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Don Fernando el de Antequera

Drama histórico en tres actos, en verso.

PERSONAS
                EL INFANTE DON FERNANDO.
RUY LÓPEZ DÁVALOS, condestable de Castilla.
FRAY VICENTE FERRER (el Santo).
EL CONDE DE URGEL.
DIEGO LÓPEZ, justicia mayor de Castilla.
FERNÁN GUTIÉRREZ DE VEGA, repostero mayor del infante.
FERNANDO DE GUZMÁN, procurador de Toledo.
DON FADRIQUE, conde de Trastamara.
DON SANCHO DE ROJAS, obispo de Palencia.
LA REINA DOÑA CATALINA.
EL REY DON JUAN II, niño de dos años.
Ricos hombres, caballeros, escuderos, pajes, procuradores, reyes de armas, soldados, etc.
La acción pasa en Toledo en el año de 1407.


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Acto primero



     El teatro representa el claustro que da frente a la capilla del arzobispo don Pedro Tenorio, en la catedral de Toledo. Hay a la izquierda del actor una puerta que conduce a la iglesia: a la derecha los arcos que dan al jardín. Los personajes que vienen de lo exterior salen por la derecha del foro, que es por donde se supone que continúa el otro lado del claustro que hace ángulo con el que figura la escena.
Escena I
EL CONDESTABLE, DON DIEGO.
(Ambos salen de la iglesia.)
EL CONDESTABLE         En este claustro, don Diego,
quiero hablaros un instante,
en tanto que se concluyen
los solemnes funerales
que por el alma de Enrique 5
nuestro Rey, que en paz descanse,
se están celebrando.
DIEGO                                   Bien
habéis hecho, condestable,
en sacarme de la iglesia.
�Dejadme por Dios, dejadme 10
que vuelva en mí!... Me ha asombrado
la elocuencia de ese fraile.
EL CONDESTABLE �A quién no admira y suspende
siempre que los labios abre
ese apóstol milagroso 15
de evangélicas verdades!
DIEGO De fray Vicente Ferrer
se cuentan prodigios grandes:
y al ver lo que a mí me pasa
cuando acabo de escucharle, 20
que de congoja en el pecho
el corazón se me parte,
no extraño ya que convierta
con sermones de esta clase
los moriscos a docenas, 25
los judíos a millares.
�Dios mío! Si de tal suerte
me ha edificado, que casi
estoy tentado por ir
a un monasterio a encerrarme!... 30
EL CONDESTABLE No, don Diego, sosegaos;
y ese fervor empleadle
en servicio de la patria,
que reclama en este instante
vuestro apoyo.
DIEGO                           �El mío?
EL CONDESTABLE                                           Sí, 35
DIEGO �De qué manera?
EL CONDESTABLE                               Escuchadme.
Desde que víctima al fin
de su dolencia constante
murió nuestro rey, Castilla
está sin rey que la mande. 40
DIEGO �Cómo sin rey! Pues decid:
�en Segovia con su madre
no está el príncipe de Asturias?
EL CONDESTABLE �Príncipe de Asturias! Nadie
le ha proclamado en Castilla. 45
DIEGO Es cierto que a proclamarse
no llegó; mas...
EL CONDESTABLE                            Si don Juan,
que dos años no cabales
cuenta de edad, sube al trono,
será lo que os dije antes: 50
que tendrá Castilla rey,
pero no rey que la mande.
�Y en qué ocasión, santo Dios!
Portugal por una parte,
con el recuerdo orgullosa 55
de Aljubarrota, al combate
se apresta, y romper intenta
las mal concertadas paces.
El moro rey de Granada,
faltando al pleito-homenaje, 60
nos niega el tributo. El duque
de Benavente escaparse
de su prisión ha logrado,
y al frente de sus parciales
subir al trono pretende. 65
Y a tantas calamidades,
�qué opone Castilla? �Un rey
de dos años... y durante
su menor edad, discordias,
tumultos, que, por alzarse 70
con el poder, moverá
la ambición de nuestros grandes!
Don Diego, evitar conviene
que vuelvan a renovarse
los odios que se encendieron 75
en época no distante,
y que el reinado del hijo
empiece como el del padre.
DIEGO Infundado es el temor:
los casos no son iguales. 80
Niño y solo don Enrique
cuando el trágico desastre
del rey su padre, no extraño
que a la regencia aspirasen
los varones de más cuenta. 85
Mas, �quién habrá que levante
el pensamiento a esa altura
hoy que, con derechos tales
como ser tío del rey,
tiene Castilla un infante, 90
el infante don Fernando,
cuya prudencia admirable,
cuyo valor sin segundo,
cuya justicia le hacen
de todos cuantos le ven 95
conquistar las voluntades?
En las Cortes que en Toledo
quiso el rey que se juntasen,
a las que ya no pudiendo
asistir por sus achaques, 100
mandó en su nombre a su hermano,
Ruy López, �no le admirasteis
como le admiramos todos?
�No visteis cuán arrogante
pidió a los procuradores 105
de las villas y ciudades
que para la santa guerra
contra el granadino alarbe
de un millón de oro en dineros
el servicio le otorgasen? 110
�No le visteis cuán brioso,
oprimiendo los ijares
del fogoso palafrén,
salió del Tajo a la margen,
y a la numerosa hueste 115
de caballos y de infantes
pasó reseña, aclamado
por vítores a millares?
Vedle allí, de devoción
modelo, humilde postrarse 120
al pie del túmulo regio
donde el rey su hermano yace,
vertiendo lágrimas tiernas...
Mas �a qué me canso en balde
en elogiaros sus prendas, 125
si acaba de hacerlo el padre
fray Vicente en su sermón
con elocuencia tan grande?
Él �esperanza de un reino�
le llamó: bien lo escuchasteis... 130
Y vos que desde su infancia
sois su amigo inseparable,
y que mejor que ninguno
debéis saber cuánto vale,
extraño que al verle asir 135
el timón de aquesta nave,
tanto temáis que zozobre
entre recias tempestades.
EL CONDESTABLE Cuantos elogios hacéis;
cuantos hizo el venerable 140
religioso; cuanto el mundo
entero pueda elogiarle,
aún no es posible, don Diego,
que a igualar jamás alcance
a la alta opinión que tengo 145
de sus raras cualidades.
DIEGO Pues entonces...
EL CONDESTABLE                             �Esperanza
de un reino� oísteis llamarle:
pues escuchad el enigma
que encierra la triste frase 150
de ese oráculo cristiano.
Sin hijos que le reemplacen
en el trono de Aragón,
el rey don Martín nombrarse
quiere un sucesor. Alega, 155
entre varios aspirantes,
don Jaime, conde de Urgel,
los derechos de su sangre;
y aunque cuenta en los tres reinos
gran número de parciales, 160
el rey don Martín se inclina
a don Fernando, que añade
al título de sobrino
altas prendas personales.
�Ah!, no hay duda: le veréis 165
en aquel trono sentarse.
Fray Vicente, como es justo,
quiere a su patria llevarle;
y ese reino de quien dijo
que era esperanza el infante, 170
es Aragón, no Castilla.
Ved si en circunstancias tales
son fundados mis temores.
DIEGO Pero el riesgo está distante.
Aún vive el rey don Martín... 175
EL CONDESTABLE Escuchad, don Diego, aparte.
El riesgo está muy cercano.
Avisos confidenciales
me anuncian que su salud
infunde temores graves. 180
Postrado en el lecho está,
y se aguarda por instantes
su muerte. De esta noticia
don Fernando nada sabe,
y antes que Aragón al trono 185
en daño nuestro le llame,
cansados ya de disturbios
los prelados y los grandes,
y cada cual receloso
de que un rival se levante 190
con el poder, y Castilla
quede entregada al embate
de encontradas ambiciones,
si no hay rey que las ataje;
en don Fernando hemos puesto 195
los ojos, y por dictamen
de todos se ha decidido
hoy mismo...
DIEGO                       �Qué?
EL CONDESTABLE                                    �Coronarle!
DIEGO �Qué decís!... -Pero la reina
es natural que reclame 200
del niño don Juan su hijo
los derechos...
EL CONDESTABLE                          Será en balde.
Retirada a vida obscura,
atenta a los maternales
cuidados, sin que del trono 205
haya gozado un instante,
ni la ambición la domina,
ni tiene en el reino a nadie
que alce en su favor la voz.
Mas para evitar que trate 210
de intentarlo, a vos, don Diego,
como el más fiel y el más hábil,
encomendamos la empresa.
En tanto que aquí al infante
proclamamos, vos, tomando 215
diez lanzas que os acompañen,
partís al punto a Segovia
y lleváis nuestro mensaje
a la reina.
DIEGO                   �Yo, Ruy López!...
EL CONDESTABLE Y cuando hagáis que se embarque 220
en Fuenterrabía, y lleve
sus hijos al patrio margen
del Támesis, do tranquila
en el hogar de Alencastre
sus años felices vea 225
en dulce paz deslizarse,
volved, don Diego, a Toledo,
donde, a pesar de rivales
que vuestro cargo ambicionan,
seréis como fuisteis antes 230
justicia mayor del reino;
con la gloria de que a nadie
sino a vos será deudor
de su corona el infante.
DIEGO Si es la voluntad de todos... 235
 
