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No puede ser

Gran comedia

Agustín Moreto


[Nota preliminar: Edición a cargo de María Luisa Lobato y María Ortega García. Grupo de investigación PROTEO. Proyecto TC/12.]



PERSONAS QUE HABLAN EN ELLA
 

 
DON FÉLIX DE TOLEDO.
DON DIEGO DE ROJAS.
DOÑA ANA PACHECO.
DON PEDRO PACHECO.
DOÑA INÉS PACHECO.
ALBERTO.
TARUGO.
MANUELA,   criada.
MÚSICOS.
CRIADOS.





ArribaAbajoJornada I

 

Salen DON FÉLIX y TARUGO.

 
TARUGO
Eso, señor, es virtud
que en ti no acabo de creer.
DON FÉLIX
Esto es para entretener
sin ocio la juventud.
Doña Ana Pacheco es5
por su virtud estimada,
por su ingenio celebrada,
por sus partes, lo que ves.
Es sola, rica y discreta,
su honestidad conocida,10
y el empleo de su vida
le da el estudio.
TARUGO
¿Es poeta?
DON FÉLIX
Aunque ella no es la primera,
pues en Madrid hoy se ven
mujeres que hacen también15
versos que envidia cualquiera,
te aseguro de doña Ana
que, sin ser sola, pudiera
ser en esto la primera.
Y los aplausos que gana20
a que tenga la han movido
una academia en su casa,
donde yo acudo y se pasa
un rato muy divertido,
porque de mil mocedades25
este cuidado me priva;
aquí el discurso se aviva
y excuso otras liviandades.
TARUGO
Señor, cosa es muy posible
ser bella, rica y discreta,30
pero ser rica y poeta...
¡vive Dios que es imposible!
DON FÉLIX
¿Por qué?
TARUGO
¿Eso dudas?
DON FÉLIX
Sí dudo.
TARUGO
Pues ¿hay hombre a quien dé el cielo
con gracia aqueste desvelo35
que no esté siempre desnudo?
Y esto es forzoso, señor,
porque la poesía es cosa
que, aunque es virtud y gustosa,
nunca ha tenido valor.40
Es flor desta humanidad,
y como una flor, en fin,
sirve de adorno al jardín,
mas no de necesidad.
Adornan las flores bellas45
y el que en un jardín las mira,
como hermosas las admira,
pero no cena con ellas.
Y el que un jardín entra a ver
más presto se irá a buscar50
espárragos que cenar
que las flores para oler.
Demás desto, la fortuna
parte igualmente sus dones,
y no da sus perfecciones55
al que le quiso dar una.
El bien con el mal mezcló,
y nadie a otro envidiará
si sabe el hueso que da
con la carne que le dio.60
Al entendido da ocio
y pobreza, al que da precio
de hacienda siempre es un necio,
mas no para su negocio.
La hermosa es boba y pesada,65
la fea discreta y graciosa,
la roma siempre es dichosa,
la aguileña desgraciada;
y si una llega a tener
hermosura y discreción,70
le da una mala elección,
con que se lo echa a perder.
Y esto tan claro se nota,
que desto salió el refrán
de que «al ruin puerco le dan75
siempre la mejor bellota».
Y yo en todas siempre advierto
al galán discreto, airoso,
dejado por un roñoso,
necio, zambo, zurdo y tuerto.80
Y en fin, en todo hay su peso,
porque en la mejor fortuna
verás lo que en la aceituna,
que en la mayor hay más hueso.
Poesía y riqueza ingrata85
siempre trocaron los frenos,
y no hallarás versos buenos
hechos con bujías de plata,
con candil sí, que es civil
la musa para la vena:90
solo la poesía es buena
hecha a moco de candil.
DON FÉLIX
¡Qué locura!
TARUGO
A los pasados
mira, y verás el efecto:
por el candil de Epitecto95
¿no dieron tres mil ducados?
DON FÉLIX
Ése es filósofo.
TARUGO
Cesa,
pues toda la poesía
¿qué es sino filosofía?
Así fuera ginovesa.100
DON FÉLIX
Tu juicio, en fin, pertinaz
entre riqueza y poesía
¿no quiere dar compañía?
TARUGO
Como cuñados en paz.
DON FÉLIX
Eso niega la experiencia,105
pues prueba que en Grecia Homero
fue muy rico, y el primero;
después, con más excelencia,
Virgilio en Roma dejó
tanta suma de dinero,110
que al César hizo heredero
del tesoro que él le dio.
El Petrarca en Francia fue
riquísimo y laureado
del Pontífice sagrado115
en Roma. Y acá se ve
que el rey don Juan el Segundo
hizo rico a Juan de Mena
y estimó en su aguda vena
aquel discurso profundo.120
El caballero Marino
fue rico; y el de la casa
don Jardo, en Francia, sin tasa;
el Sanazaro, el Guarino;
a no haber sido atrevido125
fuera riquísimo el Taso.
Y en Toledo Garcilaso
fue rico, ilustre y lucido.
En un asalto murió
como valeroso y fuerte,130
sintiendo España su muerte,
que Carlos Quinto vengó.
¿Y qué ingenio en nuestra edad
nuestro rey no ha enriquecido?
¿Qué pluma empleo no ha sido135
de su liberalidad?
El rector de Villahermosa,
Góngora, Mesa y Enciso,
Mendoza y otros, que quiso
por su elección generosa.140
Y si toda esta verdad
tu mala aprehensión no allana,
¿no fue el de Villa Mediana
rico y señor?
TARUGO
Es verdad.
DON FÉLIX
¿No ha habido muchos señores145
que ilustraron la poesía?
Y en particular hoy día
¿no hay uno de los mayores,
que después que su valor
en el circo más lucido150
aplauso de España ha sido,
la tiene con tal primor,
que hoy, sin ser lisonja, son
en la corte sus sonetos,
por lo alto de sus concetos,155
de todos admiración?
TARUGO
Eso será la verdad,
mas para esos que así fueron,
hay cuatro mil que murieron
de pura necesidad.160
DON FÉLIX
Eso su estrella causó,
que en cualquiera facultad
oprimió necesidad
a quien no la mereció.
Mas no lo prueba ese indicio,165
que lo que a algunos baldona,
teniéndolo en la persona,
no es pensión del ejercicio;
y ella es virtud, y tenella,
con premio o sin él es bueno,170
que en la virtud es ajeno
lo que pende de la estrella.
TARUGO
Pues ¿por qué el vulgo indiscreto
la llega a desestimar?
DON FÉLIX
Eso suele ocasionar175
la pobreza del sujeto.
Dime, ¿la despreciará
en un señor?
TARUGO
Ni aún por chiste.
DON FÉLIX
Luego en ella no consiste,
sino en el vaso en que está.180
Del agua un ejemplo breve
te distinguirá esa ley,
que en oro es digna de un rey
y en barro un pobre la bebe.
TARUGO
Pero ya, señor, el cuarto185
de la academia han abierto.
DON FÉLIX
Ya doña Ana viene aquí.
TARUGO
Con ella viene don Pedro
Pacheco, nuestro vecino,
que es un celoso extremeño190
en el guardar a su hermana.
DON FÉLIX
No anda en eso muy cuerdo.
TARUGO
¡Qué rica que está la sala!
DON FÉLIX
¿No infieres, Tarugo, de eso
que hay poesía con riqueza?195
TARUGO
Lo estoy viendo y no lo creo;
mas, ¡vive Dios! que, como eres
tú don Félix de Toledo,
si es poeta, ha de ser pobre.
DON FÉLIX
¿Cómo puede ser, teniendo200
en su casa tal riqueza?
TARUGO
Una noche haciendo versos
se le ha de quemar la casa
y ha de amanecer en cueros.
Mas ya salen, yo me voy.205
DON FÉLIX
¿Dónde?
TARUGO
A casa de un flamenco,
que lo vende sin bautismo,
y allí van unos mozuelos
muy ricos, que juegan largo,
y me entretengo con ellos.210
DON FÉLIX
Pues ¿tú juegas?
TARUGO
A las pintas.
DON FÉLIX
Y ¿largo?
TARUGO
No, sino güevos:
a cuarto y cuarto y terceras
nos quitamos el pellejo.
DON FÉLIX
¿No quieres ver la academia?215
TARUGO
¿Yo, academia? No haré luego
cinco pintas en diez años
si estoy un hora entre versos.

