Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.


Acto II


Escena I

 

SMITH solo, revolviendo los papeles que hay sobre la mesa: luces en esta. Noche.

 
SMITH
Golpe en vago: todo el cuarto, 860
de arriba abajo he revuelto
por si hallaba algún billete
de Nancy, o del marrullero
de Nelson; pero imposible.
No hay duda en que es su cortejo; 865
si lo dicen la Marvod,
mi amo y Belford, será cierto:
pero nuestra posadera
Bety tiene tal empeño
en recoger los papeles, 870
que, si hubiera algo por medio,
lo guardara antes que yo
pudiese encontrar con ello.
¡Qué desgraciado embrollista
que soy! Con nada tropiezo 875
capaz de formar un chisme,
que me traiga algún provecho,

 (Mirando adentro.) 

pero Bety aquí se acerca
con Carlos... Disimulemos.
 

(Se pone a limpiar el vestido que se quitó SIDNEY.)

 


Escena II

 

SMITH. BETY. CARLOS.

 
BETY
Ven te acostarás, Carlitos, 880
que ya es hora.
CARLOS
¿Que no espero
a mi madre? Aún es temprano.
SMITH
Dice bien; dejadle; luego
se acostará.
CARLOS
Sí, señora;
ni tampoco tengo sueño. 885
BETY
Pues bien; no quiero enojarte;
mas que no vuelvas, te ruego,
a bajar, porque a esta hora
tengo qué hacer, y no puedo
estar a tu lado.
CARLOS
Bien;
890
ya veréis, si no me acuesto,
como estudio la lección
de mañana.

 (Saca un libro, y se sienta a estudiar junto a la mesa.) 

BETY
Es muy bien hecho.
A Dios.
 

(Se va.)

 
SMITH

 (Aparte.) 

Con la colorada.
Aquí de todo mi ingenio. 895
Los locos y los muchachos
dicen la verdad: veremos
si a este le puedo sacar
algo de lo que pretendo.
Señorito,  (Al niño.)  si queréis 900
un libro, que entreteneros
pueda, y os divierta más,
en este bolsillo creo
tendrá alguno vuestro padre.

 (Sacando una baraja de la faltriquera del vestido de SIDNEY.) 

CARLOS
A ver, Smith.
SMITH
Con efecto;
905
mirad qué bonito libro,
y qué pintado.
CARLOS
Hombre, estos
son naipes.

 (Tomando la baraja.) 

SMITH
¿Los conocéis?
CARLOS
Yo no; pero haré con ellos
un castillo.

 (Se pone a hacerlo sobre la mesa.) 

SMITH
¿Qué Milord
910
Nelson no entretiene al juego
a vuestra madre?
CARLOS
¿Qué es este?

 (Enseñándole una carta.) 

SMITH
El as de copas.
CARLOS
¡Qué feo!
SMITH
¿No la regala, ni a vos
os da alguna vez dinero 915
para comprar dulces?
CARLOS
Mira

 (Enseñándole otros naipes.) 

qué casacas tienen estos,
y esta que pierna torcida.
¿Cómo se llama?
SMITH

 (Aparte.) 

Reniego
de tus preguntas.

 (Al niño.) 

Esa es
920
la sota de bastos. Pero
 

(Da un golpe en la mesa, y caen las cartas.)

 
Vos nada me respondéis
a lo que os pregunto.
CARLOS
Bueno:
por preguntar me has echado
las murallas en el suelo. 925
Adentro haré mi castillo.
 

(Se va, llevándose la baraja.)

 
SMITH
Pues he quedado bien fresco;
el demonio del muchacho...
Pero ¿para qué me quejo?
Si el que con niños se acuesta... 930
Belford viene.

 (Mirando adentro.) 



Escena III

 

SMITH. BELFORD enfadado.

 
SMITH
¿Qué hay de nuevo?
MILORD BELFORD
Hay el diablo que te lleve.
SMITH
¡Pues es muy buen cumplimiento!
¿De cuándo acá os enfadáis
conmigo?
MILORD BELFORD
Si no reviento
935
de cólera, me parece
que no cumplo como debo.

 (Paseándose con cólera.) 

Vaya; pues ¿qué ha sucedido
para hacer tales extremos?
Decidme, Belford, ¿De dónde 940
venís?
MILORD BELFORD
Vengo del infierno.
SMITH
No extraño vengáis furioso;
¿pero sabéis a lo menos
de mi amo?
MILORD BELFORD
Allá se queda.
SMITH
No envidio su alojamiento. 945
¿Y cómo venís sin él?
MILORD BELFORD
Porque es un hombre perverso.
Hemos estado jugando,
y él ha tirado al degüello
a mi pobre bolsa; yo 950
rabiaba, y él muy sereno
con sus manos puercas fue
robando todo el dinero
del irlandés, sin dejarme
respirar; lo peor del cuento 955
es que yo tuve la culpa
de llevarlo allí, creyendo
que conmigo no usaría
sus flores ni sus enredos;
y por lo mismo el tunante 960
me sacrificó el primero.
Empezaba a desquitarme,
cuando me dijo en secreto
un criado de la casa,
que esperaban por momentos 965
al señor Gobernador
del sitio; cogí el sombrero,
y sin decir a tu amo
ni una palabra, me vengo
a ver si a su esposa Nancy 970
puedo decir dos requiebros.
Si no fuera tan esquiva
yo me vengara muy presto.
SMITH
¿Conque la queréis?
MILORD BELFORD
Me gusta
su aire mojigato; pero 975
¿dónde está ahora?
SMITH
En palacio
con el Lord Nelson.
MILORD BELFORD
¡Qué viejo
tan fastidioso! No sé
cómo le agrada un cortejo
a Nancy tan miserable, 980
tan soplado, y tan añejo.
SMITH
Os engañáis en pensar
que será en su galanteo
avaro Nelson; si no,
¿con qué arbitrios, con qué medios 985
pudiera seguir la corte
Milady, sin el dinero
de este rancio amigo?
MILORD BELFORD
Smith,
me hace fuerza el pensamiento.
SMITH
¿Y sabéis vos con qué idea 990
irá a la casa de juego
el Gobernador?
MILORD BELFORD
No sé;
mas no será a nada bueno;
porque dicen, que la corte
ahora tiene mucho empeño 995
en perseguir con rigor
a los jugadores.
SMITH
Creo
que será muy conveniente
avisar a mi amo luego
para que salga de allí. 1000

 (Toma el sombrero para irse.) 



Escena IV

 

DICHOS. La MARVOD.

 
JENNY MARVOD
Sabes, Smith ¿qué se ha hecho
Milord Sidney, que a esta hora
a la posada ha vuelto?
SMITH
Eso por favorecerme
lo dirá este caballero. 1005
 

(Se va haciendo cortesía; y señalando a BELFORD.)

