Escena primera
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DON MARTÍN, AMBROSIO.
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DON MARTÍN. |
Conque di, ¿has visto a esas damas? | |
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AMBROSIO. | Sí,
señor, y me dijeron | | que los zapatos estaban | | que
ni pintados. |
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DON MARTÍN. | Entiendo.
| | ¿Y dijeron algo más? | |
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AMBROSIO. | Que el color de
los pañuelos | | merinos y los brillantes | | del consabido
aderezo | | mostraban tener buen gusto, | | y que es usted en
extremo | | generoso, y sobre todo | | galán y buen caballero.
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DON MARTÍN. | Todo es gastos y más gastos.
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DON MARTÍN. |
Dijeron.
| | ¿Qué han de decir que no sea | | todo lo que me merezco?
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DON MARTÍN. | Pues
ahí es nada | | los infinitos obsequios | | que a cada
instante les hago, | | y sin costarles dinero | | tener en mi
misma casa | | habitación, gasto hecho, | | criado, mesa,
regalos, | | lacayo, coche y cochero... | | Bien es verdad que
Luisita | | es un dije y un modelo | | de honestidad y de gracias,
| | y su madre... es un portento | | la educación que
le ha dado. | | Yo cada vez que la veo | | siento un placer,
una cosa | | tan agradable, un contento, | | que, aunque a la
verdad, no estoy | | para tirar el dinero, | | lo estoy con menos
trabajo | | cuando por ella lo empleo. | |
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AMBROSIO. | Todo Madrid
está absorto | | con usted; en los paseos, | | en las
tertulias, en todas | | partes usted es el cuento | | del día;
unos alaban | | el maravilloso ingenio | | de usted, su gala,
su porte, | | su gracia y gallardo gesto; | | todos haciéndose
lenguas | | en alabanza del genio | | y cualidades de usted | | y de su futura. |
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DON MARTÍN. | En
eso | | hay antes mucho que hablar. | | Pienso quedar aún
soltero | | por algún tiempo, y aunque | | es verdad que
le merezco | | a Luisa mucho cariño, | | y ella a mí
no poco menos, | | y aunque por su padre deba, | | en lo que
alcancen mis medios, | | proteger a esa familia, | | antes de
casarme quiero... | |
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AMBROSIO. | Quiere usted, pues, divertirse;
| | hace usted bien, eso es cierto; | | un joven debe gozar | | del mundo y sus pasatiempos. | |
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DON MARTÍN. | Sí,
pero yo ya he pasado | | bien alegres los primeros | | años
de la mocedad. | |
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AMBROSIO. | ¿Pues se tiene usted por viejo?
| |
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DON MARTÍN. | Yo, viejo, no; pero estoy | | en la
edad... |
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AMBROSIO. | De
más esfuerzo, | | con la robustez precisa | | para hacer
un casamiento | | y tener nueve o diez hijos | | que den otros
tantos nietos; | | sí, es forzoso a cierta edad | | tomar
estado. |
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DON MARTÍN. | En
efecto; | | y en la edad de la razón, | | que es en la
que yo me encuentro... | | puede que me case. | |
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AMBROSIO. | Puede,
| | y hará usted bien; un sujeto | | como usted debe casarse.
| |
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AMBROSIO. | Porque...
su talento | | de usted lo decide así, | | y basta, aunque
sea a despecho | | de las que en el Prado tienen | | fijo en
usté el pensamiento. | |
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DON MARTÍN. | Eres
picaruelo, Ambrosio. | |
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AMBROSIO. | Qué quiere usted,
si lo veo; | | pero aquí viene. | (Mirando la puerta
de la izquierda.) |
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DON MARTÍN. | ¿Quién
viene? | | ¿Principian ya a venir necios? | |
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AMBROSIO. | Es la
señora mi ama, | | madre del precioso objeto | | que usted
protege y obsequia. | |
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DON MARTÍN. | Pues vete, y
para el correo | | pon en limpio aquella copia. | |
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AMBROSIO. |
Está bien; voy al momento. | |
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DON MARTÍN. |
Allá iré luego después. | | (Vase AMBROSIO.)
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Escena II
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DOÑA PACA, DON MARTÍN.
