En la cual, por muy delicado
estilo y artificio, se descubre lo que de los alcahuetas
a las honestas doncellas se los sigue, en el proceso de lo
cual se hallarán muchos avisos y sentencias.
Anacreón,
caballero mancebo de mediano estado, enamorose de Lucrecia,
hija de Arnaldo y Albina, única heredera de sus padres,
muy rica y hermosa, la cual por medio de Gabrina, famosa
alcahueta, viene a condescender a los ruegos de Anacreón;
descúbrese el hecho, prenden a Gabrina, ahorcan a
Rosio, criado de Anacreón. Huye Lucrecia, van sus
padres en su busca; a Arnaldo matan salteadores, y a ellos
Anacreón, que va en busca de Lucrecia. Roban a albina
dos salvajes, defiéndela Anacreón, sale Lucrecia
al ruido en hábito de pastora, mala los salvajes,
dase a conocer, perdónalos Albina, despósanse
Anacreón y Lucrecia.
Jornada I
|
|
ANACREÓN, ROSIO.
|
ANACREÓN | ¡Qué
dolor hay más mortal | | que el mío ni más
crecido | | que ni sé si soy querido, | | ni puedo decir
mi mal! | | ¡Desventurado de mí! | 5 | Sólo en el
mundo amador | | que me ha pagado el amor | | con sola una vez
que vi. | | Mostrome la hermosura | | mas alta
que el mundo tiene, | 10 | y quiere que siempre pene: | | ved si
hay mayor desventura; | | yo me perdí por mirar, | | y
el remedio es poder ver; | | no puedo: ¿qué he de hacer,
| 15 | sino morir, o penar? | | No puedo mi mal
decir, | | descubrillo es desconcierto, | | pues no es el remedio
cierto | | do daño puede venir. | 20 | Mas si callo en tal
aprieto, | | moriré como ahora muero; | | descubrir mi
pasión quiero | | a quien me tenga secreto. | | Que
el mal ha donde la vida | 25 | por callarlo se aventura; | | no
decillo es gran locura, | | y simpleza conocida. | | Excusado
me es terner, | | pues que son de amor engaños, | 30 | y
al fin de aquestos dos daños, | | quiero el menor escoger.
| | Llamar quiero un mi criado, | | hombre
sabio y muy discreto, | | descubrille mi secreto, | 35 | mi dolor
y mi cuidado. | | Podrá ser que dé algún
medio | | en este mi mal rabioso. | | Que a un dolor muy peligroso
| | puesta cura es buen remedio. | 40 | La amorosa
dilación | | es muy manifiesto engaño, | | y el
esperar dobla el daño | | y es a veces destruición,
| | que si Anibal valeroso, | 45 | capitán nunca vencido,
| | no se hubiera detenido. | | No fuera Cipión glorioso.
| | Ni el ejército romano | | sujetara
a Cartagena, | 50 | ni Aníbal tuviera pena, | | ni victoria
el Africano. | | y si Aquiles dilatara | | de Patroclo la venganza,
| | no le valiera su lanza | 55 | ni al troyano sujetara. | | Y
si el fuerte Héctor siguiera | | el alcance en noche
oscura, | | no viera su desventura | | ni el Ilión se
perdiera. | 60 | Dilató la ejecución | | aquel príncipe
excelente, | | y después vio de su gente | | fuego, muerte
y destrucción. | | Pues quiero agora
la llama | 65 | que me abrasa el alma y vida | | amansar, aunque
ofendida | | sea mi honra y mi fama; | | cuanto más que
en descubrir | | mi secreto a mi criado, | 70 | no debo de ser culpado,
| | y si muriere, morir. | | Rosio mío,
sal afuera. | |
|
|
ROSIO | ¿Qué manda vuestra mercé?