 
JENNY MARVOD
Pues qué, Belford ¿tú lo sabes?
Dilo, que me desespero.
¿Fue con su esposa?
MILORD BELFORD
No ha ido
con su esposa.
JENNY MARVOD
Según eso,
¿fue contigo?
MILORD BELFORD
La verdad,
1010
Marvod, fue con tu dinero
a jugar, a desplumar
a un irlandés.
JENNY MARVOD
¡Oh!, qué necio.
Pues ¿no pudiera en mi cuarto
una partida haber hecho 1015
con mi protector el Duque?
Pero hace ya mucho tiempo
que Sidney huye de mí;
y los arbitrios que empleo,
para fijarlo a mi lado 1020
siempre me salen inciertos.
Mas si da en la extravagancia
de empezar a amar de nuevo
a su esposa, yo le juro
que servirá de escarmiento 1025
mi venganza.
MILORD BELFORD
No receles,
Marvod; no es capaz su pecho
de amar a nadie.
JENNY MARVOD
¿Ni a mí,
que lo adoro?
MILORD BELFORD
Por lo mesmo,
tampoco a ti; si supieras 1030
el fondo de su manejo...
¡Tunante!..., pero hasta ver
si tiene el honrado intento
de volverme, cuando venga,
lo que me ha quitado, y luego 1035
partir la demás ganancia
conmigo, no me resuelvo
a descubrirte ninguno
de sus bellos pensamientos.
JENNY MARVOD
Sin que tú me digas nada, 1040
bastante son mis recelos.
¿Lo creerás, Belford? Por él
solamente sufrí el fuego
del amor; por este ingrato
mi corazón siempre fiero 1045
se humilló, y el interés,
que ha sido el único objeto
de mis intrigas, a él sólo
sacrifiqué por entero.
Conozco que la ambición, 1050
de brillar es el deseo
que lo domina, y que a ella
todas sus caricias debo;
mas sin duda está cansado
de mis halagos; yo veo 1055
que a mi lado una rival
bella y venturosa tengo.
MILORD BELFORD
¿Lo dices por Nancy?
JENNY MARVOD
No:
la que me arrebata el premio
de mis penas es mi hermana 1060
Pegui.
MILORD BELFORD
¡Qué! Yo no lo creo.
si aún no tiene doce años.
JENNY MARVOD
No importa; yo, que lo observo
todo sin cesar, conozco
de Sidney los rendimientos; 1065
los mismos que me arrastraron
al estado en que me encuentro,
hoy los dirige a triunfar
de un corazón joven, tierno,
que ni conoce el peligro 1070
ni sabe huir de los riesgos...
Compadéceme, Belford,
compadece el sentimiento
de un alma que engaña el hombre
que sedujo sus afectos. 1075
MILORD BELFORD
Marvod, ¡qué extraño lenguaje
es el tuyo! No te entiendo.
¿De cuándo acá te atormentas
por amar, y haces extremos
de heroína?..., y por un hombre... 1080
Si temes sus fingimientos,
guarda a tu hermana, huye de él,
y que se vaya a paseo.
JENNY MARVOD
Conozco que me conviene,
Belford, seguir tu consejo; 1085
mas te engañas en pensar
Que no puede amar mi pecho.
Si supieses...


Escena V

 

DICHOS. SIDNEY.

 
MILORD SIDNEY
¿Aquí estás,
Marvod? Pues cómo..., ¿qué es esto?
¿Has visto a mi esposa Nancy? 1090
JENNY MARVOD
Aún de palacio no ha vuelto.
Mas no extrañes que a buscarte
me resolviese aquí dentro,
si tú faltas de mi lado,
sabiendo cuánto lo siento. 1095
MILORD BELFORD
Sidney, yo estoy esperando
que las cuentas ajustemos
de tu ganancia; bien sabes
que por mi causa...
MILORD SIDNEY
Te entiendo;
vuelve aquí por la mañana, 1100
que satisfacerte ofrezco;
pues ahora desenojar
a Marvod es lo primero.
JENNY MARVOD

 (Aparte.) 

¡Ah falso!
MILORD BELFORD
¿Y has encontrado
a Smith?
MILORD SIDNEY
En la calle.
MILORD BELFORD
Bueno.
1105
¿Conque te avisó?
MILORD SIDNEY
Belford,
sí; después del asno muerto.
MILORD BELFORD
¿Pues qué ha habido?
MILORD SIDNEY
Lo sabrás
mañana.
MILORD BELFORD
Mañana vuelvo.
 

(Se va.)

 


Escena VI

 

SIDNEY. MARVOD.

 
JENNY MARVOD
Dime, Sidney, pues conmigo 1110
no debes gastar misterios,
¿qué te ha sucedido?
MILORD SIDNEY
Nada.
Lo que en las casas de juego
sucede continuamente,
y no merece hablar de ello; 1115
sosiégate.
JENNY MARVOD
No me enfades
más, porque yo he de saberlo.
MILORD SIDNEY
Pues oye: el Gobernador
del sitio entró muy severo
cuando estábamos jugando; 1120
los de la partida huyeron,
según costumbre, y algunos
en la casa se escondieron.
Yo le hice frente, y le di
la cantidad de dinero 1125
que ganaba, con lo cual
se marchó, llevando puesto
mi nombre en una cartera.
Este ha sido todo el cuento.
JENNY MARVOD
Y qué ¿te parece poco? 1130
Mucho las resultas temo
de ese lance que tú miras,
Sidney, con tanto desprecio:
pero por un hombre ingrato
como tú, nunca mi pecho 1135
debería interesarse.
MILORD SIDNEY
¿Ahora salimos con eso?
¿Y por qué?
JENNY MARVOD
Porque conozco,
que ni el agradecimiento
te mueve a serme constante. 1140
¿Piensas tú que no penetro
tus intrigas con mi hermana?
¿Piensas que es mi amor tan ciego,
que no conoce el fastidio
que te ocupa, y los pretextos 1145
que inventas para alejarte
de mí?
MILORD SIDNEY
¡Qué graciosos celos,
y qué impropios de Marvod!
Dime, ¿cuál será mi empeño
en decir a una muchacha 1150
tan joven dos chicoleos,
sino mostrarla el camino
que tú le abres con tu ejemplo?
Sólo yo a guardar las vueltas
de tu precioso cortejo, 1155
el duque Matusalem,
me conviniera; por esto
es forzoso que tú sufras
los desahogos pequeños
de mi ligereza.
JENNY MARVOD
¡Ingrato!
1160
¿Y por quién en el sendero
del vicio fui conducida?
¡Ah! Con qué dolor recuerdo
la pérdida irreparable
de mi inocencia; ¡a qué extremo 1165
por tu amor me he reducido!
El nombre de mis abuelos
por ti abandoné; por ti
despreciando un himeneo
ventajoso, sin saber 1170
tu estado y tu casamiento,
olvidándome de todo,
a ti te elegí por dueño:
hasta mi infeliz hermana
fue víctima de mis yerros; 1175
sólo tu cariño pudo
consolarme, y no contento
con disfrutarlo, quisiste
que admitiera los obsequios
de un poderoso, que sólo 1180
sirvieron a tu provecho.
Pero aun de esta misma clase,
¡Cuántos partidos me hicieron
ventajosos, que por ti
no quise aceptar!
MILORD SIDNEY
Lo creo.
1185
Conozco tu preferencia,
Marvod, y te la agradezco;
pero, pues ves que soy dócil,
y que a todo me convengo,
déjame tú en recompensa 1190
ser de tu hermana el maestro
en la brillante carrera
del mundo; verás...
JENNY MARVOD
Primero
que lo consigas, sabré
vengarme de ti, perverso. 1195
Bastante me has engañado;
jamás con tus fingimientos
astutos podrás de Pegui
lograr el sencillo afecto;
que retirada a mi lado, 1200
lejos de ti, mi escarmiento
la enseñará a conocer
de tu seducción el riesgo,
malvado.
MILORD SIDNEY

 (Burlándose.) 

¡Gran retirada!
Serás de virtud portento. 1205
JENNY MARVOD
Tú te atreves a insultarme
de este modo; tú...
MILORD SIDNEY
Que no es menester que grites
ni te sofoques.
JENNY MARVOD
Gritar, y que todo el mundo 1210
sepa tu infame deseo,
tu maldad, tu ingratitud,
y que eres un vil.


Escena VII

 

DICHOS. NELSON. NANCY.

 
LORD NELSON
¿Qué es esto?
En el cuarto de Milady
¡tanto es vuestro atrevimiento, 1215
que alborotáis la posada
gritando!
NANCY

 (Aparte.) 

Paciencia, cielos.
JENNY MARVOD
En todas partes, Milord,
conozco muy bien que puedo
ultrajar a quien me insulta. 1220
Milady, (A NANCY.)  si en algún tiempo
merecí de vuestro esposo
el amor y el rendimiento,
hoy, que logré penetrar
los detestables proyectos 1225
de su corazón infame,
para siempre le destierro
de mi trato, y aun de haberle
conocido me avergüenzo.
Yo ignoraba vuestro enlace; 1230
tarde lo supe; os le vuelvo,
a costa de mi inocencia
y mi fortuna, opulento;
Pero, Nancy, desde ahora,
temblad; ved en mí un ejemplo 1235
de su ingratitud; vos sois
su esposa, y os compadezco;
pues seréis más desgraciada,
si es posible, que yo. Nelson,

 (A él.) 

