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Sergio Rivera es un ejecutivo de una S.A. que ve demorado su viaje aéreo una y otra vez. Lo anormal del caso llega a ser asumido como normal y tal hecho hace que asistamos a una pérdida paulatina de la noción del tiempo, del recuerdo de nombres... La aparición del hijo de Rivera, ya adulto, nos informa de la muerte de Sergio en un accidente de aviación.
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En pleno dolor de un viudo se presenta un antiguo amigo de la esposa difunta quien relatará una historia de amores no y sí correspondidos que dará nueva luz a la figura de la fallecida.
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En el relato se nos va describiendo minuciosamente la habitación de un joven e incluso a él mismo. Aparece una carta rasgada en dos. Los trozos por separado tienen un sentido muy distinto del que ofrecen cuando se unen, que no es otro que el de anunciarnos la ruptura del muchacho con su novia por su homosexualidad.
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Es más que posible que Mario Benedetti esté sintiendo sus diversas obras con una mayor unidad de lo que a primera vista pueda parecer. Recuérdese al respecto cómo en el relato «Todos los días son domingo» el protagonista cree por momentos asistir al entierro de Edmundo Budiño.
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Pienso que es bastante revelador del tratamiento que Mario Benedetti da a la realidad el exergo de T. S. Eliot que el uruguayo puso a Esta mañana, nada más y nada menos que su primera obra en prosa: «Go, go, go, said the bird: human kind cannot bear very much reality».
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Onetti, Juan Carlos, El astillero, Biblioteca básica Salvat, 1970.
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Peri Rossi, Cristina, «Literatura uruguaya contemporánea», en Literatura y Sociedad en América Latina, Salamanca, Edit. San Esteban, 1981.
138
Peri Rossi, Cristina, op. cit.
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Benedetti, Mario, «Subdesarrollo y letras de osadía».
140
Benedetti, Mario, op. cit.