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Parece coincidencia rara que mientras quitamos de la lista el Rodrigo, carpintero, de Vignaud, pongamos como probable otro Rodríguez, carpintero. Sin embargo, nada tiene que ver el uno con el otro. No creemos que el de Vignaud existiera jamás; pero de todos modos, Vignaud le hace morir en la Navidad, mientras que Pero Rodríguez, carpintero de Huelva, sobrevivió y fué en el segundo viaje.

 

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Este nos parece lugar a propósito para unas observaciones generales sobre la fuente que hemos llamado de Historias coetáneas. Excusamos decir que no se trata del descubrimiento, ni de la vida de Colón, sino del asunto menor de la tripulación; y son pocas las historias que ayudan a formar la lista, porque para los escritores de la época, estos marineros y grumetes carecían de todo interés histórico. En el segundo viaje tropezamos a cada momento con alguien que por sí es importante; pero en 1492 no sabemos de más de dos que fueran de la corte (Pero Gutiérrez y Rodrigo Sánchez), y los demás nombres apuntados son de la oficialidad o de aquellos más humildes que por algún acontecimiento llegaron a noticia especial: como los que vieron tierra, los que por sus conocimientos lingüísticos se enviaron tierra adentro, el a quien cupo la suerte de ir en romería, etc.

Hay solamente cinco historias coetáneas que importan para la lista, y de 26 nombres que tomamos de estas historias 20 provienen evidentemente del perdido Diario de Colón. Se ha perdido no solamente el original de este Diario, sino también la copia hecha en 1493, que debe de ser la que empleó Las Casas para aquel sumario del Diario que tenemos todavía. Probablemente lo hiciera cuando escribía su Historia, y tuvo que devolver la copia completa, que empleaba por original, a quien se lo hubiera facilitado. Cuando Las Casas hace copia exacta textual, siempre lo advierte (como, por ejemplo, para los días interesantes del 12 hasta el 25 de octubre), y en lo sintetizado sentimos emisiones de dos clases: de detalles que entonces no parecían interesantes, y de los que se conocían, tan bien que (desgraciadamente) no era preciso apuntarlos.

Las Casas y Fernando Colón se apoyan en el Diario. Haciendo tabla comparativa de los nombres propios, de un solo vistazo se ve que se trata del mismo grupo de nombres copiados con unas u otras omisiones, y resulta claro que había en el Diario perdido más nombres que los que ahora tenemos en el Sumario. Por ejemplo, el cirujano maestre Juan tiene su nombre propio en la Historia de Las Casas, aunque no en el Sumario; Rui García, el marinero que vio tierra al regreso, está apuntado solamente por Fernando Colón (quien había quizás aprendido de su padre lo que vale a un marinero tal premio pequeño de fama). Herrera, al cual por su documentación es costumbre consultar como si fuese coetáneo, tiene de vez en cuando alguna particularidad que hace sospechar que empleaba algo más que el Sumario, pero no es así en cuanto a nombres propios; para ellos copia sencillamente a Las Casas, y parece que no empleaba a Oviedo; o no se fiaba de él.

Oviedo puede ser llamado autor independiente; escribió antes que Las Casas y que Fernando Colón, y no hay razón para pensar que tuviera acceso al Diario. Escribió mucho por informes orales, y a veces sus informantes no eran fidedignos. El Hernán Pérez Mateos a quien cita por testigo de vista del primer viaje, no fué hasta el segundo; así se explica lo inexacto que resulta ser lo que escribe de los hechos de Colón, y no hay por qué esperar que sea más exacto en cuanto a los apellidos. Es notable que tenga tantos tripulantes como tiene -es decir, ocho del primer grupo, incluso el maestre Juan- y que nos da además otro nombre que se ha confirmado (el paje Salcedo, con quien habló Colón de ver la lumbre) y la interesante historia del «marinero de Lepe».

Los demás historiadores tienen que ser examinados, pero en el particular de los nombres no contribuyen casi nada. Como la grandeza del hecho no se veía hasta 1493, los informes sobre la primera armada son muy pobres en toda historia donde no haya impulso de amor o de odio hacia Colón. A veces hay algo sobre su vuelta a Barcelona «con la victoria», y bastante sobre los preparativos para un segundo viaje. Pedro Mártir de Angleria, haciendo la descripción del primer viaje, no nombra a otro que «un tal Cristóbal Colón», «Christophorus Columbus quidem», aunque mucho más tarde, cuando habla, del viaje de los Pinzones en 1499, dice que estos Pinzones (es decir, Vicente Yáñez y su sobrino Arias Pérez) habían ido en el primer viaje; lo que en cuanto a Arias Pérez no es verdad, como sabemos por su propio testimonio. En cuanto a Bernáldez, es muy evidente que se funda para 1492 en las primeras cartas de Colón, que ya andaban impresas; no da más nombres para el primer viaje que los de Colón y de Martín Alonso Pinzón. Las historias más breves nunca piensan en dar más que la oficialidad, y a veces la dan muy mal. Por ejemplo, Lucio Marineo Siculo llama al almirante Pedro Colón. Es raro que sean posibles equivocaciones como las suyas en un catedrático que moraba en la corte.

