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Con Rodrigo de Triana son diez.

 

32

El otro es el Rui García que vió tierra al regreso.

 

33

Deseo dar las citas en tal forma que sea fácil averiguarlas, y por eso prefiero ediciones modernas y baratas; pero en cuanto a Fernando Colón hay dificultades especiales. Como sabe todo el mundo, por falta del manuscrito hay que tener la impresión italiana de 1571 como si fuese un original. Pero son caras y raras las primeras ediciones italianas, y estamos acostumbrados a emplear la retraducción de Barcia. El italiano debe de tener muchas equivocaciones: Barcia tiene más, con muchas omisiones y sintetizaciones. La nueva edición, publicada en el año del centenario, no trató de ser más que reimpresión de Barcia; guardó todas las equivocaciones de éste, y añadió otras nuevas que desorientan al lector aunque no sean más que errata. (Hablamos del texto; es muy útil la introducción que lo acompaña.)

No obstante, hemos dado las citas por las páginas de esta edición popular, pero excusamos decir que siempre los hemos cotejado con la italiana y que llamamos la atención a lo que no está bien. Afortunadamente hay otra edición en preparación que será más bien una nueva traducción, pero no ha salido a tiempo para que la citemos.

Hay una edición inglesa más antigua que Barcia, pero en cuanto a traducciones la antigüedad no da ninguna autoridad.

 

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Citamos explícitamente al señor Tenorio cuando sus originales no se encuentran impresos, o se encuentran en libros o revistas que no están al alcance de todos. Se podría citarle casi siempre, porque suele dar las frases importantes para todos sus tripulantes.

 

35

La sola diferencia es errata de la traducción española de Fernando Colón, que dice en el capítulo 33 (pág. 147 moderna): «Diego de Arana, hijo de Diego de Arana.» El texto italiano dice: «Diego di Arana, figliuolo di Roderico di Arana, de Cordoua

 

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Llamo la atención a la contradicción en el número de personas; pero éste no es lugar para comentarla.

 

37

Llamo la atención a la contradicción en el número de personas; pero éste no es lugar para comentarla.

 

38

Barcia dice sobrino, pero el italiano es cugin. Acabamos de ver que Las Casas tiene primo.

 

39

Habla el tesorero Matienzo.

 

40

Sobre la familia de ésta hay que consultar los interesantísimos documentos publicados en el BOLETÍN, tomos 37 y 40, por Ramírez de Arellano. Nos fundamos en ellos para casi todo lo que decimos de parentescos. El abuelo de Beatriz era Pedro Núñez de Arana; el de Diego era Juan Enríquez de Arana; y por las menciones de sobrinos y de primos resulta que éstos deben de ser hermanos.

En estos documentos aparece también Catalina, ésta hija de Diego, a quien, por fin, se pagó su sueldo en 1513; así sabemos que ya había nacido en 1489. Y en el testamento de la Virreina, con fecha de 1548, se menciona una Catalina Enríquez que bien puede ser esta misma. Manda a Pedro de Arana cien pesos de oro: entonces dice: «Item, mando que a Catalina Enríquez, que dió leche a don Diego Colón, mi hijo, que por quanto yo la casé que le den 40.000 maravedís y de vestir y una cama, como parecerá por una cédula que tiene de mi nombre firmada; no embargante que es ya viuda, quiero que se le dé lo susodicho; y que en tanto que ella quisiere estar en casa se le dé de comer, y ruego al almirante mi hijo la haya por encomendada.

»Iten: mando que a la dicha Catalina Enríquez se le paguen las yeguas que dice que se le deben, conforme a lo que dixeron Pedro de Arana y Valderrama».

Sigue el consejo que a doña Ana Muñiz, «cuna de mis hijos», el Almirante debiera dar dinero «como a pariente necesitada». Referimos este último asiento para mostrar que en esta parte del testamento se trata de cosas de familia. (Damos el texto de la Raccotta Colombina).

En los Libros de Pasajeros a Indias, el 10 de mayo de 1516, hay asiento de «Catalina de Arana e doss hijos suyos». (Arch. Indias, 45-I. I/17.) No cuadra con casamiento en Indias, pero la Virreyna habría podido casarla en ausencia, o antes de su propia salida en 1500.

Este Diego Colón, último hijo de la Virreyna, nació en 1523-4, ya ausente su padre en España. En tal fecha la hija de Diego de Arana tendría algo más de treinta y seis años. Todas las fechas permiten que las tres Catalinas nombradas sean una sólo: es decir, permiten que la hija de Diego de Arana fuese casada por la Virreyna a los veintitantos años; que siguiese a ésta a las Indias unos años después, llevando dos hijos, y que en las Indias tuviese otro hijo en el mismo año, cuando nació el último hijo de la Virreyna, y que sirviese como ama de leche al recién nacido Colón y Toledo; que enviudó y que vivía todavía viuda en 1548, teniendo ya unos sesenta años. Pero decir que los documentos lo permiten no quiere decir que lo afirman, ni mucho menos.

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