| |
|
|
ANACREÓN | Darte cuenta de mi fe | 75 | antes que, mi Rosio,
muera; | | que aqueste mal que padezco | | apriesa quiere acabarme,
| | procura de remediarme. | |
|
|
ROSIO | Manda, señor, que
obedezco. | 80 |
|
|
ANACREÓN | Esa pronta voluntad | | no podré
jamás pagarte | | sino con encomendarte | | un secreto
en puridad. | |
|
|
ROSIO | Di, señor, que la crianza | 85 | que
en mi de pequeño has hecho, | | tiene seguro mi pecho;
| | puedes tener confianza. | | Descubre lo
que querrás | | ora en bien, o en mal se trama, | 90 | que
a tu vida, honra y fama | | contigo me hallarás; | | tuyo
soy; tuyo seré | | cuanto durare la vida; | | si fuere
por ti perdida, | 95 | acreciento en honra y fe. | |
|
|
ANACREÓN |
Quiero, mi Rosio, abrazarte, | | que tu fe me ha puesto aliento,
| | y de mi mal y tormento | | darte, Rosio, entera parte. | 100 |
¡Ay de mí, desventurado! | | Que no sé cómo
lo diga, | | que a tan inmensa fatiga | | buscar medio es excusado.
| | ¿Qué haré? ¿O cómo
diré | 105 | este mal que consentí? | |
|
|
ROSIO | Acaba
va, señor, di. | | ¿Qué, pones duda en mi fe?
| |
|
|
ANACREÓN | O muerte, ¿por qué no vienes, | | y
das fin a mi tormento, | 110 | que se acaba el sufrimiento, | | cuanto
tú más te detienes? | | Espera,
mi Rosio, un poco, | | verás mi mortal pasión.
| |
|
|
ROSIO | Duelos hay, otro sermón | 115 | quiere decir este
loco. | |
|
|
ANACREÓN | ¿Qué murmuras entre dientes,
| | Rosio mío? |
|
|
ROSIO | Mi
señor, | | que tengo grande dolor | | de sentir tus accidentes.
| 120 |
|
|
ANACREÓN | Soy indigno en ser por quien | | siento mi
pena mortal, | | pues la gloria de mi mal | | hace el mal supremo
bien. | |
|
|
ROSIO | Señor, si me das licencia, | 125 | descubriré
tu dolor. | |
|
|
|
|
|
ROSIO | Pues
ten paciencia. | | Que tu mal tiene remedio | | y está,
señor, en tu mano. | 130 |
|
|
ANACREÓN | ¿Qué dices,
mi Rosio hermano? | | ¿Sabrás tú dar algun medio
| | se suerte que mi dolor | | tenga alguna medicina? | |
|
|
ROSIO |
Sí, sí no es muerta Gabrina, | 135 | maestra desta
labor. | |
|
|
ANACREÓN | Tu sincero, y pecho sano, | | que ignora
mi mal cruel, | | te hace el remedio dél | | tenello por
muy liviano; | 140 | mas si la causa subida | | de la pasión
por quien muero | | supieses, no de ligero | | me otorgarías
la vida. | | Si vieses el resplandor | 145 | de
la luz que me atormenta, | | y aquel valor tan sin cuenta | | do procede mi dolor, | | y si pudieses mirar | | su extremada
hermosura | 150 | discreción, gracia Y cordura, | | que en
el mundo no hay su par; | | No dirías
que Gabrina. | | Ericto, Circilea, | | ni la gran sabia Medea,
| 155 | Licinia, ni Celestina, | | fueran parte, ni otras ciento,
| | a vencer el corazón, | | la casta y limpia intención
| | de la que me da tormento. | 160 |
|
|
ROSIO | Contra el cual principio
niega | | no hay, señor, más que argüir,
| | deja ya de difirir, | | tu negocio, y a esta ruega; | | que
otras doncellas y dueñas, | 165 | encerradas y escondidas,
| | fueron del amor vencidas: | | dádivas quebrantan peñas.
| | Hay en aqueste lugar | | tantas oficialas
de esto | 170 | que si aquí me fuera honesto | | mil te pudiera
contar; | | mas por verte tan llagado | | y por darte medicina
| | quise nombrarte a Gabrina, | 175 | como desto el más letrado.
