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ArribaAbajoEl prior de San Salvador y el sacristán Uberto


281 En una villa bona          que la claman Pavía,
cibdat de grand facienda,          yace en Lombardía,
habié dentro en ella          una rica mongía,
de muchos bonos homnes,          muy sancta compañía.

282 Era el monesterio          alzado en honor
del que salvó el mundo,          señor Sant Salvador;
habié por aventura          en elli un prior
que non querié vevir          si non a su sabor.

283 Habié el bon homne          una lengua errada,
dicié mucha horrura          de la regla vedada;
facié una tal vida          non mucho ordenada,
pero dicié sus oras          en manera temprada.

284 Habié una costumne          que li hobo provecho,
dicié todas sus oras          como monje derecho,
a las de la Gloriosa          siempre sedié erecho;
aviel el dïablo          por ello grand despecho.

285 Peroque semejaba          en unas cosas boto
e como vos disiemos          que era bocarroto,
en amar la Gloriosa          era muy devoto,
dicié el su oficio          de suo corde toto.

286 Hobo cuanto Dios quiso          est prior a finar,
cadió en un exilio,          en áspero logar,
non vos podrié nul homne          el lacerío contar
que el prior levaba,          nil podrié asmar.

287 Habié un sacristano          en esa abadía
que guardaba las cosas          de la sacristanía;
Uberto habié nomne,          cuerdo e sin folía,
valié más ca non menos          por elli la mongía.

288 Ante de los matines,          una grand madrugada,
levantóse est monje          rezar la matinada,
tañer a los matines,          despertar la mesnada,
endrezar las lámpadas,          allumnar la posada.

289 El prior de la casa,          de suso ementado,
año habié complido          de que fuera finado,
pero fue el su pleito          en cabo recentado,
tan bien como al día          cuando fo soterrado.

290 El monje de la casa          que sacristano era,
ante que empezase          tañer la monedera,
alimpiaba las lámpadas          por fe mejor lumnera,
priso un grand espanto          de estraña manera.

291 Udió una voz d'homne,          flaquiella e cansada,
dijo: «Fraire Ubert»,          non sola una vegada;
conocióla Ubert          e non dubdó en nada
que la del prior era;          priso grand espantada.

292 Salió de la eglesia,          fo a la fermería,
non levaba de miedo          la voluntat vacía,
non irié tan apriesa          yendo en romería,
¡don Bildur lo levaba          par la cabeza mía!

293 Estando de tal guisa          fuera de las vertudes,
udió: «Ubert, Ubert,          ¿por qué me non recudes?
Cata, non hayas miedo,          por ren non te demudes,
piensa cómo me fables          e cómo me pescudes.»

294 Estonz dijo Ubert:          «Prior, ¡se que debedes!
de vos cómo estades,          vos me lo reguncedes,
que sepa el cabildo          de vos como sedes,
en cuál estado sodes          o cuál lo atendedes.»

295 Dísoli el prior:          «Ubert, el mió crïado,
sepas hasta aquí          mal ha de mi estado;
cadí en un exilio          crudo e destemprado:
el príncep de la tierra          Smirna era clamado.

296 Sufrí mucho lacerío,          pasé mucho mal día,
el mal que he pasado          contar no lo podría,
mas hobo a pasar          por y Sancta María,
hobo pesar e duelo          del mal que yo sufría.

297 Prísome por la mano          e levóme consigo,
levóme al logar          temprado e abrigo;
tollióme de la premia          del mortal enemigo,
púsome en logar          do vivré sin peligro.

298 ¡Grado a la Gloriosa          que es de gracia plena!
fuera só del lacerío,          esido só de pena;
caí en dulz vergel          cerca de dulz colmena,
do nunca veré mengua          de yantar nin de cena.»

299 Calló la voz con tanto,          despertó el conviento,
fueron a la eglesia          todos de buen taliento;
disieron los matines,          ficieron complimiento,
de guisa que podrié          Dios haber pagamiento.

