Imitaciones
De cantos populares toscanos
1866.
El dos de mayo
como en lienzo que fiel lo represente, | ||
para siglos sin fin haz que reviva | ||
y que dure en mi canto eternamente. | 110 | |
Mas ya siento en mi pecho que rebosa | ||
y en mi agitada sien apenas cabe | ||
tu inspiración, oh Diosa; | ||
y en ágil vuelo pronto, | ||
cual si en la espalda me nacieran de ave | 115 | |
encumbradoras alas, me remonto; | ||
irresistible impulso me levanta | ||
sobre la tierra y anchuroso ponto; | ||
y en el sereno cristalino campo | ||
del éter vasto, con segura planta | 120 | |
los firmes pasos orgulloso estampo: | ||
hierven en mí los versos impacientes; | ||
a mi trémula boca | ||
altas voces afluyen a torrentes, | ||
que en rápida cadena | 125 | |
un arte superior liga y coloca; | ||
y mi ágil pluma con presteza rara | ||
los albos pliegos ennegrece y llena, | ||
como si escrito canto trasladara. | ||
IV | ||
De la ardua lid al corazón sediento | 130 | |
luce el alba por fin del Dos de Mayo; | ||
y cuando en la mitad del firmamento | ||
desde el sol su más ardiente rayo, | ||
en los aires serenos, | ||
que creó Dios a la tormenta ajenos | 135 | |
y que hoy osa turbar furor humano, | ||
principian cruda guerra | ||
la ibera tempestad del océano | ||
y la peruana tempestad de tierra: | ||
retumba ronco trueno de contino | 140 | |
del huracán marino, | ||
y sin cesar responde ronco trueno | ||
del huracán terreno; | ||
del humo negro dilatadas nubes | ||
cambian el claro día en noche densa | 145 | |
por relámpagos mil do quiera rota; | ||
espesa lluvia de granizo ardiente | ||
ondas y tierra sin cesar azota: | ||
y todo, todo, en confusión inmensa, | ||
en nuestras playas apacibles miente | 150 | |
el estrago y el ímpetu y la saña | ||
con que desraiga selva corpulenta | ||
y en truenos y relámpagos revienta | ||
furiosa tempestad de la montaña. | ||
Como león ayuno se abalanza | 155 | |
a la segura presa, | ||
tal desdeñoso se abalanza el Godo, | ||
mas que de lid, hambriento de matanza: | ||
pronta victoria aguarda | ||
sobre la vil afeminada gente, | 160 | |
de España hija bastarda, | ||
del brazo no, mas de la voz valiente (45); | ||
pero su triunfo tarda, | ||
y de tan largo resistir se admira, | ||
y su desdén primero | 165 | |
trueca el soberbio en impaciente ira. | ||
Como resiste secular encina, | ||
afianzada en hondísimas raíces, | ||
al ímpetu del cierzo, | ||
y ni aún la frente inclina, | 170 | |
así resiste el peruviano esfuerzo; | ||
y, al ver el español que no se abate | ||
más y más dobla su iracundo embate; | ||
y con frecuencia igual, de cada parte, | ||
serpëando entre nubes de humareda, | 175 | |
raudos vuelan los rayos con que el arte | ||
los del tonante Jehová remeda. | ||
No ha pasajero instante | ||
en que del trueno el hórrido estampido | ||
no ensordezca el oído, | 180 | |
y en que del rayo la siniestra lumbre, | ||
los atónitos ojos no deslumbre; | ||
y cual propio elemento de la Muerte, | ||
en ruido y luz el aire se convierte. | ||
Parece con las armas del Averno | 185 | |
lidiarse la batalla; | ||
y balas silbadoras, | ||
bombas atronadoras, | ||
esparcida metralla, | ||
y formas ciento y diferencias miles | 190 | |
de letales ardientes proyectiles, | ||
que cruzan encontrados sin sosiego | ||