| | Si hubieras su casa entrado, | | visto
perfumes y olores, | | yerbas, palos, para amores, | | sangres,
sogas de ahorcados, | 180 | botes, cajas, corazones | | de cera y
de mil hechuras, | | vella andar de noche acuras | | a buscar
pies de tejones. | | Yo le vi en una canasta
| 185 | de aquesto una gran mistura | | oye, de lobo asadura, | | cuero
de sierpe cerasta, | | hígado de ciervo asado, | | los
ojos de lobo viejo. | 190 | Y mil dientes de conejo, | | de dragón
hueso rallado. | | Es maestra conocida, | | cinco veces azotada, | | emplumada, y desterrada | 195 | de aquí
por toda la vida; | | mas no faltan hombres buenos | | que ruegan
luego por ella, | | que para mal de doncella | | si ella falta
la echan menos. | 200 | Remediarlas es notorio,
| | porque su oficio es contino | | con papo de palomino, | | o
de punto, o lavatorio. | | Nunca está desocupada | 205 | su
casa de despenseros, | | galanes y caballeros, | | y otras gentes
de posada. | | Es muy astuta comadre, | | de
todas gran costurera, | 210 | ensalmadora, partera, | | gran sabia
de mal de madre; | | bendice niños, y emplasta, | | concierta
brazos quebrados, | | gran maestra de tocados, | 215 | de todos madre,
y madrasta. | | Ella no tiene otras rentas
| | sino criar palomitas | | y visitar las ermitas | | con unas
muy grandes cuentas. | 220 |
|
|
ANACREÓN | Oído he de buena
gana | | tu cuento de aquesta vieja, | | ¿do vive? | |
|
|
ROSIO | En
una calleja | | junto del atarazana. | 225 |
|
|
ANACREÓN | ¿Pues
entiendes que será | | discreción fiarme della?
| |
|
|
ROSIO | Sí, señor, yo iré por ella, | | y vuestra merced verá | | como le hará en un
punto | 230 | ver lo que tanto desea. | |
|
|
ANACREÓN | ¡Ay Dios!
Venga esa Medea, | | que estoy ya casi difunto. | |
|
|
ROSIO | Señor,
yo voy, más entienda | | que ella no come pasiones | 235 | sino de buenos doblones, | | o de oro, o alguna prenda. | |
|
|
ANACREÓN |
Darlehe toda mi casa, | | y a ti calzas y jubón; | | si
da alivio a mi pasión, | 240 | en el daros no habrá
tasa. | |
|
|
ROSIO | Pues, señor, desa manera | | las piedras
ablandarás. | |
|
|
|
|
|
ROSIO | Pues
ahí espera. | 245 | (Habla ROSIO consigo.) | Bien será considerar | | el fin que de aquesto espero,
| | que quien no piensa primero, | | si yerra no hay que quejar.
| | Lucrecia es noble doncella, | 250 | su padre
muy poderoso, | | tan recatado y celoso | | que apenas dejará
vella. | | Si en el trato soy asido | | desollarmehan la pelleja,
| 255 | y con Gabrina la vieja | | en dura prisión metido.
| | Mas al fin yo soy mandado, | | también
yo lo prometí, | | como siervo obedecí, | 260 | que
a servir soy obligado. | | La ganancia cierta es, | | perdella
será locura, | | pues, alto, Rosio, apresura, | | aunque
lo pagues después. | 265 |
|
|
Jornada II
|
|
ROSIO, TISBE, GABRINA, ANACREÓN, ARNALDO, ALBINA,
LUCRECIA.
|
|
|
|
GABRINA | ¿Quién me llama? Ven aína, | | Tisbe,
¿si llaman a ti? | |
|
|
|
GABRINA |
Abrele, huelgo que él sea; | | ¡Ay Jesús, como
estás fea! | | Sal presto, y componete. | |
|
|
ROSIO | Ocupada
debe estar | | la posada, según siento, | 10 | algún
nuevo casamiento | | de los que suele tratar; | | parece suenan
pisadas | | de algún galán que se esconde. | | Ola. |
|
|
|
ROSIO | ¿Quién
responde? | 15 | ¿Son monjas emparedadas? | |
|
|
|
(Habla TISBE
de una ventana.)
