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Nuevo estudio sobre el Itinerario de Antonino

Antonio Blázquez





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Ni el texto publicado por los Sres. Parthey y Pinder, ni los trabajos practicados para fijar la posición de las mansiones, son aceptables en buena crítica; pues en aquel aparecen como distintas, distancias mansionarias que deben ser iguales como las de Segisamone á Deobrigula, de Viminacio á Lacobriga, de Obucula á Astigi y de Segontia á Arcobriga1, y en estos se sitúan Murum y otras poblaciones en puntos que no concuerdan con los datos del Itinerario; y asi cunde el error, se propaga y se sostiene, y transmitiéndose del campo de la Geografía al de la Historia hace incomprensibles las descripciones de los acontecimientos hechas por los autores clásicos.

Es cierto que la cuestión es de suyo intrincada y difícil; cierto también que requiere un cuantioso caudal de antecedentes; pero no es menos cierto, que por lo mismo ha debido ser objeto de preferente atención, y que á los valiosos trabajos de los señores Saavedra, Fernández Guerra y Coello, han debido seguir otros que ampliaran, rectificaran ó confirmaran sus afirmaciones. Desgraciadamente no ha sido así; y nosotros somos quizás los únicos que á tal empresa nos dedicamos, sin más elementos que una firme voluntad para rechazar el error, y sin otra ayuda que nuestras propias fuerzas y la excesiva benevolencia del Sr. Fernández Guerra, benevolencia que le agradecemos desde el fondo de nuestra alma, y que muestra el profundo culto que rinde al cultivo de la ciencia.

Para los Sres. Parthey y Pinder, el aspecto de los códices, los caracteres externos de los mismos y las circunstancias de cada uno, han debido ser el objeto preferente de atención; en cambio, la concordancia de los datos del Itinerario ha sido descuidada   —55→   hasta el extremo de que, además de las incongruencias señaladas, aparecen otras de igual ó mayor bulto, pues solo en 14 caminos han logrado la concordancia en las longitudes; y este es, á nuestro entender, el estudio más útil y provechoso que del Itinerario puede hacerse. Poco importa que un códice sea del siglo VIII ó del XII; poco también el estado de su conservación y el aspecto de sus caracteres; lo que nos importa es hallar las verdaderas distancias, y para ello lo primero que debe hacerse es combinar las cifras, de modo que la suma de las distancias mansionarias sea igual á la longitud total asignada al camino.

Y que este es el procedimiento, no cabe dudarlo; pues dado el exquisito celo que los romanos desplegaron en todo lo que á sus vías, y especialmente á las militares se refiere, no es de suponer que midieran mal los caminos, ni que en el registro pretoriano, que debió ser objeto de varias comprobaciones, hubiera errores de cuantía. Los errores han debido surgir al copiar el Itinerario, y por esto debemos suponer que entre los datos que contienen las diversas copias debe estar encerrada la verdad, pues no es posible que todos los copistas dejaran de consignarla; habría equivocaciones parciales, pero alguno en cada caso estamparía la cifra verdadera.

Fundados en esto, hemos formado, con las versiones de los códices, combinaciones ó series para cada camino, desechando desde luego aquellas que no dieran la repetida conformidad con el total, y después, buscando las concordancias que con otras vías pudieran tener ó acudiendo al examen del terreno, hemos determinado por selección la verdadera.

Aun así, hemos de confesar que no hemos conseguido, como se verá en el lugar correspondiente, un resultado completo; vías hay que quedan en la sombra y en la duda, pues hemos preferido confesar nuestra impotencia á violentar la verdad.

Para fijar la posición de las mansiones sobre el terreno hemos atendido rigurosamente á la posibilidad de las distancias: y cuando, como en Mariana y Laminio, había caminos en distintas direcciones, hemos tomado sobre estos puntos de partida, fijados definitivamente, y trazado desde ellos arcos que limitaran el espacio en que, con arreglo á las distancias, debieron encontrarse   —56→   las poblaciones buscadas, examinando después cuidadosamente: el terreno para fijar el emplazamiento definitivo dentro de aquella zona de posibilidad.