 (Vase.) 

 

(Salen los MÚSICOS y DON DIEGO DE ROJAS y DON PEDRO PACHECO, ALBERTO y DOÑA ANA.)

 
MÚSICOS
Es el ingenio noble como el sol,
que con la luz que alumbra da calor.220
DON FÉLIX
Nuevo y ingenioso modo
tiene la letra.
DOÑA ANA
La he hecho
para introducir con ella
la academia.
DON PEDRO
En vos no es nuevo
el hacer las novedades225
con tal gracia.
DOÑA ANA
Id prosiguiendo
la letra mientras que todos
van tomando sus asientos.
 

(Asiéntanse las damas en estrado y los galanes en sillas.)

 
MÚSICOS
Es la gala y hermosura perfección,
mas la del alma siempre es la mayor.230
DON FÉLIX
¿No es muy pulida [la] letra,
señor don Pedro Pacheco?
DON PEDRO
Si vos la admiráis, don Félix,
¿qué haré yo, que el alma tengo
en doña Ana, y solicito235
en ella mi cautiverio?
DOÑA ANA
Comience pues la academia.
DON DIEGO
Diga doña Ana primero.
DOÑA ANA
Señor don Diego de Rojas,
que no es lisonja os advierto,240
porque en la academia es
mejor lugar el postrero.
DON DIEGO
Esto es dar lugar a que escojan.
ALBERTO
Pues yo diré.
DON PEDRO
Diga Alberto.
ALBERTO
Un soneto me ha encargado245
la academia.
DOÑA ANA
¿A qué sujeto?
ALBERTO
Al amor.
DOÑA ANA
Mucho hay escrito,
difícil es el intento.
ALBERTO
«Es el amor deseo de un contento
que nunca llega a su dichoso estado;250
si no es fino, no hay gusto en su cuidado;
si es fino, es todo pena y sentimiento.
Correspondido está del temor lento,
de la desconfïanza atormentado;
pues, ¿qué será el amor desesperado,255
si aún el correspondido es un tormento?
En su triunfo mayor padece olvido,
y en la esperanza pena, si no alcanza;
de cualquier modo, siempre muerte ha sido.
Todos ven su traición y su mudanza,260
todos cuantos le siguen han perdido,
y todos van tras él con esperanza».
DOÑA ANA
Está muy bien difinido
el amor por sus efectos,
y aunque a amor hay tanto dicho,265
cierto que es nuevo y es bueno.
DON DIEGO
Yo tengo a cargo una glosa,
y es solamente de un verso,
que por difícil me ha dado
la academia.
DOÑA ANA
Ya la espero.
270
DON DIEGO
«Para fines males, cuándo».
Oíd.
DOÑA ANA
Ya estamos atentos.
DON DIEGO
«Para fines de su amor
suele dar males Inés
en desdenes y en rigor,275
pero luego de allí a un mes
vuelve a amar con más primor.
No hay que preguntar, en dando
males, cuándo volverá
a amar, aunque esté olvidando,280
que bien se infiere, si da
para fines, males, cuándo».
DOÑA ANA
Glosó con todo rigor.
DON PEDRO
Yo a cargo una octava tengo,
en que he de pintar la furia285
de un león acometiendo.
DOÑA ANA
Asumpto es de un buen poeta;
Decidla.
DON PEDRO
Ya la refiero:
«En medio estremo el bruto se enarbola,
espeluzada la cerviz valiente;290
a la frente feroz vuelta la cola,
es la cola penacho de la frente;
los pies arranca de una estampa sola
de las garras el cuerpo va pendiente;
y centellando con la vista enojos,295
se le pasan las garras a los ojos».
DOÑA ANA
Bien pintado, y juntó bien
naturaleza y concepto.
DON FÉLIX
A mí difinir me toca
la dicha y desdicha a un tiempo300
en una décima sola.
DOÑA ANA
Mucho asumpto en poco verso.
DON FÉLIX
«Dicha es seguir un bien,
y desdicha no tenelle;
tenido, es fuerza perdelle,305
y esto es desdicha también.
Quien siempre sufrió un desdén
no llega a estado peor,
con que dicha es, en rigor,
causa de un mal más mortal,310
y la desdicha es un mal
que escusa de otro mayor».
DOÑA ANA
Estraña difinición,
y es aguda por estremo.
Yo tengo a cargo una enigma,315
y proponérosla quiero.
Píntase una carbonera
natural, que siempre ardiendo,
cubierta de tierra, exhala
por la tierra el humo denso;320
y la glosa dice así,
escuchadla.
DON FÉLIX
Ya atendemos.
DOÑA ANA
«Este fuego que arde en mí
otro fuego le encendió,
que arde también como yo325
y a un tiempo ardemos ansí.
El humo que exhala el fuego
conviene a mi perfección,
y el cubrirme es por razón