|
|
ROSIO | ¡Oh qué rosa y clavelina! | | A la señora
Gabrina | | quiero decir un recado. | 20 |
|
|
TISBE | Aguarde, señor,
iré | | a llamarla. |
|
|
ROSIO | Ay
que muero, | | ce, señora, que a ella quiero. | |
|
|
|
ROSIO | O mi Tisbe y mi señora,
| 25 | gran gloria es poder mirarte, | | ¿quién hay que pueda
igualarte | | en belleza y gala agora? | | Dichosa ha sido mi
pena, | | venturosa mi pasión, | 30 | pues padece el corazón
| | por causa tan justa y bueno. | | ¿Quién goza de esta
hermosura, | | destas manos, desta boca? | | ¿Quién aquestos
pechos toca | 35 | do amor dio tanta dulzura? | |
|
|
TISBE | ¿No lo veis
como es donoso | | de cuando acá? Tire afuera, | | Jesús,
y desa manera, | | señor Rosio, es pegajoso | 40 | no hay
más son luego pegar | | con la moza, y retozalla. | |
|
|
ROSIO |
Mi bien, quien aquí se halla | | ¿Qué hará
sino gozar? | |
|
|
TISBE | ¿A eso viene? Por mi vida | 45 | que de mí
no se acordaba, | | diga ya lo que buscaba. | |
|
|
|
TISBE | Ay, ay, ay, reírme quiero, | |
ya está muerto, ¿no lo veis? | 50 |
|
|
ROSIO | Vos darme vida
podéis, | | que sin vos, mi Tisbe, muero. | |
|
|
TISBE | Mucho
deso es de reír, | | ¿Qué quiere, que está
parado? | |
|
|
ROSIO | Dar a Gabrina un recado | 55 | y a vos contino
servir. | |
|
|
TISBE | Lo uno bien puede ser, | | mas lo otro no lo
creo. | |
|
|
|
TISBE | A fe, estoy por
lo creer. | 60 | Llamar quiero a mi señora, | | mas ya viene.
|
|
|
|
|
GABRINA | Venga, mi Rosío, en buen hora. | | Entre, ¿por
qué está a la puerta? | 65 | Que esta casa, y todo
es suyo. | |
|
|
ROSIO | En pararme me destruyo, | | y mi bien se desconcierta.
| |
|
|
GABRINA | ¿Hay algo en que esta mezquina | | pueda ser de algún
provecho? | 70 |
|
|
ROSIO | Mi amo está en grande estrecho | |
de enfermedad repentina. | |
|
|
GABRINA | ¿Y de qué causa
le vino | | mal que fue tan de repente? | |
|
|
ROSIO | Vamos, que nuevo
accidente | 75 | contaré por el camino. | | La enfermedad
que padece | | es un terrible tormento, | | un contino pensamiento,
| | un mal que por otras crece. | 80 | Un excesivo
dolor, | | una congoja mortal, | | una pasión cordial,
| | y al fin es un puro amor. | |
|
|
GABRINA | ¡Ay, hijo! Ya he respirado,
| 85 | que de vuestro encarecello | | el temor de no entendello
| | me había desatinado. | | Plega a
Dios no seas mayor | | que ansí lo sabes decir. | 90 |
|
|
ROSIO |
¿Reisos? Para morir está. | |
|
|
GABRINA | Pues nunca peor,
| | ¿Cómo, y esa confianza | | tienes de mi habilidad?
| |
|
|
ROSIO | Con esa seguridad | 95 | tengo yo grande esperanza | | Que
según el mal es fuerte, | | y la causa tan subida, | | no era posible la vida | | excusar el mal de muerte. | 100 |
|
|
GABRINA |
Mi Rosio, ¿no me dirás | | el nombre de aquesa dama?