Escena II
DICHOS, DON FADRIQUE, UN ESCUDERO.
FADRIQUE �Tristes nuevas, condestable!
Este escudero que llega
de la frontera las trae.
El moro ha roto la tregua;
y con huestes formidables 240
metiéndose por Baeza,
no hay quien sus fuerzas ataje.
EL CONDESTABLE �Esto más!
FADRIQUE                    Hasta Quesada
se extiende ya. Los alcaides
que guardan las fortalezas 245
cercanas a aquella parte,
en vano oponer quisieron
su valor al fiero enjambre
de bárbaros: arrollados
por el número, su sangre 250
vertieron, quedando muertos
en tan desigual combate
muchos nobles caballeros:
Garci-Osorio, Martín Sánchez
de Rojas, el mariscal 255
Juan de Herrera...
DIEGO                               �Oh lamentable
suceso!
EL CONDESTABLE               Ya veis, don Diego,
ya veis las plagas que caen
sobre Castilla...
FADRIQUE                            Castilla
nos pide un rey que la salve. 260
EL CONDESTABLE �Y lo tendrá!
FADRIQUE                       �Lo tendrá!
EL CONDESTABLE Entrad, escudero, y dadle
al infante la noticia:
en la iglesia está: no os pare
el temor de interrumpir 265
su oración: llegad a hablarle.
Entrad pronto.
(El escudero entra apresurado en la iglesia.)
 
Escena III
EL CONDESTABLE, DON DIEGO, DON FADRIQUE.
EL CONDESTABLE                           No perdamos
la ocasión. En este instante
acalorada su mente
con las preces funerales, 270
con el enlutado templo,
con la elocuencia del padre
Vicente, al oír la nueva
es fuerza que más se exalte;
y aprovechando nosotros 275
momento tan favorable,
ante el riesgo de la patria
le haremos ceder.
FADRIQUE                               Las calles
que he recorrido, ocupadas
por la militar falange 280
se miran ya. La impaciencia
pintada está en los semblantes.
Todos cercan los tablados,
esperando que se alcen
los pendones por el rey; 285
y con fieros ademanes
gritan a una voz que sólo
por don Fernando han de alzarse.
DIEGO �Es posible!
EL CONDESTABLE                      Diego López
parte a Segovia a llevarse 290
a la reina y a su hijo.
DIEGO Ya que a príncipe tan grande
toda Castilla proclama,
no ha de haber quien me aventaje
en decisión...
FADRIQUE                        Partid, pues. 295
EL CONDESTABLE No os detengáis.
DIEGO                              Al instante.
(Se va por el foro.)
 