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DON MARTÍN. |
¡Oh!,
tanto bueno | | por acá y tan de mañana. | |
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DOÑA PACA. | Como estuvo
usted anoche | | de bailes y de conciertos, | | no es extraño
le parezca | | temprano: doy por supuesto | | que usted allí,
como siempre, | | se luciría. |
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DON MARTÍN. |
Me
siento | | un poco aún de esta pierna | | y tengo la sangre
hirviendo. | |
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DOÑA PACA. | Eso es salud; no es extraño
| | siendo joven y soltero. | |
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DON MARTÍN. | Sí,
señora, ése es el mal | | que únicamente
padezco: | | como tengo este carácter, | | por cualquier
cosa me quemo. | |
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DOÑA PACA. | Mas con todo, usted
anoche | | bailó. |
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DON MARTÍN. | No
hay duda, yo tengo | | que bailar aunque no quiera; | | ni descansar
un momento | | me dejaron las señoras. | |
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DOÑA PACA. |
Y usted que nunca está quieto... | |
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DON MARTÍN. |
Yo he sido siempre una pólvora; | | cuando chico era
travieso | | como un diablillo. |
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DOÑA PACA. | ¡Jesús!
| | Me gusta tanto ese genio, | | siempre vivo y decidor, | | y
tan galán y discreto; | | pero hablando de otra cosa,
| | diga usted, en el concierto, | | ¿qué conocidas había?
| | Apostaré que aquel viejo | | de don Judas no faltó
| | con su niña, el esqueleto | | que se muere por bailar.
| | ¡Qué costumbres! Cuando veo | | mujeres tal como esa.
| | ¡Jesús!, toda me estremezco: | | allí todas
escotadas, | | cada cual con su cortejo, | | olvidando los quehaceres;
| | de ustedes los hombres... bueno | | que se diviertan ustedes.
| | Yo, jamás, ¡qué, ni por pienso! | | cuando
yo era joven nunca | | andaba en bailes, y eso | | que todas
hemos tenido | | también nuestros ojos negros. | | Mi
señora madre en casa | | como si fuera un convento | | nos tenía retiradas | | de tertulias y paseos. | |
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DON MARTÍN. |
Ya se conoce en Luisita | | que es usted un fiel modelo | | de
su madre: sí, ¡qué poco | | pierde ella en bailes
el tiempo! | |
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|
DOÑA PACA. | Luisita, no, señor,
nunca; | | en casa y siempre cosiendo, | | o entregada a la lectura
| | de libros santos. |
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|
DON MARTÍN. | Yo
puedo | | por cierto ser buen testigo. | |
|
|
DOÑA PACA. |
¡Ay, Dios! Si pudiera vernos | | el que mataron en Indias,
| | mi difunto. |
|
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DON MARTÍN. | Estoy
muy cierto | | que acabarán las desgracias | | que atrajo
a usted su mal genio, | | porque don Juan, aunque era | | un
calaverón deshecho | | y algo original, tenía
| | buen corazón; en el juego, | | en las jaranas y danzas,
| | peloteras y cortejos | | que yo armaba entonces, éramos
| | dos camaradas eternos, | | y quería echarla de mozo:
| | ¿creerá usted que en tanto tiempo | | nunca supe era
casado, | | y siempre guardó silencio | | acerca de esas
frioleras | | de que usted me ha hablado luego? | |
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DOÑA PACA. | (Afligida.) | Basta, basta, don Martín. | | ¡Pobrecito!
Harto me acuerdo. | |
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DOÑA PACA. | ¡Pobrecito!
| | Conmigo no fue muy bueno, | | bien lo sabe Dios, y cuanto
| | padecí con él, bien puedo | | asegurárselo
a usted, | | muy perdonado le tengo, | | así le perdone
Dios | | y allá le tenga en el cielo. | | El se separó
de mí | | sin motivo para ello | | ninguno, muy al contrario,
| | que estaba yo siempre viendo | | cómo agradarle: ¡Jesús!,
| | mis obras, mis pensamientos, | | todo era suyo en mi casa,
| | todo era para Renzuelo. | | Se fue de ella sin decir | | oste
ni moste: primero | | se contentó con mudarse, | | después
puso agua por medio, | | y embarcándose allá
en Cádiz | | se me largó para Méjico,
| | dejándome sola aquí | | con una niña
de pechos, | | mi pobre Luisa, las dos | | sin auxilio ni consuelo,
| | y al fin supe su tragedia | | para aumentar mi tormento:
| | ¡pobrecito!, ¡a pesar mío | | yo le amaba, ya está
muerto! | |
|
|
DON MARTÍN. | ¿Y qué ha de hacerse,
señora, | | si se murió?, ¿qué remedio?,
| | cuanto más... |
|
|
DOÑA PACA. | Sí,
don Martín, | | demasiado lo agradezco, | | Usted, usted,
caro amigo, | | es nuestro solo consuelo. | |
|
|
DON MARTÍN. |
Yo, señora, bien querría... | | (Con vanidad.)