de que no le exhale luego;330
mientras que no me consumo,
cuando más tierra me das
más me abrigas y arde más,
con que he de arrojar más humo;
no dejando yo de arder,335
salir en vapor presumo.
Decid quién soy yo y el humo
que guardar no puede ser».
DON FÉLIX
Difícil es.
DOÑA ANA
¿Qué os parece?
ALBERTO
Yo digo que es el secreto.
DOÑA ANA
No es.
340
DON DIEGO
Yo digo que son los celos
fuego de fuego encendido,
que entrambos arden a un tiempo.
DOÑA ANA
No son los celos.
DON PEDRO
Yo, amor,
pues en él todo lo veo.345
DOÑA ANA
No es amor.
DON PEDRO
Pues, ¿qué será?
DOÑA ANA
¿Os rendís?
DON PEDRO
A vuestro ingenio.
DOÑA ANA
Pues es...
DON FÉLIX
Tened, no digáis;
que yo falto y decir quiero.
DOÑA ANA
Decid pues.
DON FÉLIX
Yo digo que es
350
aquese encendido fuego
la mujer enamorada.
DOÑA ANA
Es verdad, yo lo confieso.
DON FÉLIX
El humo denso que exhala
es su honor; la tierra luego355
con que le cubren, es cierto,
que son las guardas que tiene
su honor; y mientras, queriendo,
más guardas ponerle intentan,
se enciende más su deseo360
y crece el daño. De donde
se infiere con claro ejemplo,
que cuando la mujer quiere,
si de su honor no hace aprecio,
guardarla no puede ser,365
y es disparate emprenderlo.
DOÑA ANA
Está muy bien conocido
y es aplicado.
DON PEDRO
Aunque el intento
del enigma haya sido ése,
se concluye con un yerro.370
DOÑA ANA
¿Cuál es?
DON PEDRO
Decir que el guardar
una mujer es empeño
que no puede ser.
DOÑA ANA
¿Por qué?
DON PEDRO
Porque del hombre el desvelo
puede asegurar su honor,375
y con cautela y esfuerzo
vencer puede este peligro;
que las mujeres que vemos
livianas, no es por su industria,
sino descuido del dueño.380
DOÑA ANA
Pues ¿no hay hombres cuidadosos
y honrados, y que ese riesgo
cautelan; y las mujeres,
cuando hay más cuidado en ellos
crece en ellas más la industria385
y ofenden al más atento,
seguras de su noticia?
DON PEDRO
Muchos hay; mas todos esos
lo yerran de confïados,
pues cautelan sólo el riesgo390
que piensan, y no el que deben;
que si hubiera uno discreto
que priviniese el peligro,
y con cautela y aliento
mirara todas las puertas395
que puede tener el riesgo,
y las defendiese todas,
fuera imposible ofenderlo.
Y, finalmente, concluyo
que las que hacen ese yerro,400
se le ocasiona el descuido
sin que le busque el ingenio,
y si no, la que engañó
a quien la guarda, ¿no es cierto
que le ofendió por la parte405
que él no defendió?
DOÑA ANA
Eso infiero.
DON PEDRO
Luego, si el que fue ofendido
hubiera visto primero
aquel riesgo y le guardara,
no le ofendiera.
DOÑA ANA
Es muy cierto,
410
mas si la mujer estaba
metida ya en ese empeño,
si aquel medio no lograra,
hubiera hallado otro medio.
DON PEDRO
Pues por eso digo yo415
que el hombre honrado y discreto
ha de prevenirlo todo;
y al que fuere tan atento,
lo que no puede ser es
que le ofendan.
DOÑA ANA
Para eso
420
es menester ser un hombre
más que hombre, porque el ingenio
humano es casi incapaz
de prevenir tanto riesgo.
DON PEDRO
Cuanto fuere riesgo humano425
lo alcanza el entendimiento,
y el hombre es capaz de todo.
DOÑA ANA
Pues si vos presumís eso,
en plática lo pongamos.
Yo os arguyo, suponiendo430
que a prevenir todo el daño
sois vos el hombre discreto,
que defendéis la mujer
que se resuelve a ofenderos.
DON PEDRO
Decid y veréis si hay daño435
a que yo no dé remedio.
DOÑA ANA
Aunque estéis vos receloso,
¿podéis prohibir, siendo cuerdo,
que salga aquesta mujer
de casa?
DON PEDRO
Ya que no puedo,
440
saldré yo siempre a su lado.
DOÑA ANA
Está muy bien, y vos luego,
¿no habéis de salir de casa?
DON PEDRO
Saldré, dejando primero
centinelas ignoradas.445
DOÑA ANA
Aunque es difícil empeño
para ser continüado
yo os le paso; mas supuesto
que siempre estéis a su lado,
¿no habéis de dormir?
DON PEDRO
El sueño
450
del hombre que vela su honor,
