completamente arraigado en Francia, Bélgica, Inglaterra, Alemania, Estados Unidos y Holanda, y como por ahora si no importamos la materia, compramos los primeros materiales en el extranjero, de ahí que Barcelona y el resto de España estén inundados de alfombras, pantallas, pañuelos, quinqués, cortinas, indianas, sedas, corbatas, papeles pintados y otros cien artículos, completamente fabricados según este nuevo gusto; mas tratándose de cosas abaratadas, que es lo único á que se puede aspirar en estos tiempos, este gusto es de segunda ó tercera mano y muy de pacotilla, gustando por lo tanto muchísimo á la respetable clase de los que van viviendo sin ninguna aspiración á la Belleza. Así, se dará el sabroso caso de un público repleto de cosas modernistas, que habrá ido recibiendo sin protesta, mientras habrá gritado sin cesar contra los ensayos serios que se hayan hecho, para reunir nuestro riachuelo, á la poderosa y tranquila corriente del Arte moderno.

No se trata al decir esto, de defender ninguna producción artística especial, no! los que por convencimiento producen algo, piensan y trabajan sin detenerse en los débiles obstáculos que sólo pueden levantar en contra suya, gentes evidentemente apartadas de toda idea artística y por lo tanto, sus gritos y alharacas son un estímulo que no resulta tan fuerte como debiera desearse, porque el que habla contra algo que el fondo le es indiferente, no puede prestar gran vigor á las sinrazones que el odio le sugiere contra los que hacen algo, este Algo que precisamente les está vedado. Por esto el resultado final de los concursos de carteles, es bueno para todos, porque la iniciativa de hombres aislados arrastra á la masa, á la cual no ha consultado nada al tomar la decisión. ¡Cuántos beneficios no alcanzaría el Arte de este país, si de los carteles se extendieran los concursos á todo cuanto necesita del Arte, la producción regional ó nacional, y aun mejor que estas dos manoseadas señoras, la modesta y aislada producción nacional.

A. L. DE BARÁN.



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ArribaAbajoAlejandro de Riquer por Fran.co de A. Soler

Honramos hoy nuestras páginas publicando el retrato del genial artista y notable literato D. Alejandro de Riquer.

No pretendemos escribir una larga biografía, pues no nos consideramos con fuerzas suficientes para ello; solo es nuestro intento trazar unas cortas líneas haciendo resaltar su personalidad artística y literaria, bastante conocida para que nos entretengamos en detalles.

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El público ilustrado, el público inteligente conoce á Riquer y le admira, porque vé en él uno de los primeros artistas españoles.

Hace muchos años que Alejandro de Riquer es conocido como dibujante. Es un artista inspiradísimo, un artista que siente lo que dibuja, que está tan identificado con el arte, que para él el arte lo es todo y este culto que al arte tributa, necesariamente debe de traslucirse en sus obras que resultan completas correctas, aparte de la exuberante inspiración que todas ellas respiran.

Hoy que el arte está tan viciado, que el mal gusto campea á sus anchas y lo invade todo en España, vemos en Cataluña una pléyade brillante de artistas que desinteresadamente están luchando para regenerarnos artísticamente.

Cataluña, forzoso es confesarlo y no nos mueve al hacerlo la pasión; Cataluña marcha á la vanguardia del movimiento artístico español y esto de puro sabido nadie se atreve ya á discutirlo, puesto que salvando contadas excepciones no encontramos un artista notable en el resto de España.

En vano se oponen los partidarios del obscurantismo en el arte, á este movimiento que se ha iniciado con gran fuerza; en vano ponen diques para contener esta revolución que ha de regenerarnos; todos los obstáculos, todos los escollos serán salvados por los que, entusiastas del arte moderno que tiende á romper moldes anticuados y rutinarismos ridículos, se han lanzado con ardor á la lucha segurísimos del triunfo, ya que tienen de su parte la razón, y la razón podrá ser discutida por los que obcecados no quieren verla; podrá ser atacada por los sistemáticos que nada discuten, pero la razón tarde ó temprano se impone y al imponerse es tan grande su triunfo que deja aniquilados para siempre á todos los que han luchado por obscurecerla.

Pues bien; Riquer pertenece al número de los que con sus trabajos han contribuido á poner el arte catalán á la brillante altura que hoy ocupa.