Escena IV
EL CONDESTABLE, DON FADRIQUE.
FADRIQUE (Siguiéndole con la vista.)
�Será fiel?
EL CONDESTABLE                    Su interés propio
le pone de nuestra parte.
Ninguno ayer de esta odiosa
comisión quiso encargarse. 300
Mas don Diego, que en intrigas
cortesanas es muy hábil,
y como letrado astuto
hallar argumentos sabe,
en virtud de la promesa 305
solemne de confirmarle
justicia mayor, lo hará
como ninguno.
FADRIQUE                           �Olvidasteis
que era mi intención pedir
al nuevo rey que nombrase 310
justicia mayor del reino
a un deudo mío?
EL CONDESTABLE                             �Y no vale
más conquistar un amigo
que tal servicio nos hace?
FADRIQUE �Empezáis ya a repartir 315
del reino las dignidades?
EL CONDESTABLE �Y vos a pedir el precio
de vuestro apoyo?
FADRIQUE                                 Mostrarse
debe el rey agradecido
con quien le hace rey.
EL CONDESTABLE                                      Es fácil 320
que se equivoque quien piense
en el trono colocarle,
con el fin de que un valido
a los castellanos mande.
FADRIQUE Si no sois vos el valido, 325
es posible que se engañe.
EL CONDESTABLE �Yo!... �Qué decís?...
FADRIQUE                                      Recordad
que con el fin de que acaben
para siempre entre nosotros
sangrientas rivalidades, 330
y ante un rey que fuerte sea
todos quedemos iguales,
ayer pactamos de acuerdo
dar la corona al infante.
EL CONDESTABLE Pues bien: si propicio el cielo 335
favorece nuestros planes,
veréis quién es el mancebo
que con humildad tan grande
sufrió de su adusto hermano
no merecidos desaires. 340
Si desde su edad más tierna
quiso benigno prestarse
a mis consejos, en breve
podrá Castilla juzgarme.
Suba don Fernando al trono, 345
y ningún miedo os espante;
que no seré yo el valido,
ni vos lo seréis, ni nadie.
FADRIQUE Pasos oigo, y me parece
que aquí don Fernando sale. 350
EL CONDESTABLE Esta es la ocasión. El cielo
me dé su apoyo.
(Dos pajes salen de la iglesia, y uno dice desde la puerta:)
PAJE                              �El infante!
 
Escena V
DICHOS, DON FERNANDO, RICOSHOMBRES, CABALLEROS.
(Salen de la iglesia.)
FERNANDO Condestable, �sabéis la triste nueva?
EL CONDESTABLE El mancillado honor de nuestras armas
venganza pide al cielo.
FERNANDO                                       Sí, la pide; 355
�y yo en su nombre le daré venganza!
La noble empresa que mi hermano Enrique
con generoso esfuerzo proyectaba,
yo cual legado suyo la recibo
y con ardor la acabará mi espada. 360
Ora en el templo, al escuchar la nueva,
juré sobre el cadáver del monarca
su voluntad cumplir. Ardió mi pecho
en guerrero valor. Ya en las plegarias
fúnebres escuchar me parecía 365
los himnos de victoria, y en las altas
cornisas ver, colgadas por mi mano,
las banderas al moro conquistadas.
Por vos pregunto y a buscaros salgo.
Disponed, condestable, sin tardanza 370
que el ejército todo se reúna:
su caudillo seré. Pronto la fama
a deciros vendrá si los consejos
que de vos recibí grabé en el alma.
EL CONDESTABLE Ese brío marcial llena mi pecho 375
de júbilo, señor. -Mas antes falta
que al gobierno del reino se provea;
y que al llevar la guerra a otra comarca,
una guerra más cruda, más terrible
no alimente Castilla en sus entrañas. 380
Castilla está sin rey.
FERNANDO                                    Tendralo en breve.
Por orden mía alzados en la plaza
los tablados están. Mandad que en ellos
en el instante, con la pompa usada,
se levanten pendones a mi vista 385
por don Juan el segundo.
EL CONDESTABLE                                           �Y qué esperanza
queréis, señor, que en ese débil niño
de ventura y de paz funde la patria?
FERNANDO Fúndela en mí, que, hasta cumplir los años
que al rey menor las leyes le señalan, 390
por voluntad de mi difunto hermano
sabré a Castilla gobernar.
EL CONDESTABLE                                           No manda
quien el poder divide. El testamento
de don Enrique nuestro rey me encarga,
cual fiel ejecutor de sus mandatos, 395
que el gobierno del reino se reparta
entre vos y la reina.
FERNANDO                                  Y bien, la reina...
FADRIQUE No ha nacido en Castilla, y esto basta.
EL CONDESTABLE Débil mujer, ajena de experiencia,
de la corte y del trono retirada, 400
en su misma flaqueza a cada paso
un estorbo hallaréis. La envidia baja,
la torpe adulación, la sorda intriga,
monstruos que siempre en los palacios vagan,
presto os dividirán; y a pesar suyo 405
la harán al fin, altiva y deslumbrada,
el placer de reinar, que hoy desconoce,
para ella sola ambicionar mañana.
Ni ella ni vos gobernaréis entonces.
Por bandos mil Castilla destrozada, 410
al arrogante portugués y al moro
no podrá resistir, y en mengua tanta
vuestro error lloraréis. �Señor, no puede
cual monarca reinar quien no es monarca!
FERNANDO �Qué me dais a entender?...
 
Escena VI
DICHOS, UN ESCUDERO.
ESCUDERO                                                Señor, en nombre 415
de los procuradores, os demanda,
a fin de presentaros un mensaje,
audiencia el de Toledo.
FERNANDO                                        Dadle entrada.
 
