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21

El número de éstos acaso puedo reducirlo, y no lo doy sino provisionalmente. A lo más serían 21 hombres, y sólo 12 de ellos creo posibles muertos de la Navidad, porque asigno los otros 9 a la Pinta.

 

22

Suponiendo que el maestre Diego es el cirujano que fué también en 1498.

 

23

Ya se ha dicho que Arana es la única persona que aparece seguramente en el Rol y también entre los muertos; hemos propuesto uno más, el sastre Juan de Medina. Lo que dice Colón es breve y general, y si hubiese unas excepciones, no se habría parado para enumerarlas; por lo visto, no lo hizo en cuanto a Arana.

 

24

El documento es minuta de una relación hecha por el segundo Almirante, en que dice, hablando de su padre y de las Indias, «que no las descubrió por guerra, sino con tres carabelas y sesenta y ocho hombres». Sesenta y ocho está escrito en letra, aunque se ha impreso como cifra. (Véase Nuevos autógrafos de Colón, pág. 37.)

 

25

Las palabras de Las Casas son (lib. I, cap. XXIV, o sea tomo I, pág. 260) : «La gente que se allegó y metió en ellas, con marineros y hombres de tierra, porque llevó algunos criados del Rey que se aficionaron a ir con él por curiosidad, y otros criados y cognoscientes suyos, fueron por todos noventa hombres, marineros y de allí de Palos los más.» A primera vista parece que el número de noventa abarca a todos; pero si se quita la puntuación puesta por los redactores modernos, y se lee «noventa hombres marineros», sería posible interpretarlo de otra manera. No veo posibilidad de interpretar de dos maneras lo que dice después, cuando habla de los 60 en tierra de Guacanagarí. (Tomo I, pág. 405, lib. I, cap. LXI.)

 

26

Aunque sospecho que se rehusaron unos pocos.

 

27

Se sabe bastante de la Pinta después de 1492; pero no conozco ninguna lista de la tripulación que llevaba en otro año.

 

28

Así me he convencido por un escrutinio escrupuloso de la lista. Hay unos Alfonsos, unos Pedros, y alguno que otro mas que hace pensar en un solo hombre llamado de diferentes maneras; por ejemplo, Alonso grumete podría ser Alfonso Clavijo, quien volvió a España, o podría ser Alonso de Morales, quien murió: si tegero fuese oficio y no apellido, Pedro Tegero podría ser el Pedro de Lepe que murió, o podría ser Pedro Yzquierdo, o Pedro de Soria, los cuales sobrevivieron. Pero serían muy pocos los casos. Dentro del Rol no hay duplicación, porque no se pagaron dos sueldos el mismo día a un solo hombre; y fuera del Rol el arreglo por nombres de pila quita mucho peligro del empleo de varios motes; y la categoría de los marineros y grumetes nos ayuda aún más que sus procedencias.

 

29

Al hablar de Pagos trataremos nuevamente de esto, y entonces cuando estudie el Rol tendré ocasión de reiterar mi gratitud al archivero de la Casa de Alba, señor Paz y Espeso.

 

30

Parece que el señor Tenorio quiere distinguir entre Hernández y Fernández, lo que no se puede, pues ni dos escribanos ni el mismo escribano en dos páginas, guarda tal distinción. Lo que sí es posible es distinguir entre dos hombres de este apellido escribiéndolo de las dos maneras; este procedimiento a veces ayuda a la claridad, y este debe de ser el motivo del señor Tenorio.

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