Resulta, por fin, que los nombres que figuran en las Historias salen por cinco autoridades, que son: el Sumario, Las Casas, Fernando Colón, Oviedo y Pedro Mártir. Los dos últimos ofrecen cada uno un nombre falso. Oviedo añade además uno verdadero que no tienen los otros historiadores, pero éste es el único verdadero que se conoce por las tres autoridades primeras: es decir, por el Sumario, Las Casas y Fernando Colón.

Resultan ser 24 nombres y se dividen fácilmente en grupos; son 20 del Diario, que sale por las relaciones del segundo viaje (Jacome o Jacobo), 1 añadido por Oviedo (Salcedo), y 2 citados casualmente y de paso por Las Casas cuando habla de los Pleitos posteriores (Francisco Vallejo y García Fernández). Otra clasificación se sugiere por el hecho de que hay algunos que se conocen por una sola noticia, mientras hay otros muy repetidos. Notamos que no es de las personas más importantes de las que tenemos más noticias; y hay dos omisiones verdaderamente sorprendentes. Ningún historiador nombra a Juan de La Cosa, aun cuando parece que hablan de su persona; tampoco hay mención alguna de Juan Niño, maestre y dueño de la Niña, emparentado con todos los de Palos y Moguer. No cabe duda de su ida, pero lo sabemos por otro conducto, y el hecho sirve para advertirnos de lo incompletas que son las historias verdaderamente coetáneas.

De la mayor parte de estos nombres históricos tenemos confirmación por medio de otras fuentes. Pero queda un pequeño grupo de 10 nombres de los cuales no tenemos ninguna documentación más que esta de las historias de la época. Entre ellos señalamos como casos especiales los de maestre Juan, el cual falta del Sumario, y parece faltar por descuido de Las Casas: y los de maestre Diego y de Rui García, los cuales provienen cada uno de una sola frase, en el Sumario y en Fernando Colón, respectivamente.

En resumen; la omisión de personas importantes que seguramente fueron, la presencia de dos nombres seguramente falsos y la existencia de un grupo de 10 sin confirmación por otra clase de documento nos advierte de la prudencia necesaria cuando hay que pesar evidencia histórica. Pero también es verdad que para algunas personas se ha hallado confirmación inesperada después de muchos años; como, por ejemplo, cuando se hallaran los pagos de Jacome y de Luis de Torres; y no nos parece nada imposible que se encuentren todavía más confirmaciones de esta clase.

Añadiremos la tabla comparativa por autoridades. Los diez tripulantes que quedan sin confirmar por otra fuente están en bastardilla.

Tabla de autoridades:
SD LC FC O PM Cristóbal Colón
SD LC FC O Diego de Arana
SD LC FC O Martín Alonso Pinzón
SD LC FC Pero Gutiérrez
SD LC FC Pedro de Villa
SD LC FC O Rodrigo de Escobedo
SD LC FC Rodrigo Sánchez de Segovia
SD LC FC O Rodrigo de Triana
SD LC FC O PM Vicente Yáñez Pinzón
SD LC Bartolomé Roldán
SD LC Cristóbal Quintero
SD LC Gómez Rascón
SD LC Luis de Torres
SD LC Peralonso Niño
SD LC Rodrigo de Xerez
SD LC Sancho Ruiz
SD Maestre Diego
LC Francisco Martín Pinzón
LC FC Jacome
LC O Maestre Juan
LC Francisco Vallejo
LC García Fernández
FC Rui García
O Salcedo
17 21 11 8 2 24
Falsos:
PM Arias Pérez Pinzón
O Hernán Pérez Mateos
· Total: 24 verdaderos con 2 falsos.
 

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Lo mismo podría referirse a maestre Alonso, físico, como a maestre Juan, cirujano.

 

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Por lo cual entendemos sencillamente que estos dos nombres eran los únicos al alcance de Castellanos. Nada de lo que dice este autor del primer viaje se puede tomar en serio. Sigue a Oviedo cuando no sigue a su propia imaginación poética. En cuanto a la Navidad, esta imaginación poética nos ofrece un idilio largo y romántico, con un epitafio bonito.

 

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Véase Conversaciones históricas malagueñas, por Cecilio García de la Leña; Málaga, 1789 (t. III, pág. 153).

 

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En los tomos XXXVII y XL del Boletín.

 

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Parece llamarse Leonor Gutiérrez, aunque ésta podría ser otra hermana. Véase la página 476 del tomo XXXVII del Boletín.

 

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Es curioso que hay otro maestre Juan, también cirujano, en los Libros de la Casa en 1505; le pertenecen algunas cosas llevadas por las tres carabelas latinas de dicho año. Por supuesto no tiene relación, que se sepa, con nuestro maestre Juan, cirujano, quien murió en la Navidad. Hay otro en Méjico en 1549.

Dél maestre Alonso y del maestre Diego también hay homónimos entre los primeros que fueron a Indias.

 

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Lo mismo refiere Las Casas en su Historia (t. 1, pág. 329); pero Fernando Colón no se ocupa de tal hallazgo.

 

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La cita, dada antes del arreglo del Archivo de Indias, es: «Real Patronato, Simancas, Arca I.»

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