| hasta ahora si algo he hecho... | |
|
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DOÑA PACA. |
Demasiado, don Martín: | | yo y Luisita no sabemos | | cómo pagárselo a usted. | | Sólo el cariño
más tierno | | por parte de ella, y por mí | |
un puro agradecimiento | | y una sincera amistad... | |
|
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DON MARTÍN. |
Señora, estoy satisfecho | | con eso sólo; yo
he sido | | toda mi vida lo mismo, | | muy amigo de hacer bien:
| | (Con vanidad.) | yo soy así, buen sujeto. | |
|
|
DOÑA PACA. |
Excelente; ¿y usted cree | | que se me olvidan tan presto | | las generosas ofertas...? | |
|
|
DON MARTÍN. | (¡Si
habré ofrecido dinero!) | |
|
|
DOÑA PACA. | ¡Qué
placer cuando yo vea | | sus hijos de usté y mis nietos
| | un retrato de mi padre | | y la esperanza del reino! | |
|
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DON MARTÍN. |
¿Y por dónde saca usted...? | |
|
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DOÑA PACA. |
¡Qué monos serán! Iremos | | con ellos siempre
a la iglesia | | tan limpitos, ¡qué talento | | tendrán!
y luego que usted... | |
|
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DON MARTÍN. | ¡Pero usted
ha perdido el seso! | | ¿A qué viene esa retahíla?
| |
|
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DOÑA PACA. | Perdone usted; ¡ay!, es cierto, | | no me acordaba, no soy | | digna de tan halagüeño
| | porvenir, yo estaba loca. | | ¡Pensarme que un caballero
| | el más rico de Castilla | | contraería casamiento
| | con una niña que sólo | | tiene por amparo
el cielo! | | Perdone usted, don Martín; | | no supe lo
que me hecho: | | ¡pobre niña!, morirá | | cuando
sepa lo funesto | | que es su amor, y le ama a usted | | con
un cariño tan tierno, | | ¡ay, hija de mis entrañas!
| |
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DON MARTÍN. | (Con vanidad.) | Harto lo conozco;
pero... | |
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DOÑA PACA. | Sí, ¡como tiene usted
otras! | |
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DON MARTÍN. | Eso no hay duda, por cientos
| | las tengo yo; pero, amiga, | | hablando en plata, confieso
| | que Luisa me gusta más | | que todas ellas. |
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DOÑA PACA. |
Lo
creo. | | Bien se conoce, y la quiere | | usted matar a desprecios;
| | ¡pobre niña!, cuando quede | | sin madre, en algún
convento | | la recogerán: ¡Dios mío! | | ¡En este
mundo perverso | | solita y con pocos años! | |
|
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DON MARTÍN. | (Con enfado.) | Eso no, porque primero | | era menester que
yo | | me volviera loco o necio | | o me muriera. |
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DOÑA PACA. |
¡Infeliz!
| | De puerta en puerta pidiendo | | tendrá que andar,
o ponerse | | a servir si yo me muero. | | ¡Quién creyera
que la hija | | de don Juan de Dios Renzuelo, | | coronel de
infantería...! | |
|
|
DON MARTÍN. | Pero, ¿y por
qué ha de ser eso? | | ¿Delira usted? |
|
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DOÑA PACA. |
¿Qué
ha de ser, | | si usted nos deja en perpetuo | | abandono? ¿Usted,
que era | | nuestra esperanza? |
|
|
DON MARTÍN. | No
dejo | | tal; al contrario... yo sólo... | |
|
|
DOÑA PACA. |
Quiso usted ver si era cierto | | su amor; ¡ay, Dios!, esas
bromas | | no las use usted: es muy serio | | el asunto para
usarlas: | | ¡ay!, yo no sé lo que tengo | | conozco que
ha sido burla | | y, ¡ay, Jesús!, apenas puedo | | hablar...
me caigo... me ha dado | | una congoja y me siento | | tan...
|
|
|
|
(Se deja caer sobre una silla que arrima DON MARTÍN.)
|
DON MARTÍN. | Siéntese
usted; ¡por vida! | | Pues bonita la hemos hecho. | | ¡Voto va
chápiro verde! | | ya se desmayó en efecto. | | ¡Qué siempre por mí han de hallarse | | las
mujeres en aprietos! | |
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|
Escena III
|
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DON MARTÍN,
DOÑA PACA, EUGENIO.
|
EUGENIO. | (Entra cantando.) | ¡Tran larán! | |
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DON MARTÍN. | ¿Es este achaque
de cantos, | | bárbaro? | |
|
|
EUGENIO. | Vengo... pensaba...
| | (Tropieza contra una silla.) | como vengo de la calle...
