[Nota preliminar: Edición digital a partir
de la de Enrique Díez Canedo, Madrid, Calleja, 1917.
Cotejada con las ediciones críticas de Martín de
Riquer, A. Comas y J. Molas, Barcelona, Facultad de
Filología, 1957, y con las de Carlos Clavería,
Barcelona, PPU, 1993; Madrid, Turner-Biblioteca Castro, 1995 y
Madrid, Cátedra, 1999, cuya consulta recomendamos para la
correcta valoración crítica de la obra. Adoptamos las
modernizaciones incorporadas al texto base que son indicadas en la
página 23 de esta última edición
crítica, que consideramos como la edición de
referencia para la fijación textual.]
Libro I
A los
lectores
Este libro consintió Boscán que se imprimiese
forçado de los ruegos de muchos que tenían con
él autoridad para persuadírselo, y parece que era
razón que sus amigos le rogasen esto por el gran bien que se
sigue de que sea comunicado a todos tal libro, y por el peligro que
avía en que sin su voluntad no se adelantase otro a
imprimirlo, y también porque se acabasen los yerros que en
los traslados que le hurtavan avía, que eran infinitos.
Después que él ya se dexó vencer y se
determinó a la impresión, y andava juntando sus
papeles y examinándolos para que con concierto saliesen
adonde todo el mundo los viese, que era cosa que él nunca
pensó en el principio que lo començó a
escrevir, sabemos que los tenía repartidos en cuatro libros.
En el primero, las primeras cosas que compuso, que son coplas
españolas, y en el segundo, canciones y sonetos a manera de
los italianos, y en el tercero, epístolas y capítulos
y otras obras también a la italiana; en el cuarto,
quería poner las obras de Garcilaso de la Vega, de las
cuales se encargó Boscán por el amistad grande que
entrambos mucho tiempo tuvieron, y porque después de la
muerte de Garcilaso le entregaron a él sus obras para que
las dexase como devían de estar, ya que ponía la mano
en adereçar todo esto y querría, después de
muy bien limado y polido, como él sin falta lo supiera
hazer, dar este libro a la señora duquesa de Soma. Y le
tenía ya escrita la carta que va en el principio del segundo
libro, plugo a Dios de llevárselo al cielo y ansí
huvo de parar todo con tan gran causa; después á
parescido pasar adelante lo que él dexava empeçado,
digo la impresión, que en la enmienda de sus obras y de las
de Garcilaso no es cosa que nadie la avía de osar emprender.
Y si algún yerro o falta se hallare en estos libros,
duélase el que los leyere de la muerte de Boscán,
pues que si él viviera hasta dexallos enmendados, bien se
sabe que tenía intención de mudar muchas cosas, y es
de creer que no dexara ninguna o pocas que ofendiera a los buenos
jüizios, que con éstos se á de tener cuenta; y
así se á tenido por menor inconveniente que se
imprimiesen como estavan y que gozásedes todos dellas,
aunque no estén en la perfición en que estuvieran
como Boscán las pusiera, que no que por no aver quedado
acabadas de su mano tenellas guardadas y ascondidas donde nunca
paresciesen, sino tan mal concertadas y escritas como suelen andar
por aí de mano. De modo que la culpa de lo que en este libro
no estuviere bien no la tiene Boscán, sino los que fueron
causa desta impresión, y a éstos áseles de
perdonar cualquier cosa por el buen zelo que an tenido con todos
los buenos ingenios y con el autor deste libro en que fuese
comunicado a todos.
Privilegio
NOS
DON CARLOS, por la divina clemencia Emperador de los Romanos,
siempre augusto Rey de Alemaña, dona Joana su madre y el
mesmo don Carlos, por la gracia de Dios Reyes de Castilla, de
Aregón, de León, de las dos Cicilias, de Hierusalem,
de Ungría, de Dalmacia, de Croacia, de Granada, de Toledo,
de Valencia, de Galicia, de Mallorcas, de Sevilla, de
Córdova, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de
los Algarbes, de Algezira, de Gibraltar, de las Islas de Canaria,
de las Islas Indias y Tierra Firme del mar Océano,
Archiduques de Austria, Duques de Burgoña, Bravante, etc.,
Condes de Barchinona, de Flandes y Tirol, etc., Duques de Athenas y
de Neopatria, Condes de Rosellón y Cerdania, Señores
de Viscaya y de Molina, etc., Marqueses de Oristán y de
Gociano. Por cuanto por parte de vos, de doña Anna
Girón de Rebolledo, vidua del quondam Juan Boscán,
Cavallero de Barcelona, nos ha sido hecha relación que el
dicho vuestro marido compuso una sátira contra los
avarientos, dos églogas pastoriles, una canción y dos
sonetos a la muerte de Garcilaso de la Vega, y otra canción,
dos apístolas, una es respuesta de una que le embió
don Diego de Mendoça en cosas familiares y de amistad, un
capítulo en cosas de palacio, ciertos sonetos y canciones
del dicho Garcilaso, una octava rima, una elegía a la muerte
de don Bernandino de Toledo, hermano del Duque de Alva, otra obra
de la historia o fábula de Leandro, según se halla en
Museo, auctor griego, y traducido en verso castellano una tragedia
de Aurípides, asimismo autor griego, y otras algunas obras
del dicho Garcilaso de la Vega y del dicho Boscán,
suplicándonos que, atento que él se ocupó
mucho tiempo en componer aquéllas y trabajó mucho y
que es cosa útil y provechosa, fuese de nuestra merced daros
licencia para que vos o quien vuestro poder huviere, y no otra
persona alguna, pudiésedes hazer imprimir las dichas obras
en todos los reinos y señoríos nuestros y venderlas
por el tiempo que fuésemos servido, y nos, acatando lo
susodicho y por ser las cosas tan buenas y de tal cualidad,
havémoslo tenido por bien, por tanto, con tenor de las
presentes de nuestra cierta sciencia y real autoridad, damos
licencia, permisión y facultad a vos, la dicha doña
Anna Girón de Rebolledo, vidua del dicho Juan Boscán,
o quien vuestro poder hoviere, que por tiempo y espacio de diez
años, que se cuentan del día de la datis desta
vuestra provisión en adelante, vos e las personas que
tuvieren el dicho vuestro poder e no otras algunas podáis y
puedan hazer imprimir en estos nuestros reinos de España y
de la corona de Aragón las dichas obras que el dicho vuestro
marido compuso y copiló por cualesquier impresores que vos
quisiéredes dellos dichos reinos y señoríos
nuestros, a los cuales mandamos por las mesmas presentes, so
incorrimiento de nuestra ira e indignación y pena de mil
florines de oro, del que lo contrario hiziere exigideros y a
nuestros cofres aplicaderos, que ellos ni otra persona alguna sin
vuestro querer y voluntad expresa o del dicho vuestro procurador o
procuradores no puedan imprimir las obras susodichas o alguna
dellas, ni traerlas ni de fuera destos reinos ni venderlas en ellos
dentro el dicho tiempo de los dichos diez años. Para
execución y cumplimiento de lo cual por las mesmas presentes
de la dicha nuestra cierta sciencia y real autoridad: dezimos y
mandamos a todos y cualesquier oficiales y súbditos nuestros
mayores y menores a quien pertenezca en todos los dichos nuestros
reinos y señoríos constituidos y constituideros so
las penas susodichas que a vos, la dicha doña Anna
Girón de Rebolledo, o a quien vuestro poder hoviere, guarden
y observen la presente nuestra licencia e todo lo en ella contenido
y no permitan que sea hecho lo contrario en manera alguna si
nuestra gracia tienen cara y en la pena susodicha desean no
incurrir, en testimonio de lo cual mandamos hazer las presentes con
el nuestro sello real común en el dorso dellas selladas.
