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1

En agosto de 1888 escribe a Laverde sobre su Historia de las ideas estéticas, «Tengo, escrito todo lo concerniente a Inglaterra, y la parte relativa á los tratados y estudios generales de Estética que se han publicado en Francia, pero me falta un capítulo que podrá ser muy interesante sobre la evolución de las ideas literarias entre nuestros vecinos, y otro sobre la Estética italiana que no será largo, puesto que apenas ofrece más obras notables que la de Gioberti y algunos opúsculos de Manzoni» (Cito por Epistolario (1982-1991); aquí vol. 9, carta 311, en adelante E 9-311).

 

2

Véase el panorama que ofrece R. Palmieri (1944) y el catálogo de M. N. Muñiz (2003). En carta de 28 de mayo de 1886 a J. L. Estelrich, a propósito de la Antología que este prepara, señala Menéndez Pelayo: «Mi traducción de Los Sepulcros debes ponerla tal como está en el tomo Odas, Epístolas y Tragedias, donde la corregí mucho [...] Yo traduje y publiqué hace bastante tiempo en un periódico la Palinodia de Leopardi. No salió a mi gusto, y por eso no la he incluido en ninguna de mis colecciones, pero si la encuentro y la arreglo un poco, también te la mandaré» (E 7-529). Más adelante, en noviembre de 1887, añade que él mismo ha hecho una adaptación de los cuatro sonetos de Judas, de Monti, que «se imprimieron, pero no los encuentro. Pon los de Zorrilla» (E 9-9).

 

3

Así se expresa en la carta a don Carmelo de Echegaray en junio de 1890 (10-470). De los críticos que han subrayado la atención que presta Menéndez Pelayo a Manzoni destaco F. Meregalli (1977), G. C. Rossi (1978) y M. N. Muñiz (1986).

 

4

«Marcelino Menéndez Pelayo (Cartas a un estudiante)», Solos Madrid, F. Fe, 1891: 32. Se publica primero en La Unión, 3 junio, 1879, 228: 1-2.

 

5

Para este aspecto vid. M. Gasparini (1948), quien argumenta, además, la simpatía con que Menéndez Pelayo juzgó repetidamente a Manzoni en su actividad académica pública.

 

6

De hecho, en 1882 Laverde envía a Marcelino una nueva traducción de la oda aparecida en la Resista de Asturias «no conocida por Llausás» (E 5-305).

 

7

Se trata de la Antología de poetas líricos italianos traducidos en verso castellano (1200-1889), Palma de Mallorca, Escuela Tipográfica Provincial, 1889. Vid. al respecto M. N. Muñiz Muñiz (1996).

 

8

En la respuesta de Menéndez Pelayo a la carta que Penson le envía desde Santo Domingo en octubre de 1893, leemos: «Muchas son las traducciones castellanas de esta pieza clásica. En la excelente Antología de poetas líricos italianos traducidos en verso castellano, dada a luz en Palma de Mallorca, 1889, por mi amigo Juan Luis Estelrich, se enumeran hasta trece traducciones castellanas de esta pieza, es a saber: las de Rodríguez Rubí, Cañete, Heriberto García de Quevedo, las dos de Hartzenbusch, Martí y Folguera, Llausás, Risel, Matta, Micaela de Silva, Suarez Cantón, Navarro Villoslada, José Joaquín Pesado, y puede añadirse la de Ramón de Palma, poeta cubano, con la cual resultan catorce. Vd. añade otras tres [Pietri, Mata, Perellano] y seguramente habrá más [la del propio Penson]. La misma abundancia de ellas prueba el interés de la empresa, y la dificultad del intento» (enero 1894, E 12-509). Para un completo catálogo de las traducciones españolas de Manzoni en el siglo XIX véase A. Camps (2002) y M. N. Muñiz (2003).

 

9

En septiembre de 1887 Menéndez Pelayo dará noticia de esta traducción a Estelrich, para su antología (E 8-514).

 

10

Recoge este juicio en la introducción a Ensayos Religiosos. Políticos y Literarios de J. M. Quadrado (1893), que reimprime en «Quadrado y sus obras» dentro de los Estudios y discursos de crítica histórica y literaria (en adelante ED), V, 229.