Hechas estas ligeras observaciones, pasaremos al estudio parcial de cada camino, al que seguirá después la publicación del Itinerario corregido.

Camino núm. 1.a.2

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Camino núm. 1.b.3

Comparando con la primera las otras tres, observamos que las diferencias consisten:

1.º En la adopción de 17 millas como medida del trayecto de Juncaria á Gerunda.

2.º En la de 47 para el de Gerunda á Barcenone.

3.º En la de 40 para el de Segasamuncio á Virovesca.

4.º En la de 47 para el de Osca á Cæsaraugusta.

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5.º En la de 18 de Calagurra á Verela.

Y 6.º En la de 40 de Cæsaraugusta á Cascanto.

Para llegar á resolverlas precisa comparar este camino con otros, con los cuales tenga trayectos comunes, y acudir al examen del terreno en aquellos otros en los que la posición de las mansiones sea conocida a priori.

La distancia de Juncaria á Gerunda debe ser 27 millas, pues en los vasos apolinares4 se detalla este trayecto, asignando 12 de Juncaria á Cinniana y 15 de Cinniana á Gerunda, y además, la distancia geogrática no consiente el trazado de un camino directo de 17 millas, pues hay 20.

La versión que da 47 millas de Gerunda á Barcenone no concuerda con los vasos apolinares, y aunque esto no sería obstáculo para admitirla, pues tampoco coincide la de 66 que adoptamos, adolece aquella de otro defecto mayor, y es la imposibilidad de que haya existido un camino con 47 millas para una ditancia mayor.

En cuanto á la de Cæsaraugusta á Osca, ninguna de las versiones coincide con la vía núm. 32 que pasa por ambas poblaciones; y si bien es cierto que se aproxima más la de 47, esta aproximación es puramente casual, toda vez que para adoptar esta versión sería preciso que las distancias á Cascanto y Virovesca, á las de Verela y Virovesca, fueran 40 y 40, ó 18 y 40 respectivamente, lo cual no puede admitirse por las razones que más adelante indicamos.

En el trayecto de Cæsaraugusta á Cascanto y en el de Calagurra á Verela hay imposibilidad material de admitir las versiones de 40 y 18 por haber más en línea recta5, y en cuanto al de Virovesca, por el contrario, excede considerablemente á la distancia real.

Quedan, pues, desechadas las versiones 2.ª, 3.ª y 4.ª, y como única combinación posible la 1.ª, que es la que nosotros adoptamos.

  —59→  

Aunque los Sres. Saavedra y Fernández Guerra han fijado con gran acierto la posición de este camino, debemos rectificar algunas de sus afirmaciones, que son:

l.º La de que hay que corregir las 17 millas de Barcelona en 22 en el camino núm. 2, para que coincidan sus distancias con las de los vasos apolinares, y para que la distancia desde Gerona sea la efectiva.

2.º La de que este camino es, entre Barcelona y Tarragona, un compendio á largas distancias del camino núm. 2.

3.º La de que es preciso rectificar la distancia á Lérida en 52 millas y en el camino núm. 32, las 18 de Ad Novas en 23, para hallar la conformidad.

En cuanto al trazado de la vía, hay que confesar que se ha determinado perfectamente por dichos señores, con presencia de los trabajos de Coello, Madoz, Cean, Govantes, Salazar y Rosales.

Respecto de la primera afirmación, no podemos aceptarla en manera alguna, pues muy bien pudiera existir y existieron dos caminos de Gerona á Barcelona: de uno de ellos que pasa por Granollers, nos dan cuenta los mencionados señores; del otro atestiguan los vestigios de calzada y los restos de poblaciones que se encuentran en Mataró, en Areuys y otros puntos de la costa; ambas direcciones siguen hoy dos ferrocarriles y anteriormente eran muy frecuentados los caminos ordinarios que por allí pasaban. Carece, pues, de fundamento sólido la rectificación que se intenta, pues sin necesidad de ella se explican satisfactoriamente todas las dudas y dificultades que puedan ocurrir. Por último, aun añadiendo esas 5 millas á la distancia de Barcelona en los vasos apolinares, sólo se obtendrían 64 millas en lugar de las 66, y entonces ni el camino de Granollers coincidiría como coincide hoy con el de los vasos apolinares, ni con el presente, que forzosamente tuvo que ir por la costa, y no por el interior, cuyo trazado excede en unas 7 millas.