No desmayemos, luchemos sin descansar, luchemos con denuedo, con fe, con perseverancia, y Cataluña artísticamente ocupará muy pronto un lugar distinguido entre las naciones más adelantadas.

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Relieve para encuadernación, por A. de Riquer.

En el extranjero son muy conocidos los dibujos de nuestro biografiado. Las revistas ilustradas de arte moderno se disputan sus trabajos y el notable periódico Le petit bleu de Bélgica, se honra contándole entre sus más notables colaboradores.

Riquer no es sistemático, no sigue escuela determinada y por esto precisamente es un notable artista. Tiene arte propio y puede tenerlo, pues su inspiración es brillantísima.

Sus carteles artísticos son muy conocidos. Recordamos en este momento el que pintó para el Salón pedal de Madrid; el presentado en el concurso abierto por el propietario del Anís del mono y que obtuvo el segundo premio; el de la casa Orsola, Solà y C.ª; el anunciador de su obra Cuan jo era noy; y el que ha pintado últimamente para anuncio de su libro próximo á publicarse: Crisantemas.

Se ha dedicado también Riquer á un arte casi desconocido en España, pero que en el extranjero ha adquirido gran desarrollo. Nos referimos á los relieves artísticos y encuadernaciones de lujo y muchas de las obras editadas por la casa Montaner y Simón, ostentan hermosísimas encuadernaciones debidas á la inspiración de nuestro biografiado.

Hasta aquí Riquer como artista. Como literato son más recientes sus triunfos.

Cuando dió á la publicidad su preciosa obra Cuan jo era noy, dejó sorprendidos á todos sus admiradores.

Era Riquer conocido y admirado como artista, pero nadie imaginaba ni remotamente, que lograse ser admirado como literato.

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La publicación de este librito, le colocó literariamente á una altura envidiable.

Son tan naturales los cuadros que en él nos presenta, tan sentidos, ten llenos de vida, tan inspirados, que evocan en nuestra alma recuerdos, de un pasado que ya no puede volver, de un pasado de ilusiones y de esperanzas, de un pasado tranquilo, alegre, apacible.

Sus admiradores esperan con ansia una nueva producción literaria del celebrado autor. Podemos anunciarles que dentro de poco, á mediados del próximo Noviembre, se pondrán á la venta sus Crisantemas, colección de artículos literarios, que llamarán seguramente la atención por la corrección con que están trazados y por su inspiración brillantísima.

Gracias á su amabilidad, podemos ofrecer hoy á nuestros lectores las primicias de este nuevo libro, publicando uno de sus más hermosos cuadros.

Cuando hayan visto la luz pública las Crisantemas haremos un estudio detallado y una crítica amplia; así es que no nos detenemos ahora en hacerlo, pues creemos que dada su importancia, merece artículo aparte.

Con entusiasmo ha acogido nuestra publicación y nos ha prometido su concurso, y nosotros desde estas columnas hacemos constar nuestro agradecimiento, puesto que su colaboración y la de otros distinguidos artistas, ha de servirnos de mucho, ó mejor dicho, ha de servirnos de base para llevar á la práctica nuestro proyecto: la regeneración artística de España.




ArribaAbajoCrisantemas

Ha passat la primavera en son carro triomfal seguit de volades d'orenetes, d'aixams de papallones que han desertat la crissalida, sembrant á dojo armoníes y vida, perfums, orgías de colors, devassalls de poesía y ritmes de cascades; esperanses, ilusions, amors qu'esclatan.

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La poncella es fa flor, y la flor grana: los aucells en la verdissa's persegueixen, fan niu y portan la becada; los merlots entonan la canturia y'l russinyol conta sa pena á la estrellada nit.

Les falgueres se miren al fons del xaragall, les falzies tremolan espurnades per l'ayga, los albes espolsan son fullatge de plata, les ridalbes enllassen los pibets, les rosa-veres gronxen les abelles daurades.

Lo amor feconda'l pla com la montanya ab la eterna cansó que va dels llabis dret al cor pantejant que l'esperava, aixís com qui té sèt espera l'ayga fresca.

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Amorosas parellas se perden en la ombra dels pomerars florits; los infants se revolcan damunt de la herba tendra; y'ls cisnes blanchs, tot perseguintse, ratllan de plata la blavor de l'ayga.

L'estiu també ha passat, y la xardor del sol ha cremat l'herba tendra; pels camps se removían las espigues daurades, los volants les ajeyen per formar les gabelles y'ls bous ensopits les duyen cap á la era, hont lo batador les esgranava tocant les mules y despertant la calma ab son cant estirat que fa que semble que la calor es mes forta.