Venid conmigo, y sabréis 1240
la razón con que me quejo.
LORD NELSON
¿Y qué tengo yo que ver
con vuestras riñas y enredos?
Pero si queréis que os sirva,
Marvod, tomad mi consejo, 1245
mantened vuestro decoro:
abandonad los excesos
de las gentes libertinas
con quienes estáis viviendo.
A este fin mis facultades, 1250
y cuanto valgo os ofrezco;
porque nunca la indigencia
os precipite de nuevo.
JENNY MARVOD
Si supierais mas venid
conmigo, que aquí no puedo 1255
explicarme, ni deciros
que tengo grandes derechos
a vuestra bondad; seguidme,
que vuestra palabra acepto.
Entretanto, si atendéis 1260
de la humanidad los ecos,
sabréis que yo no era digna
de verme como me veo.
 

(Hace cortesía a NANCY, y se va.)

 
LORD NELSON
Yo estoy absorto; preciso
es seguirla; pero os ruego 1265
Milord, que calméis de Nancy
el justo resentimiento
que la causará este lance.
Si fuereis bastante cuerdo
para amar a vuestra esposa, 1270
bien pueden tener remedio
la pérdida de Marvod
y todos vuestros defectos.
 

(Se va.)

 


Escena VIII

 

NANCY. SIDNEY paseándose.

 
MILORD SIDNEY
Ni ella ni nadie me importan.
Dime ¿me han dado el gobierno? 1275
NANCY
No sé, ni sé dónde estoy.
MILORD SIDNEY
¿A qué viene el sentimiento
por un lance que debiera
alegrarte? Estamos buenos.
NANCY
Si se queja la Marvod 1280
justamente, como creo,
su clase ni su conducta
no puede encubrir tus yerros.
El que obra bien no repara
el proceder del sujeto 1285
con quien trata, pues obliga
lo mismo al malo que al bueno.
No se previno en el mundo
castigo al ingrato, es cierto,
mas fue porque no pensaron 1290
que hubiese crimen tan feo.
¡Infeliz aquel que cierra
su corazón al contento
de amar a su bienhechor!
Que si el agradecimiento 1295
desconoce, o si le humilla,
le servirá de tormento
el beneficio, aumentando
su vergüenza y su despecho.
MILORD SIDNEY
No sé cómo he tolerado 1300
tu extraño razonamiento.
Según te explicas, parece
que ignoras el modo nuevo
con que se ha ilustrado el siglo.
¿Sabes que ahora el cortejo 1305
de la esposa es el amigo
del marido?, y por lo mesmo
tú me debes confiar,
Quién es quien te rinde obsequios;
y en vez de tomar partido 1310
en favor de los extremos
de Marvod, aconsejarme
de qué modo, y con qué medios
he de reñir, hacer paces
con ella, o estarme serio 1315
hasta que le pase el mal
humor, o se mude el viento,
pero estás tan atrasada...
NANCY
Porque te amo; lo confieso.
Jamás podré a mi rival 1320
ver con semblante sereno;
Ni jamás olvidaré,
que me usurpa los derechos
de un corazón, que fue mío
en otros felices tiempos: 1325
ni tu imagen, que grabada
está en mi sensible pecho,
permitirá que oiga nunca
con gusto otro rendimiento.
¡Ah! Sidney.

 (Llorando.) 

MILORD SIDNEY
No hay que llorar;
1330
con el llanto me condeno
cuando no tienes motivo.
Yo he trazado el rompimiento
con la Marvod, solamente
por darte gusto; he dispuesto 1335
enamorar a su hermana
Pegui, que aún tiene moquero;
pero es linda, y yo...
NANCY
No más;
comprehendo todo el suceso,
y me llena de rubor. 1340
¿Presumes tú que yo puedo
alegrarme de que emprendas
seducir su pecho tierno,
ni que te sirva mi nombre
a una maldad de pretexto? 1345
Deja que goce el tesoro
de su inocencia a lo menos:
¡feliz mil veces el alma
que sin los remordimientos
del delito, dulcemente 1350
goza el descanso en su lecho,
y tranquila su conciencia,
aquella, que es juez severo
de nuestras obras, halaga
su espíritu hasta en el sueño! 1355
Esta ventaja, esta paz
son las que conmigo tengo,
pues en despertando ¡ay Dios!,
a nuevas penas despierto.
Mas ¿de qué sirven mis quejas? 1360
¿Qué adelantan mis lamentos,
Mis suspiros, ni aun el llanto,
que continuamente vierto,
si mis lágrimas no pueden
proporcionarme consuelo? 1365
Yo no puedo más, Sidney;
permite que a mi aposento
me retire a serenar
un poco mi abatimiento.
MILORD SIDNEY
¿No has de cenar?
NANCY
No, Sidney;
1370
sólo que me traigan quiero
chocolate; pero el niño,
si acaso no está durmiendo,
cenará contigo.

 (Yéndose.) 

MILORD SIDNEY
Escucha;
¿en qué ha quedado el gobierno? 1375
NANCY
O negado  (Suspirando.)  o concedido
quedará esta noche; pero
hasta ver por la mañana
al Secretario no puedo
saber las resultas.
MILORD SIDNEY
Bien;
1380
yo iré temprano a saberlo.
NANCY

 (Aparte al irse.) 

En vano disimular
mis aflicciones pretendo,
cuando tengo el corazón
destrozado de tormentos. 1385
 

(Se va.)

 


Escena IX

 

SIDNEY. Después BETY.

 
MILORD SIDNEY
Digo; ya se va enmendando;
¡qué fastidiosa se ha puesto!
¡Qué insoportable! ¡Y qué largo
sermón me ha echado! Yo pienso
librarme de ella; jamás 1390
he empleado mi dinero
mejor que en haber comprado
a peso de oro un veneno,
 

(Sacando unos papeles con polvos, que vuelve a guardar viniendo venir a BETY.)

 
como este.
 

(BETY sale.)

 
BETY
¿Adónde está
Milady Nancy?
MILORD SIDNEY
Allá dentro.
1395
BETY
¿Se fue a recoger?
MILORD SIDNEY
Sí, Bety.
BETY
Voy a servirla.

 (Queriendo irse.) 

MILORD SIDNEY
Primero
podéis traerla el chocolate,
que ha pedido.
BETY
Según eso,
¿no cenará?
MILORD SIDNEY
No.
BETY
Pues qué,
1400
¿se ha puesto mala? Yo quiero
entrar a verla, y saber...
MILORD SIDNEY
¿Para qué?, la veréis luego.
Ahora sólo necesita
chocolate.
BETY
Voy corriendo.
1405
 

(Vase.)

 
MILORD SIDNEY
Es preciso, mientras vuelve,
pensar bien lo que resuelvo.
No hay duda de que estará
ya conseguido mi empleo;
y en cualquiera parte logra 1410
más distinción un soltero
que un hombre casado, y trae
mil mozas al retortero.
Sobre todo, no le está
continuamente moliendo 1415
su mujer con quejas, llantos
y sermones indiscretos;
¿y si acaso está negada
mi pretensión?..., nada pierdo.
Muerta Nancy, tengo un hijo, 1420
y por consecuencia heredo.


Escena X

 

SIDNEY. NELSON.

 
LORD NELSON

 (Al salir.) 