| |
|
|
DON MARTÍN. | Mucho me gusta tu entrada. | |
|
|
EUGENIO. |
Yo... bien quisiera... mi voz... | | (Se le cae el sombrero.) | tiene usted razón, es mala. | |
|
|
DON MARTÍN. |
¿Y aquí qué tiene que ver | | si cantas bien
o si ladras? | |
|
|
EUGENIO. | (Más aturdido.) | Es porque
al tiempo de entrar | | no vi la silla que estaba | | aquí.
|
|
|
DON MARTÍN. | ¿Di,
topo, no ves | | que hay una enferma en casa? | |
|
|
EUGENIO. | Un
médico... yo no sé... | | ¿Lo busco? |
|
|
DON MARTÍN. |
Sí
no hace falta: | | tú siempre estás aturdido.
| |
|
|
|
DON MARTÍN. | Anda,
trae agua: | | (EUGENIO hace mil movimientos por todos lados
para buscarla.) | ¿Vas a la cocina? Bárbaro, | | ¿No
tienes ahí esa jarra? | |
|
|
|
DON MARTÍN. |
Tú
siempre crees mal. | | ¿Y adónde querrás echarla?
| | ¿No ves que está el vaso aquí? | |
|
|
EUGENIO. |
No lo había visto, pensaba... | | (Se acerca a Doña
Paca y grita.) | Y es doña Paca, no hay duda, | | y
se muere... ¿Y la muchacha? | | Tocaré la campanilla...
| | Llamaré al cura. |
|
|
DON MARTÍN. | ¿Te
callas? | | No te eches encima de ella; | | ¿no ves que vas a
pisarla? | | ¡Doña Paca, oiga usted! | | (Ya vuelve en
sí; es una santa: | | ¡pobre mujer! ) |
|
|
EUGENIO. | (Hablando
consigo mismo.) | ¿Llamaré?...
| | No, que traigo un poco de agua | | de olor en este bolsillo,
| | (Se registra los pantalones y el frac, y hace conforme a
lo que va diciendo.) | En el otro... en la casaca... | | pues
ya no sé dónde está. | | Allí en
el sombrero... nada. | |
|
|
DON MARTÍN. | (A DOÑA PACA.) | Animo, vamos. |
|
|
DOÑA PACA. | (Volviendo
en sí.) | ¡Qué
pena! | |
|
|
EUGENIO. | (Buscando.) | ¿Pues no digo?, en esta casa
| | todo se pierde. |
|
|
DON MARTÍN. | (A EUGENIO.) | ¿Qué
buscas? | |
|
|
EUGENIO. | Yo por si era necesaria | | alguna cosa...
|
|
|
DOÑA PACA. | ¡Ay,
Señor! | | Yo me retiro, estoy mala. | | ¡Cómo
ha de ser! La diré | | que se acabó su esperanza,
| | que ha amado siempre a un ingrato, | | que usted hace su
desgracia, | | que es usted un tigre. |
|
|
DON MARTÍN. |
No
es culpa | | mía; si Luisa me ama, | | yo la quiero más
que a todas, | | y dejo por ella a cuantas | | quisieran también...
|
|
|
DOÑA PACA. | Usted
| | tiene un no sé qué, una gracia, | | que todo
se le perdona. | |
|
|
EUGENIO. | (Aún no sé de lo que
hablan, | | y estoy por decir que ellos | | tampoco entienden
palabra.) | |
|
|
DOÑA PACA. | ¡Luisita va a llorar tanto!
| |
|
|
EUGENIO. | (¡Hola!, de Luisa se trata; | | y está bueno,
la señora | | ni me mira, ni me habla, | | ni hace más
caso de mí | | que si yo fuera una estatua.) | |
|
|
DON MARTÍN. |
Usted la consolará; | | puede usted darla esperanzas.
| |
|
|
DOÑA PACA. | ¿Y qué he de decirla ya? | | ¡Jesús, me siento tan mala! | |
|
|
DON MARTÍN. |
Acuéstese usted y tome | | un caldito. |
|
|
|
|
DON MARTÍN. | Yo la acompañaré,
y basta: | | ¿me da usted el brazo? |
|
|
DOÑA PACA. |
Eugenito,
| | (EUGENIO, al oír que DOÑA PACA: le llama,
se echa encima antes de saber para qué.) | adiós.
|
|
|
EUGENIO. | Perdóneme
usted, estaba... | | distraído: ¿qué sucede?
| |
|
|
|
|
DOÑA PACA. | Es usted tan servicial... | |
|
|
DON MARTÍN. |
Sí, mi sobrino es alhaja. | |
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|
|
(Vase con DOÑA PACA.)
|
Escena
V
|
|
EUGENIO, AMBROSIO.
|
AMBROSIO. | ¿Qué quiere usted,
señorito? | |
|
|
EUGENIO. | Yo te diré... aquí...