los espacios celestes, | ||
cubren entrambas huestes | ||
con resonante bóveda de fuego. | 195 | |
Tiembla en torno el terreno, | ||
como si el Terremoto en lo profundo | ||
de su cóncavo seno | ||
sus titánicos miembros prisioneros | ||
bramando sacudiera, y furibundo | 200 | |
de su cárcel la bóveda golpeara | ||
con vigorosa resonante frente, | ||
y por romperla indómito pugnara, | ||
de sus duras prisiones impaciente. | ||
Igual a cada parte, entre sangrientos | 205 | |
horrores, se mantiene la lid cruda | ||
de quien teatro son dos elementos; | ||
y cada combatiente semejando | ||
al elemento mismo que lo encierra, | ||
si como el mar el Español asalta, | 210 | |
el Peruano resiste cual la tierra, | ||
o como excelsa roca a cuya planta | ||
el mar sus ondas túmidas quebranta. | ||
Y en vano tú, vastísima Numancia, | ||
al Leviatán inmenso semejante, | 215 | |
del océano emperador tremendo, | ||
frente a la playa inmóvil te colocas, | ||
llama con humo y horroroso estruendo | ||
vomitando a la vez por tus cien bocas: | ||
con nada tiemblan los heroicos pechos | 220 | |
que por la patria y el honor pelean; | ||
y aun cuando en nube más espesa vean | ||
fuego en torno llover horrendamente, | ||
al Perú independiente | ||
con clamorosos gritos victorean; | 225 | |
mezclándose al estruendo de los mares | ||
y discorde compás de los cañones | ||
las músicas sonoras militares, | ||
¡y el himno patrio que en ardor heroico | ||
inflama los peruanos corazones! | 230 | |
Mas de tus tiros al acierto daña | ||
hispano lidiador, y a tu destreza | ||
el ciego empeño e impaciente saña | ||
que tus confusos tiros precipita: | ||
y en torpe desperdicio, | 235 | |
muchedumbre infinita | ||
de bombas que prodigan tus descargas, | ||
distante aún del término pedido, | ||
cae para apagarse en las amargas | ||
ondas, tras vano amenazante ruido. | 240 | |
Mas tu insano furor, Numancia cruda, | ||
al fin la Suerte en nuestro daño ayuda, | ||
que bien tu acierto escaso | ||
la ayuda pide del propicio Acaso. | ||
de tus bocas lanzada bomba ciega, | 245 | |
de la Suerte guiada por la mano, | ||
hasta la Torre llega | ||
que el nervio encierra del valor peruano: | ||
¡allí hacinado por funesto olvido, | ||
el negro polvo que a las graves balas | 250 | |
viste del fuego las ligeras alas, | ||
por la bomba fatal es encendido! | ||
¡Y en el desastre horrendo y repentino | ||
vuelan los generosos combatientes | ||
entre la espesa nube | 255 | |
y humoso remolino | ||
que hasta los cielos resonando sube! | ||
V | ||
Fuiste, entre cuantos héroes allí abisma, | ||
tú la presa más noble de la Parca, | ||
GÁLVEZ inmaculado y cual la misma | 260 | |
Santa Justicia incontrastable y recto, | ||
prez y honor de la antigua Cajamarca, | ||
y el hijo de la Patria predilecto; | ||
de la Patria que, hoy huérfana de tantos | ||
hijos queridos que le cuesta España, | 265 | |
por ti se entrega a más aguda pena | ||
y tu sepulcro baña | ||
de acerbo llanto en más copiosa vena: | ||
¡ah! si mi voz en la terrena vida, | ||
oh Gálvez inmortal, te fue querida, | 270 | |
acepta grato este recuerdo breve | ||
que hoy mi laúd te da junto a tu huesa, | ||
hasta que el himno de alabanza eleve | ||
que de mi amante Numen la promesa | ||
