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Federico Balart, poeta y crítico literario (Priego, 183 - Madrid, 1901) fue nombrado socio de número de la R. A. E. precisamente en 1891.



 

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Heredero del marquesado de la Paniega, hijo de su hermanastro José Freuller, primogénito del primer matrimonio de su madre con el brigadier suizo Santiago Freuller.



 

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Militar y literato (1833-1897), gran amigo de Valera y colaborador, con él, en las principales revistas de Madrid. Asistió, asiduamente, a las tertulias sabatinas de don Juan hasta su muerte.



 

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Antonio Sánchez Moguel, literato e historiador de gran prestigio (Medina Sidonia, 1838 - Madrid, 1913), que se dedicó, con notable éxito, a los estudios filológicos. Su ensayo Las cualidades que distinguen el lenguaje de Santa Teresa gozó de gran popularidad entre los intelectuales de su época al ser premiado por la R. A. E.



 

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Juan de la Pezuela y Ceballos, primer Conde de Cheste (Lima, 1809 - Madrid, 1906), fue director de la Academia Española desde 1875 hasta su muerte.



 

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Juan Gualberto López Valdemoro de Quesada, amigo y contertulio habitual de Valera, que se distinguió como literato y bibliófilo. Publicó, en colaboración con Campillo, el doctor Thebusem y don Juan, Cuentos y chascarrillos andaluces.



 

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Emilio Pérez Ferrari (1853-1907), poeta vallisoletano, que frecuentó asiduamente la tertulia de Valera.



 

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Se refiere a la familia de su hermana Ramona, casada con Alonso Mesía de la Cerda, marqués de Caicedo, del que tuvo varios hijos.



 

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Esta carta, sin duda anterior a 1867, año en que falleció su hermana Ramona, la situamos en 1864. En agosto de 1865 y 1866 Valera permaneció en Franckfort. La epidemia de tercianas a la que se refiere el autor en esta carta podría ser la mencionada en otra dirigida a Laverde, también desde Doña Mencía, donde permaneció el verano de 1864. El 25 de julio escribe: «Todos ellos han estado en Adra [su madre, su hermana Ramona y su familia] en un ingenio que allí tienen, de donde han vuelto en su gran mayoría con tercianas» (J. Valera, 151 cartas inéditas..., op. cit., p. 96).



 

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Las alusiones a Carmen Valera no son abundantes en los epistolarios conocidos. Tenemos noticia de la existencia de un interesante epistolario entre don Juan y su hija que esperamos ver pronto publicado, ya que, con ello, se llenaría una importante laguna en el conocimiento de las relaciones familiares del novelista. De la enfermedad que se menciona en esta carta no encontramos referencia entre los años 1873 y 1886. Algunos datos sobre el estado de su salud aparecen en las Cartas íntimas publicadas por Carlos Sáenz de Tejada Benvenuti (Juan Valera, Cartas íntimas, Madrid, Taurus, 1974). Concretamente en una carta emitida desde Lisboa, con fecha dudosa de 17 de febrero de 1881, Valera escribe a su hermana Sofía que Carmen «sigue» con calenturas. Sin embargo, quisiéramos precisar, respetando la atribución cronológica de doña Matilde Galera Sánchez en el «Epistolario inédito de don Juan Valera a don Francisco Moreno» incluido en Juan Valera, político, Córdoba, 1983, que en febrero de 1881, don Juan no se encontraba en Lisboa sino en Madrid, a donde había regresado de Biarritz y Pau el 28 de enero (carta desde Madrid de 29 de enero de 1881, op. cit., p. 596) y que no es nombrado ministro plenipotenciario en Lisboa hasta el 21 de febrero del mismo año, tomando posesión de su cargo el 24 de marzo de 1881. El 1 de abril, escribe desde la capital portuguesa a Sofía: «Mi mujer y los chicos menores siguen en Madrid, pero yo espero que se hallen aquí para el 10 del próximo abril» (Cartas íntimas, op. cit., p. 133) y un día más tarde escribe a Dolores Delavat dándole instrucciones para el traslado de la familia; por tanto, la carta de 17 de febrero, situada por Sáenz de Tejada en 1881, debe ser situada un año más tarde, junto con las de 19 y 22 de enero, también erróneamente fechadas. En enero de 1882, Alfonso XII visitó Lisboa; a la visita regia se refieren las cartas mencionadas. Trasladada la carta de 17 de febrero a este nuevo contexto, las calenturas, que inicialmente nos pudieron hacer pensar en la difteria, estarían relacionadas con el tifus, que, en 1882, padeció Carmen Valera Delavat.



 
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