en la casa... | | ¡Caramba!, se me olvidó: | | yo soy
así, de palabra | | en palabra se me va | | todo lo que...
yo pensaba | | en una cosa... que es... | | es... es una cosa...
que... vaya | | ¿Lo sabes tú? |
|
|
|
EUGENIO. | Aunque piense hasta mañana
| | no me acordaré: yo soy | | tan distraído...
|
|
|
AMBROSIO. | Es
desgracia; | | mas ya atino lo que es. | | ¿Es cosa de amores?
|
|
|
|
AMBROSIO. | Usted
está enamorado, | | es de doña Luisa la causa
| | de esa locura. |
|
|
EUGENIO. | Acertaste;
| | y luego el viejo se casa. | |
|
|
AMBROSIO. | Pues, y usted está
que trina. | |
|
|
EUGENIO. | ¿Y cómo he de estar? ¡Caramba!
| | Que si me enfado... porque | | me ven que soy una malva,
| | pero no hace cuatro meses | | que llevé dos cuchilladas:
| | te acuerdas... aquel cadete | | que va con la gaditana...
| |
|
|
AMBROSIO. | Sí, aquella que usted pisó | | al
tiempo de saludarla, | | que por poco no la deja | | sin pies
y desnarigada | | con el ala del sombrero. | |
|
|
EUGENIO. | Yo estaba
puesto de espaldas | | y me volví... |
|
|
AMBROSIO. | Pues
volvamos | | al negocio que se trata: | | usted está fastidiado
| | de ver que el viejo se casa, | | y quisiera usted hallar
| | alguna manera honrada | | de deshacer esa boda. | | ¿No es
así? |
|
|
|
AMBROSIO. | Vaya usted viendo si acierto: | | usted
quisiera una trama, | | y apuesto desearía | | que yo
mismo lo enredara. | |
|
|
EUGENIO. | Vales mucho: ¡qué talento!
| | Eso pido, y santas pascuas. | |
|
|
AMBROSIO. | Pues no me ocurre
ninguna. | |
|
|
EUGENIO. | Pues no sirves para nada; | | eres un zote.
¡Canario! | | Cuando pensé que inventaras... | |
|
|
|
|
AMBROSIO. | No sirve usted para nada. | |
|
|
|
AMBROSIO. | Es
que yo también. | | (Fuera echar tierra a mi causa;
| | ¿y qué dijeras de mí, | | reverenda Doña
Paca?) | |
|
|
EUGENIO. | Pero, hombre, tú bien podrías...
| | ¡Si yo tuviera tu labia! | |
|
|
AMBROSIO. | ¿Ha ganado usted en
el juego, | | o se quedó usted sin blanca? | |
|
|
EUGENIO. |
¡Qué! Si el dinero que al tío | | le he sacado
esta mañana | | lo jugué todo a la dobla | | y
he ganado. |
|
|
AMBROSIO. | Pues
me agrada, | | y yo no tengo más parte | | que es en embrollos
y trampas. | |
|
|
EUGENIO. | Yo no digo... bueno... toma... | | (Saca
dinero y se lo entrega a AMBROSIO.) | sí me enredas
una traza. | |
|
|
AMBROSIO. | Sí, señor (ya aquí
pesqué, | | y aún tengo puesta otra caña).
| | Pues, señor... | |
|
|
DON MARTÍN. | (Desde afuera.) | ¡Ambrosio, Ambrosio! | |
|
|
EUGENIO. | (Va a salir muy atolondradamente.) | Ya voy; el viejo me llama. | |
|
|
AMBROSIO. | No es a usted, que
es sólo a mí. | |
|
|
EUGENIO. | ¿Y quién quieres
tú que vaya? | |
|
|
AMBROSIO. | ¿Pero usted se llama Ambrosio?
| |
|
|
|
|
|
AMBROSIO. | Don Carlos y el viejo vienen. | |
|
|
Escena VII
|
|
EUGENIO, DON CARLOS,
DON MARTÍN.
|
DON CARLOS. | Adiós, señor
don Eugenio: | | ¿Cómo va? | (Le alarga la mano a EUGENIO,
que se retira hacia atrás, deja caer una mesa, cae
y quiebra un recado de china.) |
|
|
EUGENIO. | Bueno.
¡Caramba! | | Ya perdí el tino, caí. | |
|
|
DON MARTÍN. |
Maldito de Dios, levanta: | | ¡Ojalá te hubieras muerto,
| | que has de destrozar la casa! | |
|
|
|
|
DON
CARLOS. | Sosiéguese usted. ¿Qué gana | | con enfadarse?