a la esperanza de la patria debe. | 275 | |
¡Y a ti, CORNELIO BORDA, | ||
a ti mi canto nombrará segundo, | ||
que en el suelo nacido de la hermosa | ||
nueva y mejor Granada, | ||
hiciste con tu muerte a todo un mundo | 280 | |
tu patria dilatada! | ||
Cual concebido en su fecundo seno | ||
y o sus pechos crïado, | ||
de su dolor el maternal tributo | ||
no cesará mi patria de ofrecerte: | 290 | |
la faz cubierta por oscuro velo | ||
de lamentable luto, | ||
lloran las Ciencias tu temprana muerte | ||
y de tu claro ingenio y tu desvelo, | ||
en flor cortado, el abundoso fruto. | 295 | |
También tu losa en lágrimas inundo, | ||
¡oh tú, DOMINGO NIETO, que dos días | ||
en doloroso lecho | ||
yaciste moribundo, | ||
y en cuerpo vigoroso y fuerte pecho | 300 | |
más vigoroso espíritu escondías! | ||
No tan solo un hermano en ti lamenta | ||
quien contigo nació del propio seno; | ||
que a nadie, a nadie apellidaste amigo | ||
a quien estrechos lazos fraternales | 305 | |
no ligaran contigo, | ||
¡oh dechado y espejo de lëales! | ||
Ni a ti tampoco olvidará mi verso | ||
ni de justa alabanza será parco | ||
que escuche el universo, | 310 | |
¡Oh noble corazón, ANTONIO ALARCO! | ||
No a la lid peligrosa | ||
a ti el deber, sino el valor te llama (46); | ||
y de él guïada, a la funesta Torre | ||
tu ansiosa planta corre, | 315 | |
allí acechando con tenaz cuidado | ||
el instante propicio | ||
para ocupar del último soldado | ||
el más hüido peligroso oficio (47); | ||
al fin le ocupas con afán inquieto | 320 | |
desafiando a la Muerte; | ||
y la Muerte aceptó tu osado reto, | ||
de ti no perdonando los despojos, | ||
ni sangrientos pedazos, ni señales | ||
que contemplaran los fraternos ojos, | 325 | |
que besaran los labios maternales. | ||
Y el grato conocido | ||
rumor de sus pisadas | ||
en vano aguardará tu atento oído | ||
en tus desiertos silenciosos lares, | 330 | |
¡oh adorada hermosísima doncella, | ||
que al pie de los altares | ||
unir pensaste a su robusta mano | ||
tu blanca mano delicada y bella! | ||
¡Las antorchas nupciales | 335 | |
que ayer regocijaban tu deseo | ||
se trocaron en teas funerales, | ||
y en endechas los cantos de himeneo! | ||
Y mi Musa también de ti se acuerda, | ||
y te consagra mi laúd rendido | 340 | |
un fúnebre gemido | ||
de su doliente cuerda, | ||
¡ENRIQUE MONTES, que en aspecto blando | ||
y dulce rostro hermoso | ||
impreso demostrando | 345 | |
de la bondad y la nobleza el sello, | ||
cual a esposa gentil gentil esposo, | ||
alma bella juntaste a cuerpo bello! | ||
En vano, en vano a la enlutada viuda | ||
preguntan por su padre idolatrado | 350 | |
los hijos pequeñuelos: | ||
ella, llorosa y muda, | ||
abraza en ellos a tu fiel traslado, | ||
clavando húmedos ojos en los cielos. | ||
Ni ausente se hallará, noble ZAVALA, | 355 | |
tu nombre antiguo entre los claros nombres | ||
que en este canto premiador inscribo; | ||
era tu anhelo más constante y vivo | ||
por la patria morir, por esa madre | ||
a quien un hijo indigno, | 360 | |
tu hermano en sangre pero no en virtudes, | ||
guerra feroz enviaba | ||
y hacer quería de su reina esclava: | ||
y a Dios que tu anhelar cumplió benigno | ||
repetías en tu hora postrimera: | 365 | |
«Gracias, gracias te doy, Señor clemente, | ||