Escena VII
DICHOS, FERNANDO DE GUZMÁN, y otros dos procuradores.
(El infante se coloca a un lado, a la cabeza de los grandes. Los procuradores se paran enfrente de él.)
FERNANDO Ya os escucho: decid.
GUZMÁN                                      Señor: instados
por el rey don Enrique, que Dios haya, 420
nos, los procuradores de estos reinos,
a ayudarle en la guerra que intentaba
a los moros hacer de Andalucía:
a pesar de lo exhaustas que se hallan
las villas y ciudades, le ofrecimos 425
un millón de oro. Mas pues Dios acaba
de llamarle a su seno, ya las Cortes
retiran el servicio.
FERNANDO                                 �Por qué causa?
GUZMÁN Señor, el rey que lo pidió no vive.
FERNANDO Mas vivo yo, que con igual constancia 430
haré la guerra, y con igual denuedo...
EL CONDESTABLE �Y con mayor tal vez!
GUZMÁN                                      Tales demandas,
que la miseria pública acrecientan,
sólo al rey, por respeto, se otorgaban.
EL CONDESTABLE Cierto: y vos no lo sois. A vuestro hermano 435
débil, doliente, moribundo, nada
negaron: era rey. -A vos, robusto,
vigoroso, dispuesto, os lo rechazan.
FERNANDO �Posible es que las Cortes desconozcan
la urgente utilidad de esta campaña? 440
�En los sangrientos campos de Baeza
no escucháis los clamores de venganza
de tantos esforzados caballeros
muertos por la traición? Y cuando aguarda
el castellano ejército, sediento 445
de gloria y lauros, la señal de marcha,
�renunciaremos a tan alta empresa?
�Consentiremos que la infiel canalla,
talando campos, demoliendo templos,
asolando el país, doble su audacia, 450
y hasta los mismos muros de Toledo
la media luna vencedora traiga?
EL CONDESTABLE Un medio hay de evitarlo.
FERNANDO                                            �Cuál? Decidlo.
EL CONDESTABLE �Que os ciñáis la corona castellana!
FERNANDO �Yo!... �Condestable!... �Qué decís?...
EL CONDESTABLE                                                                Infante: 455
Castilla toda por mi boca os habla.
No receléis de usurpador el nombre.
Sabe el mundo quién sois, y que esa mancha
ennegrecer no puede al que fue siempre
modelo insigne de virtudes tantas. 460
Vos no usurpáis el trono: os le da el pueblo;
que es de remota edad costumbre sabia.
El transmitir un padre por herencia
la corona que honró con sus hazañas
a un hijo que tal vez con torpes vicios 465
da segura señal de deshonrarla,
práctica fue que estableció en mal hora
el crecido poder de los monarcas.
Por voluntad de todos y entre todos
al más digno, otro tiempo, se entregaba 470
la corona real; y este derecho
hoy con razón Castilla lo reclama.
Sí, con harta razón. Volved los ojos
a los días, señor, de vuestra infancia,
y contemplad por lo que entonces visteis 475
el triste porvenir que nos aguarda.
Vos lo podéis trocar, subiendo al trono,
en porvenir de paz, dando a la fama
vuestro feliz reinado asunto digno
que en la futura edad el mundo aplauda. 480
�Vos de quién descendéis? Si vuestro abuelo
a su hermano don Pedro con las armas
vida y trono arrancó, y él y sus hijos
y sus nietos en paz dichosa y larga
cual legítimos reyes gobernaron; 485
�no será más legítima y más santa
la autoridad que, sin deberla al crimen,
de su libre elección os da la patria?
Cuando os extiende, en el común peligro,
las suplicantes manos; cuando os llama, 490
no al ocio, no, sino a vengar la afrenta
de Aljubarrota y de Baeza, �en calma
la podréis escuchar? -Cuidad no sea
que, si a sus ruegos le volvéis la espalda,
a flaqueza más bien y a desaliento 495
lo atribuya Castilla. -�Ah, no, se engaña!
Su salvación en vuestros ojos leo...
Caballeros, llegad. Sobre la espada
rey le juramos.
TODOS                          Sí.
EL CONDESTABLE                                 Procuradores,
otorgad el servicio. Reyes de armas, 500
por don Fernando el quinto alzad pendones.
�Tenemos rey! �Castilla está salvada!
FERNANDO Tened, tened. -Aprecio, caballeros,
y eternamente grabaré en mi alma,
que mostréis del valor de mi persona 505
tal crédito tener. -Esta demanda
que grandes, ricoshombres, caballeros,
me presentan unánimes, dictada
no puede ser por míseras pasiones,
por odio antiguo y criminal venganza... 510
No: sólo el bien del reino es el que os mueve:
quiérolo así creer. Mas si arrastrada
de patrio celo, la conciencia os dicta
tan dura obligación, a mí me manda
que también a mi vez cumpla la mía... 515
rechazando esa oferta. -No es de tanta
codicia en mí ser rey, que menosprecie
el eterno borrón, la negra infamia
de despojar a un inocente niño,
sin más apoyo ni defensa humana 520
que el llanto de una madre viuda y sola,
y faltar a la fe por mí jurada
a un rey, a un padre que en mi honor confía.
No, castellanos. La señal más alta
con que mi gratitud mostraros puedo 525
es daros hoy por rey, sin más tardanza,
al hijo de mi hermano. -Su edad tierna
no os inspire temor: fuerza sobrada
hay en mi corazón, hay en mi brazo
para afirmar su trono. Si levanta 530
sus estandartes el rebelde duque:
si rompiendo los pactos Lusitania
sus quinas junta a la morisca luna,
a su encuentro volemos, y mi lanza,
cual si mi propio trono defendiera, 535
la primera será. �La noble causa
que juro sostener, a Dios confío!...
 