Datis en Madrid a XVIII de hebrero, MDXLIII.
YO EL
REY
A la
duquesa
¿A quién daré mis
amorosos versos,
que pretienden amor, con virtud junto,
y desean también mostrars'hermosos?
A ti, señora en quien todo esto cabe,
a ti se den, por cuanto si carecen
5
destas cosas que digo que pretienden,
en ti las hallarán cumplidamente.
Recógelos con blanda mansedumbre
si vieres que son blandos, y si no,
recógelos como ellos merecieren.
10
Y si después t'importunaren mucho
con llorar, porque así suelen hazello,
no te parezcan mal sus tristes lloros,
que, pues que son sus lágrimas con
causa,
no sólo es gran razón que se
consientan,
15
mas an de ser dolidas y lloradas
por todos los que vieren donde caen.
Ellos se van huyendo de mis manos
pensando que podrán bivir doquiera,
pero, según an sido regalados
20
y poco corregidos en sus vicios,
a peligro andarán si en ti no hallan
manera de bivir en sus regalos
y amparo por valerse en sus errores.
Si pasaren con onra, dales vida,
25
y si no, no les quites el remedio
que'l tiempo les dará con su justicia:
que mueran y que los cubra la tierra,
y la tierra será el eterno olvido.
Villancico
Si no os uviera mirado
no
penara,
pero tampoco os mirara.
Veros harto mal á sido,
mas no veros peor fuera;
5
no quedara tan perdido
pero mucho más perdiera.
¿Qué viera aquél que no os
viera?
¿Cuál quedara,
señora, si no os mirara?
10
Coplas
Siento mi congoxa tal
que mi
mal,
aunques malo de sentirse,
es tan bueno de sufrirse
que no puede ser mortal.
5
Es tan
fuerte
que bien puede dar la muerte;
mas la
vida
va muy lexos de perdida,
pues gana la mejor suerte.
10
Dizen que mi fantasía
no se
guía
sino toda contra mí;
yo respondo que's así,
porque no sufro porfía.
15
Mi
derecho
me tiene tan satisfecho,
que
doblado
estoy sobre mi cuidado
si piensa que mal m'á hecho.
20
Mi alma se favorece
si
padece,
y toma por mejoría
que crezca la pena mía,
mas a ratos mucho crece.
25
Yo la
siento,
mas della no m'arrepiento,
que'l
amor,
a medida del dolor,
suele dar el sufrimiento.
30
Mi dolor así m'aquexa,
que nos
dexa
tan diferentes los dos,
que, aunque's la culpa de vos,
contra mí es toda la quexa.
35
Si ay
cosa
do el alma sté querellosa,
no la
vengo;
mas cuando más quexa tengo,
pregunto si stáis quexosa.
40
Luego luego, cuando os vi,
conocí
que uviera de tener guerra;
mas, hasta saber la tierra,
quisiera mirar por mí.
45
Y ora
cayo
que luego fue mi desmayo
tan
entero,
que, aunquel trueno fue primero,
primero me vino el rayo.
50
Antes vino el padecer
que, a mi
ver,
pudiese ver vuestro gesto;
víos presto, pero más presto
parece que vi al querer.
55
No fue
así,
mas antojósem'a mí;
porque
luego,
en veros, quedé tan ciego,
que dixera que no os vi.
60
Mas el seso con que entiendo,
no
pudiendo
entenderos, no sé ver
cómo puedo yo querer
aquello que no comprendo.
65
No me
falta
buen remedio en esta falta,
porque'n
veros,
por esto de no entenderos,
entiendo que sois muy alta.
70
Lo que sois se me declara,
cuando
para
mi seso y a vos no llega;
porque la luz que me ciega
luego digo que's muy clara.
75
Por do
siento
que's ya de mi pensamiento
mi
verdad,
sobrarme la voluntad
do falta el entendimiento.
80
Otras
Señora doña Isabel,
tan
crüel
es la vida que consiento,
que me mata mi tormento
cuando menos tengo dél.
5
Pero
bivo
con la gloria que recivo,
tan ufano en los amores,
que procuro destar bivo
porque bivan mis dolores.
10
Bivo de mi pensamiento
tan
contento,
que's mi congoxa mayor
si no hallo el sufrimiento
conforme con el dolor.
15
Yo
querella
no puedo de vos tenella;
sólo de mí'stoy quexoso
si mi pena en padecella
me conoce temeroso.
20
La pena queda vencida,
ya
perdida,
pues vuestra merced, señora,
á sido la vencedora
de las fuerças de mi vida.
25
De tal
suerte,
que no puede ya la muerte
ser comigo sino muerta,
pues tengo por buena suerte
ser en mí la pena cierta.
30
Mis congoxas de bien llenas
son tan
buenas,
por la causa que's tan buena,
que no podéis darme pena
sino con no darme penas.
35
Mas
parece
que un contrario se m'ofrece,
tan grave, que ved cuál quedo:
quel alma dize: padece,
y el cuerpo dize: no puedo.
40
Canción
¿Qué haré, que
por quereros
mis estremos son tan claros
que ni soy para miraros
ni puedo dexar de veros?
Yo no sé con vuestra
ausencia
5
un punto bivir ausente,
ni puedo sufrir presente,
señora, tan gran presencia.
De suerte que, por quereros,
mis estremos son tan claros
10
que ni soy para miraros
ni puedo dexar de veros.
Otras
desaviniéndose
¡O que no ay razón que
pueda
consolar tan crudos males,
porque son, señora, tales,
que'l seso espantado queda
de ver sólo sus señales!
5
¡O muger desconocida!
¡O dolor! ¡O perdimiento!
Vuestro mal conocimiento
m'á traído en esta vida
que ora
siento.
10
¡O vida llena de
enojos!
¡O mundo que vas así!
¡Qué bien fuera para mí,
si yo no tuviera ojos
para veros, cuando os vi!
15
Mas, pues mi seso no halla
ninguna vida en seguiros,
que la gane yo en huiros
pues que no puedo ganalla
por
serviros.
20
Los dos juntos en
dañarme
emos sido, y en vencerme,
armados para perderme:
vos comigo por matarme,
yo con vos por ofenderme.
25
Emos sido vencedores;
contra mí fue la vitoria;
y á quedado por istoria
de mis males y dolores
la
memoria.
30
No veo mis enemigos;
conozco bien que peleo;
las llagas yo las poseo;
padezco dos mil castigos;
la causa dellos no veo.
35
Si huyo, pierdo el derecho;
si espero, no sé valerme;
no sé cómo socorrerme,
ni sé, de puro despecho,
qué
hazerme.
40
¡O, que no sé
qué me daña
y sé que todo me mata!,
porque amor así me trata,
que'n una cosa m'engaña
y en dos mil me desbarata.
45
Estoy de mi pensamiento
ya tan poco satisfecho,
que entre mí tengo despecho,
porque bien no marrepiento
de lo
hecho.
50
Mas hazed ya desd'agora
lo que bien os estuviere;
sea todo como fuere;
allá os avení, señora,
con lo que más os pluguiere.