pues cuando ingrato a la que el ser le diera | ||
hiere un Zavala, tu bondad consiente | ||
que otro Zavala por la patria muera». | ||
Mas a vosotros, CÁRCAMOS ilustres, | 370 | |
os crearon los cielos | ||
como en la sangre en la virtud hermanos, | ||
y de idénticas prendas adornaron | ||
vuestros nobles espíritus gemelos: | ||
de ingenio igual, del mismo | 375 | |
ardiente acrisolado patriotismo, | ||
que os hizo, con igual merecimiento, | ||
juntos rendir el postrimer aliento. | ||
De vuestro fin la roedora pena | ||
pronto a otro hermano le abrirá la tumba, | 380 | |
y con él perderá su último alivio | ||
anciana madre que feroz condena | ||
a tan largo vivir la suerte esquiva | ||
para que, sola y de consuelo ajena, | ||
¡Ay! a todos sus hijos sobreviva. | 385 | |
VI | ||
Mas con rabiosa lengua | ||
venganza grita el peruviano bando, | ||
al contemplar caer tan escogidas | ||
víctimas, y los brios redoblando, | ||
hace pagar con espantable exceso | 390 | |
al torpe Ibero tan preciosas vidas. | ||
¿Quién, quién ahora encarecer podría | ||
de los peruanos jefes las hazañas | ||
y el heroico valor y la osadía? | ||
Impávidos, serenos, | 395 | |
Mueven do quiera la segura planta, | ||
y ni el creciente riesgo los espanta | ||
ni hace que venga su valor a menos; | ||
es en vano que inmensa muchedumbre | ||
de balas y de bombas y granadas | 400 | |
en torno siempre ensordeciendo llueva: | ||
Con la voz y el ejemplo | ||
animar a los otros los contemplo, | ||
y hacer que todos con pujanza nueva, | ||
cual si la lid de nuevo comenzara, | 405 | |
arrojen a porfía los letales | ||
rayos artificiales | ||
a la escuadra feroz de España avara. | ||
Con firme pulso y con tenaz mirada, | ||
su afán heroico ni un veloz instante | 410 | |
remite el valentísimo artillero; | ||
y cual de la Justicia disparada | ||
por la certera mano, | ||
cada entraña de acero | ||
que vomita el cañón republicano | 415 | |
hambrienta despedaza | ||
de los regios navíos la madera | ||
o la férrea armadura y la coraza; | ||
y la gran mole atravesando entera, | ||
tal vez por el opuesto roto lado | 420 | |
sale, de muertes y de estragos harta, | ||
a apagarse en el piélago salado. | ||
En el espacio breve | ||
que les permiten sus flotantes casas, | ||
amontonados mueren y confusos | 425 | |
los tristes siervos de una reina aleve: | ||
rabiosamente cae y agoniza | ||
sobre el tibio cadáver de su hermano | ||
el doliente marino, que no espera | ||
que descanse a lo menos su ceniza | 430 | |
de su remota patria en la ribera, | ||
y que tendrá por tumba el océano. | ||
Y en vez de presenciar de los lejanos | ||
hijos, padres y esposos | ||
los triunfales regresos, | 435 | |
madres, hijas y esposas españolas | ||
ver no podrán a sus amantes manos | ||
llegar siquiera los helados huesos | ||
de los que sepultaron nuestras olas. | ||
¡oh peruanas, templad vuestros enojos, | 440 | |
que el llanto que hoy derraman vuestros ojos | ||
será pronto venerado | ||
con llanto más acerbo y doloroso | ||
por ojos españoles derramado! | ||
Ni al soberbio caudillo | 445 | |
guarda de heridas el ferrado muro | ||
del nadante castillo | ||
donde pensaba combatir seguro: | ||
aquí una nave, a zozobrar vecina, | ||
por bocas mil el océano bebe: | 450 | |