Escena VIII
DICHOS, FRAY VICENTE FERRER, que sale de la iglesia.
FRAY VICENTE �Y dios la acepta, y la victoria os guarda!
EL CONDESTABLE (�Fray Vicente Ferrer! �Oh contratiempo!)
TODOS (Inclinándose ante él.)
�Padre!
FADRIQUE               Padre, llegad. Esa palabra, 540
alto don que del cielo recibisteis,
cuya elocuencia milagrosa es fama
que mueve a gentes de diversas lenguas,
cual si en la suya propia les hablara,
suene en bien de Castilla, y poderosa 545
nuestra razón apoye.
FRAY VICENTE                                    Será vana;
que donde no hay verdad no hay elocuencia;
y esa razón que predicáis es falsa.
EL CONDESTABLE �Falsa decís?...
FADRIQUE                            La salvación del reino
sólo por tal camino se afianza... 550
FRAY VICENTE �Nunca por el camino del delito
ni hombres ni reinos salvación alcanzan!
EL CONDESTABLE �Hijo del Turia sois!... �Queréislo todo
para Aragón; para Castilla nada!
FRAY VICENTE Mi ley es la de Dios: mi patria el mundo. 555
Do la justicia está, mi voz la ensalza;
y do la iniquidad mis ojos miran,
allí impávido corro a contrastarla.
Vedme aquí, pues. En vano vuestro intento
con mentiroso nombre se disfraza: 560
razón de estado la llamáis vosotros;
mas ante Dios, iniquidad se llama.
(Al infante.)
Señor, cuya virtud en este día
más alto que los tronos os levanta:
si desde esa grandeza verdadera 565
no miráis con desdén la pompa humana;
si os place descender de las alturas
de la humildad a las mezquinas gradas
de un pobre trono de la tierra, un trono
en galardón los cielos os preparan. 570
Dios os lo anuncia por mi voz. Oídme.
Rendido al peso de la edad cansada,
don Martín de Aragón ya comparece
al tribunal divino... De su hermana
doña Leonor sois hijo: él no los tiene; 575
y a vos, infante, su corona os guarda.
FERNANDO La acepto, padre; que en mis venas corre
sangre de reyes que a reinar me llama.
Yo ambiciono a mi frente una corona
legítima ceñir: nunca usurpada. 580
EL CONDESTABLE �No sabéis que rivales poderosos
la pretenden también?
FERNANDO                                       La justa causa
de mis derechos vencerá. Con orden
que al intento le di, junto al monarca
está Fernán Gutiérrez, que en mi nombre 585
los sabrá defender.
EL CONDESTABLE                                  También se halla
en Barcelona el ambicioso conde
de Urgel, que audaz la sucesión reclama.
Numerosos parciales le obedecen:
temed, señor, que al fin...
FRAY VICENTE                                            No temáis nada. 590
Los grandes de Aragón, siempre leales,
el testamento de su rey acatan.
FERNANDO Como vos, condestable, el de mi hermano
debierais acatar.
EL CONDESTABLE                              Señor, la patria...
FERNANDO �Vos, su testamentario! �Vos, su amigo!... 595
EL CONDESTABLE Castilla es antes, y a su ruina marcha.
No por el de Aragón dejéis su trono.
Castellano nacisteis: castellana
vuestra esposa nació: los hijos vuestros
también en esta tierra infortunada 600
vieron la luz del sol, en esta tierra
que abandonáis a su desdicha...
FERNANDO                                                     Basta:
condestable, no más. -Mandad que al punto
se proclame a don Juan.
 
Escena IX
DICHOS, UN ESCUDERO.
ESCUDERO                                         Al regio alcázar,
con nuevas de Aragón, en este instante 605
Fernán Gutiérrez de llegar acaba.
TODOS �Fernán Gutiérrez!
ESCUDERO                                De impaciencia lleno,
por vos pregunta, y hacia aquí la planta
presuroso dirige.
FERNANDO                              Andad: que venga,
que llegue.
(Vase el escudero.)
FRAY VICENTE                     �La virtud su premio alcanza! 610
La nueva os trae que os anunció mi labio.
EL CONDESTABLE �Y con ella la ruina de mi patria!
 