Lo caminant busca per entre'ls boscos la font ombrívola per apagar la sèt y endormiscarse sota la ombra frescal; en la pineda hi cantan les cigales; la forsa de la   —029→   llum alsa de terra tot un aixam d'espurnes movedisses que voleyan en l'aire, los rierals s'assecan, les flors se mustiguejan y la terra s'esberla xardorosa esperant la tronada y l'abundant devassall de torrenteras que apaguen lo baf de caliu.

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Ha passat la tardor tremolosa de fret portantsen al lluny les fulles seques, trepitjant les flors; los arbres despullats gronxean los nius deserts.

Ha passat, y xiulant en les canyes clama que vé'l hivern, regolfant en les fondalades profetisa la desolació aterradora, empeny la pluja que fueteja'ls marges solitaris, forma fangueres ahont s'ensotan los pelegrins de la vida, gronxa'ls xiprers en les desertes ruines, assota boscos y explanades, valls y montanyes.

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Avuy passa l'hivern com espectre devastador cavalcant son fantástich corcer voltat de boyres seguit dels llops que hudolen y dels xiscles dels corps.

Exten per tot arreu la espessa nuvolada, regna en la nit aterradora delitantse ab los sospirs del vent, ab los cruixits dels arbres que's queixen corsecats.

Les fonts son mudes, les rieres glaçades, lo bosch no entona la enamorada complanta; lo món es un desert de glaç y gebre, les branques nues s'aixecan cap al cel con brassos descarnats que demanan clemencia; lo viandant s'estimba y l'aucell emigra, quan no's mor.

La tempestat enruna les masíes, en lo ábside bisantí de la deserta iglesia entona'l de profundis, llensa del fossar la fullaraça humida y escombra'ls sitials encara verges hont s'ha d'obrir la terra.

Han passats primaveras, estíus y tardors malaltisses; toquèm al terme del fatigós viatge... ¡Espay blau, camps florits, nits estrellades, quin repòs nos espera! quins sòns de cítara y quins himnes dels ángels! quin llarch petó als fills que'ns han fugit! quin plaher infinit quan als peus del Senyor podrém aseurens al costat de la mare!

ALEXANDRE DE RIQUER.




ArribaAbajoBrindis


Volved, amigos, á llenar las copas,
abrid de nuevo los sedientos labios,
que nuevamente su licor los dioses
       vienen á darnos.
   Que nuevamente la infinita senda  5
se abre radiante á nuestro firme paso;
senda sin huellas, cuyo fin no vieron
       ojos humanos.
   Volved amigos, á llenar las copas
que la vendimia terminó en los campos;  10
ya se exprimieron los racimos, últimos
       dones de Baco.
   Ya, en el lugar del pensamiento, bullen
los nuevos mostos con ardor pausado;
el labrador de los cabellos grises  15
       calla, esperando.
   Todos aguardan la cosecha nueva,
la que nosotros preparando estamos:
¡venid, amigos! -Los lugares hierven,
llena un rumor de gestación los campos.  20

E. MARQUINA.



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ArribaAbajoCançons populars catalanes armonisades per Joan Gay

La Porqueirola


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   Camineu, cami[...] patges,
Camineu y jo tam[...]
Que'n sento una [...] d'angel
Que m'apart qu'es [...] mullé.
   Si'n te la espos[...]nica  5
Que no l'en gosa a[...]xé,
Que la encomani [...] mare
Que l'an cuidará b[...]é.
   Al dissapte ja l[...] va
Y al diumenge ja [...],  10
Y al dilluns a les [...]e hores
Unes crides varen [...]
   Tots els cavalle[...] comtes
A la guerra s'han [...]é;
També hi ha d'an[...]n Jaume  15
Don Jaume el cav[...]

NOTA: D'aqu[...] canço no s'han trovat complertes les [...] que hi falten: lo qu'hem pogut co[...]ovar, per troços agafats al vol, es que Don Jaume passá molts anys á la guerra y quant t [...] á la seva muller transformada en porqueirola.




ArribaAbajoEl mar habla... por Augusto Germain

Encontraba todas las mañanas, en los muelles, en la escollera ó en la descubierta playa un viejo marinero, ciego, el cual conservaba el aspecto de lobo marino, con su chaqueta azul, pantalones de tela, faja encarnada y la barretina de los catalanes.