otra, la cárcel rota | ||
del espíritu ardiente que la mueve, | ||
como cadáver flota: | ||
ya por doquiera a desmayar empieza | ||
el valor en el pecho | 455 | |
y en el brazo la usada fortaleza; | ||
ya el español, en trance tan estrecho | ||
vencer desesperando, | ||
da al temor en el ánimo cabida, | ||
triunfando del rubor y del despecho | 460 | |
el amor renaciente de la vida. | ||
VII | ||
No para huir aguarda | ||
que al claro día su enemiga venza, | ||
para que el velo de la Noche parda | ||
esconda de su fuga la vergüenza: | 465 | |
¡Y a los rayos del Sol que de occidente | ||
una hora y otra dista, | ||
del universo atónito a la vista, | ||
allí en cien naves a la lid presente, | ||
a rauda fuga lanza | 470 | |
la temerosa prora | ||
esa escuadra feroz que en esperanza | ||
era ya del Pacífico señora. | ||
En vano la convida y la provoca | ||
el peruano cañón con Ignea boca | 475 | |
a combate segundo, | ||
a nueva lid reñida: | ||
desoye el reto y espantada olvida | ||
que la contempla el mundo, | ||
el mundo todo a quien hacer testigo | 480 | |
ofreció su jactancia | ||
de nuestra rota y ejemplar castigo: | ||
la Unión la mira e Inglaterra y Francia | ||
su fuga acelerar, de pavor llena; | ||
y aun la inmensa Numancia | 490 | |
mal su glorioso nombre respetando, | ||
cual herida ballena, | ||
busca su salvación en la distancia. | ||
Hüir, hüir la mira | ||
el peruano guerrero y arde en ira, | 495 | |
de más lucha ganoso, | ||
de más gloria sediento y codicioso: | ||
acusa de sus naves la demora | ||
y maldice al destino | ||
que le rehúsa ahora | 500 | |
veloces alas de huracán marino | ||
y en la playa lo prende y encarcela, | ||
y de volar le priva | ||
por el abierto acuático camino | ||
en seguimiento, con vapor o vela, | 505 | |
de la veloz armada, fugitiva | ||
¡Ah! si a los breves débiles navíos (48), | ||
cuya atrevida gente | ||
con diestra, tan feliz y osados bríos | ||
hoy segundó al terreno combatiente, | 510 | |
juntaran su valor el Huáscar fiero | ||
y compañera nao | ||
a quien dio nombre nuestro bien primero (49) | ||
(en futuros combates vencedores) | ||
¡y esas que vio la nebulosa Abtao (50) | 515 | |
a fuerzas resistir tan superiores; | ||
en pos, España, de tu huyente flota | ||
volarán ya nuestros guerreros prestos, | ||
y consumada tu espantable rota, | ||
el mar sembrarán sus aciagos restos! | 520 | |
¡No más, no más blasones | ||
de ser, oh Iberia, fuerte y valerosa | ||
entre todas las gentes y naciones; | ||
ni más se jacte tu demente lengua | ||
de ser tu pueblo el que imposibles osa! | 525 | |
¡Borrón tan negro, tan patente mengua | ||
de hoy más, oh Iberia, abata | ||
tu soberbia insensata, | ||
y tu enhiesta cerviz humille y doble; | ||
pues con tan grande y hórrido aparato | 530 | |
de orgullosos bajeles | ||
y con pujante fuerza más que doble, | ||
nos cediste del triunfo los laureles, | ||
cuando tu brazo combatir podía | ||
y vida te quedaba todavía! | 535 | |
No, no es esa la senda, | ||
no es ese el porte que el honor señala; | ||
tras tan fiera amenaza y tan tremenda | ||
y pomposo arrogante desafío, | ||
lazar debiste tu postrera bala, | 540 | |
perder debiste tu postrer navío! | ||
VIII | ||
Tú al cielo, oh patria, en tanto | ||
alza la frente, de rubor desnuda, | ||