300 Los matines cantados,          esclareció el día,
disieron luego prima,          desend la ledanía,
fueron a su capítulo          la sancta compañía,
ca esto es de regla,          costumne de mongía.

301 Estando en capítulo,          leída la lectión,
fizo el sacristano          su genuflexïón;
contólis al conviento          toda la visïón,
plorando de los ojos          a muy grand misïón.

302 Rendieron todos gracias          a la Madre gloriosa,
que sobre sos vasallos          es siempre pïadosa;
fueron a la eglesia          cantando rica prosa,
ficieron en escripto          meter toda la cosa.

303 End a poco de tiempo          murió el sacristano,
murió de fin cual dé          Dios a tot cristiano,
isió de mal ivierno,          entró en buen verano,
fo pora paraíso          do será siempre sano.

304 Esto es sumum bonum          servir atal Señora,
que sabe a sus siervos          acorrer en tal hora;
ésta es buena tienda,          ésta buena pastora,
que bale a tot homne          que de buen cor la hora.

305 Cuantos que la udieron          esta tal visïón
cogieron en sus almas          mayor devocïón,
en amar la Gloriosa          de mayor corazón,
aclamarse a ella          en su tribulación.



ArribaAbajoEl nuevo obispo de Pavía


306 En esa misme cibdat          habié un buen cristiano,
habié nombre Jerónimo,          era misacantano;
facié a la Gloriosa          servicio muy cutiano,
los días e las noches,          ivierno e verano.

307 Finó por ventura          el bispo del logar,
non se podién por nada          en otro acordar;
tovieron tridüano,          querién a Dios rogar,
que Elli lis mostrase          cuál debiesen alzar.

308 A un homne católico,          bien de religïón,
fablóli la Gloriosa,          dijo'l en visïón:
«Varón, ¿por qué estades          en tal disensïón?
Dad al mi creendero          esta electïón.»

309 Diso'l el homne bono          por ser bien certero:
«¿Quí eres tú qui fablas          o quí el creendero?»
«Yo so -li dijo ella-          la Madre de Dios vero,
Jerónimo li dicen          a esi mi clavero.

310 Seï mi mensajero,          lieba esti mandado,
yo te mando que sea          aína recabdado;
si ál faz el cabillo          será mal engañado,
non será el mi Fijo          del su fecho pagado.»

311 Dísolo e crediéronlo          esto los electores,
mas quí era Jerónimo          non eran sabidores;
metieron por la villa          homnes barruntadores,
darién buena albricia          a los demostradores.

312 Trobaron a Jerónimo          preste parroquïal,
homne sin grandes nuevas,          sabié poco de mal,
leváronlo por mano          a la siet catedral,
diéronli por pitanza          la siella obispal.

313 Siguiendo el mesage,          él de Sancta María,
ficiéronlo obispo          e señor de Pavía;
hobieron ende todos          sabor e alegría,
cua vidién que la cosa          vinié por buena vía.

314 Fue muy buen obispo          e pastor derechero,
león pora los bravos,          a los mansos cordero;
guïaba bien su grei          non como soldadero
mas como pastor firme          que está bien facero.

315 Guïóli su facienda          Dios el Nuestro Señor,
fizo buena la vida,          la fin mucho mejor;
cuando isió d'est sieglo          fue al otro mayor,
guïólo la Gloriosa,          madre del Crïador.

316 Madre tan pïadosa          siempre sea laudada,
siempre sea bendicha          e siempre adorada,
que pone sus amigos          en honra tan granada,
la su misericordia          nunca serié asmada.



ArribaAbajo La imagen respetada por el incendio


317 San Miguel de la Tumba          es un grand monesterio,
el mar lo cerca todo,          elli yace en medio,
es logar perigloso          do sufren grand lacerio
los monjes que y viven          en esi ciminterio.

