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41

Desde las primeras páginas de la Minerva; cfr. el prólogo dedicado a la Universidad de Salamanca.

 

42

Sobre Julio César Scalígero cfr., además naturalmente de las usuales obras generales, Apel, 1963; Stéfanini, 1976; Hall, 1950.

 

43

Sobre esta duplicidad se pueden adelantar diferentes hipótesis; en primer lugar, la doble influencia de Platón y Aristóteles. En el caso de Scalígero es cierta una influencia aristotélica, «En bon aristotélicien, il considére que le langage articulé est l’attribut de l’homme, c’est-à-dire qu’il est étroitement rattaché dune part à la vie sociale (faut-il rappeler qu’Aristote a défini l’homme comme «animal politique») et de l’autre à la raison humaine, ces deux caracteristiques n’en faisant qu’une dans la mesure où la société humaine est la seule à être l’effet, non du hasard (comme celles des fourmis), mais d’une volonté consciente et raisonnable» (Stéfanini, 1976, pág. 321).

 

44

Sobre las teorías lingüísticas de Juan Luis Vives, cfr. Coseriu, 1977; sobre Vives en general cfr. Bonilla y San Martín, 1981; Ortega y Gasset, 1973; Manzoni, 1960; Guy, 1973; cfr. también Menéndez Pelayo, 1974, I; García Berrio, 1977-1980, II; Bell, 1944; Abellán, 1982.

 

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Importante es también el papel de Vives como humanista, por así decirlo, militante y seguidor de Erasmo en España; si recordamos que una de las acusaciones dirigidas al Brocense por la Inquisición (véase la nota 31)* era precisamente la de ser «hereje, temerario... como los son todos los gramáticos y erasmistas», se ve claramente cuál podía ser el papel de los continuadores de Erasmo en un momento de fuerte presión intelectual del aparato eclesiástico.

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*[«(véase la nota 12)» en el original (N. del E.)]

 

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Sobre Nebrija cfr. Miscelánea Nebrija, 1946; Abad, 1982; A. Alonso, 1949; Asensio, 1960; Bahner, 1966; Bassols de Climent, 1945; Casares, 1947; Fernández-Sevilla, 1974; Galindo Romeo-Ortiz Muñoz, 1946; Gili Gaya, 1947; González Llubera, 1927; Lapesa, 1981; Olmedo, 1942; Quilis, 1980; Rico, 1978.

 

47

F. Sánchez de las Brozas continúa después explicando anecdóticamente los hechos que le han llevado a asumir esta tarea.

 

48

La obra se divide en un Prólogo, donde encontramos los problemas teóricos, y en cinco libros: 1. Partes de la Gramática y Ortografía; 2. Prosodia y Sílaba; 3. Etimología (Partes de la «oratio»); 4. Sintaxis y Estilística; 5. Reglas para los extranjeros que aprenden el castellano.

 

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Para toda la cuestión cfr. Apel, 1963, cap. 7.

 

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A propósito de las fuentes históricas es oportuno, en este punto, citar a Percival, 1971; cfr. además Hornedo, 1943.