| |
|
|
ROSIO | La que tiene hoy mayor fama | | de virtud, tú
la verás. | | Es la hermosa Lucrecia,
| 105 | hija de Arnaldo y Albina. | |
|
|
GABRINA | Deja hacer a Gabrina,
| | que sabe cuanto se precia; | | la doncella es muy hermosa
| | rica, noble, y bien dotada, | 110 | virtuosa, y muy honrada,
| | casta, noble y generosa. | | Mas esta yerba
de amor | | do quiera prende y lastima, | | y a la de más
alta cima | 115 | allí se halla mejor, | | porque ya la ociosidad,
| | el regalo, el abundancia | | es la mejor consonancia | | desta
música en verdad. | 120 | La doncella
ventanera, | | muy galana y muy compuesta, | | cuanto más
de fuera honesta | | es toque de vidriera, | | el amiga de ser
vista | 125 | y de ver y componerse, | | es ocasión de perderse,
| | aunque el padre le resista. | | Y aunque
nada de esto hubiera, | | mi diligencia y saber | 130 | le harán
fuego hacer | | lo que ella jamás hiciera. | | Tu amo
es buen caballero, | | rico, noble y generoso, | | franco, valiente,
animoso, | 135 | y en amores buen guerrero. | | Hínchame
él aquestas manos | | de reales, y verás: | | ¿Qué
dices? |
|
|
|
GABRINA | Sí haré, como entre
hermanos. | 140 |
|
|
ROSIO | Ya sabes que de contino | | he buscado tu
provecho. | |
|
|
GABRINA | Yo el tuyo nunca desecho. | | Seamos dos
al mohíno. | | En pago a Tisbe daré,
| 145 | que ella te quiere y te ama, | | yo vieja sola en la cama
| | con este jarro estaré. | |
|
|
ROSIO | Tus manos quiero besar,
| | por aquese ofrecimiento. | 150 |
|
|
GABRINA | Rosio mío, tu
contento | | y provecho he de buscar. | | Seme
agora buen tercero, | | que esto así está concertado;
| | haz tú como fiel criado, | 155 | verás cuanto yo
te quiero. | | Encarecelle su mal | | a tu amo, y mi servicio
| | usa bien era tu oficio | | porque él sea liberal.
| 160 | Que si es como yo barrunto | | y él
lo hace bien comigo | | tú verás come contigo
| | y con él cumplo en un punto. | |
|
|
ROSIO | Señora,
pierde cuidado, | 165 | de mí te puedes fiar. | |
|
|
GABRINA | Muda,
mi Rosio, el hablar; | | que a la puerta está parado.
| | No me cuentes más su mal, | | su
pasión y su tormento, | 170 | que lo entiendo y lo siento
| | como tú, siervo leal. | | ¡Ay, Jesús! Y no
parece | | sino que eres tú el doliente, | | ansí
sientes lo que siente | 175 | y lloras lo que padece. | | Ya
tengo bien entendido | | tu fatiga y su dolor, | | y que la causa
es amor | | de una dama esclarecida; | 180 | y aunque en su mal no
hay remedio, | | por ser tan alto el lugar | | yo te prometo
de dar | | en las manos el remedio. | |
|
|
ANACREÓN | O esperanza
nunca oída, | 185 | o suprema medicina, | | o mi señora
Gabrina, | | y el remedio de mi vida, | | venga muy en hora buena
| | mi placer y mi consuelo. | 190 |
|
|
GABRINA | Arrastrando por el suelo
| | vengo por curar tu pena. | | Que aqueste
tu fiel criado, | | sin un punto diferir, | | me hizo luego venir.
| 195 | Como tu mal me ha contado, | | hame tanto encarecido | | tu
pasión y tu tormento. | | Que como propio lo siento
| | según Rosio lo ha sentido. | 200 |
|
|
ANACREÓN | ¿Quién
puede contar mi mal? | | ¿Quién siente lo que yo siento?
| | ¿Quién habla de mi tormento? | | ¿Quién de
mi rabia mortal? | | ¿Quién del mal que me condena?
| 205 | ¿Quién del supremo dolor? | | ¿Quién del fuego
de mi amor | | y de mi terrible pena? | | ¿Quién
de aquella hermosura | | de Lucrecia, y de su estado? | 210 | ¿Quién
del valor extremado | | de su rostro, y su figura? | | ¿Y quién
a su entendimiento | | ha hecho comparación? | | ¿Quién
de aquella perfección | 215 | de su grande encerramiento?