55
Y acordand'os los presentes
dolores y los que an sido,
yo me doy por despedido,
por no andar entre las gentes
más
perdido.
60
Otras
arrepintiéndose porque se desavino
¿Qué movimiento
fue'l mío?
Cuitado ¿quién me
engañó?
¿Cuál coraçón me
sufrió,
que tan grande desvarío
le pudiese emprender yo?
5
¡O ciego, sin algún tiento!
¡O locura conocida!
¡Qué pudiera ser mi vida,
de tan alto pensamiento
despedida!
10
Culpa de tal desventura
no tiene desculpa igual
sino ser el yerro tal,
que sólo pudo locura
ser causa de tanto mal.
15
A la ora que fui preso
de vos, me vi de manera
que de menos seso fuera
si por vos todo mi seso
perdïera.
20
Pues por vos perdí el
sentido
cuando era el alma cuerda,
y ora tan desacuerda
lo que por vos é perdido,
no me haga que ora os pierda.
25
Yo lo hize como loco,
pero ved si m'arrepiento
que's estremo mi tormento
y é pesar porque's tan poco
lo que
siento.
30
Lo que siento no lo
entiendo,
ni es ello para entenderse;
quiso el seso así perderse,
que á de poder, no pudiendo,
agora para valerse.
35
Por todas partes me quemo;
querría el yerro enmendalle,
mas es tamaño, que temo
de caer, para curalle,
en otro
estremo.
40
Pudiera ser perdonado,
según la pena que siento;
mas yo no quedo contento
con lo que paga el cuidado
de parte del sentimiento.
45
Ni quiero que con templança
mi yerro quede medido;
yo sólo só el ofendido,
de mí solo la vengança
yo la
pido.
50
Otras
Señora, pues que
no'spero
remedio del mal que muero
pidiendo cuan poco pido,
yo me doy por tan perdido,
que'n
mí siento
5
que se parte'l sufrimiento
que deviera ser partido.
Y tras él va el
esperança
que de vos nunca s'alcança;
yo solo cativo quedo,
10
tan triste, que más no puedo.
¿Qué
haré?
Que sufra dize la fe;
que no sufra dize'l miedo.
Cuando tengo en la memoria
15
que'n sufrir se gana gloria,
é por bien, y lo consiento
que se sufra el mal que siento;
mas agora
ya no es posible, señora,
20
que se va mi sufrimiento.
Él se va, yo quedo en
prendas
con aquellas mis contiendas
que salen de'l pensamiento.
¿Qué haré? Que mi
tormento
25
ya es
afrenta,
y el temor se me presenta
cuando a vos yo me presento.
Cuando presente me hallo
ni bien hablo ni bien callo;
30
y en ausencia tal me siento,
que muero sin algún tiento
por
buscaros;
y é tanto miedo d'hallaros
que, si os hallo, m'arrepiento.
35
Tan usado a la
pasión
es mi triste coraçón
que'stoy diestro en padecella;
ved qué cuerda es mi querella,
qué
compuesta,
40
que importuno por respuesta
y muero de miedo d'ella.
Así yo triste me
veo,
con un miedo y un deseo
tan puestos en combatirme,
45
que no sé de vos partirme,
de
perdido,
y mil vezes me despido
sin que pueda despedirme.
Y después ya de ser
ido
50
quedo tan arrepentido
quel alma luego me dexa;
yo, en ver que mi bien s'alexa,
nunca
dexo
de quexar, y no me quexo,
55
pues no sé de quién dé
quexa.
Canción
Es tal y tan verdadera
mi pena por conoceros
que, si tanto no os quisiera,
yo quisiera no quereros.
Que nuevo caso d'amor
5
ordenáis que'n mí comience:
combatirme el desamor,
adonde el amor me vence.
No es mucho, pues tan
entera
es mi pena en conoceros,
10
que, si tanto no os quisiera,
yo quisiera no quereros.
Canción
¡Qué vida de
tantos males,
qué mundo tan desigual,
do los bienes con el mal
nunca pueden ser iguales
aunque sean d'un igual!
5
Que, aunque'l bien en
cantidad
igual del mal se presente,
mucho más el mal se siente,
porque's contra voluntad
y viene por acidente.
10
Así que, entre tantos males,
hallo yo por desigual
que los bienes con el mal
nunca pueden ser iguales
aunque sean d'un igual.
15
Otras determinando de
dexar unos amores
Mi coraçón,
fatigado
de su querer, s'arrepiente,
que, señora, lo pasado
rebuelto con lo presente
me tienen escarmentado.
5
Yo conozco que mi pena
toda fue por culpa mía,
pues siempre tuve porfía
de dexar la parte buena
por seguir la fantasía.
10
Agora, cobrando acuerdo,
conozco do stoy, señora.
Yo m'alço con lo que pierdo;
la locura d'hasta agora
me haze que torne cuerdo.
15
Mi dolor á sido bueno
pues tal seso me procura;
pero fuera más cordura
castigar en mal ageno
quen mi propria desventura.
20
Mas, ya que no puede ser
lo sido que no aya sido,
é por bien lo que é sufrido,
pues para menos perder
á sido lo que é perdido.
25
Ya m'aparto de mis penas,
mas no puedo de rondón;
pues salté de la prisión,
arrastrando las cadenas
en mi triste coraçón.
30
Y límalas mi
sentido,
agora, para soltarme.
Mas ¿para qué desatarme
si quedo tan encogido
que nunca podré mandarme?
35
Con todo yo determino,
señora, de no parar
hasta ver si mi penar
acertará en el camino
que's bueno para curar.
40
Y así a mí, por
curar luego,
todo mal m'á de ser llano;
que si un dedostá malsano,
por bien atajar el fuego,
se suele cortar la mano.
45
Por sanar de mi dolor
tomo el dolor del ausencia,
porque dizen que'n presencia
suele encender el amor
el fuego desta dolencia.
50
D'otra parte, me parece
que curarme es ya locura;
que sane la calentura,
si la virtud me fallece
¿qué m'aprovecha la cura?
55
Pero ya porque resista
la razón a lo que siento,
biviré con regimiento,
que será guardar la vista
y ocupar el pensamiento.
60
Otras a la
tristeza
Tristeza, pues yo soy
tuyo,
tú no dexes de ser mía;
mira bien que me destruyo
sólo en ver que'l alegría
presume d'hazerme suyo.
5
¡O
tristeza!,
que apartarme de contigo
es la más alta crueza
que puedes usar comigo.
No huyas, ni seas tal
10
que m'apartes de tu pena.
Soy tu tierra natural:
no me dexes por la agena,
do quiçá te querrán mal.
Pero di,
15
ya que estó en tu
compañía:
¿cómo gozaré de ti
que no goze d'alegría?
Que'l plazer de verte en
mí
no ay remedio para echallo.
20
¿Quién jamás estuvo
así?
Que de ver que'n ti me hallo,
me hallo que'stoy sin ti.
¡O
ventura!
¡O amor, que tú heziste
25
que'l plazer de mi tristura
me quitase de ser triste!
Pues me das por mi dolor
el plazer que'n ti no tienes,
porque te sienta mayor,
30
no vengas, que si no vienes,
entonces vernás mejor.
Pues me
plazes,
vete ya, que'n tu ausencia
sentiré ya lo que hazes
35
mucho más que'n tu presencia.