318 En esti monesterio          que habemos nomnado,
habié de buenos monjes          buen convento probado,
altar de la Gloriosa          rico e muy honrado,
en él rica imagen          de precio muy granado.

319 Estaba la imagen          en su trono posada,
so fijo en sus brazos,          cosa es costumnada,
los reïs redor ella,          sedié bien compañada,
como rica reina          de Dios santificada.

320 Tenié rica corona          como rica reina,
de suso rica impla          en logar de cortina,
era bien entallada,          de labor muy fina,
valié más esi pueblo          que la habié vecina.

321 Colgaba delant ella          un buen aventadero,
en el seglar lenguage          dícenli moscadero;
de alas de pavones          lo fizo el obrero,
lucié como estrellas,          semejant de lucero.

322 Cadió rayo del cielo          por los graves pecados,
encendió la eglesia          de todos cuatro cabos,
quemó todos los libros          e los paños sagrados,
por poco fue los monjes          que non foron quemados.

323 Ardieron los armarios          e todos los frontales,
las vigas, las gateras,          los cabrios, los cumbrales;
ardieron las ampollas,          cálizes e ciriales,
sufrió Dios esa cosa          como faz otras tales.

324 Maguer que fue el fuego          tan fuert e tan quemant,
nin plegó a la dueña          nin plegó al ifant,
nin plegó al flabelo          que colgaba delant,
ni li fizo de daño          un dinero pesant.

325 Nin ardió la imagen          nin ardió el flabelo,
nin prisieron de daño          cuanto val un cabello;
solamiente el fumo          non se llegó a ello,
ni'l nunció más que nuzo          yo al obispo don Tello.

326 Continens e contentu          fue todo astragado,
tornó todo carbones,          fo todo asolado,
mas redor la imagen,          cuanto es un estado,
non fizo mal el fuego          ca non era osado.

327 Esto tovieron todos          por fiera maravella,
que nin fumo nin fuego          non se llegó a ella,
que sedié el flabelo          más claro que estrella,
el niño muy fermoso,          fermosa la poncella.

328 El precioso miraclo          non cadió en oblido,
fue luego bien dictado,          en escripto metido;
mientre el mundo sea          será él retraído;
algún malo por ello          fo a bien convertido.

329 La Virgo benedicta,          reina general,
como libró su toca          de esti fuego tal,
asín libra sus siervos          del fuego pereñal,
liévalos a la Gloria          do nunca vean mal.



ArribaAbajoEl novio y la virgen


330 Enna villa de Pisa,          cibdat bien cabdalera,
en puerto de mar yace          rica de grand manera,
habié y un calonge          de buena alcavera,
dicién Sant Casïán          ond el canonge era.

331 Como ficieron otros          que de suso contamos,
que de Sancta María          fueron sos capellanos,
ésti amola mucho,          más que muchos cristianos,
e faciéli servicio          de piedes e de manos.

332 Non habié esi tiempo          uso la clerecía
decir ningunas horas          a ti, Virgo María,
pero elli diciélas          siempre e cada día,
habié en la Gloriosa          sabor e alegría.

333 Habién los sos parientos          esti fijo señero,
cuando ellos finasen          era buen heredero;
desávanli de mueble          asaz rico cellero,
tenié buen casamiento,          asaz cobdiciadero.

334 El padre e la madre          cuando fueron finados,
vinieron los parientes          tristes e desarrados:
diciénli que ficiese          algunos engendrados,
que non fincasen yermos          logares tan preciados.

335 Cambiose del propósito,          del que ante tenié,
moviolo la ley del sieglo,          dijo que lo farié;
buscáronli esposa          cual a él convenié,
destajaron el día          que las bodas farié.

336 Cuando vino el día          de las bodas correr,
iba con sos parientes          la esposa prender;
tan bien en la Gloriosa          non podié entender,
como lo solié ante          otro tiempo facer.

337 Yendo por la carrera          a complir so depuerto,
membró'l de la Gloriosa,          que li yacié en tuerto;
tóvose por errado          e tóvose por muerto,
asmó bien esta cosa          que'l istrié a mal puerto.