| | ¿Alguno tan atrevido | | hay, que pueda
conocer | | su valor, su suerte, y ser | | tan extremado y subido,
| 220 | su gracia, su gentileza, | | su linaje, su primor? | |
|
|
GABRINA |
Ay, solo falta el amor | | para extremar su grandeza. | |
|
|
ANACREÓN |
Eso es lo que temo y lloro | 225 | que no es posible alcanzar.
| |
|
|
GABRINA | Mas presto que tú me dar | | esa cadena de
oro. | |
|
|
ROSIO | Buen tiro, si no da avieso, | | ha arrojado la
traidora. | 230 |
|
|
ANACREÓN | Hela aquí, madre y señora,
| | que lo menos será eso. | | Llévala
ansí por mi vida | | ante los ojos de aquella | | a quien
la tengo por ella | 235 | a su servicio ofrecida, | | y esta carta
le darás | | con sangre del corazón, | | y mi dolor
y pasión | | justamente le dirás. | 240 |
|
|
GABRINA | Vivas,
señor, largos aires, | | que así mis canas honraste,
| | y te prospere y abaste | | libre y exento de daños.
| | Tu pasión no hay para que | 245 | me la cuentes mas aquí,
| | ponla, señor, sobre mí | | que en prendas dejo
mi fe. | | Mira este rostro arrugado | | y
estas manos de flaqueza, | 250 | mas por la mucha pobreza | | que
por años que han pasado. | | Que por tu merecimiento,
| | por tu liberalidad, | | te doy hoy seguridad | 255 | de tu descanso
y contento. | | Como en tu cadena de oro
| | se alegró mi corazón, | | alegraré tu
pasión, | | y en placer volveré el lloro. | 260 | O
la mar se secará, | | o no soplarán los vientos
| | faltarán los elementos | | y Duero atrás volverá,
| | o en los prados no habrá flores,
| 265 | ni las aves volarán, | | ni los hombres hablarán,
| | ni habrá amor entre amadores, | | o de Lucrecia el
estado | | gozarás la hermosura, | 270 | antes que en la noche
escura | | parezca el cielo estrellado. | |
|
|
ANACREÓN | ¡Oh
qué extraño ofrecimiento! | | ¡Oh gran gloria
aun en pensalla! | |
|
|
GABRINA | Muy mayor será gozalia.
| 275 | Ten ánimo y sufrimiento, | | reposa y sosiega el pecho,
| | huelga agora y a placer, | | apareja de comer, | | compone
y adorna el lecho. | 280 | Que el huésped
que ha de venir | | merece todo regalo, | | haz luego sin intervalo
| | aquesto, que quiero ir. | |
|
|
ANACREÓN | ¿Qué me
dices, madre mía? | 285 | Que no te puedo entender. | |
|
|
GABRINA |
Que esperes, y hayas placer. | | Dios quede en tu compañía.
| |
|
|
ANACREÓN | Él te guarde y sea contigo. | | Rosio,
la casa adereza, | 290 | principalmente la pieza | | donde duermo;
presto, amigo. | |
|
|
ROSIO | Todo está ya aderezado, | | sube
luego a tu aposento, | | ten grande contentamiento, | 295 | que tu
ventura ha llegado. | | ¿No notáis
cuán liberal | | Anacreo agora ha sido? | | Y para mí
que he servido | | jamás tiene un real. | 300 | A la viejaza
echacuervos, | | haldas luengas retaimada, | | la paga fue adelantada,
| | mas no la queda a sus siervos. | | Para
mal siempre hay dineros, | 305 | para bien todo es estrecho. | |
¡Quién dejase su provecho | | por servir a caballeros!
| | Todo anda, mi fe, trocado, | | cada cual tras su deseo; | 310 | quiero hacer lo que veo, | | y ser también namorado.
| | Ame Anacreón a Lucrecia, | | que
yo a mi Tisbe amaré, | | como él hiciere haré.
| 315 | Ruin es quien de ruin se precia. | | ¡Qué verdadero
refrán | | de experiencia y ciencia lleno! | | Con el
bueno serás bueno, | | con rufián rufián.