Otras
Señora, libre me
siento;
mi querer tras vos le'mbío;
suelta va mi voluntad;
que, pues en mi mal consiento,
no forçando el alvedrío
5
no pierdo mi libertad.
No la pierde en algún ora
mi alma, pues en vos mora;
que ved si es ancha prisión
bivir en el coraçón
10
de vuestra merced, señora.
Allá stoy, no me
sentís;
ni es mucho en tan gran morada
tal huésped que no se sienta;
no me cerráis, ni m'abrís;
15
¿qué hará el alma
cuitada,
perdida con tal afrenta?
Uno soy, y en uno dos;
ay un ser sólo entre nos,
con que yo muy claro muestro
20
que imposible es no ser vuestro
siendo vos, señora, vos.
Otras
Las cosas de menos
pruevas,
de más nueva estrañedad;
las que stán por montes, cuevas,
más estremas y más nuevas,
son más de mi calidad.
5
Que con mi vida penosa,
por dondequiera que voy,
ando ya com'una cosa
que parece monstruosa,
dudoso de lo que soy.
10
Un'ave no conocida,
la cual fénix es llamada,
dizen que's cosa sabida
que, después de ser quemada,
torna luego a tomar vida.
15
Mi coraçón afligido,
con sus males verdaderos,
se halla en este partido:
que después de consumido,
rebive para quereros.
20
Por allá en el medio
día
se scrive que ay una fuente
que, según verse podría,
con la noche stá caliente,
con el sol se torna fría.
25
Así yo, de llorar ciego,
torno frío con el fuego,
pues, con medroso recelo,
presente de vos me yelo
y ausente me quemo luego.
30
Otras dos fuentes entiendo
que ay por otra tierra agena,
que, acaso dellas beviendo,
la una mata riendo,
la otra a llorar condena.
35
Éstas hallo en la graveza
de mi mal que con firmeza
mi coraçón me conquista:
la primera es vuestra vista,
la otra es vuestra crueza.
40
De nuestra noticia ageno
ay un animal muy cierto,
para males tan despierto,
que, si le miráis de lleno,
no podéis librar de muerto.
45
Así yo, con esta suerte,
no sé cómo se concierte
ventura tan desmedida:
que'n veros busco la vida
y en veros hallo la muerte.
50
Pues del águila es lo
bueno
que, al que de sus hijos vido
que no mira al sol de lleno,
como a hijo que's ageno
luego l'echa de su nido.
55
Así yo, del pensamiento
que'n miraros no stá atento,
con cautela dél me guardo,
y échole como a bastardo
de baxo conocimiento.
60
A todo esto m'á
traído,
señora, vuestra crueza:
tan usado a la tristeza,
que me veo revestido
de nueva naturaleza.
65
Pero ya desta mi vida,
pues vuestra merced, señora,
á de ser la juzgadora,
como de cosa sabida
no se scriva más agora.
70
Otras
Amor, que'n mi pensamiento
rige, manda, suelta y prende,
con tal fuego en mí s'enciende,
que mi ciego entendimiento
su mismo dolor no entiende.
5
Ni sé si crece en ausencia
mi dolor, o si en presencia
la pena suele esforçarse,
ved cómo podrá curarse
quien no entiende su dolencia.
10
La alegría y el
tormento
vinieron en compañía,
y aunque yo ya me temía
toda vía, el pensamiento
se'ngañó con la alegría.
15
Que después con su crueza
tuvo Amor esta destreza,
que llegadas a la puerta,
la alegría quedó muerta
y entró biva la tristeza.
20
No cayendo en este
engaño
quedé luego satisfecho,
más después sentí
despecho
conociendo que'ntró el daño
do pensé que'ntró el provecho.
25
Y cuando quise al amor
echalle, como a traidor
no pude, que cuando entró,
do por huésped s'acogió
s'alçó luego por señor.
30
Y tomó la fortaleza
de mi triste coraçón,
governando, por tal son,
que a toda naturaleza
sobrepuja mi pasión.
35
Y aunque yo esta tiranía
de miedo la pasaría,
según me hallo sugeto,
el temor del mismo aprieto
contra su dolor porfía.
40
Con esto
s'á'ventajado
la parte de mi tormento,
pues será su vencimiento,
después d'aver peleado,
con mayor contentamiento.
45
Y con esta cruda suerte
mi daño será más fuerte,
porque quedaré vencido,
y sobr'averme rendido,
no me libraré de muerte.
50
Otras
¡O fin de mis
alegrías,
comienço de mis tristezas!
Alcancen ya mis porfías
que s'acaben las cruezas
que acabaron ya mis días.
5
Y no
quiera
vuestra merced que así muera,
aunque pienso que si muero,
darme vos el mal postrero
será la merced primera.
10
Es remedio al pensamiento
ser la pena más crecida:
que, creciendo mi tormento,
menguará mi triste vida,
y con ella lo que siento.
15
Mas
tamañas
son mis penas, tan estrañas,
que, de miedo de mi suerte,
se pasa por mí la muerte
sin parar en las entrañas.
20
Mas la pena por la gloria
é por bien de padecella,
que, aunque no alcanço vitoria,
no tengo de vos querella
pues tengo de vos memoria.
25
Tan
contentos
van mis altos pensamientos,
que más hago yo en callar
el plazer de mi penar
quel penar de mis tormentos.
30
Así'stoy en tal
estado
que aun el bien me tiene muerto,
porque'l plazer que's callado
con el mal de'star cubierto
se convierte en más cuidado.
35
Y el
tormento
me govierna tan sin tiento
que'n todo peligros hallo:
en el bien, porque le callo,
y en el mal, porque le siento.
40
¿Qué haré,
pues estoy tal
que, aunque stá mi vida ufana,
es mi llaga tan mortal
que se siente menos sana
cuando stá con menos mal?
45
Quel
amor,
cuando hiere, es muy mejor
que sea su mal crecido,
porque se pierda el sentido
con la fuerça del dolor.
50
Ni qué diga ni
qué'scriva,
ya no sé, ni qué me quiera;
no me da mi suerte esquiva
ni más mal, porque no muera,
ni menos, porque no biva.
55
El
cuidado
ni á crecido ni menguado:
que tiene por maña Amor,
por mantener mi dolor,
mantenerme en un estado.
60
Y siempre cuanto le pido
dertermina de negarme:
no quiere escuchar partido,
ni menos quiere dexarme,
ni tomarme por vencido.
65
¿Qué haré,
perdido, que ya no sé
cómo sufra tal engaño,
que se paguen con el daño
los servicios de mi fe?
70
¡Ved cómo
podré valerme,
que'n el mal donde m'enbuelvo,
cuando más veo ofenderme,
ni huyo, ni'stoy, ni buelvo,
ni aun oso defenderme!
75
Ya
caído
estoy en tierra, vencido,
y vos, señora sin fe,
no me tomáis a mercé
sabiendo que stoy rendido.
80
¡Triste, que de mi
cuidado
no siento con qué me guarde!
Pues no sé, de desmayado,
ni librarme, por covarde,
ni vencer, por esforçado.
85
Y el
bivir
ya se me quiere partir,
porque'stoy en tal partido
que, quitándome'l sentido,
no me quitan el sentir.
90
Mis sentidos ya se mueren;
buenos, malos, todos m'echan;
ya los bivos no me quieren,
ya los muertos me desechan
por los males que me hieren.
