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ArribaAbajo Sociología

José H. Rosendi



El Problema Social por César Iglesias Paz

Socialismo, sociología, problemas sociales, la cuestión obrera, son frases que se han hecho corrientes. En la Facultad de Filosofía y letras el doctor Ernesto Quesada da un curso intenso sobre el materialismo histórico, habiendo ya dado conferencias sobre el problema obrero en la universidad de La Plata. En la misma Facultad de Filosofía el doctor Juan B. Justo da un curso libre sobre las nuevas vistas para encarar la historia. Ayer el doctor Levene publicaba un pequeño libro sobre leyes sociológicas: después el doctor Dellepiane el suyo de texto de la Facultad de Derecho, y ahora se nos presenta también con un trabajo de actualidad, el doctor César Iglesias Paz, de los últimos egresados.

Comte y Spencer, Marx y Engels, son hurgoneados de continuo aunque pocos se chamuscaran las pestañas sobre ellos.

Se explica: estamos en la gestación de una democracia, tenemos que ser la continuación de Europa bajo muchos conceptos y representamos como país una necesidad de espacio y económica de la parte civilizada del antiguo continente: somos un país de inmigración de raza blanca, raza en la cual se ha engendrado el socialismo, y sus problemas tienen que presentarse aquí no deben plantearse idénticamente.

Copiando instituciones norteamericanas al organizarnos, copiando otras secundarias de otras partes, como ahora al querer en lo militar alemanizarnos de lleno -hemos olvidado y olvidamos el factor adaptación teniendo en cuenta lo que podríamos llamar el factor sedimento-, lo que va acumulándose del   —122→   pasado, y entonces ha venido y viene esa lucha continua entre la camisa que no se adapta al cuerpo y el cuerpo que baila en ella. Camisa de once varas.

No en balde se recuerda en la carátula de un libro lo que dijo José Manuel Estrada: «Si conociéramos a fondo los fenómenos de la sociedad colonial, habríamos resuelto las tres cuartas partes de los problemas que nos agobian». Sí, aunque literalmente cada vez nos separemos más de esta necesidad, siempre habrá que volver hacia Mayo para punto de partida, recurriendo a los pensadores Moreno, Rivadavia, Echeverría y Alberdi, en busca del molde y de los ideales de una sociabilidad generosa; como siempre habrá que hacer por conservar algo tradicional (factor sedimento), y el noble legado del idioma en su esencia, con la flexibilidad y los vocablos de la cultura moderna.

Bien, siendo pues un país de inmigración europea, los problemas que allí se han presentado se irán presentando entre nosotros planteados de diversos modos. Bien hacen los que se dedican a asuntos tan capitales y mucho más cuando como el doctor Iglesias Paz son los egresados de la Casa de Derecho y Ciencias Sociales, porque implica que hacen redituar el capital adquirido en sus años de estudio.

El libro que ha producido el doctor Iglesias Paz, viene a ser por tanto el final de un proceso evolutivo intelectual. Luego está escrito con autoridad.

El problema social es de pequeño formato, construcción sólida y material condensado. Está dividido en cuatro capítulos preliminares; soluciones; exposición; soluciones; crítica; conclusiones; los que a su vez se subdividen en numerosos acápites.

La prensa en general ha saludado al autor y dado a conocer el libro por lo que no haremos más que una presentación ligera de él en sí, revistando algunos puntos que nos parecen más interesantes.

Sobre el origen del socialismo no polemizaremos: solamente haremos notar que ya está visto y revisto, que en artes, en ciencias, en letras, en todo, en todo, siempre que se presenta algo nuevo se empieza a sutilizar (las sotilezas de Pereda) y sutilizando por un hilo tenue, muy tenue, se puede retrotraer todo al origen del Cosmos.

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La cuestión debe tomarse desde el momento que se presenta con claros y distintos caracteres: desde que el problema se plantea con fijeza. En este caso el socialismo y lo que de él deriva, cuestiones modernas, más aún, contemporáneas, nacidas paralelamente con la consciencia individual aumentada en su número con la propagación de la instrucción. Y la propagación de la instrucción ha venido con la difusión de la escuela, del diario, de la revista, del libro.

El individualismo y el socialismo en el fondo no han estado y no están en lucha sino como transición hacia una solución futura.

Como rasgo común y esencial de las escuelas socialistas señala el doctor Iglesias Paz: «Un mismo pensamiento fundamental, con diferencia de grado, de aplicación o de método, inspira el alma de toda esa doctrina que puede concretarse en dos conceptos correlativos: «igualdad» y «solidaridad», como fin y medio respectivamente, a pesar de que en algunos sistemas socialistas aparezcan invertidos los términos». El socialismo en consecuencia y en miras de aquel fin halló su fórmula abstracta en el principio «todos para todos», en oposición al individualista «cada uno para sí». Solamente cuando los países llegan a las densidades de población de Francia y Alemania, puede el socialismo sin ser un negotium para una de las partes y un idiotismo para otra -revestir el carácter de internacionalismo. Son grados de una escala, y antes hay que hacer nacionalismo, basado, eso sí, en los modernos principios sociales. Bien está, entonces, el Partido Socialista Argentino.

Concluye El Problema Social con atinadas consideraciones referentes a la protección de la clase trabajadora por ella misma, como a la protección en sus relaciones con el capital.

Resumiendo: escrito en forma clara y sobria, serenamente, sin prejuicios de partidos, este libro del doctor Iglesias Paz es una obra de aliento que, a más de ser de utilidad general, viene a abrir con llave de oro la producción de este joven trabajador, esperanza de la ciencia argentina.




El problema Nacional obrero y la ciencia económica; La cuestión obrera y su estudio universitario; Herbert Spencer y sus doctrinas sociológicas, por Ernesto Quesada.

El doctor Quesada   —124→   es un trabajador infatigable. Con seriedad y conciencia, más propias del ambiente intelectual europeo que de este medio americano, en el que aún es muy común asaltarlo todo con audacia de montonero, el señor Quesada ha ido dando a luz, en el transcurso de unos treinta años de intensa labor, un sinnúmero de obras de índole y de extensión diversas, honra de la ciencia y de las letras nacionales.

Tres últimos folletos del distinguido publicista llegan ahora a nuestra redacción. Son tres trabajos de sociología, disciplina en la cual ha concentrado el doctor Quesada desde hace unos años a esta parte, todas sus actividades. En el primero de ellos es de alabar sobre todo esa crítica severa a la que somete el doctor Quesada las obras de consulta que pone en manos de sus alumnos, siendo el segundo La cuestión obrera y el estudio universitario, un trabajo igualmente meritorio, mucho más en estos momentos en que comienzan a agitarse en forma asaz pronunciada estos problemas que reclaman una atención de parte de quienes, por sus conocimientos en esta materia, pueden dispensársela. Y, por último, el tercer folleto, constitúyenlo una serie de conferencias en las que la vida y la obra de Herbert Spencer son pasadas en revista, comentadas, explicadas y colocadas en el ambiente intelectual en que nacieron, para pasar luego con fundamento a un análisis minucioso de las doctrinas sociológicas del filósofo inglés. Es éste un trabajo de síntesis, que bien puede ser leído con agrado y provecho por todos aquellos que quieren formarse una cabal idea del sistema de Spencer.

Si el doctor Quesada persiste en esta labor sociológica ha de legar al país no sólo una serie de trabajos que engrosarán el aún modesto bagaje de nuestra ciencia, sino que ha de formar también desde las cátedras que dicta, una pléyade de discípulos, que de él adquirirán por lo menos el culto de la honradez y de la seriedad en la investigación científica, y la afición a pensar con cabeza propia.