Alto análogo sucede con el trayecto de Barcelona á Tarragona: pues si fuera compendio contendría menos nombres de mansiones, pero las longitudes de los grandes trayectos coincidirían, y no sucede así, lo que nos prueba que por lo menos debió haber un trayecto distinto, y decimos un trayecto porque las asperezas   —60→   del terreno inmediato á Barcelona sólo consienten dos trazados, uno por la costa y otro por el Llobregat. El camino de la costa sólo mide unas 51 millas, en tanto que el de los vasos apolinares tiene 66, y este de que tratamos 75; no pudo, por tanto, seguir esta dirección ninguno de los dos, teniendo que remontar unidos la orilla del Llobregat, y, desde Martorell por Villafranca y Vendrell ir directamente á Tarragona el de los vasos apolinares (que también consta en el núm. 2), mientras el que nos ocupa se apartaba cerca de Villafranca, descendía á Cabellas, y enlazándose con aquel en Vendrell continuaba a Tarragona. Este trazado es el único que se le puede asignar para que coincidan las distancias, pues en los demás parajes no hay posibilidad de establecer vías regulares; además, próximos á Villanueva y Geltrú y á Cubellas se han encontrado vestigios de edificios antiguos.

En el trayecto de Tarragona á Lérida que mide, en el camino núm. 32, 48 millas, y en éste 62, quieren reducir ambos á 52, fundándose en que deben ser el mismo. Nosotros creemos lo contrario, no sólo porque así lo dicen los datos del Itinerario, que no pueden alterarse en manera alguna, pues desharian la conformidad obtenida entre la suma de las distancias mansionarias y la total, en diversos caminos; sino porque no es el primer caso de que puntos algo apartados estén unidos por distintas vías, por ejemplo Bracara y Asturica. El camino de que aquí se trata iba por Ruidecols y Falset, utilizando parte del que de Tarragona iba á Tortosa y aparece mencionado con el núm. 2 en el Itinerario de Antonino y en los vasos apolinares, como se verá en su lugar.

Por último, hemos de advertir también que era distinto el trayecto de Osca á Cæsaraugusta del que describe la vía núm. 32, comprobándose por la gran diferencia que hay en su longitud, pues el primero mide 66 millas y el segundo solo 48. La vía romana aquí descrita continuaba con la misma dirección que traía hasta Ayerbe, donde hay restos de fortificaciones romanas, y enlazándose luego con el camino núm. 33 bajaba por la orilla del Gállego á Zaragoza, recorriendo así las 66 millas6.

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Camino núm. 2.a.

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Camino núm. 2.b.

Como se ve, son tres caminos los que se comprenden en esta descripción: el de Narbona á Tarragona, el de Tarragona á Cartagena y el de Cartagena á Castulón. De ellos trataremos separadamente.

1.er Trayecto.

Coincidiendo este trayecto con el que describen los vasos apolinares, de estos nos serviremos para la rectificación; así, pues, se desechan las versiones que asignan 16 millas á Cinniana, 14 á Aquis voconis, 16 á Seterras ó Secerras, 15 á Fines, 27 á Antistiana, 8 á Palfuriana y 17 á Tarragona; pero con todas estas correcciones faltaría una milla para obtener la conformidad con la longitud del camino, y por esto dejamos de hacer la rectificación de Tarragona, adoptando la primer versión.

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La posición que asignan á las mansiones es la verdadera, salvo ligeras excepciones, que son: Aquis voconis, que debió encontrarse un poco más al SO. de Caldas y quizás junto á Sils, y Prætorio, cuya distancia á Barcelona y Gerona obliga á colocarle también junto á Llinas, pero no en el mismo pueblo, sino en el camino de Granollers y próximo igualmente á esta población.