Era un anciano de la costa, hijo y nieto de pescadores. Se había desarrollado en las hendiduras de las rocas como una anguila; su cuerpo, delgado y flexible, habíase bronceado lo mismo que su corazón, con las salinas y puros aires de las playas de Levante.

Su historia es la de siempre. Desde sus tiernos años, no vió más que el mar, creyendo que éste era el mundo y que todo lo desconocido, todo lo maravilloso, todo ideal se encontraba allí, en el infinito del horizonte. Solo oyó hablar del mar con ese lenguaje especial y familiar que no le nombra y que sin embargo siempre le designa. Por la noche muchas veces decían los viejos: «Todo el día ha dormido... ni un soplo! Ha sido preciso despertarle con los remos...» ó bien «Qué loco! saltaba y enroscábase como un gato!»

Una vez llamaron granuja al mar porque en un chubasco la lancha había perdido sus redes.

En una palabra, era el mar lo que se amaba y temía, era el alma de la casa.

Y por la tarde cuando los pescadores no llegaban á la hora de costumbre, iban las mujeres á la playa, inquietas, anhelantes, con desconfianza...

Un día le embarcaron para servir de grumete á su padre. No había cumplido los nueve años. Cuando la lancha se alejaba del puerto, la madre desde la escollera extendía los brazos hacia su pequeñuelo como para bautizarle; y cerca de ella, Nanón, la antigua criada, lentamente hacía el signo de la cruz.

*  *  *

Fué marino toda la vida. Adquirió en el mar un carácter dulce y noble, ardiente y resignado, valeroso á la par que prudente.

Después de pasados algunos años á bordo de la embarcación de su padre, se contrató como contramaestre en un laúd que efectuaba el cabotaje de los puertos argelinos. A su vuelta se encontró que su padre había muerto y á la familia desesperada.

Consoló á los suyos sin verter una lágrima, después manejó á su vez la caña del timón, para conservar el buen nombre y el bienestar del hogar.

Entonces dueño de su casa y de su lancha y padre de familia, vivió y envejeció   —031→   dulcemente, fiel á su pasado, seguro de su porvenir. Los pesares, las desgracias, no perturbaron su espíritu, sino para volverle, cual el mar, más sereno después de la tormenta.

Pero cuando su esposa murió, el viejo pescador en su inquietud, no sabiendo cuál de las dos le poseía más, permaneció varios días sin hacerse á la mar, en reverencia á la difunta y con el fin de que ésta no estuviese celosa en la tumba...

Una mañana en alta mar, combatida la barca furiosamente por las olas, perdió el timón. Estalla una borrasca terrible; el viento silbaba en las jarcias; los relámpagos descubrían el horizonte parecido á un abismo y en el momento en que el pescador, de pie en el banco de mesana, procuraba arriar la vela, cayó herido por un rayo... con los ojos perdidos.

Por la tarde uno marineros llevaron á puerto la lancha desarbolada y trasladaron á su casa al pobre anciano pescador, ciego para siempre en una lucha con el mar.

SONGS OF LOVE AND DEATH

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Dibujo por W. B. Macdongall.

*  *  *

Ahora pasa los días delante este mar que no puede ver, pero que siente. En los muelles   —032→   por los que camina sin bastón, con los brazos caídos, se le ha conservado por deferencia el título de patrón; y cuando á la caída de la tarde viene á esperar su lancha, dirigida por su hijo desde aquel aciago día, algún joven marinero le sale al encuentro, diciéndole:

-Dios os guarde, patrón Vicente.

-¿Qué tal, hijo?

-¿Pondremos mañana el trinquete?

Calcula la dirección del viento con la mano; reflexiona y recuerda y su consejo es siempre el más acertado.

Cuando su lancha ha llegado y desembarcado la pesca, introduce sus brazos en los cestos para calcular si la presa ha sido buena; discute muchas veces con su hijo y le indica según el tiempo y la estación, los mejores parajes de pesca.

-¡Ah! -me dice con frecuencia- mi hijo es de buena cepa y el mar le obedece... pero me lo robará. El mar es una niña hermosa; ama á los jóvenes, á los valientes, á los que intentan dominarle y sus dulces caricias se convierten muchas veces en caricias de muerte.