Yo vengo aturdido; y antes
de recogerme pretendo
hablar a Sidney. Fortuna
es que esté solo.
MILORD SIDNEY
¡Qué veo!
1425
¡Nelson, vos aquí tan tarde!
LORD NELSON
Oídme, Milord.
MILORD SIDNEY
Apuesto
cualquiera cosa a que estáis
pensando con qué rodeos
me pediréis la licencia 1430
para llenar vos el hueco
que yo ocupé con Marvod.
LORD NELSON
Pensamiento como vuestro.
Mas sabed que esa infeliz,
que, por vuestros fingimientos, 1435
abandonó la virtud,
ocultó su verdadero
nombre, y perdió las ventajas
de un honrado casamiento,
es hija de mi mayor 1440
amigo; en su testamento
me nombró a mí por tutor;
yo estaba ausente en el tiempo
que murió, y ella se hallaba
en Bath, cuando a mi regreso 1445
de Jamaica la noticia
de su vil fuga me dieron;
sin que hasta hoy haya logrado
saber de su paradero;
y ella misma arrepentida 1450
todo me lo ha descubierto.
¡Ah!, cuánto horror me causáis,
Sidney, cuando en vos contemplo
un seductor, sin que pueda,
por la amistad que profeso 1455
a Nancy, vengar la afrenta
que a la inocencia habéis hecho;
yo os aseguro...
MILORD SIDNEY
Esperad;
no os enfadéis; yo lo siento
más que vos; pero este lance 1460
no puede tener remedio.
Si tuviese algún caudal,
con que asistirla.
LORD NELSON
Comprehendo
vuestra idea, mas la hija
de mi amigo tiene medios 1465
para vivir opulenta.
Ella ha elegido un encierro
donde llore sus engaños;
a su hermana Pegui pienso
dar esposo de mi mano; 1470
Sólo a aseguraros vengo,
que si desde hoy no tratáis
con el amor y respeto
que se merece a Milady
Nancy, el brazo justiciero, 1475
que ha suspendido hasta ahora
por ella vuestro escarmiento,
si añadís nuevos delitos,
no tendrá más miramientos.

 (Quiere irse.) 

MILORD SIDNEY
Escuchad, Nelson; preciso 1480
es serenarlo.  (Aparte.)  Yo veo
con dolor los extravíos
a que me arrastró mi genio
y mi juventud; creedme:
avergonzado confieso 1485
no soy digno de piedad;
mas si mi arrepentimiento
puede obligaros, veréis
que logrado mi gobierno,
en él sabré manejarme 1490
con honradez; yo os ofrezco
amar a Nancy, y llenar
de tal modo sus deseos,
que no volverá  (Con intención.)  a quejarse
jamás de mis desaciertos. 1495
y no vuestras amenazas
me obligan a ofrecimientos
de esta especie; que los hombres
como yo, los caballeros
de mis ideas no ceden 1500
a sus contrarios de miedo;
y en cualquiera parte...
LORD NELSON
Basta;
no echéis a perder, os ruego,
el principio del discurso
juicioso, que me habéis hecho, 1505
con los errados motivos
mal entendidos del duelo.
Castigar a los malvados
es de la justicia empleo;
y antes que el hombre sensato 1510
mida con otro el acero,
debe buscar en las leyes
el apoyo de los buenos;
pues si no, ¿quién os librara
del justo resentimiento 1515
de mi cólera... Sidney,
guardad el mayor secreto
con Nancy de esta maldad;
ocultadla este suceso;
harto ha sufrido y llorado; 1520
sed en adelante cuerdo.
MILORD SIDNEY
Sí lo seré; mi palabra
de honor os doy.
LORD NELSON
Yo lo acepto.

 (Le toma la mano.) 

Buenas noches.
 

(Se va.)

 


Escena XI

 

SIDNEY. Después BETY con el chocolate.

 
MILORD SIDNEY
No sé cómo
tantos ultrajes tolero 1525
sin vengarme; yo te juro,
Nancy, que veas el efecto
de tu virtud importuna.
Tú dices que el juez severo
de la conciencia nos grita 1530
en lo profundo del pecho;
te engañas; un egoísta
no siente el remordimiento;
y tú, Marvod, prevenirte
puedes para que ajustemos 1535
las paces de nuestra guerra;
que tu caudal opulento
merece que te consagre
otra vez mis rendimientos.
Aún me falta que pensar 1540
otra cosa; si el enredo
se descubre, o se penetra
del modo que Nancy ha muerto,
será fuerza echar la culpa
del atentado a algún necio, 1545
que pague por mí; y entonces...
Pero no; ¿por qué recelo?
Cuando el mismo boticario,
que me ha vendido el veneno,
me aseguró que era activo, 1550
aun mas que mi pensamiento,
sin que de su estrago queden
señales en el sujeto
que lo toma; no, y a fe
que me ha costado un inmenso 1555
trabajo que me entregara
sin receta este remedio.
Pero mi nombre, y la vista
de mi bolsillo le hicieron
olvidar su obligación; 1560
 

(Ruido de pasos dentro.)

 
Ya vienen; sin duda tengo
la proporción en la mano.
No perderé este momento.
BETY
Aquí traigo el chocolate.

 (Sale con el chocolate.) 

Y voy...
MILORD SIDNEY
No, Bety; ponedlo
1565
sobre esta mesa, y decid
a Nancy, si está en su lecho,
que yo quiero por mi mano
dárselo.
BETY
¡Cuánto me alegro

 (Deja el chocolate sobre la mesa.) 

de que la cuidéis, Milord! 1570
¡Y cuál será su contento
al ver a un esposo, que ama,
dedicado así a su obsequio!
 

(Se va hacia el cuarto de NANCY.)

 
MILORD SIDNEY

 (Mirando a todas partes.) 

Nadie me ve: de los dos
papeles, yo no me atrevo 1575
a echar más que uno; no sea
que haga muy pronto el efecto.

 (Sacando los papeles de antes con el veneno.) 

¿Por qué me he turbado tanto,

 (Echa en el chocolate los polvos de un papel y se guarda los demás.) 

que me parece que tiemblo?
¿Si será que mi delito?... 1580
¡Oh!, no es posible; ni tengo
por delito despenar
a quien me cansa... ¡ Qué veo!

 (Mirando a la jícara.) 

Estos polvos se mantienen
por encima... Revolverlos 1585
es preciso..., no hay con qué...
Con la pluma del tintero.
 

(Revuelve, como dice, y al sentir SMITH tira la pluma.)

 


Escena XII

 

SIDNEY. SMITH. Después CARLOS.

 
SMITH

 (Observándolo.) 

¿Queréis la cena, Milord?
MILORD SIDNEY
No; vete.
SMITH

 (Aparte.) 

¿Qué estaba haciendo
con la pluma que ha tirado? 1590
Oh, no será nada bueno;
yo lo veré.

 (Se queda a la puerta.) 

CARLOS
Padre mío
 

(Sale por donde entró BETY.)

 
ya podéis llevar adentro
el chocolate a mi madre;
¿no es verdad que estará bueno? 1595
Dejad que moje un bizcocho.
 

(Alargando la mano al plato: SIDNEY lo aparta.)

 
MILORD SIDNEY
¡Qué goloso, y qué travieso!
CARLOS
¿Por qué os enfadáis?
MILORD SIDNEY
Por nada.
Toma ese bizcocho seco.

 (Le da un bizcocho.) 

No me faltaba otra cosa, 1600

 (Aparte.) 

Que matar a mi heredero.
Voy a asegurar de un golpe
el logro de mis intentos.
 

(Se va llevándose el chocolate.)

 
CARLOS
Parece que no le gusta
que le pidan.
SMITH

 (Saliendo.) 

Pues ¿qué es esto?
1605
¿Aún no os habéis acostado?
CARLOS
No; pero me estoy durmiendo.
SMITH
¿Qué habéis hecho de los naipes?
CARLOS
Tómalos; aquí los tengo.

 (Sacándolos, y dándoselos.) 

SMITH
Se los pondré en el bolsillo 1610
otra vez.

 (Poniéndolos.) 

CARLOS
Sí; que por eso
no riña mi padre. Ahora
con Nelson a cenar vuelvo.
 

(Se va.)

 
SMITH
Hacia aquí tiró la pluma.

 (Buscándola.) 

Ya la hallé... Pero ¡qué veo! 1615
Mojada en el chocolate...
Pues es muy lindo un tintero
con cacao. Discurramos.
Él estuvo revolviendo
la jícara, y se la lleva, 1620
según vi por el bujero
de la llave, a su mujer,
sin permitir que primero
lo probase Carlos... ¡Hum!
Si acaso... Pero observemos: 1625
que aunque mi amo es calavera,
no lo juzgo tan perverso.


Escena XIII

 

SMITH. SIDNEY. BETY.

 
BETY
Pues lo ha tomado, y ya queda
recogida, pedid luego
la cena cuando gustéis 1630
 

(Se va.)

 
MILORD SIDNEY

 (A SMITH.) 