Lo malo | | es el recado de tazas, | | que ya valdrá alguna
cosa. | |
|
|
DON MARTÍN. | Cuesta un ojo de la cara,
| | y no estoy para hacer gastos | | a cada instante. ¿Se gana
| | así el dinero, mostrenco | | botarate, majagranzas
| | atolondrado, no ves? | |
|
|
|
DON MARTÍN. | Estaba...
| | en los infiernos había | | de estar penando tu alma;
| | un recado de café, | | el mejor que había en
España. | |
|
|
EUGENIO. | Si no lo vi, si yo iba | | a saludar,
si pensaba... | |
|
|
DON MARTÍN. | Si tú siempre
estás pensando | | allá en las mil musarañas.
| |
|
|
DON CARLOS. | Déjele usted: ¿a qué viene
| | enfadarse?, ¿qué ganaran | | si no se rompiese el
barro | | las gentes que lo trabajan? | |
|
|
DON MARTÍN. |
Buen consuelo me da usted. | |
|
|
|
DON MARTÍN. | Si
no te callas | | te he de romper la cabeza. | |
|
|
|
|
EUGENIO. | Yo... no sé... ¿qué
he de decir? | |
|
|
DON CARLOS. | Y cómo, ¿cuánto
costaba | | esa china? |
|
|
DON MARTÍN. | ¡Qué
pregunta! | | Costaba lo que costaba, | | y estoy yo para decirlo.
| |
|
|
DON CARLOS. | Ha comprado mi madrastra | | hace días...
|
|
|
|
DON CARLOS. | Usted, amigo, se enfada | | por la
más mínima cosa. | |
|
|
DON MARTÍN. | Pues
no, que tendremos calma: | | ¿soy yo de piedra para estar | | siempre aguanta que te aguanta | | cuanto quiera hacer el
niño? | | Gaznápiro, siempre en jauja | | aturdido,
atolondrado, | | sin saber lo que le pasa. | | Siempre rompiendo
los trastos, | | todo lo atropella y mancha; | | por cualquier
cosa se asusta; | | si le miran, si le hablan | | no sabe que
responder. | | Con esas manos de lana | | todo se le cae: no
hay día | | que no haga una nueva gracia; | | siempre
tropieza con todo: | | sin ir más lejos, en casa | | ayer
de doña Clarita | | se sentó en una guitarra,
| | se levantó sin concierto, | | medio rompió
una ventana, | | echó al suelo cuatro sillas, | | todos
riendo en su cara; | | y no eres ya ningún niño,
| | zamacuco, con más barbas | | que un capuchino y más
tonto | | que pichote. |
|
|
DON CARLOS. | Repasata
| | de marca mayor es ésta. | | Eugenito. |
|
|
EUGENIO. | Toma,
cansa | | tanto sermón; pues iremos | | siempre mirando
a las pajas: | | pues tengo yo pocas cosas | | sobre mí:
pues ahí es nada: | | yo no debo... |
|
|
|
|
|
EUGENIO. | Como yo... como... porque... | | y
ya no tengo más gana... | |
|
|
DON CARLOS. | Hable usted,
si es que usted puede. | |
|
|
DON MARTÍN. | No se te
entiende palabra; | | eres un ganso. |
|
|
EUGENIO. | Yo
sí; | | eso es por la muchacha. | |
|
|
|
|
DON MARTÍN. | ¡Qué ella ni qué
morondanga! | |
|
|
DON CARLOS. | (Apuesto a que es por la Luisa;
| | aquí va a armarse otra danza.) | |
|
|
|
DON MARTÍN. | Calla,
necio. | | Si te atreves a mirarla... | |
|
|
|
|
EUGENIO. | ¡Toma! Que todos se casan. | |
|
|
DON CARLOS. |
Quiere decir que ya sabe | | la boda de usted. |
|
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DON MARTÍN. |
(Ya
escampa.) | | ¿Y qué dicen de mi boda? | |
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DON CARLOS. |
Que se verá usted cordero | | antes que llegue la Pascua
| | transformado por la bruja | | de la vieja y la muchacha,
| | que también pondrá sus medios. | |
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DON MARTÍN. |
Eso es mentira, y no basta | | (Al decir esto toca con la mano
a EUGENIO.) | mi paciencia para oír | | semejantes patochadas
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EUGENIO. | Yo sin culpa; ¿a mí por qué? | | Usted
perdone; ¡pues vaya! | |
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DON CARLOS. | Vamos, paz, no haya otra danza.