Escena X
DICHOS, FERNÁN GUTIÉRREZ.
(Fernán Gutiérrez, apresurado y cubierto de polvo, dobla la rodilla ante don Fernando.)
FERNANDO �Él es!
GUTIÉRREZ             �Señor! �Señor!
FERNANDO                                        Alzad.
GUTIÉRREZ                                                    Ha muerto
don Martín de Aragón.
FERNANDO                                        �Y a quién señala
por sucesor del reino?
GUTIÉRREZ                                      A nadie.
FERNANDO                                                     �A nadie! 615
EL CONDESTABLE (Aparte a los grandes, que se acercan a escuchar con interés.)
�Oíd!
GUTIÉRREZ           A las diversas embajadas
que oyó el rey don Martín, y en que a la herencia
de su trono derechos se alegaban
por el conde de Urgel, el de Gandía,
don Fadrique el bastardo, el rey de Francia, 620
y por vos, que con títulos mejores
la sucesión pedíais, el monarca
con grave continente: �Nadie, dijo,
más derechos que el hijo de mi hermana
a mi corona tiene. Don Fernando, 625
infante de Castilla, se adelanta
por más cercano parentesco a todos:
esto me dicta la conciencia.� -Callan
al escucharle, y se divulga al punto
la resuelta elección. Los días pasan; 630
y estando don Martín en Valldoncella,
monasterio cercano a las murallas
de Barcelona, acometer se siente
de dolencia mortal. La nueva infausta
los ánimos altera: al monasterio 635
corren los conselleres con el ansia
de recoger su voluntad postrera:
en la celda penetran, y le hallan
desencajado, moribundo, dando
el último suspiro; y con turbada 640
faz y altivo ademán, junto a su lecho
la condesa de Urgel.
TODOS                                    �Cielos!
GUTIÉRREZ                                                   En alta
voz preguntan al rey: �Señor, decidnos,
a quién dejáis el trono.� El rey callaba:
y la condesa con agudos gritos, 645
moviéndole furiosa por que hablara,
�respondedles, decía, respondedles
que a mi esposo elegís: �soy vuestra hermana!�
En vano fue: sus labios no se abrieron;
y en tan fatal silencio, rindió el alma. 650
Cunde la nueva: los diversos bandos
se empiezan a agitar. Mi voz reclama
vuestro justo derecho... -De improviso
llega el conde de Urgel: corre a las armas
el inmenso tropel de sus parciales, 655
que acaudillan Cardonas y Moncadas;
y cediendo el derecho a la violencia,
rey de Aragón al conde se proclama.
TODOS �Rey de Aragón!
GUTIÉRREZ                             Con riesgo de la vida
logro salir de la ciudad. La marcha 660
apresurando, a Zaragoza llego:
�igual tumulto allí! Por rey alzaban
los de Alagón y los de Luna al conde;
y al arzobispo, que la justa causa
de los derechos vuestros defendía, 665
dieron muerte sacrílega. -Con harta
pena, a contaros el tremendo caso
vengo a Toledo; y al entrar, en plazas
y calles oigo muchedumbre inmensa
de soldados y pueblo que con ansia 670
me gritan al pasar: �Fernán Gutiérrez,
venid. -�Castilla sus pendones alza
por don Fernando el quinto!� Al escucharlos,
en regocijo mi dolor se cambia;
y ya del conde y de Aragón me olvido, 675
y corro enajenado a vuestras plantas.
EL CONDESTABLE Señor, en los sucesos de este mundo,
y no en preñados vaticinios, clara
la voluntad de Dios se manifiesta.
Ved aquí su sentencia pronunciada. 680
Esto es que el trono de Aragón os quita,
porque aceptar el de Castilla os manda.
FERNANDO �No, condestable! Esto es más bien que el cielo
no me llama a reinar.
FRAY VICENTE                                     Esto es que osada
la vanidad del hombre alzarse quiere 685
a penetrar misterios que no alcanza.
Una es siempre la senda que inflexible
nuestra propia conciencia nos señala.
Sígala cada cual, sin que le tuerza
de los sucesos la fortuna varia. 690
Vuestra senda sabéis, yo sé la mía:
sigámosla, señor, con fe cristiana.
Os dejo aquí luchando valeroso
con la propia ambición, con las instancias
de un extraviado celo: tentaciones 695
que a los mortales débiles halagan;
y yo parto a Aragón. Se alza un tirano
allí, y allí mi obligación me llama.
A su presencia iré, y en sus oídos
retumbará con hórridas palabras 700
la maldición que en nombre de los cielos
mi voz al fiero usurpador prepara.
(Se va por el foro.)
 
Escena XI
DICHOS, menos FRAY VICENTE.
FERNANDO �Ah! �La santa verdad mueve su labio!
GUTIÉRREZ Quizá la muerte en Aragón le aguarda;
que ese conde feroz y sus secuaces 705
ni a los ministros del Señor acatan.
FERNANDO Y ese traidor le usurpa al hijo mío
un trono que era suyo. �Oh negra infamia!
Mas él lo ha dicho: maldición eterna
sobre el usurpador los cielos lanzan: 710
no caerá sobre mí.
EL CONDESTABLE                                �Quién ha pensado
jamás, señor, que sobre vos recaiga?
Sabedlo todo en fin: nuestra conciencia
con el borrón de usurpadores carga,
si hay en esto borrón. Lo que os pedimos 715
no es que usurpéis un trono con la espada:
es que un trono ocupéis... que está vacío.
FERNANDO �Vacío el trono! �Qué decís?
EL CONDESTABLE                                                 La planta
ya, señor, Diego López a Segovia
veloz encaminó; y allí se encarga 720
de hacer, por orden mía, que a Inglaterra
la reina viuda con sus hijos parta.
FERNANDO �Traidor!
EL CONDESTABLE                 Seré traidor. -Subid al trono...
y allí mandad que mi cabeza caiga.
FERNANDO Caerá. -Y el que obedezca de vosotros 725
y al punto en pos de Diego López salga
a estorbar la traición, de condestable
el cargo heredará. Vos, Trastamara...
Vos, Manrique... �Ninguno me obedece?
Iré yo mismo con los hombres de armas. 730
FADRIQUE Señor, ninguno os seguirá.
FERNANDO                                               �Ninguno!...
Condestable, �qué es esto?
(Un paje se acerca al infante y le presenta la corona doblando la rodilla: todos le cercan.)
EL CONDESTABLE                                               A vuestras plantas
rodando la corona de Castilla
sin dueño está. Cien brazos se preparan
a disputarse en intestinas lides 735
su ansiada posesión. Señor, tomadla.
Tomadla vos... o la veréis hundirse
en un lago de sangre castellana.
(Don Fernando contempla agitado la corona.)
FERNANDO �Señor!, �qué me ordenáis?
 
Escena XII
DICHOS, EL ESCUDERO.
ESCUDERO                                                La reina llega.
TODOS �La reina!
EL CONDESTABLE                  �Qué decís?
ESCUDERO                                         Acompañada 740
del justicia mayor, que de Toledo
iba a salir cuando su alteza entraba.
EL CONDESTABLE �Fatalidad!...
FADRIQUE                         �Y no la ha detenido!...
FERNANDO �Me he salvado!
ESCUDERO                              Hacia aquí mueve la planta,
trayendo de la mano al tierno niño 745
que al lado suyo vacilante marcha.
EL CONDESTABLE �Y el pueblo? �Y los soldados?
ESCUDERO                                                      Con adustos
ojos la miran, la abren paso, y callan.
EL CONDESTABLE (Al infante.)
�Lo oís? El voto general se muestra.
No hagáis que ese silencio que ora guardan 750
se trueque en desacato. Yo a su encuentro
voy a salir: la llevaré al alcázar...
FERNANDO �Condestable, escuchad!...
EL CONDESTABLE                                             Señor...
FERNANDO (Aparte a Dávalos.)
                                                           �Soy padre!...
�No tentéis mi virtud!
(Dirígese rápidamente al foro y desaparece por el claustro, seguido de Fermín Gutiérrez.)
FADRIQUE                                       �No hay ya esperanza!
EL CONDESTABLE Sí; que el amor de padre ha despertado 755
la ambición en su pecho. Sólo falta
que el trono esté vacío.
FADRIQUE                                        �Y de qué suerte?...
EL CONDESTABLE La reina es débil, y a sus hijos ama
con delirio también: no desmayemos.
El riesgo que inminente amenazaba 760
de que a Aragón partiese don Fernando,
desvanecido está. Ya con más calma
al concertado fin marchar podemos.
FADRIQUE �Ya se acercan aquí!
EL CONDESTABLE                                    �No temáis nada!
 
