Mexicana
Canto I
En el cual se declara el grave sentimiento que el príncipe
de las tinieblas hace, sabido que Cortés se embarca
para el descubrimiento y conquista de la Nueva España,
y cómo parte a la casa de Neptuno, procurando impedir
la navegación con su ruina y muerte.
Canto II
Engolfada la flota entre Cuba y Yucatán, se levanta
una asperísima tormenta que la desbarata y arroja
a varias partes, en la cual milagrosamente es socorrida por
el Angel S. Miguel. Toman tierra los españoles en
la isla de Acuzamil [Cozumel], cuyos ánimos exhorta
Cortés para la intentada conquista.
Canto III
Desamparan los isleños de Acuzamil [Cozumel] lo
poblado, temerosos de la nueva gente y armada, a los cuales
apacigua Cortés y hace volver a sus casas. Derriba
los ídolos, poniendo en su lugar el árbol de
nuestra Redención. Viénese a los españoles
Jerónimo de Aguilar y cuenta a Tapia y sus compañeros
su largo y trabajoso cautiverio.
Canto IV
Prosigue Aguilar su agradable historia, donde declara
el asiento de la ciudad de Méjico y costumbres del
nuevo mundo [y] el poder y grandeza del rey Moctezuma. Pide
a los españoles le digan las caucas de su venida y
con qué fines, a lo cual Tapia satisface. Parte la
armada de aquella isla, tomando la derrota de Catoche, primera
punta de Yucatán.
Canto V
Halla Cortés el navío que había
perdido en la borrasca pasada. Prosigue Neptuno en impedirle
el paso para la Nueva España. Pónele el Ángel
con su armada en salvo, a la boca del río Tabasco,
dándole tierra firme, en la cual se le ofrece en hábito
de mancebo cazador, y le informa de la tierra y gente. Cuéntale
asimismo la sangrienta batalla y retirada del capitán
Francisco Fernández de Córdoba. Ofrécesele
el príncipe de las tinieblas al cacique Tabasco en
sueños, instruyéndole en lo que debe hacer
para ruina de los españoles.
Canto VI
Previenese el cacique Tabasco con su gente para defender
la entrada a los españoles; en la ciudad de Potonchan
[Champotón], la cual fortifica no poco ufano y alentado
de un infernal y monstruoso prodigio. Traza Cortés
de darle el asalto después de muchas demandas y respuestas
con los naturales.
Canto VII
Asalta Cortés por agua la ciudad de Potonchan [Champotón],
donde halla animosa resistencia y se señala el valeroso
Tlaxco. Sale el cacique Tabasco de ella a defender la entrada
a los españoles por el muro rompido, del cual y de
la ciudad son rebatidos por el Cacique algunos de ellos que
la habían entrado, sobre que se traba una dudosa y
sangrienta refriega.
Canto VIII
Entran los españoles la ciudad de Potonchan [Champotón]
con daño y muerte de muchos indios. Retírase
con su gente el cacique Tabasco malherido, habiendo peleado
con gran esfuerzo y coraje valerosamente.
Canto IX
Salen seis españoles de la ciudad de Polonchan
[Champotón], por orden de Cortés, a buscar
mantenimientos la tierra adentro y, habiéndose dividido,
se le ofrecen en un bosque a Clandina, Aguilar y Matienzo,
a la cual libran de la fuerza de Hirtano. Cuéntales
la india el molesto proceder del bárbaro, con el lastimoso
fin de Tacaybí, su competidor.
Canto X
Rehusa el Cacique la paz con los españoles, con
ejemplar castigo de los que se la propusieron. Junta en Cintla
nuevas gentes para proseguir la guerra. Salen tres compañías
de la ciudad a reconocer la tierra y a buscar mantenimientos,
a las cuales los indios pusieron en grande aprieto y, desbaratándolas
con gran daño, las retiran y encierran en la ciudad.
Canto XI
Estando Cortés cuidadoso por la comenzada conquista,
se rinde al sueño, en el cual se le ofrece el río
Tabasco y, aliviándole los cuidados, le instruye en
lo que debe hacer para su conservación y prósperos
sucesos. Sale de la ciudad con ánimo de dar la batalla
al Cacique, el cual se le ofrece en el camino, donde se traba
una profiada y sangrienta batalla que puso a los españoles
en grande aprieto.
Canto XII
La sangrienta batalla de Cintla, con el milagroso socorro
que los españoles en ella tuvieron y última
retirada de los indios. Las paces y venida del cacique Tabasco
a la ciudad, donde da la obediencia a Cortés por la
majestad del emperador Carlos Quinto.
Canto XIII
Levanta Cortés, con admirable industria, los caciques
y señores opresos de Moctezuma en contra suya; prométele
la liga cien mil hombres de guerra para salir de la tiranía
en que estaban. Tienen entre Moctezuma y él diferencia
sobre el dejarle ir a Méjico. Funda el puerto de San
Juan de Ulúa y Villa Rica de la Veracruz, donde se
le amotinan algunos españoles, a los cuales ejemplar
y rigurosamente castiga.
Canto XIV
Yendo Aguilar en seguimiento de un indio, le coge la
noche en un espeso monte, por el cual discurriendo entra
en una cueva de unos salteadores donde, con mucho riesgo
de su vida, libra por la espada a Clandina de sus manos,
a la cual tenían para sacrificar, habiendo valerosamente
peleado y muerto muchos de ellos.