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DON MARTÍN. | Es envidia, es porque ven | | que
la prefiero y me ama. | | Les he de dar en los ojos: | | mañana
mismo, mañana | | me he de casar. |
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DON CARLOS. |
Yo
convengo; | | pero tenga usted cachaza | | si es que quiere usted
saber... | |
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DON CARLOS. | No me pise usted, Eugenio. | |
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EUGENIO. | Si
yo no... voy a otra sala. | | Perdone usted, mil perdones | | (A
DON CARLOS.) | le pido a usted; él se enfada | | y yo
no tengo... ¿a mí qué?... | | (Vase.) |
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DON MARTÍN. |
Pues no me venga con chanzas | | ni con burletas, que haré
| | ver que yo no aguanto ancas; | | ya me conocen, ya saben
| | que si empiezo tengo el alma | | muy bien puesta... yo soy
tardo, | | pero si armo una pelaza... | |
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DON CARLOS. | Habrá
una marimorena | | más linda que unas mialmas | | mas
no sea usted temerario | | ni haga usted una asonada; | | yo
cuento lo que me dicen. | |
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DON MARTÍN. | Le dicen
a usted una sarta | | de picardías y embustes. | |
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DON CARLOS. |
Es un horror; pero vaya, | | hablando claro, ¿usted tiene | | un documento, una carta | | siquiera, que pruebe o diga | |
quiénes son esas dos damas, | | una cosa que convenza
| | cómo o cuándo doña Paca | | caso con
don Juan Renzuelo? | | ¿Sabe usted cuál es la causa
| | que redujo a esas señoras | | de la opulencia a la
nada? | | ¿Por qué nadie las conoce? | | ¿Por qué
con nadie se tratan? | | ¿Y usted con qué relaciones
| | se introdujo en esa casa? | | (Con intención.) | Se
dice que fue... |
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DON MARTÍN. | Don
Carlos, | | tiene usted por lengua un hacha; | | yo visité
a esa familia | | con intenciones muy sanas, | | las conozco
muy a fondo; | | son pobres, sí, pero honradas. | | Ya
sabe usted no soy santo, | | ni el defensor de las faldas,
| | que no me falta experiencia, | | que estoy harto de tratarlas,
| | Usted habrá oído, sin duda, | | por ahí
cómo las muchachas | | me tratan de seductor, | | que
de mi persona y trazas | | me valgo y después lo digo;
| | sin que parezca jactancia, | | madres hay que compran lentes
| | por si su vista no alcanza | | dónde el tiro de mis
ojos | | hiere las hijas; sé varias | | que al verme venir
de lejos | | se largan con la pollada | | como gallinas cluecas:
| | yo me río a carcajadas; | | voy, las sigo, las alcanzo,
| | las saludo, llego a hablarlas... | | Eso a las viejas las
vuela, | | pero a las hijas, ¿qué causa | | hay para que
yo les quite | | la miajilla de esperanza? | | vamos, usted ve
en Madrid, | | es lo mismo en toda España, | | en gran
parte de Inglaterra | | y en casi toda la Italia. | | Ya se ve,
con mi presencia, | | mis maneras, mi elegancia, | | rico tren,
bailes y el raut | | asombro de estas honradas | | españolas
que no saben | | más que vals y limonada, | | si me aman
mil mujeres | | es preciso perdonarlas. | | Sepa usted que es
este cura | | de muchas lágrimas causa. | | En cuantas
cortes he estado | | me teme la diplomacia, | | los militares
me tiemblan | | y todos los nobles rabian; | | ya se ve, ¡si
al llegar yo | | se les despiden sus damas! | | y como saben
a más | | que me sé poner en guardia | | (Haciendo
el movimiento de esgrima que indica el diálogo) |
Y yo no las solicito, | | (Con vanidad) | ellas se vienen rodadas.
| | Hombre, me dijo en Berlín | | un joven de la Embajada,
| | por Dios... |
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DON CARLOS. | Por
Dios, deje usted | | lo demás para mañana, | |
que se me va usted huyendo | | de la cuestión empezada.
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DON MARTÍN. | Amigo, se me olvidó; | | dígame
usted de qué hablaba. | |
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DON MARTÍN. | Sí,
ya caigo; | | repito, pobres y honradas; | | voy a contarle a
usted todo, | | porque sé que en Madrid charlan. | |
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DON CARLOS. |
Ya lo he dicho, es un horror, | | los chismes hierven que espanta.
