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21

Para apreciar lo que valgan estos testigos, notamos que no nos parece imposible que Juan Viñas sea otro tripulante de 1492 (véase sobre esto adelante, Juan de Xeres). Como cita a tantos marineros, hemos tenido que repetir varias veces el mismo testimonio. El Francisco Niño que habla es grumete de la Cardera, en donde iba en el segundo viaje para servir a su tío Cristóbal Niño, maestre de aquella carabela. Por su manera de contestar, no puede ser el Francisco que iba en 1492; además nos parece que si Cristóbal hubiese sido de los del primer viaje, este grumete habría citado aquí a su tío y amo, sin limitarse a lo oído de Juan y de Peralonso. El testigo Morales no era hombre de mar; fué en el segundo viaje como escribano de la Niña, y así habrá tenido buenas oportunidades de informarse de Juan Niño. Los otros dos informantes suyos iban también en el segundo viaje. Morales cesa en el cargo de escribano de la Niña en enero de 1494; es decir, cuando se compró la Niña para la corona, pero quedó con otro cargo hasta la vuelta de Colón en 1496, y firma como testigo en Cuba cuando el Auto sobre la insularidad, junio 1494. Cuando habla, en 1514, es vecino de Puerto Rico; antes lo había sido de Sevilla.

Calcula mal el tiempo transcurrido desde que oyó decir varias cosas; dice el 1514, que oía hablar del primer descubrimiento hace unos veintitrés años poco más o menos, y hablar de Paria y del viaje de Ojeda y Cosa hace unos diez y ocho años. Son dos años más de lo posible, y nos fijamos en esta inexactitud porque dice también que ha conocido a Diego Colón unos veintitrés años, lo que daría la fecha de septiembre 1491, y podría ser de interés si fuese verdad. Pero tememos que tenga la misma equivocación de unos dos años, y, por tanto, le habría conocido desde que se preparaba el segundo viaje.

 

22

Así Vanegas en la carta preliminar pone la muerte hacia 1518-1523; en la pregunta 4.ª indica 1517 ó 1518; Leonor Vélez indica 1521, poco más o menos.

 

23

Hay tres copias del interrogatorio (que se presentó en dos ocasiones en Guatemala y también para un solo testigo en Sevilla). Una de estas tres copias dice aquí «costa del Marañón», errata evidente; la gramática de todas tres deja algo que desear. Están en los ff. 8 v., 114 y 142.

 

24

Véase la nota 22 de la página 733.

 

25

Hemos puesto estos testigos por el orden de su importancia para nuestros fines; no es el orden que tienen en el Pleito. Hay además otros dos que asienten vagamente, sin repetir el nombre de Juan Niño: son Diego Díaz, albañil, y Alonso García Santos, regidor de San Juan del Puerto.

 

26

Estos cuatro son Gonçalo Toredo y Melchor de Velasco; los distinguimos de Diego Díaz y Alonso García Santos, los cuales asienten más vagamente.

 

27

Véase la nota al Maestre Juan, pág. 55 del BOLETÍN del verano de 1925. No solamente falta Juan Niño en Herrera y en Las Casas, sino que los dos autores parecen darse cuenta de la falta, porque los dos dicen que en la Niña Vicente Yáñez llevaba los cargos de capitán y de maestre a la vez. (Véase Las Casas, t. I, pág. 260.) Por supuesto, Herrera copia a Las Casas; pero tenía a su disposición los Pleitos para rectificar y no rectificó.

 

28

El informe del nieto de Peralonso (1557 y 1567) está impreso, por completo, aunque con bastantes erratas, en el tomo XVI de los Documentos para la Historia de España, año de 1871. El del nieto de Juan se ha impreso sólo en parte; por lo menos no lo hemos visto en ninguna obra impresa; pero como tantos trabajan en el Archivo de Indias, llevando sus copias a tantos países extranjeros, es algo peligroso llamar a cualquier documento inédito. Lo que dice Juan de Aragón es lo más importante, y eso sí está impreso por Asensio en su Colón (apéndice, t. I, pág. 263). Pero el informe merece imprimirse entero, porque las muchas contradicciones, confusiones, equivocaciones y hasta mentiras que contiene, dificultan mucho su empleo; y, en tal caso, el resumen hecho por un escritor no debe servir sino como primer auxilio. Las probanzas son demasiado largas para que las reproduzcamos en nota; si llegan estos artículos a salir en forma de libro, trataremos de ofrecerlas en apéndice, para que el que quiera tomarse la molestia pueda averiguar el contexto y la calidad de los testimonios que estamos obligados a citar muy brevemente.

 

29

El informe de Peralonso Niño, el nieto, era para lograr el alguacilazgo perpetuo de Tunja y una pequeña renta; el de Vanegas se hizo con pretensiones menos definidas.

 

30

Lo que nos dice es que era sobrino de Cristóbal Niño y que fué para servir a su tío (el cual era maestre de la Cardera en el segundo viaje).