Escena XIII
DICHOS, LA REINA, DON FERNANDO, DON DIEGO, EL REY NIÑO, FERNÁN GUTIÉRREZ, DAMAS.
(La reina, de luto, trae de la mano al niño don Juan: dos damas, también de luto, la siguen.)
LA REINA Antes de buscar reposo, 765
en el templo quise entrar
y al Dios del cielo rogar,
por el alma de mi esposo.
Aquí yace, hijo querido,
el padre que te dio el ser: 770
�tú no puedes conocer,
tierna flor, lo que has perdido!
Ignóralo, ya que Dios
a esa edad penas te envía:
yo tengo llanto, alma mía, 775
para llorar por los dos.
Mas �ay!, respira, que el cielo
su rigor depone ya,
y bondadoso nos da
junto a la pena el consuelo. 780
Pues no bien a los umbrales
del santo templo llegamos,
donde de un padre buscamos
los despojos funerales,
cuando Dios en su bondad 785
consuela a tu triste madre,
dándole un segundo padre
que te ampare en tu orfandad.
FERNANDO Como noble y como hermano,
contad, señora, conmigo. 790
LA REINA De vuestra sombra el abrigo
no vine buscando en vano,
y vosotros, caballeros,
que cual vasallos de ley
lloráis la muerte del rey 795
con semblantes lastimeros,
la gratitud aceptad
de mi maternal cariño,
y acoged al tierno niño,
que fío a vuestra lealtad. 800
No bien la infausta noticia
llegó veloz a mi oído,
que siempre más ha corrido
la infausta que la propicia,
con la prenda de mi amor 805
dejé a Segovia, angustiada,
y de Toledo a la entrada
hallé al justicia mayor,
que en nombre vuestro sin duda
iba a buscarme, y turbado 810
por el dolor, no ha acertado
a hablar a la triste viuda.
Y el pueblo, al verme pasar,
con su silencio mostraba
que mi presencia doblaba 815
su tristeza y su pesar.
Vedle en fin: aquí tenéis
este vástago real
que en el trono paternal
hoy mismo colocaréis. 820
Ya he visto que vuestro amor
alzó el tablado en que debe
por rey proclamarse en breve
de mi esposo al sucesor.
�Dios te conserve, hijo amado, 825
feliz como yo le pido!
�Dios bendiga, oh rey querido,
los años de tu reinado!
FERNANDO Condestable, el rey mi hermano
a vos el fiel cumplimiento 830
legó de su testamento.
Su precepto soberano
leed, pues juntos aquí
su viuda y su hijo están.
EL CONDESTABLE Vuestros deseos serán 835
satisfechos. Dice así:
(Leyendo.)
     �En el nombre de Dios, ordeno y mando: que hasta que el príncipe don Juan mi hijo haya edad de catorce años cumplidos, sean regidores y gobernadores de sus reinos y señoríos la reina doña Catalina, mi mujer, y el infante D. Fernando, mi hermano, ambos a dos juntamente.�
LA REINA �A mí!, a una débil mujer
gobernar el reino encarga!
No: con tan pesada carga
mis hombros no han de poder. 840
Vos, hermano, en nombre mío,
vos, de altas prendas dotado,
gobernad solo el Estado:
yo mi derecho os confío.
Si alguna vez interviene 845
el poder que me da el rey,
será cuando dura ley
derramar sangre os ordene.
FERNANDO Ya lo oís. En mi persona
cede su derecho todo: 850
yo gobierno de igual modo
que ciñendo la corona.
Procuradores: la guerra,
en nombre de mi sobrino,
declaro al rey granadino 855
que ha invadido nuestra tierra.
Y para salir al punto
a batallar con el moro,
os pido el millón en oro
que dabais al rey difunto. 860
GUZMÁN Haré a las Cortes saber
lo que entrambos demandáis.
(En actitud de marchar.)
LA REINA �Tened, tened! �Qué intentáis?
�La guerra queréis hacer?
FERNANDO La guerra que el rey mi hermano 865
declaró al moro enemigo.
LA REINA �Callad! No contéis conmigo
para ese empeño inhumano.
FERNANDO �Señora! Mirad que en esto
cumplimos su voluntad. 870
La guerra es justa: mirad
que todo se halla dispuesto.
Juntos en Toledo están,
verlos pudisteis ahora,
los hombres de armas, señora, 875
y yo soy su capitán.
Hueste inmensa de guerreros
cual nunca Castilla vio
vuestro esposo aquí juntó.
Catorce mil caballeros, 880
con cincuenta mil peones,
seis lombardas preparadas,
trabucos, picos, azadas,
pertrechos y municiones.
Urge que hoy mismo salgamos, 885
y para pagar la gente
el dinero conveniente
a las Cortes demandamos.
LA REINA No, yo no demando tal.
�Nunca de guerra me habléis! 890
El alma me estremecéis
con ese nombre fatal.
De mi madre, en la niñez,
a aborrecerlo aprendí;
que con lágrimas la oí 895
recordar más de una vez
aquella lid fratricida
que la arrojó de este suelo
y al rey don Pedro, mi abuelo,
le costó el trono y la vida. 900
Dios la merced me otorgó
de que reinando mi esposo
nunca ese nombre horroroso
oyese en Castilla yo.
�A qué turbar la quietud 905
que veis al reino gozar?
�A qué en guerras empeñar
su lozana juventud?
�Y vos, único sostén
de esta madre desvalida, 910
nos dejáis, y vuestra vida
corréis a exponer también?
No, hermano, no lo consiento:
no lo consintáis tampoco.
(A los grandes.)
Yo en nombre del rey revoco 915
el militar llamamiento.
Condestable, en el instante
los guerreros despedid.
�Andad!
EL CONDESTABLE                Señora, advertid
que con vos manda el infante. 920
FERNANDO �Despedirlos! �Qué intentáis?
Cuando la morisma infiel
insulta el regio dosel,
�tan débil, reina, os mostráis?
De vuestro hijo cuidad, 925
y dejadme a mí, señora,
que el reino gobierne ahora.
Procuradores, marchad:
júntense las Cortes luego;
y que ese millón en oro 930
para hacer la guerra al moro,
que insolente a sangre y fuego
nuestros campos atropella,
manden que al punto se abone.
GUZMÁN Señor, la reina se opone... 935
y vos gobernáis con ella.
EL CONDESTABLE (Al infante.)
�Ya lo veis!
FERNANDO                      Ceded, señora,
al ruego de vuestro hermano:
�no liguéis la única mano
que es hoy vuestra defensora! 940
EL CONDESTABLE Ceded vos más bien, señor,
a los ruegos de Castilla.
�Ocupe la regia silla
el ansiado sucesor!
FADRIQUE No más dudas. �Levantad, 945
reyes de armas, el pendón!
Haced la proclamación...
FERNANDO �Silencio!... �Callad, callad!
LA REINA �Qué escucho! �Y os resistís
a que su lealtad, infante, 950
el regio pendón levante
por mi hijo?
FERNANDO                       �Qué decís?...
LA REINA Hijo, para hacer valer
tus derechos aquí estoy.
A mostrarte al pueblo voy. 955
Sígueme.
FERNANDO                  �Qué vais a hacer?
LA REINA Que se cumpla en el momento
lo que el rey manda.
FERNANDO                                   �Aguardad!
LA REINA (En ademán de marchar.)
�Ven, hijo!
EL CONDESTABLE (Deteniéndola.)
                    Reina, escuchad
lo que manda el testamento. 960
(Lee.)
     �Otro sí, ordeno y mando: que tenga al príncipe mi hijo para su crianza y enseñamiento Diego López, mi justicia mayor, con cargo de guardar, regir y gobernar su persona y su casa, hasta que él haya edad de catorce años.�
Venid, justicia mayor:
aquí al príncipe os confío.
LA REINA �Arrancarme el hijo mío!
EL CONDESTABLE �Lo manda el rey mi señor!
LA REINA No hay rey que pueda mandar 965
lo que es duro, injusto, aleve...
�Quién más que una madre debe
al hijo suyo guardar?
�Qué horror! �Y pudisteis vos,
rey cruel, esposo ingrato, 970
dictar ese atroz mandato?
�Ah!... �No os lo demande Dios!
EL CONDESTABLE Mucho vuestra pena siento...
FERNANDO Condestable, duro estáis.
EL CONDESTABLE No quiero que me digáis 975
que no cumplo el testamento.
LA REINA Sin duda, ya en la agonía
y con turbada razón,
esa feroz condición
alguno al rey le impondría. 980
Y lo que se opone así
a cuanto hay de más sagrado,
debe quedar anulado.
EL CONDESTABLE �Queréis anularlo?
LA REINA                                  �Sí!
EL CONDESTABLE Pues oíd. Si de algún modo 985
creéis que la voluntad
del rey se forzó, anulad...
pero el testamento todo.
LA REINA �Todo!
FERNANDO              �Eso no! �Lo he jurado!
EL CONDESTABLE Pues bien: acercaos, don Diego, 990
al príncipe yo os entrego.
DIEGO (Trayéndolo a su lado.)
Yo lo acepto.
LA REINA                        �Hijo adorado!
(Óyese ruido de tumulto en el claustro del foro.)
VOCES DENTRO �La proclamación!...
 