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DON MARTÍN. | Calle usted y óigame hablar,
| | don Carlos; yo deseaba, | | porque era amigo y tenía
| | con él cuentas atrasadas, | | saber de don Juan Renzuelo;
| | siempre me salieron vanas | | las más vivas diligencias;
| | decían unos fue a La Habana, | | pasó a Méjico,
al Perú; | | otros, no sabemos nada; | | murió
me dijeron varios, | | pero no lo aseguraban; | | un día
me oyó este chico, | | Ambrosio, el valet de chambra,
| | y me dijo había servido | | a una tal doña
Paca. | | Quintañones de Renzuelo; | | que esta tal se
lamentaba | | por un tal don Juan Renzuelo, | | que se le fue
a la otra banda; | | al momento pasé a verla | | y salió
lo que pensaba: | | Juan, que era un derrochador, | | se casó
y dejó plantada | | su mujer joven y linda | | con una
niña y sin blanca. | | Admire usted la virtud; | | la
infeliz de doña Paca | | en medio de la pobreza | | ha
guardado siempre intacta | | su fama y la de su hija, | | que
no es poco en la desgracia. | | Mientras se mantuvo moza | |
halló proporciones altas | | para volverse a casar;
| | pero la pobre ignoraba | | su estado hasta que Dios quiso
| | que un chico alférez llegara | | de Lima, que la contó
| | que una bomba le hizo plasta | | su marido junto a Lima...
| | no caigo cómo se llama, | | en el sitio... ¡qué
memoria!... | |
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DON CARLOS. | (Con ironía.) | De Caracas.
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DON MARTÍN. | Por
ahí le anda. | | Ya se ve, informado de esto, | | al punto
las traje a casa, | | a más que a Juan le debía,
| | y cumple quien debe y paga. | | Luego he visto documentos,
| | y ahí está el padrón que canta. | |
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DON MARTÍN. | Hasta
eso, no cobra nada, | | porque se casó en secreto. | | Esa es historia muy larga. | |
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DON CARLOS. | Pues no me
la cuente usted. | |
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DON MARTÍN. | He de hacerlas
pensionadas. | |
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DON CARLOS. | ¡Qué pensión!
Usted no sabe | | lo que una niñita gasta | | en cachivaches
y dijes | | cuando en la corte se halla | | y en el rango que
a Luisita | | la pondrán las circunstancias | | si se
casa con usted. | |
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DON MARTÍN. | Y que ahora no tiene
nada | | eso también lo sé yo, | | y es de bastante
importancia | | esa razón | (Pensativo.) |
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DON CARLOS. |
Y
otras mil. | | Usted es un joven, sus gracias, | | su talento,
su... |
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DON CARLOS. | Su esclarecida prosapia | | de usted le deben
hacer | | pensar en cosa más alta; | | una mujer que le
iguale | | en patrimonio, y que traiga | | con un dote regular
| | una condición más clara. | | Yo no digo que
Luisita | | sea de clase oscura o baja... | |
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DON MARTÍN. |
(¿Por qué será este interés? | | ¿Si querrá
éste a la muchacha?) | | (Como distraído y disgustado.)
| Pues, bueno...; está bien, veremos; | | yo tengo que
hacer, me aguardan; | | hablaremos más despacio... | |
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DON CARLOS. | ¡Y usted que desprecia tantas! | | más
corrido que una liebre, | | ha de caer en la trampa | | como
si fuera usté un niño | | cayéndosele
la baba; | | esas mujeres... |
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DON CARLOS. | Cuanto más buenas y santas
| | parecen ser, son acaso | | más dobles y más
taimadas; | | pero, ¿qué, usted no me escucha? | |
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DON MARTÍN. |
Escuchando a usted estaba. | | (Estoy tragando veneno.) | |
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DON CARLOS. |
Yo no sé, pero la cara | | de la madre... |
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DON CARLOS. | Y después,
ahí que no es nada | | un casamiento, ¡friolera! | | Al
considerar las malas | | consecuencias que eso suele | | traer
consigo, se espanta | | el hombre más atrevido; | | requiere
tener más alma | | el que se casa en el día | | que el que asalta una muralla; | | pero, ¿está usted
distraído? | |
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DON MARTÍN. | He de escribir
unas cartas. | | (¡Qué importuno!) |
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DON CARLOS. |
Seguiré
| | refiriendo lo que hablan | | por ahí, en Madrid, de
usted. | |
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DON MARTÍN. | Suplico a usted... creo que
basta. | | (No hay duda, el bribón la quiere, | | y hace
tiempo por si pasa | | o sale Luisa.) |
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DON CARLOS. |
Mil
gracias. | | Si usted tiene que escribir... | |
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DON MARTÍN. |
No es echarle a usted de casa. | |
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DON CARLOS. | Si no fueran
ya las dos, | | (Mira el reloj.) | y que un amigo me aguarda,
| | aún siguiéramos hablando. | |
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DON MARTÍN. |
(Maldita sea tu charla | | sempiterna.) ¿Y hacia dónde?
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DON CARLOS. | Voy un rato a la Fontana. | |
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DON MARTÍN. |
Vaya usted con Dios, don Carlos. | |
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DON CARLOS. | Servidor
de usted. | (Vase.) |
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