Este camino concuerda en parte con el núm. 1, según allí se ha expuesto, y es el mismo que aparece en los vasos apolinares.

2.º Trayecto.

Como en el anterior trayecto, se resuelven las dudas con solo consultar las inscripciones de los vasos apolinares, donde se ve que la distancia de Dertosa á Intibili es de 27 millas; la de Ildum, de 24; y en cuanto á la de Statuas, aunque no figura esta mansión, también puede determinarse, porque de Ad Turres á Sætabi aparecen 25 millas y de Sætabi á Sucronem 16, que dan un total de 41 millas, que se obtienen aquí con la versión que da 32 millas para Statuas y 9 para Ad Turres.

Se ha supuesto que la vía romana seguía desde Tarragona la   —64→   inmediación de la costa pasando luego por Perelló; pero este trazado es bastante más corto que el que describe el Itinerario, y como no pudo tener desarrollos ó desviaciones laterales, por impedirlo de un lado el mar y de otro las montañas, debe desecharse. En cambio el camino de Falset da igual longitud que el Itinerario; y esto, unido á la circunstancia de ser indudablemente romano7, á la de coincidir la denominación Sub saltu8, que indica un puerto en las montañas con el puerto que hay en el intermedio de Falset y Ruidecols, y á la de corresponder las distancias de sus mansiones con pueblos en que se conservan vestigios de gran antigüedad, nos obligan á aceptarle como correspondencia en el terreno del camino romano de Tarracone á Dertosa. Oleastrum debe corresponder a Ruidecols y Traia capita á Miravel.

Las mansiones de Ad Ello y Aspis, mal situadas en el mapa que aparece unido á los discursos de los Sres. Fernández-Guerra y Saavedra, han quedado fijadas definitivamente en el estudio del Sr. Fernández Guarra sobre la Deitania. La primera corresponde al monte Arabí, al NO. de Yecla, y la segunda á las Pasas, al S. de la misma población, junto al picacho del Carche.

3.er Trayecto.

Como se ve, sólo damos una combinación, y ésta no coincide con el total de millas asignado como longitud del camino: esto   —65→   depende de que con los datos anteriores no se puede formar una verdadera combinación, por lo cual hemos adoptado las versiones que más se aproximan, habiendo resultado sólo una diferencia de una milla.

Hemos desechado también la versión de 48 millas para Eliocroca, por ser sólo 44 la longitud del camino sobre el terreno.

Desde Lorca á Baza, ó desde Eliocroca á Basti, el Itinerario da una longitud de 41, 42 ó 50 millas según las versiones, siendo así que la línea recta mide 59, y el camino más corto, que aún subsiste, 69; por tanto, es forzoso admitir la omisión de una mansión en esta parte del camino.

Entre Acci y Mentesa sobra, por el contrario, una mansión en el Itinerario, pues aparece este trayecto con una longitud de 72 ó 75 millas según las versiones, cuando la línea recta sólo mide 42 y el camino con las desviaciones naturales unas 44; por tanto, es manifiesto que la mansión que se omitió antes de Baza se consignó por error, después de Acci. Ahora bien, juzgando por las distancias, vemos que en aquel trayecto faltaban 28 millas y en éste sobran 28 ó 30; no cabe, pues, dudar que la mansión de Acatucci es la que debe cambiar de lugar.

Mas para esta coincidencia tenemos que adoptar las menores versiones de distancias, y hé aquí cómo por un lado el examen del terreno, y por otro el natural propósito de concordar las distancias parciales con la total, nos conducen al mismo resultado.

Hecho esto, la mansión ad Morum cae exactamente en el castillo de Xiquena, y Acatucci en las Vertientes.

Entre Acci y Mentesa, la mansión de Viniolis coincide con las inmediaciones de Guadahortuna, y no con Albunieles, donde el trayecto es mucho menor.

Camino núm. 3.a.

  —66→  

Camino núm. 3.b.