Escena XIV
DICHOS, EL ESCUDERO.
EL ESCUDERO                                   �Señor!
FERNANDO �Qué es esto?
EL ESCUDERO                         El claustro invadido
por hombres de armas ha sido, 995
que os buscan con gran clamor
y piden...
FERNANDO (Interrumpiéndole.)
                  Ya lo adivino:
salir contra el moro, sí.
(A sacarlos voy de aquí:
no me queda otro camino.) 1000
(Dirígese a los hombres de armas que salen en tumulto por el foro.)
�Llegad, amigos, llegad!
La patria en riesgo se halla.
Todo ante ese nombre calla.
�Pronto el campo levantad!
Inmenso ejército infiel 1005
sobre nosotros avanza;
�y aún la castellana lanza
no sale a hacer riza en él?
Hijos, �al triunfo!, �a la gloria!
Vuestro infante os acaudilla. 1010
EL CONDESTABLE �Y así dejáis a Castilla?
FERNANDO En ganando una victoria.
Del príncipe me responde
vuestra cabeza, don Diego.
Fernán Gutiérrez, id luego; 1015
cuantas riquezas esconde
el arca de mi tesoro,
cuanto mi palacio encierra,
para sostener la guerra
hacedlo trocar por oro. 1020
En nada mi afán repara.
Hasta mis joyas tomad;
y si es preciso, empeñad
mi señorío de Lara.
GUTIÉRREZ Obedezco.
(Se va por el foro.)
FADRIQUE (Al infante.)
                    El tiempo apura, 1025
señor.
FERNANDO            Salgamos de aquí.
(A los soldados.)
�Me seguís, guerreros?
LOS GUERREROS                                        �Sí!
FERNANDO Mi caballo, mi armadura.
(Este es el medio que elijo
de conjurar el clamor.) 1030
�Marchemos!
(En actitud de marchar.)
LA REINA                         �Y os vais, señor,
sin proclamar a mi hijo?
FERNANDO Sí; que de la impura grey
nos amaga la cuchilla.
Primero es tener Castilla... 1035
y después tendremos rey.

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