aunque sea un letargo, el miedo
de que pueda despertarle
le tiene en ella despierto,
para que no se le atreva.455
DOÑA ANA
¿Y si ella asegura el sueño
con algún arte, que es fácil,
pues vemos que halló el ingenio
confecciones que le infunden?
DON PEDRO
Tener crïados atentos,460
que suplan ese peligro.
DOÑA ANA
¿Y si son dobles?
DON PEDRO
El cuerdo
no ha de confïar su honor
de quien no esté satisfecho
por valor y por lealtad,465
y si esta experiencia ha hecho,
lo mismo harán ellos que él.
DOÑA ANA
Y si la mujer, sabiendo
que dellos se ha de guardar,
los diese también a ellos470
la confección que os dio a vos
y todos duermen, ¿qué haremos?
DON PEDRO
Ése es un caso imposible,
y fuera caerse el cielo;
y me cierro en mi opinión475
que estos son vanos intentos.
DOÑA ANA
No hagáis tal, por vida vuestra,
señor don Pedro Pacheco,
y no queráis saber vos
más que todo el mundo en esto;480
y advertid que la experiencia
de los sabios, conociendo
que aquesto no puede ser,
nos dejó varios ejemplos
en las fábulas antiguas:485
Los ojos de Argos durmieron
con la vara de Mercurio,
dando a entender que al tercero
ingenioso vencerá
cualquier guarda en este empeño.490
Acrisio puso a su hija
Dánae en el obscuro encierro
de una torre, y halló en ella
Júpiter el fácil medio,
disfrazado en lluvia de oro,495
de meterse en su aposento;
de que se infiere que al oro
no hay fortaleza ni encierro
que no se abra; y pues os da
la ciencia tantos ejemplos,500
no queráis vos saber más
que lo que todos supieron.
¿Por qué pensáis que es mayor
la necedad del discreto?
Porque como siempre tiene505
mayor viveza su ingenio,
en algunas cosas suele
haber más fáciles medios
que los que usa el mundo, y él
quiere ejecutar su intento510
por el medio que más fácil
parece a su entendimiento.
Este medio, que parece
más fácil, tiene secreto
algún riesgo, porque el mundo515
no le usó; mas este riesgo
no se puede conocer
hasta poner en efecto
la ejecución de aquel caso.
Ejecutalle es ingenio520
llevado de su viveza,
y al caminar en su intento
da con el inconveniente,
y hallándose en un despeño,
corrido de no haber visto525
con su discurso aquel yerro,
para seguir lo común
vuelve a deshacer lo hecho.
Política muy delgada
es ésta y, para venceros,530
os daré más claramente
su razón en un ejemplo:
Va un caminante a un lugar,
en muchos caminos vemos
que desde el principio suele535
verse el lugar a lo lejos;
siguiendo el camino, a veces,
se va la senda torciendo,
que parece que se aparta
del lugar, y es que el primero540
que descubrió aquel camino
halló algún mal paso en medio,
con que fue fuerza torcerle
para ir al lugar más presto.
Si alguno por su agudeza,545
este camino siguiendo,
pensase que iría más breve
si le siguiese derecho,
y haciendo norte a los ojos
abriese camino nuevo,550
después que con más trabajo
hubiese andado gran trecho,
daría con el mal paso
del pantano o el despeño;
con que era fuerza volver555
a su camino primero.
DON PEDRO
Lo que ha torcido el camino
aquí es el argumento,
y yo he de seguir el mío.
DOÑA ANA
Mirad que vais a perderos.560
DON PEDRO
¿En qué?
DOÑA ANA
En errar.
DON PEDRO
Yo no soy
casado, ni en Madrid tengo
más que una hermana, y del sol
a defenderla me atrevo.
DOÑA ANA
Vuestra hermana no tendrá565
la intención que se ha supuesto
de engañaros, y así, en ella
no argüís con ese ejemplo.
DON PEDRO
Y a tenerla, la guardara.
DOÑA ANA
Mirad que no es fácil eso.570
DON PEDRO
El valor se ha de atrever
a lo difícil.
DON FÉLIX
Don Pedro,
daos por vencido, que todos
nos rendimos a este riesgo
sin agraviar las mujeres,575
pues de la mano del cielo
viene sólo la que es buena;
y vive Dios, que si en esto
tuviésedes cien cabezas,
como tuvo Brïareo,580
y en ellas los ojos de Argos
y de Mercurio el ingenio,
os había de engañar
la mujer que sabe menos.
 