Siendo la distancia de Córdoba á Castulone 63 millas, y midiendo 99 este camino, no cabe dudar que tenía que alejarse bastante de la línea recta para lograr aquel desarrollo, sin que puedan aceptarse las versiones que aparecen en los trabajos tantas veces aludidos, porque no dan la conformidad indispensable.

En cuanto á la posición de las mansiones, ni con la combinación que adoptamos ni con la otra coinciden, pues Cañete de las Torres dista de Córdoba en línea recta 29 millas y de Arjona 13, é Iliturgis, ó mejor su posición en Cuevas de Lituergo, 10 y 16 de Arjona y Castulón. Para que fuera esta la posición de las mansiones se haría preciso que los caminos que las unían describieran numerosas vueltas y revueltas, lo cual es esencialmente opuesto al método seguido por los romanos en la construcción de sus vías, y esta consideración obliga á buscar al N. ó al S., pero á bastante distancia del Guadalquivir, el verdadero trazado de la vía. De estas dos suposiciones es más verosímil la última, es decir, el trazado por la parte meridional donde el terreno era más rico, las poblaciones más numerosas y los caminos más fáciles; y por esto, aunque solo como indicación leve, diremos que muy bien pudo bajar por las orillas del Guadalbullón hasta cerca de la Guardia, siendo en 22 millas común con el descrito en el núm. 2. Desde las inmediaciones de Jaén pudo continuar á Martos y Fuente Tojar ó Castil de Campos, en cuyas inmediaciones se cumplen las 34 millas, y desde allí por Castro del Río continuaría á Córdoba: en estas poblaciones, y especialmente en   —67→   Castro del Río, hay numerosos vestigios de población romana, así como de vía de la misma época9.

Camino núm. 4.

En este camino no puede adoptarse otra combinación que la anterior, siendo de notar la coincidencia con la inscripción de los vasos apolinares, bien que en estos se detalle alguna mansión intermedia.

Aunque la distancia de Montoro á Marmolejo es una línea recta de solo 11 millas, hay que tener presente que la multitud de tornos y revueltas del Guadalquivir obligó a salvarlas por medio de un rodeo que alarga el camino hasta las 18 millas.

Camino núm. 5.a.

  —68→  

Camino núm. 5.b.

Aunque aparece resuelta la posición de las mansiones por los Sres. Fernández Guerra y Saavedra, resultan algunas discordancias entre las distancias del Itinerario y las del terreno, por lo que creemos debe estudiarse nuevamente.

Interin se hace esto, aceptamos las correspondencias propuestas por dichos señores, variando solo las distancias a Acci ó á Menova para lograr el total de 291 millas.

La segunda combinación debe desecharse desde luego, pues la distancia á Tugia es de 35 millas en el terreno.

Camino núm. 6.a.

  —69→  

Camino núm. 6.b.

Pocas dificultades ofrece este camino, pues se han encontrado sus vestigios á la proximidad de la costa, cuyo trazado seguía quedando reducido á determinar qué versión debe adoptarse, según lo indiquen las distancias.

La versión de 34 millas para Barbariana, ni entra á formar parte de ninguna combinación, ni coincide con la que media entre los puntos que asignan como correspondientes á las mansiones respectivas; de modo que, no solo no debe aceptarse la versión publicada por los Sres. Saavedra y Fernández Guerra, sino también la segunda combinación.

La tercera difiere de la primera en que asigna 6 millas á Mergablo, con cuya equivalencia sería imposible el camino, pues hay más en el terreno; deberá aceptarse, por consiguiente, la primera combinación que da una longitud de 155 millas.

Camino núm. 7.a.

  —70→  

Camino núm. 7.b.

Como se ve, la diferencia de las números 2, 3 y 4 con la primera, que es la misma que aceptan los Sres. Saavedra y Fernández Guerra, es solo de 1 milla en el total y en una sola distancia en cada una.

  —71→  

Coincidiendo el trayecto hasta Sevilla ó Hispali con la inscripción de los vasos apolinares, deben desecharse desde luego las versiones que dan 26 y 8 millas respectivamente para Ugia é Hispali, y por ende las combinaciones indicadas.