Canto XV
Hace barrenar y echar a fondo Cortés los navíos
en que había pasado a la Nueva España, conocida
la remisión de algunos españoles en proseguir
la conquista, porque no se le volviesen a España sin
acabarla. Envía Plutón a Megera al campo español,
la cual levanta los ánimos de muchos soldados contra
Cortés por medio del insolente Celidón. Apacígualos
el capitán con riguroso castigo de su cauteloso inventor.
Canto XVI
Prosigue Cortés su camino para Méjico,
y la Furia infernal en sus trazas para impedirle el efecto
de él; la cual, en forma de indio, en sangriento espectáculo
se ofrece al general de los tlaxcallanos, cuyos ánimos
indigna contra los españoles: de adonde resulta el
primer reencuentro que Cortés tuvo con ellos, y el
loable y valeroso proceder de los quince mancebos tlaxcaltecas
y primera retirada de los indios, con la venida de Maxixca
en busca de Cortés a darle la batalla.
Canto XVII
Ponen Maxixca y Taxguaya a los españoles en grande
aprieto, del cual, habiéndose ofrecido el Ángel
a Cortés en hábito de indio amigo, los saca
victoriosos, con lamentable y sangrienta retirada de los
tlaxcallanos. Sale Xicoténcatl, su general, de la
ciudad con ciento y cincuenta mil indios y, habiendo exhortado
[a] su gente, presenta la desigual batalla a Cortés.
Canto XVIII
Prosigue la bella Taxguaya en sus amorosos intentos con
Sandoval. Trábase la sangrienta y porfiada batalla
entre los españoles y los tlaxcaltecas, en la cual
la valerosa doncella, habiendo hecho duro estrago, muere
a manos de Alvarado, después de haber por la de Sandoval
recibido agua de bautismo.
Canto XIX
El fin que la sangrienta batalla con los tlaxcaltecas
tuvo y el requerimiento que los españoles hicieron
a Cortés para que dejase tan áspera guerra.
La última retirada de los indios y el efecto de las
paces, por Cortés con instancia procuradas, juntamente
con la venida de Xicoténcatl, en capitán general,
al real de los españoles.
Canto XX
Previniese el rey Moctezuma y los de Chololla [Cholula],
para impedir el camino a Cortés con su muerte. Sábese
la traición por industria de Gualca, dama del capitán
Alvarado. Pone fuego y saquea Cortés la ciudad con
muerte de seis mil indios. Parte para Méjico, donde
es recibido con grande aplauso del rey Moctezuma y de su
corte.
Canto XXI
Pone en prisión Cortés al rey Moctezuma;
derriba los ídolos del templo, arbolando en su lugar
la Cruz y efigie de Nuestra Señora. Hace Plutón
y sus infernales ministros un concilio en el volcán
de Chololla [Cholula]. Parte el ídolo Tezcatlipuca
a la casa de la Envidia, la cual va a la isla de Cuba y,
habiendo hecho su ponzoñoso efecto, envía Diego
Velázquez, con armada contra Cortés, a Pánfilo
de Narváez. Quema Cortés al cacique Qualpopoca
en México. Mándale Moctezuma salir de la ciudad,
persuadido de la infernal Megera.
Canto XXII
Surge la armada de Pánfilo de Narváez
junto a la Veracruz. Sale Cortés de Méjico
en su busca y, asaltándole en un lugar fuerte, le
prende y, dejándole en la Veracruz, da la vuelta a
Méjico. Cuéntanse también las siniestras
señales de la perdición del nuevo mundo, los
sacrificios de hombres y derramamiento de sangre humana que
los indios hicieron para aplacar sus ídolos, de donde
salió el rebelión de la gran ciudad y prevenciones
de él, instigados de nuestro antiguo adversario.
Canto XXIII
Pretenden los mejicanos quitar del altar, con armada mano,
la imagen de Nuestra Señora que Cortés había
puesto, de adonde resulta un comprobado milagro. Combaten
los indios la estancia de los españoles. Da Cortés
vista a Méjico, donde entra con gran recelo. Hace
un general razonamiento Cuetlabac a los indios ofreciéndose
por su caudillo y, señalándose valerosamente,
embiste a la casa fuerte de los españoles con estrecho
cerco y dura batería.
Canto XXIV
La muerte del rey Moctezuma y ceremoniáticas obsequias
que los mejicanos le hicieron. El razonamiento del viejo
Guacano. El nombramiento y coronación del nuevo rey
Cuetlabac. Los recios combates que los indios dieron al fuerte
de los españoles. La resolución de Cortos de
desamparar la ciudad de Méjico. La sangrienta y lamentable
retirada que de ella hizo.
Canto XXV
El milagroso y victorioso suceso que los españoles
tuvieron en lo más estrecho de su lamentable retirada
en los campos de Otumpam [Otumba] por el alto valor de Cortés.
La sangrienta huida de los mejicanos y amigable acogida que
a los españoles hicieron en Tlaxcallán [Tlaxcala].
El razonamiento que hizo Cortés a sus españoles,
animándolos, y el que hizo el rey de Méjico
a sus ahuyentados escuadrones.
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