¿Qué haces aquí majadero?
SMITH
Espero a que me mandéis
poner la mesa.
MILORD SIDNEY
No ceno.
SMITH

 (Aparte.) 

¡Gran novedad! ¿Estáis malo?  (A él.) 
MILORD SIDNEY
No estoy. Vete.
SMITH
¿Conque puedo
1635
irme a dormir?
MILORD SIDNEY
Cuando quieras.
SMITH
A Dios, Milord. Mucho temo
alguna diablura; nunca
le vi el semblante tan serio.
 

(Se va.)

 
MILORD SIDNEY
Cómo me observa el tunante 1640
de Smith; si tendrá recelos...
Pero me engaño, soy yo
a la verdad quien los tengo.
Estaba tan linda Nancy
sentada sobre su lecho, 1645
llorosa y agradecida,
que sentí cierto deseo
de que viviese... Era tarde;
al fin ya bebió el veneno
con tranquilidad, y dijo: 1650
«¡Ah, Sidney, cuánto te debo!»
¡Qué palabras! Sin saber
por qué motivo me acuerdo
de ellas sin cesar. Y bien;
si pierdo a Nancy ¿qué pierdo? 1655
Una mujer tan extraña,
que no hace ningún aprecio
de sus atractivos... Vaya,
que cada vez me avergüenzo
más de haberme enternecido. 1660
¡Oh!, mañana ya habrá muerto.
 

(Se va.)

 




Acto III


Escena I

 

BETY sentada en una silla inmediata a la puerta del cuarto de NANCY. En otra silla estará el vestido de SIDNEY. Una luz sobre la mesa. Son las cinco de la mañana

 
BETY
¡Oh qué noche tan cruel
y tan inquieta he pasado!
Pero, gracias a los cielos,
que ya logra algún descanso 1665
Milady Nancy; su riesgo,
y el improviso cuidado
del Gobernador, que haciendo
varias pesquisas ha estado
en la posada, me tienen 1670
cercada de sobresaltos.
¿Será posible que fuese
Sidney quien..., no; yo no acabo
de persuadirme que tenga
un carácter tan malvado. 1675
Sola es su mala conducta
la que puede así acusarlo,
y dar motivo a pensar...
Pero Smith.

 (Se levanta.) 



Escena II

 

SMITH. BETY.

 
SMITH
¿Se ha levantado
Milord Sidney?
BETY
No por cierto;
1680
¿no veis que aún es muy temprano?
SMITH
¿Es posible que el tropel
de esta noche no ha bastado
a despertarle? Pues yo
ni un instante que he cerrado 1685
los ojos; y cuando fueron
a mi cuarto, y me llamaron
de orden del Gobernador,
me puse tan trastornado,
que apenas en su presencia 1690
pude desplegar mis labios,
ni responder con acierto
lo que fue preguntando.
BETY
Se conoce; todavía
parece que estáis temblando. 1695
¿Y qué os preguntó?
SMITH
Lo mismo
que a vos. ¿ Qué había cenado
Milady Nancy? ¿Quién era
el que la dio por su mano
el alimento? Y en fin, 1700
lo que había resultado
de su accidente improvisto.
Hube de cantar de plano;
porque ya veis..., mis respuestas
todas las iba apuntando 1705
en su cartera; me temo
que caiga sobre mi amo
algún golpe, que le traiga
un castigo inesperado.
Yo me quiero despedir: 1710
sabéis que estuve observando
que anoche en el chocolate...


Escena III

 

DICHOS. NELSON.

 
LORD NELSON

  (A BETY.) 

Decidme ¿se ha mejorado
Nancy?
BETY
Sí, Milord; dos horas
hace que está descansando. 1715
Los vómitos, aunque fueron
terribles, la han aliviado,
NELSON

  (A SMITH.) 

¿Y qué haces tú aquí?
SMITH
Esperar
que se levante mi amo,
para que ajustemos cuentas, 1720
y que me pague el salario
que me debe; pues no quiero
que me suceda algún chasco
por servirle.
LORD NELSON
No le pidas
nada; espérame en mi cuarto, 1725
me dirás cuánto es la deuda;
yo de pagarte me encargo.
SMITH
Nelson, el cielo os bendiga;
no sabéis cuánto trabajo
me excusáis, pues así cobro 1730
sin trampas y sin engaños.

 (Aparte.) 

Ya he salido de servir
a maulas; Dios sea loado.
 

(Se va.)

 


Escena IV

 

NELSON. BETY.

 
BETY
Nelson, que hagáis ese obsequio
por Milord Sidney lo extraño; 1735
si fuera por su mujer...
LORD NELSON
Por ella sólo lo hago.
El temor de Smith me sirve
para alejar un criado
malicioso, que pudiera 1740
perjudicarla a su lado.
Pero vamos a otra cosa.
Tened el mayor cuidado
con Milady, y no carezca
del auxilio necesario 1745
en su desgracia.
BETY
Milord,
bien sabéis que es excusado
encargarme su asistencia;
sin que pagaseis el gasto
de Nancy, yo por mí misma 1750
arriesgara cuanto valgo
por servirla.
LORD NELSON
Muy bien, Bety;
muy pocas en vuestro estado
piensan así; pero, amiga,
que nunca sepa la mano 1755
que la socorre; el que hace
el beneficio ocultarlo
debe, por no avergonzar
al que llega a disfrutarlo.
BETY
Milady piensa hasta ahora, 1760
que por mí sola me encargo
de asistirla; algunas veces
su agradecimiento es tanto,
que me llena de rubor.
Pero ¿qué habéis sospechado 1765
de todas las diligencias
del Gobernador?
LORD NELSON
Bien claro
es el motivo; Sidney
las medidas ha llenado
de sus delitos; la pobre1770
Nancy vive de milagro.
Antes que ella aquí viniese
ya se estaba averiguando
la conducta de su esposo;
pero yo se lo he ocultado, 1775
por no darla pesadumbre.
Al fin todo ha sido en vano.
BETY
A no verlo, no creyera
que Sidney fuese tan malo.
Era siempre en mi concepto 1780
un joven atolondrado,
libertino y egoísta;
pero...
LORD NELSON
Y bien ¿qué estáis dudando?
Si tiene esas cualidades
estaba bien preparado 1785
a la atrocidad; creedme;
el egoísmo ayudado
del libertinaje es causa
de mayores atentados.
BETY
Y por precio de los suyos 1790
Sidney se verá premiado.
Yo sé que su esposa Nancy
solicita colocarlo.
LORD NELSON
Inútilmente: a esta hora
debe estar ya decretado 1795
el castigo de su esposo.
Yo voy a ver si descanso
un par de horas; no he dormido
nada. De nuevo os encargo
a Nancy, y que me aviséis 1800
si se la ofreciere algo.
 

(Se va.)

 


Escena V

 

BETY. Después SIDNEY.

 
BETY
¡Qué buen señor! ¡Ah!, tampoco
serán muchos los que usando
como él de su opulencia
socorran al desgraciado. 1805
En el día el hombre rico
todo lo gasta en el fausto
de su persona y su casa,
y en sus caprichos extraños;
y si hay alguno que alivie 1810
al pobre será muy raro;
que el egoísmo de todos
va la piedad desterrando.
 

(SIDNEY sale.)

 
MILORD SIDNEY
Bety, ¿qué hacéis a esta hora
aquí dentro?
BETY
Buen descanso
1815
tenéis, si no habéis sentido
ruido ninguno en el cuarto
esta noche.
MILORD SIDNEY
No por cierto.
BETY
Por eso habéis madrugado.
MILORD SIDNEY
Pues ¿qué ha habido?
BETY
Que Milady
1820
de tanto peligro ha estado,
que me llamó a media noche.
Si vierais lo que ha pasado.

 (Observando a SIDNEY.) 

¡Qué fatigas, qué dolores
y qué angustias! Pero al paso1825
que padecía, callaba,
Milord, por no despertaros.
MILORD SIDNEY
¡Válgame Dios!, ¿y por qué,
Bety, no me habéis, llamado?
BETY
Bueno; pues ¿no estáis oyendo 1830
que temía incomodaros?
MILORD SIDNEY
¿Y se alivió?
BETY
Sí, Milord;
después que hubo vomitado
mucho, y ahora está durmiendo.
MILORD SIDNEY
¿Conque vomitó? Esto es malo. 1835

 (Aparte.) 