(Levántanse.)

 
DON PEDRO
¡Vive Dios, que el que pensare585
que puede ofender mi aliento
mujer ninguna, se engaña!
DON FÉLIX

 [Aparte.] 

(Yo daré a entender su yerro.)
 

(Como en medio dellos.)

 
DOÑA ANA
Tened,
don Pedro, que el argumento
no se hizo para pendencias.590
DON PEDRO
Lo que yo he dicho es lo cierto;
y después de defendido
afuera con el acero,
lo probará la experiencia
con la razón aquí dentro.595
 

(Vase.)

 
DOÑA ANA
Esperad.
ALBERTO
Seguirle quiero.
Que, aunque razón no ha tenido,
siempre a su lado estar debo.
 

(Vase.)

 
DOÑA ANA
Llamadle vos.
DON DIEGO
A eso voy.

 [Aparte.] 

(Mas en mí tiene un ejemplo600
de que es cierta su opinión,
pues cuando a su hermana quiero,
por él lugar no ha tenido
de ver ni hablar mi deseo.)
 

(Vase.)

 
DOÑA ANA
Cierto que ha estado pesado.605
DON FÉLIX
No pensé que era tan necio.
DOÑA ANA
Don Pedro, señor don Félix,
es muy galán y aún mi deudo,
y por ciertas prevenciones,
dilato mi casamiento,610
estando ajustados ya
entre los dos los conciertos.
Para hacerle mi marido
quisiera verle más cuerdo
y para desengañarle615
de tan loco pensamiento.
Su hermana es rica y hermosa,
si vos...
DON FÉLIX
Tened, que ya entiendo,
y me proponéis lo mismo
que ha pensado mi deseo,620
¿no es que yo la galantee?
DOÑA ANA
Diera todo cuanto tengo
por verle desengañado.
DON FÉLIX
Pues yo en algunos encuentros,
aunque nunca la he servido,625
la he dicho algunos requiebros
y no muy mal escuchados.
DOÑA ANA
No es ése mal fundamento,
mas ¿cómo daréis principio,
si él la guarda con desvelo?630
DON FÉLIX
A mí me sirve un crïado
con quien Merlín supo menos;
si él la introdución no intenta,
no la intentará Juanelo.
DOÑA ANA
¿Dónde está?
DON FÉLIX
Ved si ha venido
635
Tarugo ahí fuera.
 

(A una CRIADA que ha de estar allí.)

 
CRIADA
Eso intento.
¿Está Tarugo aquí?
 

(Llega al paño.)

 
 

(Sale TARUGO.)

 
TARUGO
Adsum.
DOÑA ANA
Traza tiene de discreto.
TARUGO
Hacia agibilibus mucho.
DOÑA ANA
¿De dónde sois?
TARUGO
De los güeros.
640
DOÑA ANA
¿Los güeros?
TARUGO
Es que mi madre,
cuando pensó que era güero
me halló pollo.
DOÑA ANA
Él es bellaco.
TARUGO
Honra que me hacéis es eso.
DON FÉLIX
Tarugo, aquí está empeñado645
todo el valor de tu ingenio;
¿no conoces a la hermana?
TARUGO
¿Cuál?
DON FÉLIX
De don Pedro Pacheco.
¿Te atreves a introducir
de mi parte un galanteo650
con ella?
TARUGO
Corrido estoy.
DON FÉLIX
¿De qué?
TARUGO
De que digas eso;
¿con un hombre de mi sangre
pone aquí duda tu pecho
el que yo sea el alcahuete?655
Pues, ¿de qué sirve mi aliento?
¿Eso de mí ha de dudarse?
No solo haré, ¡vive el cielo!,
con ella la introdución,
mas con el mismo don Pedro.660
DON FÉLIX
¿Cómo lo harás?
TARUGO
¿No hay pecunia?
DON FÉLIX
Cuanta quisieres.
TARUGO
¡Laus Deo!
DOÑA ANA
¿Cómo, estando muy guardada,
has de lograr ese intento?
TARUGO
¿Ella come, viste y calza?665
DOÑA ANA
No hay duda.
TARUGO
¿A estos ministerios
no acude gente de fuera?
DOÑA ANA
Sí.
TARUGO
Pues no hablemos más en eso.
DOÑA ANA
¿Qué quieres decir?
TARUGO
¿No entiendes?
Yo puedo ser zapatero,670
sastre, hilo portugués
o mujer que quita vello,
porque el alcahuete tiene
bula de mudar el sexo.
¿Entendeislo agora?
DOÑA ANA
Sí,
675
y mira que éste es mi empeño.
TARUGO
Pues, ¿esto a vos qué os importa?
DOÑA ANA
Desengañar a este necio,
que el guardar una mujer
no puede ser, y ha hecho empeño680
de la cuestión, arrojado,
partiéndose a defendello.
TARUGO
¿Qué decís? Jesús, ¿a ese hombre
le parece fácil eso?
Pues, ¿no sabe que hay Tarugos?685
DON FÉLIX
Él seguir quiere su intento
por camino extraordinario.
TARUGO
En dejando el carretero
va el pobre señor perdido;
no sabe cuántos se han muerto690
por echar por el atajo.
Jesús, y ¡qué lindo ejemplo
con un cuento muy común
le diera yo!
DOÑA ANA
¿Qué es el cuento?
TARUGO
Iba camino un abad695
muy gordo y muy reverendo;
llegando a un río, intentó
pasar el vado y, saliendo
un pastor, le dijo: «Advierta
que ayer se ahogó un pasajero,700
porque erró el vado». El abad
preguntó al pastor tosiendo:
«¿Cuánto hay desde aquí a la puente?».
«Dos leguas y media, pienso»,
dijo el pastor, y el abad705
le respondió entre un regüeldo:
«Si el que se ahogó hubiera ido
por la puente, aunque está lejos,
desde ayer acá, ya hubiera
pasado el río». Y el freno710
torciendo a la mula, dijo:
«Por la puente, que está seco».
DOÑA ANA
Hizo muy bien y el ahogado
¿quién habrá de ser?
TARUGO
Don Pedro.
DOÑA ANA
Yo te prometo un regalo.715
TARUGO
Pues a la puente y piquemos.
DON FÉLIX
Señora, al intento vamos.
DOÑA ANA
Con el aviso os espero.
DON FÉLIX
Cuenta os vendré a dar de todo.
DOÑA ANA
Me lograréis un deseo.720
DON FÉLIX
Vamos pues, Tarugo.
TARUGO
Vamos,
que no hay ley en el ingenio,
si no vieres que este hermano
en la capacha le meto.
 