En cuanto á la cuarta, como la diferencia con la primera es insignificante y no hay más medio de comprobación que una medición exacta del terreno, prescindiremos de ella.

Con los vasos apolinares presenta una diferencia de 2 millas en el trayecto de Cádiz al Puerto Gaditano, pues allí figuran 24 y en éste 26, inclinándonos á creer que la equivocación está en aquellos, porque de otra suerte habría que suponer otra equivocación en el Itinerario para hallar la conformidad en las distancias.

¿Deberá llevarse Ostippo á Estepa? Creemos que sí, pues el trazado por aquí es más fácil y las distancias coinciden.

Camino núm. 8.

Concuerda este camino con el de los vasos apolinares en toda su extensión, y con el núm. 10 hasta Astigi, y esta coincidencia nos permite ver que, ni la distancia á Obucula es 43, sino 42, ni   —72→   la de Astigi 16, sino 15. Hay, pues, que desechar las versiones segunda y tercera.

En cuanto á la situación de las mansiones es perfectamente conocida y no ofrece duda alguna.

Camino núm. 9.

Siendo indudable la situación de Italica en Santi Ponce hay que desechar las tres últimas versiones.

Camino núm. 10.

Concuerda, como hemos dicho, con el núm. 8 y con los vasos apolinares hasta Astigi.

La versión que da 27 millas para Celti debe desecharse, porque impide la conformidad de la suma y porque, como indicaremos más adelante, no concuerda con el terreno. Por esta última razón desechamos la que da 27 millas desde Regiana á Mérida, ó mejor   —73→   al empalme con otra vía, que, conforme con la opinión de los Sres. Saavedra y Fernández Guerra, tenía lugar en (Perceiana) Villafranca de los Barros.

En cuanto á las dos versiones de Regiana, que difieren en solo 1 milla, la pequeñez de la diferencia nos dispensa de investigaciones que aclaren este punto.

El camino ha sido perfectamente determinado sobre el terreno, mas no así las mansiones. Desde Astigi, hoy Écija, la vía se encaminaba al NO. por Palma del Río y Puebla de los Infantes: Celti no estaba en esta población, pues distaba 37 millas de Astigi, y contadas sobre ese camino hay muchas menos á Puebla de los Infantes, sino un poco antes de Constantina. Continuaba la calzada por Reina, que tampoco es Regiana, pues aquella distaba 81 millas de Astigi y á ésta solo hay 73, y tocaba en Llerena y Villagarcía donde se cumplían las 81 millas y en donde existen numerosas ruinas, lápidas y otros vestigios de la época romana. Por último, á las 24 millas está Villafranca de los Barros, la antigua Perceiana, también con vestigios, á la distancia conveniente de Mérida y sobre el camino que venía de Itálica.

Camino núm. 11.

Este camino sólo admite la combinación adoptada ya.

El camino seguía el trazado que aún se ve por el Castillo de la Mano de Hierro, continuando por el Guadiato hasta Fuente Ovejuna, donde se miden las 52 millas.

La mansión inmediata dicen corresponde á las inmediaciones de Zalamea de la Serena y á las orillas del río Ortiga, cuyo nombre es análogo al de Ortigi de la mansión; mas con esta correspondencia no coinciden las distancias, pues a Fuente Ovejuna solo hay 30 millas, No faltarán caminos de uno á otro punto que   —74→   midan las 36 millas, mas no seguirán trazados recios, y esto, á nuestro entender, dificulta algo la correspondencia de Mellaria ó Artigi.

Un camino hay con trazas de romano que va recto en dirección N. desde Córdoba, llegando á medir 52 millas en el Viso, pasando antes por el Castillo de la Mano de Hierro, Villarta y Alcaracejos. Si se situara Mellaria en el Viso, y abandonando la dirección N. se tomara la NO., correspondería á Astigi el pueblo de Benquerencia, y por camino romano se llegaría a Medellín á las 32 millas. Como se ve, aquí las distancias coinciden, pero en cambio faltan la semejanza de nombre en Artigi (Ortigos) y las lápidas de Pina Mellaria (Fuente Ovejuna).

