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268-28. Situadas en la playa de Vejer, y propiedad de los Duques de Medina Sidonia. Véase, acerca de los ardides empleados por los pícaros de la jábega para hurtar los atunes, la Segvnda parte de la vida del Pícaro, por Félix Persio Bertiso (Madrid, 1654; reimpresa por D. F. Rodríguez Marín en la Revista de Archivos; tomo XVIII; pág. 60 y siguientes), y el artículo del Doctor Thebussem en su libro Segunda Ración de Artículos (1894). (N. del E.)
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269-3. Véanse Comedias y entremeses; III, nota 142-30. (N. del E.)
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M.: «innumerable». (N. del E.)
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M.: «los». (N. del E.)
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M.: «pronta». (N. del E.)
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269-17. Cervantes juega del vocablo ación (correa de la que pende el estribo), recordando que acción significa algunas veces «la fuerça y energía con que alguno predica, lee o razona» (Covarrubias). Allí -dice- los romances tienen estribos (estribillos), y la poesía carece de aciones (acciones); es decir le faltan energía y vigor: es desmayada y floja. (N. del E.)
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M.: «desde». (N. del E.)
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M.: «tambien». (N. del E.)
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M.: «a». (N. del E.)
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270-24.
(Correas: Vocabulario.) |
En la forma representada por el Cancionero de Barbieri (de los siglos XV y XVI; Madrid, 1890), la canción dice:
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Pero la alusión a tres aves, es frecuente en la lírica popular, como en la canción francesa antigua:
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(Théodore Gerold: Chansons populaires des XVe et XVIe siècles, avec leurs mélodies; Strasbourg, s. a.) |
Véase también en Juan B. de Elústiza: Estudios musicales (tomo I, pág. 37) el artículo titulado «La canción de las tres ánades, madre.» (Sevilla, 1917.) (N. del E.)