Cada vez que así decía con temblorosa voz murmuraba:

-¡Bellos jóvenes, arrogantes marineros! es á la pérfida la que amais. Lo sé yo que muero de tristeza lejos de élla, y cuando fallezca mi sepultura estará en la tierra; el mar no llevará mi cuerpo al infinito donde se hallan los de mis padres...

*  *  *

L'IMPLORATION

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Dibujo, por Bellery-Desfontaines.

Todos los días le encontraba caminando con dificultad, como si sus piés acostumbrados al vaivén de la lancha, estuvieran atados.

Se sentaba en los bloques de piedra de la escollera, frente al mar y sus apagados ojos miraban al horizonte.

El mar hablaba...

En los días de calma el mar hablaba de juventud y amor, evocaba los paseos de la costa, las hermosas niñas bañándose con el pecho desnudo estremeciéndose con las caricias del agua; de las largas mañanas de pesca en el golfo en que bordeaba la lancha, extendiendo las redes, la vela chasqueando, sin encontrar la menor brisa, el timón flotando en el agua...

Cuando el temporal arreciaba, cuando las olas escalaban la escollera, persiguiéndose y precipitándose impelidas por el viento que las elevaba cual polvareda, el mar espumoso de coraje, apasionado, furioso, el mar hablaba de los días de tormenta y de horror, de gigantes olas que hacen naufragar, de torbellinos que arrastran al abismo, de luchas magníficas y sublimes!...

Una tarde estaba el viejo marinero allí, las manos en las rodillas, en la boca la pipa apoyada; fuí á sentarme á su lado.

-Salud, patrón Vicente.

Volvió hacia mí sus ojos sin vida, y vi lágrimas en sus mejillas... Lentamente extendió el brazo como para rogarme que no le interrumpiera.

-Calla, hijo. -me dijo- Calla... ¡me habla!

El célebre compositor francés Vicente D'Indy, dará cuatro conciertos en el teatro Lírico los días 6, 9, 11 y 13 del próximo Noviembre. No tenemos noticia de los programas, que quisiéramos dar á conocer á nuestros lectores, pero estamos seguros que serán escogidísimos. En los próximos números nos ocuparemos extensamente de estas fiestas artísticas que han de contribuir considerablemente á la cultura que poco á poco se va iniciando.

También en el próximo número nos ocuparemos del Concierto Malats que está anunciado para el día 30 del corriente. Promete ser también una importante manifestación artística que honrará el movimiento musical de Cataluña.

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ArribaAbajoIdolatria por José M.ª Blanca

I

Allí había vivido siempre en la cumbre de aquella montaña.

A su padre no lo veía más que muy de tarde en tarde; á su madre no la conocía.

Las nieblas se deslizaban á sus piés separándola del resto de la tierra; un día las nieblas se abrieron y ella miró hacia abajo, y al ver el mundo tan pequeño apartó su vista para fijarla en el cielo.

Y allí vió una luz intensa que le hizo daño.

Era el Sol.

Lo encontró muy grande, muy grande, y desde entonces sus pensamientos se elevaron puros, sencillos hacia él, y le adoró como lo más grande del universo.

No se habían cuidado de hablarle de Dios y no le conocía.

Cuando vió el Sol hizo de él su Dios.

Hizo de su amor al Sol una religión.

Para ella el Sol lo era todo. Era la luz que nos da la vida, era el centro de la filosofía natural, era el que marcaba el tiempo.

II

Un día pasó un cazador y le pidió que le enseñase el amino y ella quedó alucinada.

Había visto brillar en los dedos de él un Sol pequeño tan brillante como el Sol grande.

Por esto se arrodilló y temblando le adoraba.

El la hizo explicar su temor, y al comprenderlo se extrañó y quiso estudiarlo, porque era un sabio, un filósofo.

Era muy rico y se la llevó a la ciudad. Quería fomentar aquella Idolatría y la encerró en una torre, con su jardín, desde donde adoraba al Sol, y la llenó de aquellos brillantes que ella vió un día brillar en los dedos del señor.

Y así pasó el tiempo. Luego... la niña creció y fué mujer, y se hizo hermosa, muy hermosa, tanto que el señor se enamoró de ella y ella logró amarle, pero como á un sér espiritual.

El señor no se contentó con el espíritu y deshizo el encanto.

Y después del letargo del Alma vino la pasión, pero una pasión como todas las que tardan, como un torrente de fuego, que llegó á consumir al señor y á volverle imbécil, loco. Pero ella le seguía amando y eran felices.