338 Asmando esta cosa          de corazón cambiado,
halló una eglesia,          lugar a Dios sagrado,
desó las otras yentes          fuera del portegado,
entró fer oración          el novio refrescado.

339 Entró en la eglesia          al cabero rencón,
inclinó los enojos          facié su oración,
vínoli la Gloriosa,          plena de bendición,
como qui sañosamientre,          disoli tal razón:

340 «Don fol malastrugado,          torpe e enloquido,
¿en qué toidos andas?          ¿en qué eres caído?
Semejas herbolado,          que has yerbas bevido,
o que eres del blago          de Sant Martín tañido.

341 Asaz eras varón          bien casado comigo,
yo mucho te quería          como a buen amigo;
mas tú andas buscando          mejor de pan de trigo,
non valdrás más por eso          cuanto vale un figo.

342 Si tú a mí quisieres          escuchar e creer,
de la vida primera          non te querrás toller:
a mí non desarás          por con otra tener,
si non, habrás la leña          a cuestas a traer.»

343 Isió de la eglesia          el novio maestrado,
todos habién querella          que habié tardado,
fueron cabadelante          recabdar su mandado,
fo todo el negocio          aína recabdado.

344 Ficieron ricas bodas,          la esposa ganada,
ca serié lo ál fonta          si fuese desdeñada;
era con esti novio          la novia bien pagada,
mas non entendié ella          do yacié la celada.

345 Supo bien encobrirse          el de suso varón,
la lengua poridat          tovo al corazón;
ridié e deportaba          todo bien por razón,
mas habiélo turrado          mucho la visïón.

346 Hobieron ricas bodas          e muy grand alegría,
nunca mayor siquiere          hobieron en un día;
mas echó la redmanga          por y Sancta María
e fizo en sequero          una grand pesquería.

347 Cuando veno la noche,          la hora que dormiesen,
ficieron a los novios          lecho en que yoguiesen;
ante que entre sí          ningún solaz hobiesen,
los brazos de la novia          non tenién qué prisiesen.

348 Isióseli de manos,          fúsoli el marido,
nunca saber podieron          homnes dó fo caído,
sópolo la Gloriosa          tener bien escondido,
no lo consintió ella          que fuese corrompido.

349 Desó mugier fermosa          e muy grand posesión,
lo que farién bien pocos          de los que oï son;
nunca lo entendieron          do cadió, o do non:
qui por Dios tanto face,          haya su bendición.

350 Creemos e asmamos          que esti buen varón
buscó algún lugar          de grant religïón,
y sovo escondido          faciendo oración,
por ond ganó la alma          de Dios buen gualardón.

351 Bien debemos crer          que la Madre gloriosa,
porque fizo est homne          esta tamaña cosa,
no lo oblidarié,          como es pïadosa,
bien allá lo farié          posar do ella posa.



ArribaAbajoEl judezno


352 Enna villa de Borges          una cibdat estraña,
cuntió en esi tiempo          una buena hazaña;
sonada es en Francia,          si faz en Alemaña,
bien es de los miraclos          semejant e calaña.

353 Un monje la escripso,          homne bien verdadero,
de Sant Miguel era          de la Clusa claustero,
era en esi tiempo          en Borges hostalero,
Peidro era su nomne,          so ende bien certero.

354 Tenié en esa villa,          ca era menester,
un clérigo escuela          de cantar e leer;
tenié muchos crïados          a letras aprender,
fijos de bonos homnes          que querién más valer.

355 Venié un judezno,          natural del logar,
por sabor de los niños,          por con ellos jogar;
acogiénlo los otros,          no li facién pesar,
habién con elli todos          sabor de deportar.

356 En el día de Pascua,          domingo grant mañana,
cuando van Corpus Dómini          prender la yent cristiana,
príso'l al judezno          de comulgar grant gana,
comulgó con los otros          el cordero sin lana.