y en noble orgullo tu vergüenza muda, | ||
y en risa ufana tu rabioso llanto. | 545 | |
Tan claro triunfo al universo muestra | ||
que, si castigas tarde | ||
el ultraje alevoso de Castilla, | ||
tan sólo fue por que la alzada diestra | ||
te desarmó el cobarde | 550 | |
que mancillaba la suprema silla. | ||
Bien patentizas lo que libre valles | ||
de cadenas violentas; | ||
y esplendorosa página hoy aumentas | ||
de tu moderna Historia, a los anales, | 555 | |
que a la posteridad menos no asombre | ||
que la que lleva de Ayacucho el nombre. | ||
¡América divina, | ||
en tus vastas llanuras solitarias | ||
enciende tus volcanes, | 560 | |
como grandes aéreas luminarias | ||
que no apagan los recios huracanes! | ||
Y a los ecos profundos | ||
de tus inmensos caudalosos ríos, | ||
que se llevan al mar cual otros mares | 565 | |
de lechos áureos y de dulces ondas, | ||
mezclen do quier tus bosques seculares | ||
y vastas selvas tenebrosas y hondas | ||
su música salvaje y voz agreste, | ||
entonando magníficos cantares | 570 | |
que asciendan a la bóveda celeste! | ||
Y tú, gigante emperador de ríos, | ||
portentoso Amazonas, | ||
que ufano naces de peruana fuente, | ||
y de bosques umbríos | 575 | |
y de selvas antiguas te coronas; | ||
apresura tu férvida corriente | ||
por el vecino dilatado imperio, | ||
tu festiva llegada anticipando | ||
al poderoso océano de Atlante; | 580 | |
a quien la nueva venturosa anuncies | ||
de nuestro triunfo y del desastre iberio, | ||
y él alegre la cante | ||
y la lleve al antípoda hemisferio. | ||
IX | ||
Y tú, 1a quien tan espléndida victoria | 585 | |
en grande parte adjudicar es dado; | ||
recibe de la Musa, ilustre PRADO, | ||
el sincero tributo y merecido | ||
que el loor te anticipa de la Historia; | ||
y de libre poeta | 590 | |
concede, atento oído | ||
al libre canto que de un pueblo entero | ||
la gratitud y afecto te interpreta. | ||
Gózate en tanta hazaña | ||
y sé grande y glorioso entre los hombres, | 595 | |
debelador de España, | ||
que del magno Bolívar | ||
y San Martín y Sucre entre los nombres, | ||
con áureos caracteres ves escrito | ||
de la gloria en el fúlgido volumen, | 600 | |
tu nombre por América bendito | ||
y celebrado por mi altivo numen. | ||
Y pues ves que te sobra | ||
el favor de los cielos y tu estrella, | ||
la sucesión de tus hazañas sella | 605 | |
y pon cima a tu obra: | ||
con el principio venturoso en ella | ||
el venturoso medio corresponda, | ||
y el fin con uno y otro se compase: | ||
de América cumpliendo la esperanza, | 610 | |
la interna paz con mano firme en honda | ||
inconmovible base | ||
para siglos cimienta y afïanza: | ||
a ti por fin se deba que el peruano | ||
valeroso guerrero | 615 | |
no desnude la espada | ||
para hundirla en el pecho del hermano | ||
en impía contienda, | ||
y para herir la guarde al extranjero | ||
que sus hogares codicioso invada | 620 | |
o que insolente su decoro ofenda. | ||
La sangrienta Discordia furibunda, | ||
domada por tu diestra victoriosa, | ||
en los abismos hunda | ||
el durísimo cuello, | 625 | |
y lívida cabeza ponzoñosa, | ||
de quien son vivas hebras | ||
y enmarañado y hórrido cabello | ||
áspides silbadores y culebras. | ||
Por ti el hijo segundo | 630 | |
