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311

«The Pictorial Shakspere. Notes on Hamlet», pp. 576s. [«Para mí, este fragmento es una prueba incuestionable de que Shakespeare no desarrolló el carácter de Hamlet gradualmente, sino que lo concibió perfecta y distintamente desde el principio. Y ésta es, ciertamente, una de las más audaces creaciones del genio, que constituye el fundamento de un gran efecto trágico»].

 

312

Las ideas de Blanco acerca del consciente manejo que hace Shakespeare de todos los elementos que despliega, sin ceder en ningún momento a la mera ensoñación intuitiva, tienen un paralelo en la exposiciones de Coleridge, para quien el dramaturgo, «nunca escribió nada sin designio» (Apud, M. H. Abrams, El espejo y la lámpara. Teoría romántica y tradición crítica, Barcelona, 1975, p, 308).

 

313

«The Pictorial Shakspere. Second notice», p. 470 [«... el poeta ha convocado la vida por el absoluto poder de su genio»].

 

314

Ibid. p. 471 [«El verdadero genio conduce al entendimiento que inspira a la unión con el misterioso espíritu, la esencia que causa la naturaleza -no un depósito de instrumentos inertes sino una vivida unidad. No es una vana figura de dicción decir que las creaciones de Shakespeare guardan una estricta similaridad con las de la propia naturaleza: en punto a consistencia, en relación a ese maravilloso desarrollo que por un proceso regular e ininterrumpido convierte la más pequeña semilla en una magnificencia extraordinaria, una estricta conformidad se hallará entre la naturaleza y su favorito»].

 

315

Blanco cita la edición alemana de Shakespeare con versiones de A.W. Schlegel y anotaciones de L. Tieck (1821-1823); Cf., «Pictorial Shakspere. A. Midsummer Night’s Dream», pp. 45s.

 

316

Coleridge, al igual que sucesivamente Blanco, «[...] convierte en foco de su examen la refutación de la antítesis general entre la naturaleza y el arte [...]» (Abrams, op. cit., p. 218). Para Coleridge, Shakespeare «[...] trabaja en el espíritu de la naturaleza, desarrollando el germen dentro, por el poder imaginativo conforme a una idea -pues como el poder de ver es a la luz, así es la idea en la mente a la ley que está en la naturaleza» (Ibid., p. 314).

 

317

Cf., C.M. Bowra, La imaginación romántica, Madrid, 1972, p. 24: «Algunos poetas viven enteramente en el mundo de los sueños y apenas advierten la escena visible, pero los románticos no son de esta índole. Su fuerza proviene en realidad de la manera en que arrojan una nueva luz mágica sobre la faz corriente de la naturaleza, invitándonos a buscar una explicación del irresistible atractivo que ella ejerce sobre nosotros. Todos los poetas románticos encuentran en la naturaleza su inspiración inicial. La naturaleza no lo era todo para ellos, pero ellos no hubieran sido nada sin ella, porque sólo a través de ella encontraban esos momentos de exaltación que les hacían pasar del espectáculo a la visión, para penetrar -según creían- en los secretos del universo».

 

318

«The Pictorial Shakspere. Second notice», pp. 470s. [«No podernos asentir con aquellos (o mejor con la forma de lenguaje que emplean) que dicen que nuestro poeta no trazó individuos sino clases. Las clases son abstracciones; la vívida imagen de la naturaleza se halla sólo en los individuos. La naturaleza habló demasiado claro en el corazón de Shakespeare, como para que hubiera ensayado generalizaciones...»].

 

319

Ibid., p. 471 [«Se ha dicho que la naturaleza posee una conciencia,concentrada y que podría ser instigada a ofrecer respuestas premonitorias; se le puede mostrar una simple caracterización, por muy insignificante que ésta sea, de una criatura humana y ella devolverá su carácter completo. Esto sucede casi literalmente en los personajes de Shakespeare. Un nombre, la más sencilla indicación de temperamento y constitución mental, una mera posición con referencia a ciertos sucesos e intereses, le posibilita construir un carácter individual completamente desarrollado, con la marca natural de la veracidad sobre él. Estaba tan familiarizado con los secretos morales de la naturaleza como el más competente fisiólogo de nuestro tiempo lo está con las leyes de organización de la vida. Este último, por medio de un simple fragmento de esqueleto, podría mostrar la estructura completa de animales antediluvianos cuya especie hubiera desaparecido; nuestro profundo filósofo moral y sublime poeta nos ofrece el modelo perfecto y exacto, los caracteres arquetípicos de unos hombres de los que nada ha quedado salvo unas breves referencias históricas»].

 

320

«The Pictorial Shakspere. A Midsummer Night’s Dream», p. 42 [«La opinión de que muchas de las obras de Shakespeare pierden efecto al ser representadas está ganando terreno. [...] la corporeización plástica de algunos caracteres altera las concepciones que los amantes de Shakespeare han extraído de sus escritos»].