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Recordemos que la Torá (del hebreo torah o instrucción) es sólo una de las partes de la biblia hebrea, que designa sus cinco primeros libros o Pentateuco (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio).

 

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Swietlicki nos recuerda que «Of Pico's famous nine hundred theses (the Conclusiones), forty-seven were drawn from Cabalistic sources and twenty-five were his own Cabalistic deductions on other sources» (Swietlicki 9). Quizá porque, como señala Fusaro, «Pico ha la convinzione di scoprire che, sotto un' apparente diversità di manifestazioni di pensiero di popoli diversi e lontani fra loro, si cela un senso unico che attesta la dignità dell' uomo e il suo valore predominante nell' universo, l' amore universale che lega le creature fra di loro e le creature a Dio, l' immensa varietà delle cose in tutto il creato come segni della parola di Dio» (Diego Fusaro en «Marsilio Ficino», [Documento en línea]. Filosofia.3000.it, [Consultada: 30/04/2009]).

 

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Según nota del propio Garcilaso, Hebreo terminó su obra en el año judío de 5262 (es decir, aunque los cálculos no son precisos, entre 1502 y 1506), y él su traducción en 1586 (Traduzion f. 190r).

 

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Que Garcilaso conocía la traducción al latín de Sarraceno es seguro. No sólo lo declara en su Dedicatoria a Maximiliano de Austria de la Traduzion, sino que la versión de Sarraceno es la única que presenta apostillas (en comparación con las ediciones italianas y las dos traducciones anteriores de 1568 y 1582 al castellano) que Garcilaso traduce en su mayoría. Es fácil hacer el cotejo a partir del «RERUM OMNIUM / INSIGNIORUM, QUAE / sparsim toto opere pertractantur, co- / piosissimus atque loupletissimus / Index alphabetica serie digestus, / & mira quadam facilitate / distributus» o índice de temas que antecede la versión en latín. La Traduzion de Garcilaso presenta una Tabla muy similar de temas importantes al final de la edición de 1590. Muchos de los títulos relacionados con la Cábala, el andrógino original, y el Sol aparecen prácticamente calcados, como veremos más adelante.

 

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El mismo Soria señala que «el Índice portugués de 1624 veta la obra "Quoniam multis scatet iudaicis ac Platonicis fabulis, quas alegorice interpretantur, iis poterunt" apuntando al diálogo II» (Soria 40). En efecto, como más adelante veremos, los mitos de Demogorgon y los del origen del mundo constituyen un aspecto fundamental para nuestra reflexión sobre el pensamiento mítico común a Hebreo y la cosmovisión andina.

 

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Dice Filón: «De los siete mil años, los seys mil esta siempre brotando el Chaos de los inferiores cuerpos, y acabados estos, dizen que recogiendo en si toda cosa, se reposa en el siete millesimo año; y en aquel espacio de tiempo concibe para nueva generación para otros seis mil años» (f. 190r).

 

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Esta renovación cosmogónica es descrita así: «[...] corrompido el mundo inferior siete vezes de siete mil en siete mil años, viene a dissoluerse el cielo cõ todo el lleno; y toda cosa buelue al Chaos, y a la materia primera. Y esto viene a ser vna vez despues de passados quarenta y nueue mil años» (f. 190v).

 

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Explica Scholem que «a [...] radical doctrine came into being in the 13th century, according to which the world-process lasts for no less than 18,000 jubilees (Bahya b. Asher, on the Torah portion Be-Ha'alotekha). Moreover, the actual chronology of these calculations is not to be taken literally, because the Sefer-ha-Temunah teaches that in the seventh millennium there sets in a gradual and progressive retardation in the movement of the stars and the spheres, so that the measurements of time change and become longer in geometrical progression. Fifty thousand "years" therefore becomes a much longer period. Hence, other kabbalists, and Isaac of Acre in particular, arrived at truly astronomical figures for the total duration of the world. Some kabbalists thought that after each "great jubilee" a new creation would begin ex nihilo, a view which passed from Bahya b. Asher to Isaac Abrabanel, and from him to his son Judah, who mentioned it in his famous Italian work, Dialoghi d'Amore» (Scholem, Kabbalah 121).

 

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Shlomo Pines revela que el Génesis podría llevar a una interpretación parecida a la de Platón si se atiende al significado de los vocablos equivalentes a «mundo» y «caos». De este modo, en los Dialoghi Platón es preferido a Aristóteles precisamente en función de su supuesto conocimiento de las Sagradas Escrituras. V. en concreto Pines 368-9. Por su lado, Swietlicki propone que «In the dialogues, Hebreo includes Cabalistic references to the secret oral tradition of Adam, Moses, and their successors and to the Judaic Jubilee as signifying 50,000-a type of apocalyptic speculation that also interested Fray Luis. León Hebreo's syncretic treatment of Plato, seeing him and other ancient philosophers as Cabalists, explains why Johannes Pistorius includes the Dialoghi in his Ars Cabalistica [...] along with the works of Reuchlin and Paolo Ricci» (Swietlicki 38). Se refiere Swietlicki a la Artis Cabalisticæ Scriptores, publicada en Basilea en 1587, en que Johannes Pistorius incluye la traducción de los Dialoghi al latín de Sarraceno en 1564.

 

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La cita completa dice: «Waite notices, however that this text shares, nevertheless, a certain sexual attitude in common with Cabala, both in regard to the world, because in it 'however much love is trascendentalised in the dialogues, it is always sexual, as it is through the ZOHAR' and relating to heaven, where God is divided into knowable and unknowable aspects» (Beitchman 145). Los aspectos cognoscibles corresponderían a la materia formada, en que Dios ha dejdo su impronta. Los incognoscibles serían la forma pura sin materia, a la cual no se puede llegar sino por el dedicado estudio de la palabra de Dios en la Torá. Sin embargo, hay que notar que Waite no confiaba plenamente en la existencia de elementos cabalísticos en la obra de Hebreo. Dice Beitchman: «[A. E.] Waite is unhappy with Pistorius over the inclusion of this item, in which he sees practically no cabalist element. This work, which was enormously popular, seems to have isolated a certain sexual element from Cabala, and added to it a bit of Romantic sentimentality» (Beitchman 139).

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