Yo no quiero despertarla.

 (A BETY.) 

Voy a ver al Secretario
del Ministro, y a saber
por fin si me han despachado.
Cuidadla mientras yo vuelvo. 1840

 (Toma el sombrero.) 

BETY
Milord, aún es muy temprano.
MILORD SIDNEY
Os engañáis; las ventanas
abrid, porque ya hace rato
que salió el sol.
BETY
Es verdad.
 

(Abriendo se aclara el teatro.)

 
MILORD SIDNEY
Hasta después.
 

(Se va.)

 
BETY
¡Qué cuidado
1845
ha puesto para ocultar
su turbación! Yo no extraño
verlo a esta hora vestido,
ni que esté tan agitado.
Seguramente que nunca 1850
habrá madrugado tanto.
Pero Nancy.

 (Mirando adentro.) 



Escena VI

 

BETY. NANCY en traje de levantarse.

 
BETY

 (Continúa.) 

¡Oh Dios! Milady,
¿por qué os habéis levantado?
Permitid que os riña.
NANCY
Bety,
no hay motivo. He descansado, 1855
y aunque me siento muy débil,
no ha de causar sobresalto
mi enfermedad a mi esposo.
Bien sabéis cuánto lo amo.
BETY
Sin duda vuestro cariño 1860
está muy bien empleado;
y si es cierto lo que dicen
también tiene muy buen pago.
NANCY
¿Para qué me atormentáis?
Yo conozco que es ingrato 1865
Sidney, pero es imposible
que pueda dejar de amarlo.
BETY
Por esa razón intenta
libraros de ese trabajo.
¿Sabéis que el Gobernador 1870
del sitio ha estado indagando
quién os dio a noche la cena?
¿Sabéis que se escamó tanto
Smith que se ha despedido?
¿Sabéis que está ya en palacio 1875
tras de su maldito empleo,
a ver si lo han despachado,
vuestro esposo? En fin, ¿sabéis
que aunque le conté el estado
en que os hallabais, tomó 1880
la puerta muy estirado?
Sabéis...
NANCY
No me digáis más;
bastante sé. ¡Oh, cielo santo!
¡Qué horroroso pensamiento
llena mi pecho de espanto! 1885
¿Será posible? Será...
BETY
¡Oh! Sí será todo cuanto
penséis de Milord Sidney,
con tal que ello sea malo.
NANCY
¡Ah Bety!
BETY
No hay que afligirse;
1890
pensad sólo en tomar algo,
Milady, que estáis endeble.
NANCY
No quiero nada; postrado
mi corazón con el peso
de esta ingratitud, no hallo1895
otro consuelo, otro alivio,
que el desahogo del llanto.
Dejadme sola.
BETY
Milady,
vuestra aflicción es en vano;
pues no podéis remediar 1900
con ella lo que ha pasado.
Mirad que tenéis un hijo
que necesita el amparo
de su madre.
NANCY
¡Oh hijo mío!
¡Hijo infeliz!
BETY
Consolaos;
1905
y antes que venga Milord
procurad, fortificaros;
sobre todo no volváis
a recibir de su mano
ningún alimento. Luego 1910
volveré yo, por si acaso
me necesitáis. ¡Oh Dios!

 (Aparte al irse.) 

Doleos de su quebranto.
 

(Se va.)

 


Escena VII

 

NANCY. Después CARLOS.

 
NANCY
No sé dónde estoy; preciso
es buscar el desengaño 1915
de lo que me ha dicho Bety.
Es tan grande el atentado
que sospecho, que no puedo
sin horror, considerarlo.
Y si es verdad, fácilmente 1920
conseguirá averiguarlo
mi diligencia. El descuido
de mi esposo ha sido tanto
con sus secretos, que todos
a mi noticia han llegado, 1925
por el continuo abandono
de sus papeles; veamos
lo primero este vestido,
que llevó a noche a palacio.

 (Registrando un bolsillo, y saca una baraja.) 

¡Una baraja!, fatal 1930
vicio, vicio que ha causado
mi ruina. ¿Mas qué son
estos polvos?...
 

(Saca del otro los polvos que guardó SIDNEY, y un papel con ellos.)

 
¡Ah!, leamos
el papel que está con ellos.
¡Ay cielos!, yo estoy temblando. 1935
«Método  (Leyendo.)  de administrar
el veneno preparado,
que va en el papel adjunto,
sin que cause mucho estrago.
Son dos tomas; la primera...».1940

 (Deja de leer, y examina los papeles.) 

Aquí no hay, según reparo,
más que una..., la otra..., sin duda:
¡ay de mí!, ¿por qué me canso
en aclarar mi desgracia?
Si convencida me hallo1945
por todos mis sufrimientos,
por todo lo que he escuchado
y por todas las maldades
atroces de un hombre ingrato,
de la verdad, de la triste 1950

 (Llorando.) 

Verdad. Dios, a quien consagro
mis pesares, sostened
mi corazón angustiado.
¡Oh día!, ¡día terrible!
El más funesto y amargo 1955
de mi vida.
 

(CARLOS sale.)

 
CARLOS
Madre mía,
¿por qué estáis ahora llorando?
¿Qué? ¿Se ha marchado mi padre
segunda vez?
NANCY
¡Oh!, hijo amado

 (Abrazándolo.) 

de mi corazón... Yo muero, 1960
estréchate entre mis brazos,
quizá por la última vez.
CARLOS
¡Qué!, ¿queréis dejar a Carlos?
Ay no, yo me moriré
primero.
NANCY
Hijo idolatrado,
1965
del cariño de tu madre
te priva... ¿Qué estoy hablando?

 (Volviendo en sí.) 

¿Hasta dónde me conduce
el extravío insensato
de mi dolor? ¿Cómo cedo1970
sin reserva y sin reparo
a la voz de la ternura?
Disimulemos. Ve, Carlos,
al cuarto de Nelson, dile,
que en volviendo de palacio 1975
tu padre, venga aquí dentro,
y que me tenga buscado
un coche con que a Glocester
en este día volvamos.
CARLOS
Voy corriendo, madre mía; 1980
no lloraréis entretanto,
porque yo estoy muy contento
con saber que nos marchamos.
 

(Se va.)

 
NANCY
Cielos, si es inevitable
mi muerte, morir aguardo 1985
lejos de un hombre perverso
en la soledad del campo.
Yo te perdono, Sidney;
vive feliz en el rango
a que te eleva una esposa, 1990
cuyo fin has procurado.


Escena VIII

 

NANCY. BELFORD.

 
MILORD BELFORD
¿Conque estáis viva? Me alegro
de que el gran picaronazo
de Sidney no se saliera
con la suya; es un malvado. 1995
Aquí estoy yo, y vos también;
ya veréis la que le armamos
entre los dos.
NANCY
¿Qué decís?
MILORD BELFORD
Lo que digo está bien claro.
Smith, que se ha despedido, 2000
todo el lance me ha contado,
y en la posada me han dicho
lo demás.
NANCY
Si sabéis tanto,
también espero, Belford,
que sabréis callar.
MILORD BELFORD
Si callo,
2005
será por hacer con vos
mérito, y acompañaros
a Glocester, que tampoco
ignoro que andáis buscando
un coche; pero, Milady, 2010
sin dejar escarmentado
a Sidney no partiréis.
Yo puedo...
NANCY
¿Qué estáis hablando?
¡Vos acompañarme! ¡Vos
amenazar sin reparo 2015
a mi esposo! ¿Conocéis
quién soy? ¿Qué? ¿Habéis olvidado
mi carácter, mi nobleza?
¿Vos tomar en mis agravios
parte? ¿Quién os dio el derecho? 2020
Mas, cielo, yo me arrebato
inútilmente. Belford,
aprended a moderaros;
y si queréis agradarme,
que calléis es necesario. 2025
 

(Se va.)

