471
Ibi, p. 164.
472
Ibi, p. 61.
473
Ibi, p. 62.
474
Ibi, p. 64.
475
Cfr. M. Á. Asturias, El Alhajadito, op cit., pp. 37-38.
476
Ibi, p. 78.
477
Cfr. «Leyenda de la campana
difunta», en El espejo de Lida Sal, op.
cit., pp.
111-126. Aquí la campana va perdiendo su voz al
compás del agotarse de la voz de la monja conversa que
implora absolución por haber echado sus ojos, pecado de
soberbia, en los materiales preciosos de la fundición:
«Don Sancho, sin dar crédito a
lo que oía golpeaba más y más duro, hasta que
la campana, extinguida la voz de la monja, se fue enronqueciendo y
dejó de sonar. Volvía a ser la campana difunta, Clara
de Indias, la campana de los piratas»
op.
cit., p. 126).
478
Las afirmaciones de M. Á. Asturias proceden de la conversación privada a la que hice referencia.
479
Dorita Nouhaud, «Maladrón» de Miguel Ángel Asturias, París, L'Harmattan, 1993, p. 11.
480
La referencia es a la conversación citada.