El enfermó, quiso hacer testamento y lo hizo á su favor.

Y murió.

Sus parientes hicieron declarar nulo el testamento por no haber sido hecho en completo uso de razón y se apropiaron de todo lo del difunto. Hasta de los soles pequeños de ella.

Y la pusieron en medio de la calle. Sola, sin recuerdos, sin ilusiones, sin saber nada.

Tenía 28 años, era guapa, muy guapa y vagaba sola por aquellas calles de la ciudad donde no se veía nunca el Sol, su único compañero, el que la hubiera consolado.

Algunos hombres la decían cosas que ella no entendía.

Vino la noche; un hombre se le acercó y la miró con unos ojos grandes, con unos ojos que á ella le parecían dos soles.

Le alargó la mano, que ella cogió y se la llevó allá, lejos...

Después...




ArribaAbajoNuevas

Ponemos en conocimiento de nuestros lectores que todos los trabajos que publica este periódico han sido hechos ex profeso para el mismo, ó bien el autor nos ha autorizado para reproducirlos. Los artículos de autores extranjeros son también traducidos expresamente para Lvz.

En el número próximo publicaremos un artículo del distinguido escritor francés director del popular diario «Gil Blas» René de Mazeroy, titulado «Los anunciadores.»

Hemos aumentado nuestra lista de colaboración con las firmas de los señores Nonell, Canals y Abad. De los primeros de estos señores publicaremos trabajos en uno de los números próximos.



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ArribaAbajoEls conscients drama de Ignacio Iglesias

El ilustrado autor de Fructidor no necesita de elogios. Pocos años hace que escribió su primera obra, y ha logrado en poco tiempo colocarse á una envidiable altura.

Quisiéramos hacer una crítica detallada del nuevo drama de Iglesias, pero hoy disponemos de reducido espacio; vamos por lo tanto á limitarnos á dar una ligera idea del mismo, sin perjuicio de dedicar otro día más espacio al distinguido dramaturgo catalán.

Iglesias y Gual han intentado fijar nuevos derroteros al teatro.

Fructidor, Els primers frets del primero y el Silenci del segundo son buena prueba de lo que decimos.

El drama de Iglesias en una concepción elevadísima (quizás demasiado); tiende á romper convencionalismos, aunque á decir verdad, la moral no queda en situación muy airosa.

Es casi inverosímil el final de la obra.

Nos presenta al protagonista olvidando hasta su honra ultrajada, con tal que la mujer á quien adora sea feliz.

Encierra el drama pensamientos sublimes; es de un corte completamente nuevo y tiende con sus ideas modernas y atrevidas á abrir nuevos caminos al arte dramático.

De la ejecución... no hablemos.




ArribaAbajoLa inspiracion por Luis Altada

La ví, la ví un momento, un momento tan solo. Pálida, sonriente, pero triste y melancólica. Sus cabellos eran rubios y su tez blanca; sus ojos azules me miraban dulcemente.

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Cartel por A. de Riquer.

La ví y la sentí, la sentí que se acercaba y mi corazón palpitó de amor y de ternura.

Extasiado la contemplaba y no la perdía de vista un momento. Esperaba que se acercara más, que llegara hasta mi lado para cogerla fuerte, muy fuerte y no soltarla.

Y, ella caminaba, caminaba poco á poco sonriendo siempre y mirándome con dulzura.

-Ven, ven á mí -le dije;- ven, que mis brazos te aguardan. Acércate; deja que te estreche sobre mi corazón; deja que te aprisione en un abrazo para no soltarte jamás.

Ven, ven, hada vaporosa y celestial, ven á mí que te necesito; ven á iluminarme con tus sublimes destellos; ven y me harás inmortal.

Y, se acercó, se acercó y creí verla junto á mí; creí que á mi lado ya se encontraba, y cerrando los ojos de placer y de emoción abrí los brazos para cogerla y estrecharla en ellos... pero ¡ay de mí!... mis brazos nada encontraron, nada aprisionaron, se movieron en el vacío y aterrado abrí los ojos y quedé desconsolado...

Ya no la veía... había huido para siempre.