 
MILORD BELFORD
¿Que calle?, ¿y por qué? No quiero
callar. Este bribonazo
de Sidney tiene una linda
mujer; mas, si no me engaño,
es un poco tonta, y sufre 2030
como una bestia; si acaso
su marido no me vuelve
todo lo que me ha ganado
a noche, que se prepare,
que voy al punto a acusarlo 2035
de alta traición contra Nancy.


Escena IX

 

BELFORD. SIDNEY.

 
MILORD SIDNEY
Belford, ¿conque estás gritando
solo?
MILORD BELFORD
¿Me has oído?
MILORD SIDNEY
Sí.
MILORD BELFORD
Me alegro. Estás enterado
de que lo sé todo. Pero..., 2040
callaré como partamos
el dinero que tú sabes.
MILORD SIDNEY
Hombre, si no me ha quedado
ni una guinea. ¿No ves
que a noche me vi apretado 2045
del Gobernador, y tuve
precisión de regalarlo.
MILORD BELFORD
No te creo.
MILORD SIDNEY
No me importa.
MILORD BELFORD
¡Hola!, que te haces el guapo,
y conmigo. ¿Se te olvida 2050
que yo he sido tu contrario
en Londres?, cuando saliste
valerosamente al campo
a reñir, de dos amigos
antiguos acompañado. 2055
Ya te conozco Sidney.
MILORD SIDNEY
¿Y te atreves, temerario,
a provocarme?
MILORD BELFORD
Silencio;
aquí no hay que alborotarnos.
Detrás del parque en el bosque2060
hasta el medio día aguardo.
 

(Se va.)

 
MILORD SIDNEY
Y Allá puedes esperarme,
que yo tengo otros cuidados
más urgentes. ¿Si estará
despierta Nancy?

  (Mirando al cuarto de NANCY.)  

¿Si acaso
2065
obrará el veneno? Cielos,
aquí viene; estoy pasmado.


Escena X

 

SIDNEY. NANCY. Después BETY.

 
NANCY
Pues ¿qué es esto, Nancy mía?
¿Para qué te has levantado?
Yo sé que toda la noche 2070
has estado mala.
NANCY

 (Aparte.) 

Ah falso.
Tranquilízate, Sidney,

 (A él con intención.) 

Que no es mi peligro tanto
como piensas.
MILORD SIDNEY
Yo no pienso

 (Turbado.) 

nada...
NANCY
Y ¿está despachado
2075
tu memorial?
MILORD SIDNEY
Todavía
no sé cómo. El Secretario
me ha dicho que mandará
el decreto, que ha firmado
el Rey, dentro de una hora.2080
Pero no estará negado,
según se explicó. Disponte,
para que luego partamos
a Londres.
NANCY
Yo partiré
acompañada de Carlos2085
a Glocester.
 

(BETY sale.)

 
BETY
¿Qué, Milady,
de improviso habéis pensado
iros sin decirme nada?
NANCY
No, Bety, vuestro agasajo,
antes que me vaya, es fuerza 2090
que quede recompensado.
Aunque sabéis mi escasez,
bien puede pagar los gastos
de la posada el valor
de mi equipaje.
BETY
¡Qué agravio
2095
me hacéis en imaginar,
que en el interés fundado,
puede estar mi sentimiento!
NANCY
No; pero es justo pagaros.
BETY
¿Y qué me debéis? Ha tiempo 2100
que lo poco que yo valgo
lo destinaba con gusto
a serviros.
MILORD SIDNEY
Yo no acabo
de comprehender lo que habláis.
¡Un viaje proyectado 2105
sin mi noticia, y resuelto
sin saber cómo ni cuando!
¿No soy yo vuestro marido?
¿Pues que podéis separaros
de mi sin contar conmigo? 2110
Ya lo veremos despacio.
Bety, no se va mi esposa
todavía; sosegaos;
y si nos servís de balde
a los dos...
BETY
No; ni pensarlo.
2115
Por vuestra esposa ya tenga
todos los gastos pagados.
Pero los que vos hagáis,
es negocio separado.
MILORD SIDNEY
Pues ¿quién paga por Milady? 2120
BETY
Por ahora suspendamos
la conversación,

 (Mirando adentro.) 

que viene
Nelson, no quiero estorbaros
 

(Se va.)

 


Escena XI

 

SIDNEY. NANCY. NELSON.

 
NELSON
Aquí me tenéis, Milady;
el coche dentro de un rato 2125
vendrá.
MILORD SIDNEY
Si sabéis, Milord,
el viaje que ha pensado
mi esposa, sabed también
que no puede efectuarlo
sin mi permiso.
NANCY
Sidney,
2130
ya la ocasión ha llegado
de responderte, y que sepas
que no puedes estorbarlo.
MILORD SIDNEY
¿Cómo? ¿Qué dices?
NANCY
Que el cielo,
aunque bendice los santos 2135
vínculos del matrimonio,
también manda separarlos,
si la salud o la vida
en él están arriesgados.
Bien sabes mi amor, Sidney, 2140
y cuánto me habrá costado
el resolverme a vivir
siempre lejos de tu lado.
MILORD SIDNEY
Disimulemos.  (Aparte.)  Sin duda
que tú tienes trastornado 2145
el juicio.

 (A ella.) 

NANCY
¡Ojalá, Sidney!,
no fueran, no, mis quebrantos
tan crueles, si tú fueras
a mi amor menos ingrato.
MILORD SIDNEY
Pero Nancy...,  (Turbado.)  no te entiendo. 2150
NANCY
Pudiera hablarte más claro,
mas no quiero confundirte.
MILORD NELSON
Pero al fin, ¿en qué quedamos?
¿Os vais, o no?
MILORD SIDNEY
Yo no puedo
consentirlo. ¿Quién te ha dado2155
libertad para pensar
que podemos separarnos
como tú quieras? Conmigo
permaneceréis tú y Carlos
a tu pesar. Nadie puede 2160
arrancarte de mis manos,
sin que pruebe de mi enojo
el castigo.
NANCY
Hombre malvado,
hombre insensible al delito
y al amor, hombre de mármol, 2165
aquí está de mi divorcio

 (Sacando los papeles del vestido.) 

la sentencia; aquí guardado
está tu oprobio y mi muerte.
Mi muerte, que has procurado
anticipar, y si el cielo 2170
de tu maldad me ha salvado
hasta ahora, en adelante
lejos de ti, sepultando
mis quejas y mis desgracias,
vivir más segura, aguardo. 2175
MILORD SIDNEY
Estoy confundido.

 (Va a registrar la faltriquera de su vestido donde estaban los polvos.) 

MILORD NELSON
A ver
esos papeles.
NANCY
Tomadlos.

 Dándoselos.) 

Ellos descubren la causa
del estado en que me hallo.
MILORD NELSON
«Son  (Leyendo.)  dos tomas...» ¿Y la otra 2180
Sidney?

 (A SIDNEY, dejando de leer.) 

MILORD SIDNEY
Nelson...,

 (Muy turbado.) 

yo..., buscando...
¿Qué decís?
MILORD NELSON
Que me horrorizo
de veros, hombre inhumano;
y que, a pesar de Milady, 2185
no seré tan insensato;
que os permita impunemente
gozar de vuestro atentado.
¿Tenéis espada?
NANCY
¿Qué hacéis,
Nelson, estáis delirando? 2190
¿Queréis echar a perder
todo el fruto de mi llanto?
Yo lo perdono. Bastante
será para atormentarlo
el cruel remordimiento 2195
de su arrojo temerario.
MILORD SIDNEY
Pero escucha..., yo no he sido...,
quien intentó...

 (Turbado.) 

MILORD NELSON
¿Y a negarlo
os atrevéis todavía?
Está bien justificado 2200
vuestro delito.
MILORD SIDNEY
Yo tiemblo.

 (Aparte.) 