(Vanse y sale[n] DON PEDRO y ALBERTO.)

 
DON PEDRO
Esto ha de ser; no ha de quedar abierta725
ventana en casa, ni ha de verse puerta
sin guarda en casa. Veamos si es posible
guardar una mujer.
ALBERTO
Ya estás terrible;
pues, ¿qué culpa, me di, tiene tu hermana
de que haya sido su opinión liviana,730
ni arrojada la tuya en su argumento,
para ponerla en tanto encerramiento?
DON PEDRO
Alberto, esto ha de ser, vos sois mi deudo
y a quien toca mi honor y el duelo obliga.
No quiero que haya quien, por quien se diga735
que yo fui en la porfía demasiado,
ponga en ella los ojos y el cuidado,
y dello me resulte una deshonra.
Vos habéis de ser guarda de mi honra,
desde hoy está mi casa a vuestra cuenta.740
Vos, como guarda y centinela atenta,
Argos habéis de ser deste cuidado.
ALBERTO
Pues todo eso, don Pedro, es escusado
con doña Inés, cuando en su honor emplea
el cuidado mayor.
DON PEDRO
Aunque lo sea,
745
lo habéis de ser, pues yo de vos lo fío;
y no me repliquéis.
 

(Sale[n] DOÑA INÉS y MANUELA.)

 
DOÑA INÉS
Hermano mío,
¿Qué es esto? ¿Tú enojado?
¿Tú mudado el color y el rostro airado?
¿Qué tienes?
DON PEDRO
No sé, hermana, lo que tengo,
750
sólo sé que al peligro me prevengo
de una juventud loca, un vulgo ciego.
Y un noble descuidado en su sosiego
del riesgo de su honor irá sin tasa,
y es deuda de mi honor velar mi casa.755
 

(Vase.)

 
DOÑA INÉS
¿Qué es esto, Alberto? ¿Qué palabras necias
son éstas de mi hermano? ¿Qué hay? ¿Qué pasa?
¿Riesgo en su honor? ¿Cuidados en su casa?
¿Habla de mí? Responde ¿o ha perdido
mi hermano la memoria y el sentido?760
ALBERTO
Señora, ¡vive Dios, que lo parece
según, sin causa, su cuidado crece!
DOÑA INÉS
¿Sin causa? Es imposible.
ALBERTO
No la tiene, por Dios.
DOÑA INÉS
Es imposible.
Decidme la verdad, que aqueste exceso765
no puede ser sin causa.
ALBERTO
Yo confieso
que la tiene, mas no de haber andado
aquí tan ciego y tan desalumbrado,
que su cuidado dé a entender su pecho;
mas si a tu honor, estando satisfecho,770
un tan necio desvelo no recata,
callarlo yo sería culpa ingrata.
Hoy en una academia ha defendido
don Pedro, necio, si saberlo quieres,
que es fácil el guardar a las mujeres,775
y el ser ellas livianas no es empeño
suyo, sino descuido de su dueño;
a esta razón, don Félix de Toledo...
DOÑA INÉS
Conózcole muy bien.
ALBERTO
Decirte puedo,
que éste don Félix es el caballero780
más discreto, galán, noble y severo
que yo en toda mi vida he conocido,
hízolo oposición y él, ofendido,
rematando en disgusto el argumento,
dejó a un tiempo la sala y el asiento.785
Desto se le ha metido en la cabeza
que han de solicitarle a tu belleza,
para dejarle en su opinión vencido;
y con este cuidado me ha pedido
que yo vele su honor, pues que me toca790
por deudo suyo, y tanto se provoca
del riesgo imaginado
que a cada puerta ha puesto su crïado.
Yo, que tu honor conozco y tu recato,
te lo prevengo, por no ser ingrato795
al amor que en tu infancia me has tenido.
Y, porque esté el peligro prevenido,
des a entender por esto que sucede,
que lo que ser no puede,
sin la necesidad de ser guardada,800
es conquistar una mujer honrada.
 

