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282-13. No está clara la significación del vocablo. Lebrija traduce: «adiva de las bestias», por «angina»; pero adiva (preferentemente, en la forma adive) significa también, según Eguílaz, «cierta suerte de lobo o zorra que vive en los desiertos de África y en el Oriente». No es seguro que corresponda, en la segunda acepción, al chacal, puesto que no es probable que este animal fuese conocido en España en el siglo XV, al cual corresponden estos versos del Ropero de Córdoba, en el Cancionero de obras de burlas:


   «Anton, a plazer de Dios,
con vuestras malicias vivas,
aunque cisma hay entre nos,
hazeys lo que cumple a vos,
y a mi, que maten adivas.»



(N. del E.)

 

102

M.: «alçando». (N. del E.)

 

103

284-4. Situada en las afueras de Sevilla.

«Llamóse en tiempo de los moros la huerta de Ben-Joar, recreo de sus Reyes, que la aplicaron una considerable porción de la agua que viene por los caños de Carmona que hasta ahora tiene. Dióla el Rey Don Alonso el Sabio al rey moro de Niebla quando la conquistó, con el lugar que llamó Algarbejo, y llamóse desde entonces del Rey, que en su muerte volvió a la Corona.»


(D. Ortiz de Zúñiga; Anales,
edición citada, II, 450.)
               


En 1493 pasó a los marqueses de Tarifa. (N. del E.)

 

104

M.: «ganancia». (N. del E.)

 

105

M.: «a la». (N. del E.)

 

106

M.: «al». (N. del E.)

 

107

288-15. «Correas en su Vocabulario (edición académica, pág. 307) interpreta la frase, al tratar del modismo Beber los kirios de Elena, en este sentido: "Encarece que uno bebe mucho: nueve veces." Pero quien desee una eruditísima explicación del origen y significado del dicho, no tiene sino consultar las Anotaciones del Brocense al Gryphus de Ausonio (Salamanca, 1598 y Ginebra, 1765), donde, comentando el Ter bibe, vel totiens ternos, sic mystica lex est, a la vez que alega a Plutarco, Horacio, Ateneo, Eustacio y Plauto, escribe: "Hispane dicimus, bebe los kyrios , id est, bibit novies" ("En español decimos: bebe los kyrios, es a saber: bebe nueve veces"), lo cual coincide con la segunda acepción de Correas». (A. Bonilla y San Martín:
De Crítica cervantina;
Madrid, 1917; págs. 49 y 50). (N. del E.)

 

108

M. añade «y al resguardo y acrecentamiento de aquella cofradia». (N. del E.)

 

109

M. omite «se». (N. del E.)

 

110

M. añade «por estremo». (N. del E.)