No me dejes,  (A ella.)  Nancy.
NANCY
En vano
es tu ruego. Ya están rotos
del amor los dulces lazos
que nos unieron. Tú solo, 2205
de tu furor arrastrado,
con mi muerte pretendías
romperlos: mas ¡cuándo! ¿Cuándo?
En aquel mismo momento
en que yo, sacrificando 2210
por ti todos mis haberes,
la mayor prueba te he dado
de mi constancia. Cruel,
¿en qué te ofendí? ¿Este pago
guardabas a mi cariño? 2215
¿Este premio a mis cuidados,
y a mi sufrimiento? ¡Oh Dios
de eterna bondad! Si acaso
hasta tu trono mis ruegos
y mis penas se elevaron, 2220
duélete de mí, aniquila
el egoísmo; tu brazo
justiciero hunda por siempre
este vicio detestado;
este vicio, que destruye 2225
los vínculos sacrosantos
de la piedad; que convierte
en tigres a los humanos;
y que se goza insensible
en los suspiros y el llanto. 2230
Puedan libres de este monstruo
respirar los desgraciados;
pueda la beneficencia
socorrer con grata mano
al mísero, y a su vista 2235
huya siempre avergonzado
el hombre, que nació a ser
oprobio de sus hermanos.
MILORD SIDNEY
Nancy...
MILORD NELSON
No la interrumpáis.
NANCY
¡Ah! Sidney,

 (Con dulzura.) 

tú no has logrado
2240
el gozo de hacer felices;
nunca este placer tan grato
conoció tu corazón.
¡Qué infeliz eres! Odiado
de todos tus semejantes, 2245
has vivido maquinando
sacrificar a tu orgullo,
y a tu capricho insensato
todos los seres que forman
la sociedad; deslumbrado 2250
por el egoísmo, has sido
el azote y el tirano
de tus amigos, y en fin,
el verdugo sanguinario
de tu esposa; sí, de aquella 2255
que siempre te ha idolatrado.
MILORD SIDNEY
¡Cielos! ¿Dónde estoy?
MILORD NELSON
¡Oh! Nancy,
por piedad tranquilizaos;
que no puedo contener
mis lágrimas.


Escena XII

 

DICHOS. CARLOS corriendo.

 
CARLOS
Vamos, vamos,
2260
madre mía; ya está el coche
a la puerta.
MILORD SIDNEY
Espera; Carlos,
tú te has de quedar.
NANCY
Sidney,
¿pudiera yo, abandonando
a mi hijo, separarle, 2265
para siempre de mi lado?
Aunque el amor maternal
no me estuviera gritando,
el temor de que aprendiese
las máximas que odio tanto2270
con tu ejemplo, bastaría
para tenerlo apartado
de su padre; tú no puedes
oponerte ni estorbarlo.
Pero ¿qué es esto, Dios mío?2275
 

(Ruido dentro, y mira NANCY.)

 
¿En mi habitación soldados?


Escena XIII

 

DICHOS. EL GOBERNADOR y comparsa de soldados. Después BELFORD.

 
MILORD SIDNEY

 (Aparte.) 

¡El Gobernador!
EL GOBERNADOR

  (A NANCY.) 

Milady,
perdonadme; pero el cargo
de mi empleo me conduce
aquí con un aparato2280
desagradable; me alegro
de que os hayáis mejorado;
y vos, Sidney, al instante
habéis de seguir mis pasos
de orden del Rey.
MILORD SIDNEY
¿Por qué causa?
2285
EL GOBERNADOR
Porque así me lo ha mandado.
MILORD SIDNEY
No puede ser vuestra orden
dictada del Soberano.
Si ignoráis quién soy, sabed
que ya estará mi despacho 2290
para un gobierno en la India
justamente decretado.
Mis servicios, las ofertas
de mi mujer alcanzaron
esta distinción; vos mismo2295
habéis merecido un rasgo
de mi nobleza en la casa
de juego.
EL GOBERNADOR
No está olvidado
vuestro proceder en nada.
La suma que me habéis dado 2300
a noche se la he devuelto
a su dueño propietario
el irlandés, a quien vos
tranquilo habéis estafado.
MILORD SIDNEY
¿Qué decís?
EL GOBERNADOR
Que los avisos
2305
de esta intriga me obligaron
a ir a la casa de juego:
pues aunque estén tolerados
en nuestra patria, el gobierno
siempre cela con cuidado 2310
que no encubra la fortuna
la astucia de los malvados.
Y en cuanto a vuestro carácter
y vuestro empleo me hallo
con orden de que salgáis 2315
para siempre desterrado
de Inglaterra...
MILORD SIDNEY
¿Cómo?...
EL GOBERNADOR
Oídme.
Era este primer mandato
por el total abandono
con que os habéis manejado, 2320
en Londres, de que el gobierno
de oficio se halla informado.
Pero el último delito
que habéis hecho, conspirando
contra la inapreciable vida 2325
de vuestra esposa, ha mudado
el destierro en la prisión,
adonde vendréis, en tanto
que se decreta a castigo
digno de tal atentado. 2330
MILORD SIDNEY
¡Cielos! ¿Qué escucho?
NANCY
Aunque lo hayan acusado
en mi favor, pues yo vivo,
nada está justificado.
MILORD SIDNEY
¿Quién os ha dicho?...
 

(BELFORD sale.)

 
MILORD BELFORD
Sidney...
2335

 (Reparando en la tropa.) 

Mas ¿qué es esto?
MILORD SIDNEY
Amigo falso,
esto es verme por tu lengua
injustamente infamado.

  (Al GOBERNADOR.)  

Milord, decidme, ¿no es este
mi acusador?
EL GOBERNADOR
¡Qué engañado
2340
estáis! Vuestro acusador
es el mismo boticario,
que os ha vendido en lugar
de un veneno preparado
un vomitivo: y sabiendo2345
vuestro nombre me ha avisado
cumpliendo con su deber.
Lo demás por los criados
de la posada y el vuestro
tengo bien averiguado; 2350
y en esta bolsa  (Sacándola.)  está el precio
del bárbaro asesinato.
Seguidme.
NANCY
Esperad, Milord;
yo no puedo abandonarlo.
MILORD NELSON
En vano es el oponeros; 2355
pues si para castigarlo
falta alguna prueba, aquí
está el resto que ha quedado
del veneno.
 

(Da al GOBERNADOR los papeles que le dio NANCY.)

 
NANCY
Ved Nelson...
MILORD NELSON
Lo que debo es lo que hago. 2360
EL GOBERNADOR
Este solo testimonio
me faltaba; y aunque alabo
vuestro proceder, Milady,
no me es posible agradaros.
El crimen que ha cometido, 2365
vuestra muerte procurando,
en ninguna parte dejan
impune los Magistrados.
NANCY
Pero, Milord...
EL GOBERNADOR
No hay remedio.
MILORD SIDNEY

  (A NANCY.) 

No te canses: ya ha llegado 2370
el castigo a mis delitos,
si ellos al colmo llegaron.
He sido una fiera, un monstruo
de ingratitud; arrastrado
por el egoísmo..., ¡oh vicio 2375
detestable! Tú has causado
mi desgracia; yo gozaba
los nombres dulces y gratos
de esposo y padre; tenía
amigos, riquezas, fausto 2380
en la sociedad; la dicha
seguía siempre mis pasos.
¡Qué mudanza! Este es el fruto
de la maldad; que excitando
la maldición y el oprobio 2385
del universo, ni el llanto
de las almas virtuosas
será por mí derramado.
¡Oh!, hijo mío.

 (Abrazando a CARLOS.) 

CARLOS
Padre mío
¿qué?, ¿nos dejáis?
MILORD SIDNEY
Hijo amado,
2390
sí; te dejo: que te sirva
mi ejemplo, cuando los años
formen tu razón, de freno
para no verte abismado
en el crimen. Cara esposa, 2395

 (A NANCY.)  

tu perdón llevo grabado
en mi corazón. Oh Nancy,
a Dios.
NANCY
¡Ah!, no,  (Lo abraza.)  que en tus brazos
expire. Milord...

 (Al GOBERNADOR.)  

EL GOBERNADOR
Milady,
es preciso separaros2400
para siempre.
SIDNEY y NANCY
¡Oh dolorosa
separación!
EL GOBERNADOR
Milord, vamos.
 

(El GOBERNADOR y los guardias llevan a SIDNEY; NANCY y CARLOS lo siguen hasta la mitad de la escena, y quedan, como los demás actores, en una actitud que exprese la consternación y el sentimiento.