357 Mientre que comulgaban          a muy gran de presura
el niño judezno          alzó la catadura,
vío sobre'l altar          una bella figura,
una fermosa dueña          con genta creatura.

358 Vío que esta dueña          que posada estaba,
a grandes e a chicos          ella los comulgaba;
pagóse d'ella mucho,          cuando más la cataba
de la su fermosura          más se enamoraba.

359 Isió de la eglesia          alegre e pagado,
fue luego a su casa          como era vezado,
menazólo el padre          porque habié tardado,
que mereciente era          de ser fostigado.

360 «Padre -dijo el niño-          non vos negaré nada,
ca con los cristianiellos          fui grant madurgada;
con ellos odí misa          ricamientre cantada,
e comulgué con ellos          de la hostia sagrada.»

361 Pesóli esto mucho          al malaventurado,
como si lo toviese          muerto o degollado;
non sabié con grant ira          qué fer el dïablado,
facié figuras malas          como demonïado.

362 Habié dentro en casa          esti can traïdor
un forno grant e fiero          que facié grant pavor;
fízolo encender          el loco pecador,
de guisa que echaba          sovejo grant calor.

363 Priso esti niñuelo          el falso descreído,
asín como estaba,          calzado e vestido,
dio con él en el fuego          bravament encendido:
¡mal venga a tal padre          que tal face a fijo!

364 Metió la madre voces          e grandes carpellidas,
tenié con sus oncejas          las masiellas rompidas,
hobo muchas de yentes          en un rato venidas,
de tan fiera quesa          estaban estordidas.

365 El fuego porque bravo          fue de grant cosiment,
no li nució nin punto,          mostróli buen talent;
el niñuelo del fuego          estorció bien gent,
fizo un grant miraclo          el Rey omnipotent.

366 Yacié en paz el niño          en media la fornaz,
en brazos de su madre          non yazrié más en paz,
non preciaba el fuego          más que a un rapaz,
ca'l facié la Gloriosa          compaña e solaz.

367 Isió de la foguera          sin toda lisïón,
non sintió calentura          más que otra sazón;
non priso nula tacha,          nula tribulación,
ca pusiera en elli          Dios la su bendición.

368 Preguntáronli todos,          judíos e cristianos
cómo podió vencer          fuegos tan sobranzanos,
cuando él non mandaba          los piedes ni las manos
quí lo cabtenié entro,          ficiéselos certanos.

369 Recudiólis el niño          palabra señalada:
«La dueña que estaba          enna siella dorada
con su fijo en brazos          sobre'l altar posada,
ésa me defendié          que non sintié nada.»

370 Entendieron que era          Sancta María ésta,
que lo defendió ella          de tan fiera tempesta;
cantaron grandes laudes,          ficieron rica festa,
metieron esti miraclo          entre la otra gesta.

371 Prisieron al judío,          al falso desleal,
al que a su fijuelo          ficiera tan grant mal,
legáronli las manos          con un fuerte dogal,
dieron con elli entro          en el fuego cabdal.

372 Cuanto contarié homne          pocos de pipïones,
en tanto fo tornado          cenisa e carbones,
non dicién por su alma          salmos nin oraciones,
mas dicién denosteos          e grandes maldiciones.

373 Diciénli mal oficio,          faciénli mal ofrenda,
dicién por «Pater noster»,          «Cual fizo, atal prenda.»
De la comunicanda          Domni Dios nos defenda,
pora'l dïablo sea          tan maleíta renda.

374 Tal es Sancta María          que es de gracia plena,
por servicio da Gloria,          por deservicio pena;
a los bonos da trigo,          a los malos avena,
los unos van en Gloria,          los otros en cadena.

375 Qui servicio li face          es de buena ventura,
qui'l fizo deservicio          nació en hora dura,
los unos ganan gracia          e los otros rencura,
a bonos e a malos          so fecho los mestura.