del quinto hijo del Año | ||
sea padre fecundo, | ||
aurora lisonjera, | ||
tras larga noche oscura, | ||
de una divina era | 635 | |
de progreso, de paz y de ventura. | ||
X | ||
Entra a ceñir tus lauros, y contigo | ||
los bravos campëones | ||
que fueron el terror del enemigo: | ||
ya os espera la ansiosa muchedumbre, | 640 | |
collados coronando hasta la cima | ||
e hinchendo inquieta los vecinos valles; | ||
de la opulenta Lima | ||
ledos hollad las alfombradas calles: | ||
cada privado hogar con puerta ornada | 645 | |
por vistosa flotante colgadura, | ||
cual rostro amigo, sonreír procura | ||
a vuestra fausta victoriosa entrada: | ||
al son del atambor y los marciales | ||
pomposos instrumentos | 650 | |
y al excelso clamor de las campanas, | ||
que cuentan vuestra gloria al firmamento, | ||
por los arcos magníficos triunfales | ||
pasad con frentes del laurel ufanas: | ||
ved de hechiceras vírgenes hermosas | 655 | |
coronados balcones y ventanas, | ||
que con manos de nieve | ||
blancas derraman y purpúreas rosas | ||
y rica copia que sin tasa llueve | ||
sobre vuestra cabeza, oh vencedores, | 660 | |
de cuantas bellas y fragantes flores | ||
engendran en su seno | ||
los esmerados huertos y pensiles | ||
de la hermosa ciudad y campo ameno | ||
en donde cuenta el Año doce Abriles. | 665 | |
¡Blanco e imán de innúmeras miradas | ||
sois; a entusiastas gritos | ||
hacéis abrirse innumerables labios, | ||
y en sublime patriótico alborozo | ||
palpitar corazones infinitos! | 670 | |
Os sonríe la virgen seductora | ||
que siempre del valiente se enamora; | ||
siente, al miraros, noble envidia el mozo, | ||
os bendice entre lágrimas el viejo; | ||
y hace el curioso infante | 675 | |
que la madre en sus brazos lo levante | ||
para mirar el triunfador cortejo. | ||
Y entre el sonoro universal concierto | ||
de alabanzas unánimes que escucho, | ||
también las suyas añadir advierto | 680 | |
a los ancianos héroes de Ayacucho. | ||
Sobre los lauros nuevos | ||
los antiguos ceñid, claros mancebos, | ||
que a vuestras frentes tiernas y lozanas | ||
trasladan ellos de sus nobles canas: | 685 | |
¡recibiendo en la férvida alabanza | ||
que al héroe por el héroe se dispensa | ||
la más alta y honrosa recompensa | ||
que pudo ambicionar vuestra esperanza! | ||
XI | ||
Las densas olas blandamente abriendo | 690 | |
del vivo mar que vuestro pie embaraza, | ||
hollad la bella y anchurosa plaza | ||
donde se eleva el soberano templo: | ||
allí os espera venerable anciano, | ||
cuya rugosa frente | 695 | |
es ya la más antigua, en el cristiano | ||
orbe, que mitra episcopal circunda, | ||
y que la humilde gratitud profunda | ||
que por merced tan clara | ||
al Dios de las batallas debe el fuerte | 700 | |
se apercibe a ofrecer al pie del ara. | ||
Subid, subid con religiosa planta | ||
a la morada santa | ||
del solo a quien humilla | ||
su corazón el libre y su rodilla: | 705 | |
allí, puestos de hinojos, e inclinando | ||
a las sacras baldosas | ||
las coronadas sienes victoriosas, | ||
gracias rendid con labio reverente | ||
al dios de los ejércitos potente. | 710 | |
Él fue quien, de tan alto vencimiento | ||
os concedió la suplicada palma: | ||
él entusiasmo y generoso aliento | ||
y heroico brío os infundió en el alma: | ||