ArribaAbajoFlors marçides


Me van dar dues floretes
que les porto sobre'l cor;
sas fulles ja ne son seques
y encare tenen color.
Lo color de les floretes  5
n'es color d'anyorament,
l'olor qu'elles despeixen
es olor de sentiment;
per'xó quan jo les oloro
peno y ploro,  10
ploro y sento migrament.
Dintre d'un escapulari
les porto sobre del cor,
les porto sobre del cor
puig sens elles se m'anyora  15
y cada batec que dona
casi be vol arribar-hi
per endur-sen son olor.
   L'altre die les buscaba
prop mon cor que bategaba  20
y vaig arrencá en un plor...
vaig mirá l'escapulari
y les flors qu'hi vaig guardar-hi
van fuger...; ¡qui sab ahont!
............................................  25
Cuan s'acosti l'hinvernada
y les flors torçin el coll
y s'en valgi l'aucellada
y no surti mai el Sol;
les flors que perdudes ploro  30
y que sens tenirles moro,
busqueules dins de mon cor...
   ¡ja seré mort!

JOSEP M.ª ROVIRALTA.



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ArribaAbajoApuntes histórico-musicales

Si algún arte existe que haya ofrecido campo abierto á las investigaciones de los didácticos, es sin duda la Música; y no obstante: los que aquí practican y sacan provecho, ya moral ya material de ella, se preocupan poco, casi nada, de los ímprobos trabajos investigatorios efectuados por la pluma de tantos y tantos hombres de talento.

Nuestros músicos (no hay regla sin excepción) están poseídos de una idiosincrasia que no conduce á nada. No hay uno solo de ellos que alguna vez no haya lanzado cien mil diatribas contra el público que asiste á los conciertos cuando quiere y le viene bien; no cuando debe. Sin embargo, ¿quién tiene la culpa de todo esto? ¿El público ó los artistas?; á mi entender, los artistas.

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Dibujo por Eleanor F. Brickdall

Existe la preocupación de que el artista debe amoldarse á las exigencias del público. No diría que no, si tuviese la convicción de que el nuestro ha recibido una educación artística, sólida y completa; pero si nuestro público está á oscuras todavía en todo lo concerniente á música, (casi estoy por decir en todo lo concerniente á arte) ¿es justo que el artista que lleva ocho, diez, doce ó más años de estudios doblegue su conciencia cambiando de estilo y escuela para satisfacer caprichos de público rutinario y adocenado por excelencia? Creo que no. Ahora bien ¿por qué nuestros artistas censuran al público que asiste á sus audiciones, si ellos son la causa primordial de su ignorancia? ¿A quién sino á ellos cabe la absoluta obligación de educarle? Pero desgraciadamente no pueden dar una completa educación artística quienes tienen algo descuidada la suya.

La mayoría de estos dactiloacróbatas (vulgo, pianistas, violinistas, etc.) que nos asombran con sus milagrosos saltos, velocísimas escalas y efectos maquinisto-pedalescos unos; y de cuerdas ó llaves otros; desconocen casi enteramente la arte histórica de la tecnología de su arte.

Pues bien, los que comprendemos, conocemos y tocamos las consecuencias naturales de tan terrible y contagiosa enfermedad, debemos por todos los medios posibles combatirla y aniquilarla. Debemos acabar con este indiferentismo antes de que el público haga con nosotros lo que nosotros hacemos con nuestro arte. Unos teórica y otros prácticamente, debemos educar al público que más tarde nos ha de juzgar, á fin de que éste comprenda y aplauda ó silbe nuestra labor.

Al abrigo de esta idea empiezo hoy estos apuntes. No pretendo en ellos predicar doctrina nueva alguna, pues á este fin los titulo «históricos». En historia caben almacenes, no fábricas.

Tampoco pretendo buscar ni demostrar el origen de la Música, pues teniendo por principio la práctica de una facultad natural, inútilmente lo buscaríamos; pero si deseo dar á conocer (ó repetir quizás) algunos detalles curiosos de la tecnológica musical.

Si logro que el lector aproveche de estos apuntes un solo renglón, habré logrado uno de mis mayores deseos.

I

Las más antiguas tradiciones nos dicen que la música vocal precedió á la instrumental.

No obstante créese que en tiempo de Júbal había ya instrumentos de cuerda, de viento y sin duda de percusión, por ser éstos producto de un sentimiento instintivo y natural en el hombre.

El primer hecho que dió pie á la invención de los instrumentos de cuerda, fué el haber encontrado Hermes una tortuga disecada, cuyos cartílagos, tendentes, producían sonidos.

N. I. N.

(Continuará).

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