Camino núm. 12.

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Este camino concuerda con los números 13 y 21.

La situación de Malateca en Marateca y de Ébora en Evora no presenta dificultad alguna; pero Salacia, situada según algunos en Alcocer da Sal, ofrece desde luego dudas, que obligan á trasladarla á Montalvo ó sus inmediaciones. En efecto, la distancia de Marateca á Alcocer es de 17 millas en línea recta y el Itinerario solo hace constar 12, y en la distancia á Evora hay por el contrario falta en el terreno, pues, sobre él, es de 37 y el Itinerario fija 44. Además de esto, estando Montalvo más próximo al mar, se hacía en él más apropiada la denominación de Salacia que en Alcocer; pero sobre todo, la falta de exactitud en las distancias es en este caso la que nos determina a variar su situación. Salacia es mencionada en otro camino, en el que veremos que coinciden las distancias con Montalvo mejor que con Alcocer, que bien pudo tomar la denominación da Sal recordando su dependencia de Salacia.

Aunque en el camino se dice á Mérida, este camino terminaba, según lógica suposición, en Plagiaria, de cuyo hecho tenemos ejemplo en algunas otras vías que llegaban á la misma población, como la señalada con el núm. 8; pero aun así hay grandes incongruencias entre las distancias que señala el Itinerario y las reales del terreno, pues de Ébora á Plagiaria figuran en aquel 47 millas y en línea recta hay 56. Si se supone la omisión de una mansión, lo probable es que fuera su distancia miliaria de 10 millas, porque es la única que, compensando la falta, se presta á no alterar el total, toda vez que hay dos versiones, de 16 y 26 respectivamente, para Malateca.

Siguiendo ahora el orden natural, nos ocuparemos del primer trayecto en que podemos considerar dividido este camino, ó sea hasta Marateca. Suponen los Sres. Saavedra y Fernández Guerra que Equabona correspondía á Counha, Catobriga á Setubal y Ceciliana á Agua Alba; mas este trazado es imposible, pues solo mide 39 millas, en vez de 48 ó 58 millas, según se adopte la versión de 16 ó 26 para Malateca, y además, cosa extraña, cuenta como recorrido la anchura del Tajo que tenía que atravesarse, en punto en que es de sobra navegable, y describía inusitados recodos poco verosímiles en calzadas romanas.

  —76→  

Más natural es el trazado que vamos á indicar, pues no adolece de ninguno de esos inconvenientes, y sin embargo no nos atrevemos a darle carácter de exactitud. Según nuestra opinión, el camino era común con los números 15 y 16 hasta Equabona, que coincidía con Povoa; después atravesaba el Tajo y tocaba en las orillas del Zatas ó Zetas á la población de Catobriga ó Cætobriga, que debió tomar su nombre de este río, y por último, atravesaba en línea recta las llanuras que se extienden hasta Marateca, en las cuales debió hallarse Ceciliana. La coincidencia del nombre de Cætobriga con el paso del Zetas, junto á su desembocadura, y sobre todo el ser el único trazado para carretera que puede dar la longitud que marca el Itinerario, coincidiendo exactamente también las mansiones con los puntos designados, nos hacen suponer que este fué el trazado de la vía. Hemos de hacer, sin embargo, una advertencia, y es la de que hemos contado 16 millas á Malateca en vez de las 26 que figuran en la única combinación que hemos consignado, obedeciendo esta innovación al pleno convencimiento de que faltan millas entre Ébora y Mérida, y á la suposición de que la falta es de 10 millas, según en otro lugar indicamos.

En cuanto al trayecto que figura á continuación de Évora, diremos en primer término que es preciso aumentar 10 millas, con ó sin mansión, es decir, como trayecto mansionario ó como adición á un trayecto citado. Veamos ahora dónde pudo ser.