95
Y es
señal
de mi dolor desigual
que'n tanta desconfiança
no se pierda el esperança
porque no se pierda el mal.
100
¡Ay, dolor! ¿Por
qué me llevas
a dezir lo que no quiero?
Escusadas son más pruevas:
¿no te basta ver que muero,
sin que contra mí te muevas?
105
Ya no
hagas
más peligrosas mis llagas,
aunque, cuanto más mal hazes,
tanto mal me satisfazes,
pues que con la causa pagas.
110
Este tal contentamiento
me da fuerça y me combida
a tener tal sufrimiento
que, aunque s'acabe la vida,
no s'acabe'l pensamiento.
115
Mi
holgança
es poner mi confiança
en cuanto el amor quisiere,
que'l que bien amando muere
muy onrada fin alcança.
120
Otras a su amiga,
embiándole esas otras que se siguen, en tiempo que le
dezía que ya no andava de amores con
ella
Aunque más ya no se
cuente
mi fe por vuestra cativa,
señora, bien se consiente
que'sas coplas os escriva
por el amistad presente.
5
El nombre de servidor
perdíle con disfavores,
y á quedado, en mis dolores,
de los dolores, amor,
en lugar de los amores.
10
Las que
embió
Levántese'l alma
mía,
rebiente su mal en gritos,
que'ncubrir mi fantasía
dolores tan infinitos
más nuevo dolor sería.
15
Muéstrense mis pensamientos
tan crudos que den espanto;
cubiertos de triste manto
mis llorosos sentimientos
acudan en este llanto.
20
Mi dolor quiero mostralle;
de'mpacho no sé dezille,
que, según peno en pasalle,
si é vergüença de
sufrille,
mas la'bré de publicalle.
25
Pero, ya que más no puedo
callando quedar sufrido,
doy licencia a mi sentido
que declare cuál yo quedo,
porque quede por perdido.
30
Mis males con tal hervor
me dan tan cruda sentencia,
que pienso que mi dolor
es otra nueva dolencia
que pasa de ser amor.
35
Los movimientos que suelen
venir a los amadores
en mí son tanto mayores
que digo que no me duelen
como si fuesen amores.
40
De deseo'stoy muriendo
y é miedo a lo que deseo.
Cuando's miro, me reprendo,
y digo que por qué os veo,
que por qué no me defiendo.
45
Busco, de puro dolor,
maneras para dexaros.
Son mis males ya tan claros
que procede del amor
procurar de desamaros.
50
Mil remedios se m'ofrecen
con el dolor que sostengo,
mas, cuando a tomallos vengo,
los amores así crecen
que hazen que me detengo.
55
Voy d'uno en otro cuidado;
quedo sin hallar camino;
es tan rezio el desatino
que'stuve determinado
y a nada me determino.
60
En esto, tanto m'enoja
ver mi'stado tan incierto,
que tengo en mi desconcierto
hazer lo que se m'antoja
por mucho mejor concierto.
65
De'star ya desesperado,
al dolor así me suelto,
y'stoy siempre tan rebuelto,
que de miedo ando esforçado
y de preso quedo suelto.
70
Mis pensamientos van
llenos
entonces sin algún miedo,
porque d'amores tal quedo
que no puedo hazer menos
d'hazer todo cuanto puedo.
75
Imposible es ya tornar
mi poder menos, ni más;
al punto llega el compás,
que no tengo do pasar
ni puedo tornar atrás.
80
Si alguna vez descansado
me hallo de mi tormento,
es tal el quebrantamiento
del dolor que m'á dexado,
que'l descanso no le siento.
85
Entonces con el pesar
de no gozar el reposo,
con mis males a la par,
del descanso stoy quexoso
y quexoso del penar.
90
Con estos males fenece
la mi vida en mi presencia,
porque a mi triste dolencia
natura la favorece
sin que halle resistencia.
95
Yo, viendo mi mal tan hecho,
(lo que siento, Dios lo save),
sé que stoy en tal estrecho
que de ver el daño grave
ya quisiera mi provecho.
100
La fuerça de mi
tormento
me lleva por tal camino
que me viene algún momento,
que de'star fuera de tino
de quereros m'arrepiento.
105
Y digo que fui perdido
y que fue la culpa mía,
pero que bueno'staría
si d'averm'arrepentido
después no m'arrepentía.
110
En tantas cosas apunto
y en tantas locuras toco,
que de'star mi seso poco
muchas vezes me pregunto,
agora, si stó yo loco.
115
La soledad, qu'era mía,
húyola de congoxoso;
hállome tan peligroso
que verme sin compañía
me parece que no oso.
120
En deziros mi tormento
tal me hallo, que de miedo,
si os le digo, m'arrepiento,
y si no's le digo, quedo
de mí mismo descontento.
125
De contrarios tan cercado
estoy, estando los dos,
que's puramente forçado
o que yo's enoje a vos
o que yo quede enojado.
130
Yo sé que mi mal me's
onra
pero sé ques tan crüel
que, según peno con él,
parece que me desonra
lo mucho que sufro dél.
135
Es tan grave el corrimiento
de ver cuán mal me tratáis,
que vos, que dais el tormento,
é vergüença que
sepáis
do llega mi sufrimiento.
140
A ratos mi mal
me'nsaña
y stoy para lastimaros,
mas luego el amor me'ngaña
y en recelo d'enojaros
convierte toda mi saña.
145
Vuestra vista es tan maestra
dablandar mi coraçón,
y el amor tal os me muestra,
que os llego a pedir perdón
de la culpa que fue vuestra.
150
Conozco que me desmando
con el dolor que me hiere,
mas el triste que se muere,
en público confesando,
puede dezir lo que quiere.
155
De mi triste mal esquivo
tan vencido y tal me hallo,
que no peco en lo que scrivo,
y merezco en lo que callo
de las penas en que bivo.
160
Glosa de «justa
fue mi perdición»
Bien supo el amor qué
hizo
en darme tal pensamiento,
pues del primer movimiento
a sí mismo satisfizo
y a mí me dexó contento.
5
Satisfizo la razón
al amor, y él a ella;
luego supo el coraçón
que'n tan onrada querella
justa fue mi perdición.
10
Tan contento y tal me
tiene
la congoxa que'n mí stá,
que, si dolor sobreviene,
el mal que tengo se va
de gozo d'aquel que viene.
15
Y si queda algún tormento,
súfrese con el quereros,
que'n mi grave pensamiento
sólo en ver que supe veros
de mis males soy contento.
20
Aunque a mi mal contradiga
el cuerpo por la su falta,
rompiendo toda la liga,
el alma, como más alta,
se'ntremete en mi fatiga.
25
Y puesto mi coraçón
ante vos, como juzgado,
atentado en su pasión
dize: «Ya, pues soy pagado,
non espero gualardón».
30
La congoxa que padezco
de buena me da la vida,
que'n ser vos por quien fenezco
mi mal paga la medida
de lo que por él merezco.
35
Con este conocimiento,
pagado de mi pasión,
voy diziendo, de contento,
sin dar cabo a mi razón,
pues, vuestro merecimiento.
40
Acabó el
entendimiento
lo que agora aquí se dize,
y dixo a mi pensamiento:
«Pues por vos me satisfize,
tené vos mi regimiento».
45
Tras esto, en mi coraçón,
vi sonar esta respuesta:
«Ved mi mal, si es con razón,
que la pena, en venir presta,
satisfizo a mi pasión».