376 Los que tuerto li tienen          o que la desirvieron,
d'ella mercet ganaron          si bien gela pidieron;
nunca repoyó ella          a los que la quisieron,
ni lis dio en refierta          el mal que li ficieron.

377 Por probar esta cosa          que dicha vos habemos,
digamos un ejemplo          fermoso que leemos;
cuando fuere contado          mejor lo creeremos,
que buscarli pesar          más nos aguardaremos.



ArribaAbajoLa iglesia de la Gloriosa profanada


378 Tres caballeros eran          de una atenencia,
con otro so vecino          habién malquerencia;
matariénlo de grado          si hobiesen potencia,
en buscarli muert mala          metién toda femencia.

379 Tanto podieron ellos          revolver e buscar,
hobiéronlo un día          solo a barruntar;
echáronli celada          ca queriénlo matar,
más lo querién tener          que grant haber ganar.

380 Entendiolos el otro          que lo qerrian matar,
non se osó por nada          con ellos acampar,
empezó a foír          cua querié escapar,
movieron luego ellos,          fuéronlo encalzar.

381 El que iba fuyendo          con mucho grant pavor
trovó una eglesia,          hobo end grant sabor,
era de la Gloriosa,          fecha en su honor,
escondióse en ella,          mesquino pecador.

382 Los que lo segudaban          que lo querién matar,
non hobieron vergüenza          del sagrado logar;
quísolo la Gloriosa          e Dios desamparar,
hobiéronli la alma          del cuerpo a sacar.

383 Dentro enna eglesia          de la Virgo sagrada,
y fue esta persona          muerta e liborada:
tóvose la Gloriosa          mucho por afontada,
los que la afontaron          non ganaron y nada.

384 La Reina de Gloria          tóvose por prendada,
porque la su eglesia          fincaba vïolada;
pesó'l de corazón,          fo ende despechada,
demostrógelo luego          que lis era irada.

385 Envïó Dios en ellos          un fuego infernal,
non ardié e quemaba          com el de San Marzal,
quemávalis los miembros          de manera mortal,
dicién a grandes voces:          «¡Sancta María, val!»

386 Con esta majadura          eran mucho maltrechos,
perdién piedes a manos          e fincaban contrechos,
las piernas e los brazos          bien cerca de los pechos,
iba Sancta María          prendiendo sus derechos.

387 Entendiónlo los pueblos,          ellos no lo negaban,
que ellos merecieron,          por ond tanto lazraban,
las virtudes sañosas          que ellas lo majaban,
no lo asmaban ellos          cuando las vïolaban.

388 Los sanctos ni las sanctas          no lis querién valer,
graban cutiano          a muy grant poder;
prisieron un consejo,          ante fuera a prender,
tornar enna Gloriosa          que los facié arder.

389 Cadiéronli a preces          delant el su altar,
plorando de sus ojos          cuanto podién plorar,
dicién: «Madre gloriosa,          dénanos perdonar,
ca non trobamos otro          que nos pueda prestrar.

390 Si nos mal mereciemos,          ricament lo lazramos,
bien nos verrá emiente          mientre vivos seamos;
Madre, si nos perdonas          bien te lo otorgamos
que enna tu eglesia          fuerza nunca fagamos.

391 Madre, dánte buen precio          que eres pïadosa,
siempre pïadat traes          maguer eres sañosa;
Madre plena de gracia,          perdona esta cosa,
dános buena respuesta,          temprada e sabrosa.

392 Madre, repisos somos          del yerro que ficiemos,
erramos duramiente,          grant locura trasquiemos,
prisiemos grant quebranto,          mayor lo mereciemos,
pechado lo habemos          el escot que comiemos.

393 Madre, si non nos vales,          de ti non nos partremos,
si tú non nos perdonas,          d'aquende nos iremos,
si tú non nos acorreres          a nada nos tenemos,
sin ti d'esta fiebre          terminar non podremos.»

