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En la primera edición, este auto va precedido de una loa, sin título especial, que comienza: «Perdonad; mas suspendamos - la voz, porque en este sitio - no vengo a pedir perdones, - que a alabaros he venido», escrita con ocasión de representar un auto, que quizá sería este mismo, y la loa será también de Mira.
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Véase mi estudio literario Luis Vélez de Guevara y sus obras dramáticas. Madrid, 1917, págs. 94 y 95.
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La dilatada huelga de tipógrafos nos obligó a dar íntegro el resto de este trabajo, compuesto de antemano, que debía repartirse en dos números del Boletín, a fin de no retardar ya más la salida del presente número.