| 320 | Con santo santo serás | | con perverso
pervertido, | | con homicida homicido, | | con Satanás
Satanás. | | Pues yo no quiero perder | 325 | tiempo, sazón,
ni ventura, | | pues se ofrece coyuntura | | para mi Tisbe ir
a ver. | | Que mientras mi amo llora | | y
Gabrina está bramando, | 330 | podré yo estar retozando
| | con mi Tisbe más de un hora. | | Él llore,
yo cantaré; | | Gabrina su tela trame, | | su Lucrecia
ame o no ame, | 335 | que yo a mi Tisbe amaré. | |
|
|
|
(Sale GABRINA, y va a casa de LUCRECIA, hablando consigo
a solas.)
|
GABRINA | La madre que me parió | | haya mal fin y quebranto, | | que a hija que quiso tanto | | tan mal oficio mostró. | 340 | De contino el manto a cuestas
| | con las haldas arrastrando, | | por callejas rodeando | | y
otras partes deshonestas. | | Contino por
monasterios | 345 | por ermitas, por cantones, | | de noche con ladrones
| | cercando los cementerios | | por sepulcros de finados, | |
y por lugares desiertos, | 350 | buscando huesos de muertos | | y
narices de ahorcados; | | Y a la fin muy
bien pagado | | al cabo de mis afanes, | | por servir a estos
galanes | 355 | dos veces me han emplumado, | | pues agora una coroza
| | o algún jubón sin costura; | | triste de tu
hermosura, | | Gabrina, cuando eras moza. | 360 | Ora
en fin yo quiero ir, | | por demás es este lloro, | |
que esta cadena de oro | | me hará a veces reír.
| | Lleva perfumes y olores, | 365 | tocas de lienzo delgado, | | seis
madejas de hilado, | | y otras yerbas para amores. | | La
carta quiero guardar, | | porque el ir no me sea en vano, | 370 | que en tomándola en su mano | | le haré a Anacreón
amar. | | Quiero ir, que ya me espera | | de Lucrecia al hermosura,
| | ¡qué buen principio y ventura! | 375 | Que sus padres
salen fuera. | | Conjúrate, gran Plutón,
| | emperador de dañados, | | rey de los atormentados
| | y de la infernal región, | 380 | señor del sulfúreo
fuego, | | capitán del río Leteo, | | molestador
de Fineo, | | y veedor del reino ciego. | | De
las infernales furias, | 385 | hidras, harpías volantes,
| | de las ánimas penantes, | | señor de las tristes
curias, | | yo, Gabrina, antes que parta | | te conjuro, pido
y ruego | 390 | que con tu sulfúreo ruego | | te encierres
en esta carta. | | Y cumpliendo mi deseo
| | que tanto tu nombre precia, | | hagas que muera Lucrecia
| 395 | por amores de Anacreón, | | y siempre te serviré
| | con fe muy firme y constante, | | y sino, con luz radiante
| | tus cárceres heriré. | 400 |
|
|
|
(ARNALDO y
ALBINA.)
|
ARNALDO | ¿Quiénes, mi señora
Albina, | | esta vieja que aquí viene? | |
|
|
ALBINA | Según
el gesto que tiene | | paréceme que es Gabrina. | |
|
|
|
|
|
ALBINA | Él
guarde también a vos | | y os dé su gracia y
favor. | | ¿Qué es la ocasión de venir, | | madre
mía? |
|
|
GABRINA | Mi
señora, | 410 | una vieja pecadora | | ¿Qué hará
sino servir? | | Traigo aquí este hilado, | | estos perfumes
y olores, | | remedio para dolores | 415 | y para mal de costado.
| |
|
|
ARNALDO | A buen tiempo es la venida, | | madre mía,
si al dolor | | de mi hija ese licor | | le diese salud cumplida.
| 420 |
|
|
ALBINA | Su mal es melancolía | | y tristeza cordïal.
| |
|
|
GABRINA | Esta es para ese mal | | yerba de muy gran valía.
| | ¿Y está mal la señora | 425 | Lucrecia? |
|
|
ARNALDO | Sí,
vos subí | | mientras llegamos aquí. | | Vendremos
luego a la hora. | |
|
|
GABRINA | Antes acompañaré
| | mis señores a los dos. | 430 |
|
|
ALBINA | Quedad, Gabrina,
con Dios, | | que muy presto volveré. | |
|
|