La primer mansión que se cita está caracterizada por ser el paso de un río (ad Adrum flumen), y pudo estar á 9 ó 19 millas de Ébora, según añadamos ó no aquí las 10 millas. Ahora bien, el camino hasta Plagiaria debía separarse muy poco de la línea recta, y en ésta, á 19 millas, no se encuentra ningún río, lo que nos induce á buscarle á 9 millas, encontrando en efecto el Pardiella, afluente del Degebe, ya de alguna importancia; á él, pues, únicamente puede aplicarse la denominación de río Adro, y en sus orillas debió encontrarse la primer mansión.

La segunda pudo estar á 12 ó 22 millas y se llamaba Dipone: pudiera corresponder á las inmediaciones de Villaviciosa, así como Evandriana á las de Elvas y entre esta plaza y Badajoz.   —77→   También pudo estar Dipone en Monte Virgen y Evandriana en Villaboim, como se demuestra á continuación:

Camino núm. 12: Distancias.

Si se omitió una mansión en el Itinerario, pudo estar antes de Dipone, Evandriana ó empalme, según puede observarse.

Camino núm. 13.

Habiendo entre ambas mansiones una distancia mucho mayor, según consta por el camino núm. 21 (95 millas), es indudable que hay equivocación. Los Sres. Fernández Guerra y Saavedra, suponiendo que la distancia sea efectivamente la de 16 millas, corrigen los nombres de las mansiones, poniendo de Balsa á Ossonoba. Nosotros, sin desechar tal suposición, proponemos otra, por si merece considerarse: consiste en creer que el nombre, que pudo estar equivocado, es el de Ossonoba y no el de Salacia, y nos fundamos para ello, en que estando ya descrito el trozo de Baba á Ossonoba, no tenía ningún objeto reproducirlo como un nuevo camino; al propio tiempo el estuario del Sadao debió tener en aquellos tiempos, como en los tiempos presentes, mucha importancia, y no parecerá extraño que las vías que pasaban por Salacia tuvieran algún ramal que llegara hasta la entrada de la ría de Setubal, que dista próximamente las 16 millas. Las ruinas halladas en dicho punto confirman la importancia y la existencia de una población junto á la actual Setubal, en la extremidad de las tierras que forman la orilla izquierda del estuario del Sadao, en paraje hoy medio cubierto por las aguas. Equivocadamente se supone que esta población, hoy destruída,   —78→   era la antigua Cætobriga ó Catobriga del Itinerario, y algunos la denominan Troya.

Camino núm. 14.a.

Este camino es común con el núm. 15 desde Ad Septem aras hasta Mérida. Conviene hacer notar, sin embargo, la circunstancia de que admitiendo aquí las mismas versiones que allí para las distancias, no es posible, como puede verse, hallar verdadera combinación, y esto nos hace sospechar si desde Budua á Plagiaria, que es el único trayecto que tiene distintas versiones, habría dos caminos; uno por la orilla izquierda del Gevora, midiendo 8 millas, y otro por la derecha que medía 12.

La situación que se asigna á las mansiones de este camino y las diferencias que resultan entre sus distancias y las del Itinerario, son las siguientes:

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Camino núm. 14.b.

Diferencias tan enormes como las de Septem aras nos hacen comprender que las mansiones están mal situadas, y efectivamente puede demostrarse que era muy otra su posición.

Este camino no partía de Lisboa, sino que se bifurcaba de otra vía procedente de Lisboa; en efecto, si medimos la distancia geográfica de Lisboa á Budua, hoy Botoa, veremos quo hay 122 millas, siendo así que el Itinerario solo mide 103, fenómeno que solo se explica por medio de un empalme, según se ha indicado. Éste tercia lugar en Santarem, desde donde se prolonga un camino hacia el E., pasando por Ponte do Sor, Alter do Chao, Codosera y Casas de Don Juan, y luego hacia el S., por Botoa y la Matanza, para encaminarse otra vez hacia el Oriente hasta llegar á Mérida, correspondiendo las mansiones á los puntos siguientes.

Camino núm. 14.c.



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