50
Parece bien ordenado,
por razón de buena ley,
que, si acaso un condenado
viere el rostro de su rey,
luego allí quede librado.
55
Así, puesto que's perdida
mi vida ya por quereros,
para el alma, que's vencida,
un solo punto de veros
es vitoria conocida.
60
De contenta, mi memoria
mil vezes me dize: «¡Calla!,
que'n guerra de tanta gloria
sólo entrar en la batalla
fue sombra de gran vitoria».
65
Sólo averos conocido
es tan gran lustre d'amor
que, por más que sté perdido,
siempre será vencedor
quien de vos queda vencido.
70
Contra Amor y su
pasión
en campo quise provarme,
y vos, a mala sazón,
cuando Amor quiso matarme,
luego echastes el bastón.
75
Esto fue, porque perdida,
sin morir, fuese mi suerte
y porque's cosa sabida
que'scusava yo mi muerte
en perder por vos la vida.
80
Así agora triste
quedo
sin morir, y con penar,
y entre mí digo, con miedo:
«Ved cómo podré ganar,
que aun sólo perder no puedo».
85
Después me dize'l sentido:
«¿Por qué me matas
cuitado?
¿No tienes tú conocido,
por tormento tan onrado,
que's ganado el que's
perdido?»
90
Si del mal que m'á
venido
me viene'l contentamiento,
será muy firme argumento
que, cuanto más afligido,
tanto más seré contento.
95
Y pues viene la pasión,
y el descanso en una cuenta,
lo que sufre'l coraçón,
el coraçón lo consienta
pues lo consiente razón.
100
Vuestra vista saltealla
no es mucho quien tanto os quiere,
que'l que de hambre se muere,
si roba el comer que halla,
toda buena ley lo quiere.
105
Yo, de veros muy hambriento,
con miraros me sostengo,
y cuando más pena tengo
con el bien del pensamiento
consiento en mi perdimiento.
110
Algún bien yo
demandaros
desvergüença me parece,
que ¿cómo podré yo daros
por el bien lo que merece,
si el mal no puedo pagaros?
115
Alcança mi coraçón
de su mal un bien tan largo
que, pues ya de mi pasión
yo, señora, os quedo en cargo,
non espero galardón.
120
No bivo desesperado
y bivo sin esperança,
que'l que se da por pagado
no spera, que, pues alcança,
esperar es escusado.
125
Si basta mi pensamiento
a darme tan justa paga
que me haga'star contento,
no es mucho me satisfaga,
pues, vuestro merecimiento.
130
Cuando acuerda el
sentimiento,
y a pensar en vos se'ncierra,
entre mí me descontento
del cuerpo que, 'n ser de tierra,
me'mbaraça el pensamiento.
135
Para cuantas cosas son
es estar por vos penado
de tan alto coraçón,
que solo avello pensado
satisfizo a mi pasión.
140
Otras
Ya puedo soltar mi llanto,
pues para llorar me hallo;
é callado, y más me'spanto
de star tal y ver que callo,
que de ver que peno tanto.
5
Que tenga ya libertad
mi lengua, yo lo consiento;
hasta'quí fue sufrimiento,
agora ya es poquedad
callar el dolor que siento.
10
Mi vida, para pasarla,
téngola de publicar;
es imposible callarla,
y si la quiero contar
tampoco puedo contarla.
15
Mis penas haze'l amor
iguales d'una manera;
no sé cuál da más dolor,
pero siempre la postrera
me parece que's mayor.
20
Soy, en dezir mi cuidado,
tan confuso y tan perdido,
que, cuando un mal é contado,
más quisiera aver seguido
tras aquél que m'é dexado.
25
Por quitar esta contienda,
dígase lo que viniere.
Yo quiero soltar la rienda,
porque de lo que dixere
lo que no digo se'ntienda.
30
Yo me vi, sin ser cativo,
muy suelto de cualquier pena,
con el coraçón esquivo,
con el alma muy agena
destos males en que bivo.
35
Libre'stava mi sentido,
con poder para valerme;
mas Amor, por no perderme,
porque quedase perdido,
anduvo por recogerme.
40
Si vuestra merced no
fuera,
no hiziera el amor esto;
no me matara tan presto,
señora, si no pusiera
sus armas en vuestro gesto.
45
El combate fue crecido,
luego tomó la memoria;
fue tan alta la vitoria
que, aun yo quedando vencido,
no pude sufrir mi gloria.
50
Púseme de vuestro
bando
por subir a mayor onra;
onréme no peleando,
pues escusé mi desonra,
quedando so vuestro mando.
55
El amor, y vos y yo,
todos mis males hazemos,
y es bueno que no tenemos
(que'l enemigo faltó)
a quien vencer, y vencemos.
60
Vencemos, ¡y qué
tan crudo
que's éste mi vencimiento!
¡O que'n pensar mi tormento,
luego me paro tan mudo
que no sé dezir qué siento!
65
De vuestra merced desean
mis males ya ser oídos;
si no fueren bien plañidos,
no podrá ser que no sean
a lo menos bien creídos.
70
Ufano pudiera'star
pensando en la pena mía,
mas el dolor me desvía
y no me dexa gozar
del bien de mi fantasía.
75
El bien y el mal van mezclados,
tan juntos en un istoria,
que no m'atrevo a mi gloria,
de miedo de los cuidados
que atraviesan mi memoria.
80
Mil vezes con tal tormento
é quedado por miraros,
que, de solo el escarmiento,
ni veros ni contemplaros
osa ya mi pensamiento.
85
Mi descanso era pensar;
ya no oso en él meterme;
poco podré sostenerme,
pues é miedo del manjar
con que puedo mantenerme.
90
Más es que ravia el
querer,
señora, que yo sostengo;
los que ravian del bever
an miedo, mas yo le tengo
del bever y del comer.
95
De solos mis pensamientos
mi alma se hizo fuerte;
agora, ya por mi suerte;
ya faltan los bastimentos:
no queda sino la muerte.
100
Pues otra mayor fatiga
me quiere matar agora,
que'l grave dolor m'obliga,
a quien tengo por señora,
que tenga por enemiga.
105
En estrecho tan mortal
me pone mi desventura,
que por orden de natura
soy forçado a querer mal
la causa de mi tristura.
110
Con cuánta verdad os
quiero
vos lo tenéis bien sabido;
mas mi dolor es tan fiero
que mil vezes, de perdido,
porque os muriésedes, muero.
115
Y luego muero porque
me vino tal fantasía.
¡O alma del alma mía,
qué prueva de mayor fe
fue sentir tal eregía!
120
El enojo y el dolor,
los tristes desabrimientos,
la saña y el desamor,
los celos y los tormentos,
todos paran en amor.
125
Del amor mis desventuras
salen, y en él van a dar;
cuanto hago yo es amar;
da'quí nacen mis tristuras;
y aquí buelven a parar.
130
Mi coraçón puesto
en medio,
pelean los sentimientos;
de mis tristes pensamientos
uno solo es el remedio
y muchos son los tormentos.
135
Preséntanseme delante
mil miedos, mil esperanças;
triste, que siendo constante,
padezco dos mil mudanças,
y todas en un instante.
140
Si en algo me satisfago,
luego allí se me deshaze;
y aquello en que más me pago,
no sé cómo se me haze,
que nunca jamás lo hago.
