Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

51

Destacan los clásicos trabajos de Sharpe (1966), Jensen (1968), Lehmann y Modest (1987) y Grinblatt y Titman (1989). Más recientemente, deben citarse Grinblatt y Titman (1994), Malkiel (1995). Drows y Walker (1996), Ferson y Schadt (1996), Daniel, Grinblatt, Titman y Wermers (1997), Ackermann, McEnally y Ravenscraft (1999), Detzler (1999) y Edelen (1999), entre otros muchos. El volumen especial del Journal of Financial and Quantitative Analysis de septiembre de 2000 recoge algunas de las últimas aportaciones de la literatura sobre la medición de la gestión de los Fl. (N. del A.)

 

52

Para el mercado americano, la demanda de participaciones a nivel individual ha sido estudiada por Ippolito (1992); Capon, Fitzsimons y Prince (1996), Santini y Aber (1996), Chevalier y Ellison (1997), Sirri y Tufano (1998), Zheng (1999) y Khorana y Servaes (2000) entre otros. A nivel agregado, únicamente los trabajos de Warther (1995), Lettau (1997) y Santini y Aber (1998) analizan estos temas. (N. del A.)

 

53

Véase García-Vaquero y Maza (1994) y González (1995), para el caso español, y Mack (1993) y Hale (1994), para el mercado americano. (N. del A.)

 

54

Véanse los trabajos de Ippolito (1992), Hendricks, Patel y Zeckhauser (1994), Gruber (1996). Chevalier y Ellison (1997), Goetzman y Peles (1997), Sirri y Tufano (1998), Edelen (1999) y Khorana y Servaes (2000). Esta literatura enlaza íntimamente con la de persistencia en los resultados de la gestión de los FI, algunos de cuyos trabajos más significativos son: Brown, Goetzmann, Ibbotson y Ross (1992), Grinblatt y Titman (1992), Hendricks, Patel y Zeckhauser (1993), Goetzmann y Ibbotson (1994), Brown y Goetzmann (1995), Malkiel (1995), Elton, Gruber y Blake (1996). Carhart (1997), etc. (N. del A.)

 

55

En marzo de 1999, el 8,6% de los FIM controlaba el 53,2% de su patrimonio total, mientras que el 8,7% de los FIAMM controlaba el 53,0% de su patrimonio. (N. del A.)

 

56

La extensa red comercial y de distribución que poseen explica este hecho. En marzo de 1999, la banca y las cajas de ahorro disponían del 91,0% del patrimonio de los FIM y del 92,5% de sus partícipes; para los FIAMM estos porcentajes se elevaban al 95,6 y 92,0, respectivamente. (N. del A.)

 

57

Debe señalarse que para el resto de activos la rentabilidad no se ajusta por riesgo ante la dificultad tórica de establecer un modelo de mercado para cada uno de ellos. Los intentos de utilizar el premio al riesgo medio como rendimiento ajustado se desecharon por su carencia de sentido en algunos casos y los problemas de estacionariedad que presentaban las series. (N. del A.)

 

58

Los anómalamente altos valores máximos para DRF y DFIAMM corresponden a momentos en que la base de datos privada incluía la casi totalidad de FI existentes, por lo que representan verdaderos saltos cuantitativos en su patrimonio, más que una limitación en el diseño de la muestra. (N. del A.)

 

59

Hasta la entrada en vigor de la Ley 24/1988 del Mercado de Valores, que declaró su total libertad (aunque aplicable a partir del 1 de enero de 1992), las comisiones vigentes fueron las establecidas por el Decreto de 15 de diciembre de 1950. Desde su liberalización sólo se han podido recoger, a través de la CNMV, los corretajes medios mensuales aplicados a la inversión en renta variable doméstica. Ante su paulatino descenso (motivado por la creciente competitividad en el sector de servicios financieros) se decidió aplicar este mismo coeficiente de reducción a las comisiones del resto de activos. (N. del A.)

 

60

Una forma de enfrentarse a esta dificultad es acudir a la prensa especializada e identificar las noticias u opiniones que, subjetivamente, se consideren representativas de la llegada de información sobre la futura legislación, como es Basarrate y Rubio (1995). (N. del A.)