394 La Madre glorïosa,          solaz de los cuitados,
non desdeñó los gémitos          de los homnes lazrado;
non cató al su mérito          nin a los sus pecados
mas cató su mesura,          valió a los quemados.

395 La dueña pïadosa          que fue ante irada
fue perdiendo la ira          e fue más amansada;
perdonólis la saña          que lis tenié alzada,
toda la malatía          fue luego acabada.

396 Amansaron los fuegos,          que los facién arder,
habién mayor remedio          que non solién haber,
sintién que la Gloriosa          pro lis querié tener,
ploraban con grant gozo,          non se sabién qué fer.

397 Amansaron los fuegos,          perdieron los dolores,
mas nunca de los miembros          non fueron bien señores,
siempre fueron contrechos,          siempre mendigadores,
siempre se aclamaban          por mucho pecadores.

398 Con esta mejoría          que Dios lis quiso dar,
fueron luego al bispo          absolución ganar;
ficieron confesión          como la debién far,
plorando de los ojos,          mostrando grant pesar.

Maestrólos el bispo,          udió su confesión,
entendió que vinién          con buena contrición,
diólis su penitencia          e la absolución,
todo lo ál pasado,          diólis su bendición.

400 Sin muchas romerías          que lis mandó andar,
sin muchas oraciones          que lis mandó rezar,
las armas con que fueron          la eglesia quebrantar,
mandógelas por siempre          a sus cuestas levar.

401 Estos penitenciales          cuando fueron maestrados
e fueron absolvidos          de todos los pecados,
departiéronse luego          tristes e desarrados,
fueron a sendas partes          de sus armas cargados.

402 A sendas partes fueron,          en uno non tovieron,
como es mi creencia          nunca más se vidieron,
nunca más so un techo          todos tres non yoguieron,
lo que mandó el bispo          bien e gent lo cumplieron.

403 Si en fer la nemiga          fueron bien denodados,
en fer la penitencia          fueron bien aspirados,
no lis dolién los miembros,          andaban bien lazrados,
prendiendo malas noches          e días denegrados.

404 Si en fer el pecado          fueron ciegos e botos,
fueron en emendarlo          firmes e muy devotos;
cuantos días visquieron,          fueron muchos o pocos,
dieron sobre sos carnes          lacerio e corrotos.

405 De todos tres el uno,          flaco e muy lazrado,
vino en Anifridi          como diz el dictado,
albergó enna villa,          diéronli hospedado
con una sancta femna          do fue bien albergado.

406 Contólis a los huéspedes          toda su aventura,
cómo enna eglesia          ficieron desmesura,
cómo Sancta María          hobo d'ellos rencura,
e cómo se perdieron          de mala calentura.

407 Teniendo que su dicho          no li serié creído,
delante muchos homnes          tollióse el vestido,
demostrólis un fierro          que trayé escondido,
cinto a la carona,          correón desabrido.

408 Podié haber en ancho          cuanto media palmada,
era cerca del fierro          la carne muy hinchada;
la que yacié de yuso          era toda quemada,
fuése end otro día          de buena madurgada.

409 Ficiéronse los homnes          todos maravillados,
ca udién fuertes dichos,          vedién miembros dañados,
doquier que se juntaban          mancebos o casados,
d'eso fablaban todos,          mozos e ajumados.

410 Fue luego est miraclo          escripto e notado,
por amor que non fuese          en oblido echado,
cogieron muchos miedo          de facer tal pecado,
de quebrantar eglesia          e logar consegrado.

411 Tal es Sancta María          cual entender podedes,
a los que en mal andan          échalis malas redes;
sobre los convertidos          face grandes mercedes,
muchos son los ejemplos          que d'esto trovaredes.

412 Tantos son los ejemplos          que non serién contados,
ca crecen cada día,          dícenlo los dictados,
éstos con ciento tantos          diezmos serién echados,
ella ruegue a Cristo          por los pueblos errados.
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