145
Si comienço a proponello
está en la mano mudallo,
y cuando quiero dexallo
la causa de no hazello
á sido determinallo.
150
La más áspera
manzilla
que acrecienta mi querella,
aunque's empacho scrivilla,
cada vez que pienso en ella
no puedo sino dezilla.
155
No entiendo tan crudo mal;
la causa sé que's quereros.
¡O, señora, que por veros,
mil vezes m'é visto tal,
que quisiera aborreceros!
160
¡O cuántas vezes
quisiera
no veros yo tan hermosa!
¡O si en mi mano'stuviera!
¡Tal estoy, de toda cosa,
por desazeros, hiziera!
165
En presencia no's mirava
de miedo de cuál os vía,
y en ausencia me'ngañava
fingiendo's mi fantasía
con tachas que no's hallava.
170
Mi dolor, cuando sosiega,
es para mayor cuidado;
rebuelve en tan alto grado
que a poco rato se'ntrega
del tiempo que s'á tardado.
175
Ser contino mi penar
tengo por menor afrenta.
Ya no oso descansar
de miedo de la tormenta
que'spero que á de tornar.
180
Esta vida es la que bivo,
la cual a dezir no basto,
porque, de cuanto aquí scrivo,
mucho menos es el gasto,
señora, que no el recivo.
185
A vos sola pertenece
dar remedio a mi sentido,
quel que a vos, señora, vido,
desonra vuestra parece
que pueda quedar perdido.
190
Otras
A tanto disimular
ya falta toda desculpa.
Si fuere vergüença hablar
sepan todos que más culpa
fuera el daño del callar.
5
Mas para cuento tan largo
de pena tan triste y mía,
doy primero por descargo,
si mi lengua desvaría,
que del mal es todo el cargo.
10
¿Por dó se
començará
dolor de tanta fatiga?
Soltemos el llanto ya;
no cumple que yo le diga,
pues él mismo se dirá.
15
Amor, dolor y cuidado,
sus penas en conveniencia,
publicarán la sentencia;
yo, que soy el condenado,
porné sólo la presencia.
20
Este mal que agora siento
otro tiempo le sentí,
tan fuerte, que'l pensamiento
nunca'stuvo tan en sí
que'stuviese sin tormento.
25
Mas luego quiso el amor
-yo pienso que fue por maña-
librarme de su dolor
para que después su saña
la sintiese muy mayor.
30
De mi mal me vi librado;
tan suelta mi voluntad,
que ya sentí soledad
del tiempo de mi cuidado
que'stuve sin libertad.
35
De sano, m'aborrecía;
loava los que penavan;
no sé dónde me sentía
imbidia de los que amavan,
si por caso alguno vía.
40
Entonces supe pasar:
supe bivir llanamente,
holgava con lo presente;
no me pesava d'andar
al hilo ya de la gente.
45
Poco sostuvo el amor
estando en mí tan igual,
que fue la rebuelta tal
que's otro nuevo dolor
aver de dezir mi mal.
50
Allí sentí los
amores
con todos sus movimientos:
miedos, cuitas y tormentos,
tristezas y desvalores
y celosos sentimientos.
55
Dexélos andar creciendo
porque no supe'ntenderme,
mas agora que me'ntiendo
siempre quiero defenderme
pero nunca me defiendo.
60
Quiero valerme de miedo
y déxolo de medroso;
el comienço es con denuedo;
después, luego, ya no oso,
y si oso, ya no puedo.
65
Temo, señora, miraros,
pero más temo no veros;
é miedo de más amaros,
y de miedo de perderos
ya no oso desearos.
70
Si os pienso dezir mi
llanto,
necesario es que m'afrente.
Fínjome seros presente,
y luego m'altero tanto
que huelgo de'star ausente.
75
Compongo razonamientos;
hágome que'stoy quexoso;
y todos mis fundamentos,
hallo que cuando más oso
no son sino pensamientos.
80
Propongo de starme
así,
no viendo's por no ofenderos,
pero ya tornando en mí
no puedo dexar de veros
acordándome que os vi.
85
Con deseoso cuidado
voy como loco a buscaros,
y después que os é topado
daría por no hallaros
el bien d'averos hallado.
90
Llégome de miedo
puro
a vos sin determinarme.
Si hablo, quiero callarme;
si callo, no m'aseguro,
y hablo, por mejorarme.
95
Por donde quiera que sigo
hallo mi pena muy hecha,
y soyme tan enemigo
que callo lo que aprovecha
y lo que no cumple digo.
100
Entonces ya de muy harto
de mis cuitas, pienso en irme,
mas, triste, que al despedirme,
de puro miedo me parto,
y apenas oso partirme.
105
Ya después de ido, siento
el alma tan desvañada,
con un descontentamiento,
que no me culpo de nada
y de todo m'arrepiento.
110
Si alguna vez m'acaece
ir no triste ni muriendo,
dend'un rato se m'ofrece
no sé qué, que no lo entiendo,
pero malo me parece.
115
Entonces busco consuelo;
pruevo a quedar satisfecho;
ya que pienso avello hecho,
allí se queda el recelo,
todo para mi despecho.
120
En tantas cuitas,
señora,
mal podré yo consolarme.
Es tan duro el remediarme
que no hago poco agora,
si no muero, en no matarme.
125
Pero ya tal voluntad
no s'á de sufrir sin cura.
Es tanta la desventura
que el seso es necesidad
para tamaña locura.
130
¡Qué tristezas las
que siento!,
¡qué desvalor es el mío!,
¡cuántas vezes
desconfío!,
que si miro el fundamento
sé que's todo desvarío.
135
Triste, que'n mis desventuras
me hallo tan desvalido,
y stoy tan entristecido,
que si no hago locuras
quedo más enloquecido.
140
De verme con mil flaquezas
comigo mismo me'nsaño;
adrede me desengaño
buscando nuevas cruezas,
y todas para mi daño.
145
El rato que tal me veo
no temo ningún cuidado,
y el miedo del mal que creo,
de puro desesperado,
se me convierte en deseo.
150
Después que'n esto
é caído
no sé'ntender lo que siento;
sé que tal me represento
que, de verme tan perdido,
ya no sufro el corrimiento.
155
El daño es muy manifiesto;
el alma stá recelosa.
Si alguno me mira el gesto,
y se ríe d'otra cosa,
paréceme que's por esto.
160
Vergüença é
de mi fatiga,
ya la encubro a los presentes;
y si'stán todos ausentes,
busco alguno que me diga
qué dizen de mí las gentes.
165
Es tan grande mi deseo
que no sé desengañarme,
y en el peligro que veo
mi remedio es engañarme
con creer lo que deseo.
170
Pues tiempo es ya que se
digan
los celos que me maltratan;
otros males que me matan
solamente me fatigan,
mas éstos me desbaratan.
175
Éstos me hazen que os quiera
peor, cuando más os quiero,
y me tienen de manera
que'n mitad del bien que spero
mi coraçón desespera.
180
Éstos tienen de su
mano
los duros desabrimientos,
y otros tales sentimientos
que, cuando'stoy más ufano,
é miedo a los pensamientos.
185
Llévanme por tal camino
que temo el bien que deseo;
todo lo que pienso, creo,
y mil vezes determino
no veros, y luego's veo.
190
Por éstos se me
deshazen
mis bienes y mis porfías;
busco las cosas que aplazen,
disimulando los días
lo que las noches me hazen.