(Vase.)

 
DOÑA INÉS
¿Has escuchado, Manuela,
una y otra ceguedad?
Siendo tal la de mi hermano,
la de Alberto es otra tal.805
Él, por prueba de su ingenio,
defiende que ha de guardar
una mujer, siendo cosa
que nadie supo jamás.
Lo que erró con el discurso810
quiere en la experiencia obrar;
errarlo allí fue agudeza
y errarlo aquí, necedad.
Estotro muy prevenido
de consejo y de piedad,815
me alaba un hombre de quien
dice que me he de guardar.
Yo, que en mi recato he sido
una torre, una ciudad
cerrada del alto muro820
de mi altivez principal,
no he conocido en mi vida
deseo a mi voluntad.
Y desde que esto he escuchado,
estoy resistiendo ya825
sin más daño, que es arderse
exhalado el alquitrán,
pero oprimido en la mina
todo el monte volará.
La mujer es como el vidr[i]o,830
que el que le quiere guardar
le ha de poner en seguro;
mas si por guardarle más,
desconfïado del riesgo
entre las manos le tray,835
con lo que guardarle piensa
suele venirle a quebrar.
Yo a don Félix de Toledo
he visto, y aunque galán
y me ha hablado y yo me inclino,840
no le respondí jamás.
Y desde que sé que es él
quien tal cuidado les da
estoy deseando verle,
esto es de mi voluntad,845
que en cuanto a mi entendimiento,
también por tema me va,
siendo mujer no ser menos
yo que todas las demás.
No hay mujer tan necia a quien850
el más discreto y sagaz,
si ella no quiere guardarse,
piense que la ha de guardar;
y es fuero de nuestro honor,
porque si fuera verdad855
que el hombre guardarla puede,
aunque le intente agraviar,
consistiendo esto en el dueño
a quien sujetas están,
ni en la honrada hubiera honor860
ni en la libre liviandad;
y mi hermano ha de saber
que esto en mi elección está
y no ha de hacer acción suya
la que fue mía no más.865
Esto es defender la causa
de todas, sepan que hay
que agradecer a la honrada
si a la libre hay que culpar.
Sin dejar de ser quien soy,870
medios decentes habrá
con que yo le desengañe
y asegure esta verdad.
Manuela, no hay que perder
ocasión, que en esto va875
la opinión de las mujeres;
sepa este necio el refrán.
MANUELA
Señora, lo que te pasa
a mí pasado me ha
con mi ayuno esta Cuaresma.880
Yo, sin mandarme ayunar,
cuando obligación no tuve,
no quebré ayuno jamás
y ayunaba a pan y agua.
Este año fue de mi edad885
el tener obligación
y, en mandándome ayunar,
maldito el día he dejado
de almorzar y merendar.
 

(Sale ALBERTO.)

 
ALBERTO
Entrad, amigo.
DOÑA INÉS
¿Quién es?
890
ALBERTO
El sastre envía un oficial
a que os tome la medida
del vestido que ha de dar
para el día del Sotillo.
DOÑA INÉS
Entre pues.
ALBERTO
Amigo, entrad.
895
 

(Vase.)

 
MANUELA
Señora, Alberto a la puerta,
¿qué es esto? Gran novedad.
DOÑA INÉS
Eso es disculpar que yo
castigue su necedad.
 

(Sale TARUGO.)

 
TARUGO
Sea Dios en esta casa900
o no pase del umbral.
DOÑA INÉS
¿Quién sois?
TARUGO
Sastre, con perdón.
DOÑA INÉS
¿De qué?
TARUGO
De lo que he de hurtar.
DOÑA INÉS
¿Y a qué venís?
TARUGO
El maestro,
por probar mi habilidad,905
a que yo os corte un vestido
me envía, porque al lugar
soy recién venido y tengo
grande opinión por allá
en el cortar de vestir.910
DOÑA INÉS
Y él, ¿porqué no viene acá?
¿Quiere probarlo a mi costa?
TARUGO
En vos no cabe el refrán,
digo: «la barba del ruin»
porque el que me envía acá915
está muy bien informado
de que yo no la he de errar.
DOÑA INÉS
¿Y cómo os llamáis?
TARUGO
Garulla.
DOÑA INÉS
¿Qué decís?
TARUGO
Soy del Parral
y, en naciendo, fue mi cuna920
un cesto de vendimiar.
DOÑA INÉS
¿Y dónde habéis aprendido
tan diestramente a cortar?
TARUGO
En Marruecos.
DOÑA INÉS
¿En Marruecos?
TARUGO
Fui niño cautivo allá,925
comprome un sastre morisco
y aprendí con gracia tal
su oficio, que a la princesa,
que es la más rara beldad,
hacía yo de vestir.930
Trájome la Trinidad
y agora vengo a la merced
que espero que vos me hagáis.
DOÑA INÉS
Pues, ¿el vestir a las moras,
qué importa al uso de acá?935
TARUGO
Entre moras y cristianas
poca diferencia hay,
para mí todas son unas,
digo con mi habilidad.
DOÑA INÉS
Bestialidad. La princesa,940
¿cómo se llamaba allá?
TARUGO
Doña Fátima de Aguirre.
DOÑA INÉS
¿De Aguirre?
TARUGO
Sí, ¿qué dudáis,
si su madre es renegada?
DOÑA INÉS
Ea, pues, tomadme ya945
la medida.
TARUGO
Antes quisiera
que aquí unas telas veáis
y algunas cosas curiosas
de las que traje de allá.
DOÑA INÉS
Veamos.
TARUGO
Éstas son joyas.
950
DOÑA INÉS
¿Y qué es aquesta?
TARUGO
Aguardad,
que ésta no es joya.
DOÑA INÉS
Pues, ¿qué es?
TARUGO

 [Aparte.] 