vuestro más débil brazo hizo robusto | 715 | |
él, y aceró sus decaídos nervios, | ||
trocando doncel tímido en atleta; | ||
y del contrario injusto | ||
él quebrantó los ímpetus soberbios, | ||
y le cubrió de confusión secreta. | 720 | |
Fue su divina protectora diestra | ||
la que trazaba la invisible curva | ||
que siguieran los globos inflamados | ||
que lanzaba la vuestra, | ||
y fue esa diestra, que al más fuerte turba, | 725 | |
la que ahuyentó las españolas naves, | ||
cual desbandada turba | ||
de temerosas aves; | ||
y esa diestra será la que, si intenta, | ||
corrido de su afrenta, | 730 | |
hacer de su fortuna nuevo ensayo | ||
el soberbio español en mar o en tierra, | ||
circunde nuevo lauro a vuestra frente, | ||
más fulguroso que el del Dos de Mayo: | ||
¡Gloria a Aquel, gloria a Aquel eternamente | 735 | |
que es el Dios de la paz y de la guerra! | ||
XII | ||
Tú que ya el eco de mi voz conoces, | ||
ven, oh Fama, y aprendo el canto mío; | ||
y sin cesar batiendo senadora | ||
tus innúmeras alas y veloces, | 740 | |
del ardiente ecuador al polo frío, | ||
del negro ocaso a la brillante aurora, | ||
cántalo por doquier con tus cien voces; | ||
llevando a los oídos | ||
de las más solas gentes y apartadas | 745 | |
y más remotos pueblos y escondidos | ||
las glorias de mi patria vencedora, | ||
y la excelsa merced del poderoso | ||
Dios de Israel cuya clemencia adora, | ||
y cuyo nombre santo | 750 | |
coronará con esplendor radioso | ||
este triunfal enardecido canto. |
1866.
Sentencias del inca Pachacutec
[Nota (51)]
1866.
Disparates
1866.
Retrato
Que parece caricatura
Cuadros
Que ofrece un temblor por la mañana
Inconvenientes de ser corto de vista
1866.
Dafne y Apolo
1867.
A un plátano
A la muerte mirándote vecino, | |||
lleno de dolorosa simpatía, | |||
comparo con el tuyo mi destino; | |||
y aunque de ti doliéndome, imagino | |||
menos triste tu suerte que la mía. | 5 | ||
Pues consuela tu vida moribunda | |||
la tierna prole que tu seca planta, | |||
numerosa y bellísima, circunda, | |||
y llena ya de tu virtud fecunda, | |||
presurosa a tu sombra se levanta. | 10 | ||
Contento de la savia te despojas | |||
que beben ellos, y la vida pierdes | |||
con menores tormentos y congojas, | |||
cuando tus rotas y marchitas hojas | |||
dejas caer sobre sus hojas verdes. | 15 | ||
Cercado en torno de sus hijos bellos, | |||
tú me recuerdas a doliente anciano | |||
que, amoroso inclinándose sobre ellos, | |||
al oro de sus nítidos cabellos | |||
junta la plata del cabello cano. | 20 | ||
Él dará con más plácido semblante | |||
sus últimos adioses a la vida, | |||
pues siempre alivia tan crüel instante | |||
el ver que queda en sucesión amante | |||
nuestra vida fugaz reproducida. | 25 | ||
Mas ¡ay! no espera mi vejez temprana | |||
en dulces hijos existir segundo; | |||
¡y sin dejar recuerdo en mente humana, | |||
cual humo leve, como sombra vana, | |||
habré pasado por el ancho mundo! | 30 | ||
¿De qué mortal sobre la losa fría | |||
el fiel Amor o la Amistad no llora? | |||
¡Mas ¡ay! tan sólo regarán la mía | |||
el llanto helado de la Noche umbría | |||
y las lágrimas puras de la Aurora! | 35 |
1867.
Al hombre
Octavas dedicadas a mi distinguido amigo monseñor Pedro García y Sanz