195
Quiero encubrir cual é'stado;
mas luego se me parece;
presumo de muy onrado;
y esto siempre m'acaece
para quedar desonrado.
200
Para'l bien siempre me
falto;
para'l mal presto parezco;
si en algo me favorezco
dame luego un sobresalto
con que luego me'ntristezco.
205
Si acaso en mi pensamiento
sospecho una vanidad,
no sé tener sufrimiento;
quiero saber la verdad
y dicha no la consiento.
210
Mil desatinos padezco,
y todos como perdido.
Cuando más me'nsobervezco,
en lo mucho'stoy sufrido
y en lo poco me'mbravezco.
215
Y tal en mi sentimiento
me tenéis, por bien amaros,
que'l más áspero tormento
es todo, por desculparos,
señora, en mi pensamiento.
220
El seso busca desculpas:
rehúye la fantasía.
De perdida, el alma mía
no puede sufriros culpas
y por esto se confía.
225
Si en algo sospecha hallo,
querría ver rastro d'ello;
mas no oso preguntallo,
y quedo, por no sabello,
contento con sospechallo.
230
Tuve una vez por mi suerte
d'un competidor recelo,
y el dolor era tan fuerte
que no tuve otro consuelo
sino'speralle la muerte.
235
Pero luego en mí dezía:
«Mas triste si aconteciese
que si éste se muriese,
por mala desdicha mía,
vuestra merced se doliese.»
240
Vime luego tan esquivo,
de miedo de'ste cuidado,
que dixe determinado:
«Mucho más le quiero bivo
que muerto de vos llorado.»
245
Quedéme de'sta manera,
quiriendo ya más sufrir
mi dolor, por grave que era,
queste otro por venir,
que quiçá nunca viniera.
250
¡O estos celos,
cuitado,
con cuantos males me tientan!
Si en lo presente m'afrentan,
mucho más en lo pasado
sus dolores m'atormentan.
255
Si d'algún pasado trato
viene algún temor a darme;
no hallo de qué quexarme;
pero tras esto me mato,
hasta llegar a matarme.
260
Comigo traigo
porfías,
y digo de congoxado:
«Esto no á sido en mis
días,
y si lo fue, ya es pasado,
¿para qué más
fantasías?»
265
Pero yo no puedo ver
falta que'n vos se parezca,
porque culpa en tal muger,
por más que'l tiempo perezca,
nunca puede perecer.
270
Con esta tan triste suerte
es forçado ir acabando.
Mi dolor sufro tan fuerte
que, por doquiera que ando,
presente hallo la muerte.
275
Los lloros que me valían,
agora ya no me valen.
¡O males que así porfían!
Mis gemidos ya no salen
por el arte que solían.
280
Mis remedios convertidos
en dolores lastimeros,
en novedad son primeros;
mas, según son doloridos,
pienso que serán postreros.
285
Pero ¡cesen mis porfías!,
que'l tiempo se pasará
y las desventuras mías.
Bien sé que'l tiempo s'irá,
mas ¿quién pasará los
días?
290
A este estado,
señora,
é llegado a causa vuestra;
pero desto que se muestra
en esto que scrivo agora,
mi vida será maestra.
295
Escusado es alargar
en caso tan condenado;
do no se puede'sperar
de quien á tanto penado,
¿qué podrá sino penar?
300
Otras a su amiga
embiándole un cancionero de sus coplas
Aí van las ansias
mías,
presentes y las pasadas,
do más bivas que pintadas
hallaréis mis fantasías
de mi mano trasladadas.
5
Aunque a otras se presenta
parte aquí de mis querellas,
al rematar de la cuenta,
la suma de todas ellas
a vuestra merced s'asienta.
10
Si antes de yo seguiros
lo que hize fue acertado,
de ser ya predestinado
a la gloria de serviros,
parece que fui salvado.
15
Y si en otras hermosuras
anduvo mi sentimiento,
los males d'aquel tormento
no fueron sino figuras
deste nuevo pensamiento.
20
Villancico del mismo y
de Garcilaso de la Vega a don Luis de la Cueva porque bailó
en palacio con una dama que llamavan la
Páxara
¿Qué testimonios
son estos
que le queréis levantar?
¡Que no fue sino bailar!
El duque d'Alva
¿Qué peligroso
acidente
fue hazer tal maleficio?
5
Tomaste por exercicio
hacer reír a la gente.
Yo soy quien desto se siente.
Yo te quiero aconsejar
que no cures de bailar.
10
Garcilaso
Esta tienen por gran
culpa;
no lo fue a mi parecer,
porque tiene por desculpa
que lo hizo la muger.
Ésta le hizo caer
15
mucho más, que no el saltar
que hizo con el bailar.
El prior de San Juan
No fue'l pecado primero;
mas por él padecerán
todos los que bailarán
20
como bailó el cavallero.
No lo tomen por agüero
los que quisieren dançar,
que no fue sino bailar.
Boscán
En lo vedado tocó,
25
y por esto es cosa clara
quen el sudor de su cara
bivirá, pues que bailó.
Malamente s'engañó;
mas bien se pudo engañar
30
que no fue sino bailar.
Don Hernando Álvarez de Toledo
Perdiérase este
señor
en esta gran maravilla,
sino por la paxarilla
que le cantava al alvor.
35
Si desto tiene dolor,
yo le quiero consolar,
que no fue sino bailar.
El clavero de Alcántara
Fue para todos espanto
soltaros el Rey tan presto,
40
pero no os soltó por esto,
para que os soltéis vos tanto.
Soltástesos tanto cuanto,
mas no fue sino saltar,
y si no saltar, bailar.
45
Don Luis Osorio
Sepan qué manda la
ley:
muera don Luis agora;
que'n los palacios del Rey
bailó con una señora.
Desastrada fue tal ora,
50
mas áse de perdonar,
que no fue sino bailar.
Don García de Toledo
Soltóos el
Emperador,
pero no sin penitencia;
mandó daros por sentencia
55
que bailásedes, señor.
Dizen todos que's rigor;
que no es justo castigar
a ninguno con bailar.
Gutierre López de Padilla
No tengo de fiar
más
60
en hombres blandos y tristes.
¿qué os prometió
Satanás,
cuando dél así os vencistes?
Errastes lo que hezistes:
no digo que fue el errar
65
que errásedes el bailar.
El marqués de Villafranca
Dudan todos los letrados
de jüicios más enteros,
de bienes tan mal bailados
que gozen los erederos.
70
Dizen que hasta los postreros
abrá cierto d'alcançar
maldición de tal bailar.
Canción de
Boscán
Mi mal está en
crecimiento:
comiença, y es tan estremo,
que no siento lo que siento
de temor de lo que temo.
No hize lo que convino;
5
ya no sé lo que conviene.
Témome del mal que viene,
no pensando en el que vino.
En su primer movimiento
es mi mal, y es tran estremo,
10
que no siento lo que siento
de temor de lo que temo.
Otras del mismo a una
partida
El que de vos se partiere
merece nunca bolver.
O, señora si bolviere,
que buelva para no's ver.
No meresco la venida,
5
pues fui para poder irme,
aunque harto va medida
con la pena del partirme
la culpa de la partida.
Mas si yo jamás me fuere,
10
bien sé que no abrá de ser,
pero quiero, si ello fuere,
pagallo con nunca os ver.
Otras a una
señora a quien servía porque le dixeron que en su
ausencia se avía servido de otro