(¡Qué aquí le hube de olvidar,
vive Dios!)
DOÑA INÉS
Ten, no la escondas,
que no te la he de quitar.955
TARUGO
No hay porqué, él es un retrato,
veisle aquí.
DOÑA INÉS
Bien hecho está.
TARUGO
¿Conocéis el dueño?
DOÑA INÉS
No.
MANUELA
Cierto que está muy galán;
señora, ¿éste no es don Félix?960
DOÑA INÉS

 [Aparte.] 

(Calla, que en el sastre hay más
malicia de lo que piensas.)
¿Quereisme acaso feriar
esta joya?
TARUGO
No, señora,
que si he de decir verdad,965
me le han dado para darle
a una dama del lugar;
que también yo en este trato
tengo un poco de oficial.
DOÑA INÉS
¿Quién es la dama?
TARUGO
No sé,
970
porque no la vi jamás
ni he sabido dónde vive,
sólo su nombre sé ya.
DOÑA INÉS
¿Cuál es?
TARUGO
Doña Inés Pacheco,
que es muy bella.
DOÑA INÉS
Sí será;
975
mas, ¿si esta joya os feriase
a otra de valor igual?
TARUGO
No es posible que la haya.
DOÑA INÉS
¿Valdralo ésta?
TARUGO
Sí, valdrá.
MANUELA
Señora, tu hermano viene.980
TARUGO
¡Pesie a mí! ¿Puedo escapar
sin ser visto?
DOÑA INÉS
Pues, ¿qué importa
si sois sastre?
TARUGO
Tengo azar
con hermanos, porque un hombre,
astrólogo singular,985
me ha dicho que cuatro hermanos
me han de llevar a enterrar.
MANUELA
Que sube ya.
 

(Pónese unos antojos.)

 
TARUGO
Pues yo quiero
ponerme aqueste disfraz.
 

(Sale DON PEDRO.)

 
DON PEDRO
Hermana, ¿qué hace aquí este hombre?990
DOÑA INÉS
El sastre enviado le ha,
porque corta de vestir
con gran destreza y me tray
algunas telas que venden
por si las quieres comprar.995
DON PEDRO
¿Antojos trae?
TARUGO
¿Por qué no?
DON PEDRO
No lo vi en sastre jamás.
TARUGO
Si el sastre es corto de vista
y ve bien por su cristal,
¿por qué no se ha de poner1000
antojos?
DON PEDRO
Es gravedad
a que el sastre no se atreve.
TARUGO
Yo he visto sastre que tray
reloj en la faltriquera.
DON PEDRO
Mira tú, hermana, si hay1005
tela alguna de tu gusto
y se la puedes comprar;
y tú, Manuela, a mi cuarto
lleva luz, que quiero ya
recogerme.
MANUELA
Ya yo voy.
1010
 

(Vase MANUELA.)

 
DON PEDRO
Haz, en saliendo, cerrar.
 

(Vase.)

 
TARUGO

 [Aparte.] 

(Ya la tragó, ¡vive Cristo!,
pues más falta que tragar.)
DOÑA INÉS
Hombre, quienquiera que seas
no me niegues la verdad,1015
que en el susto he conocido
que no eres sastre; habla ya
sin miedo y yo te aseguro
que de mí puedes fïar.
TARUGO
Pues señora....
DOÑA INÉS
Antes advierte
1020
que nada me has de ocultar,
pues te va premio o castigo.
TARUGO
Ya picó el pez. Preguntad.
DOÑA INÉS
¿Eres criado de don Félix?
TARUGO
En este caso, algo más.1025
DOÑA INÉS
¿Amigo?
TARUGO
Más un poquito.
DOÑA INÉS
¿Deudo?
TARUGO
Otro poquito más.
DOÑA INÉS
Pues, ¿qué eres?
TARUGO
Su tercero.
DOÑA INÉS
¿Qué dices?
TARUGO
¿Te pesará?
DOÑA INÉS
No, que antes me has hecho gusto.1030
TARUGO
¿Y lo estimas?
DOÑA INÉS
Claro está.
TARUGO
Tragose todo el anzuelo,
iré alargando el sedal.
DOÑA INÉS
Vete pues.
TARUGO
¿Y qué me dices?
DOÑA INÉS
¿No va mi retrato allá?1035
TARUGO
Y acá queda el suyo.
DOÑA INÉS
Pues,
¿qué más quieres?
TARUGO
Algo más.
DOÑA INÉS
Vuelve a verme.
TARUGO
Eso, mañana.
DOÑA INÉS
Bien recibido serás.
TARUGO
¿Qué dices?
DOÑA INÉS
Que esto aseguro.
1040
TARUGO
¿Con memoria?
DOÑA INÉS
Y voluntad.
TARUGO
Pues con esto, adiós, señora.
DOÑA INÉS
Hasta mañana no más.
 

(Vase.)

 
TARUGO
Miren los que ven aquesto
si es bien grande necedad1045
el guardar una mujer
que no se quiere guardar.

 
 
FIN DE LA PRIMERA JORNADA
 
 

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