21
Soria
(Los «Dialoghi…» 162) ya ha
identificado el nombre de Demogorgon como una corrupción de
Demiurgo en Boccaccio. Asimismo, su presencia en la poesía
castellana data por lo menos desde el Laberinto de fortuna
(1444) de Juan de Mena (estrofa 251) en que aparece como «padre de todos los dioses»
, y pasa
por La Araucana (Primera Parte, 1569) de Alonso de
Ercilla, que compara a Demogorgon con el Demonio mapuche, y el
Arauco domado (1596) de Pedro de Oña, en que es
«famoso mago / autor de las fantasmas y
visiones»
(Canto II, estrofa 71).
22
Kristal también observa el caso, aunque ciñe las fuentes de Garcilaso a una tradición estrictamente occidental.
23
En la
Instrucción de Titu Cusi cada aparición del
término Huiracocha está acompañada por la
perífrasis explicativa «que
quiere decir Dios»
. La Relación de
antigüedades de este reino del Perú, del curaca
colla Juan de Santacruz Pachacuti Yamqui ofrece pasajes que
equiparan a «Tonapa o Tarapaca
Huiracocha»
con la figura de Cristo: «[...] ha llegado a estas provincias y reinos
del Tahuantinsuyo un hombre barbudo, mediano de cuerpo y de
cabellos largos [...] el cual andaba con su bordón. Y que
enseñaba a los naturales con gran amor, llamándolos a
todos "hijos" e "hijas" [...]. Cuando andaba por todas las
provincias ha hecho muchos milagros visibles: solamente con tocar a
los enfermos los sanaba»
(9).
24
Ese mismo dios
elogiado por Pachacuti Yamqui fue capaz de destruir un pueblo
entero por el desprecio que le mostraron: «El cual Tonapa dicen que maldijo al pueblo, por
lo cual vino a ser anegado con agua»
(11). Véanse
también Cieza (El Señorío de los
Incas, Cap. 3), Molina,
«el Cuzqueño» (Ritos y fábulas de los
incas, Cap. 1), Acosta
(Historia natural y moral de las Indias, Libro VI,
Cap. XIX), Anello Oliva
(Historia del Reyno y provincias del Perú, Libro I,
Cap. II), Betanzos (Suma y
narración de los incas, Cap. 1), Gómara (Hispania Victrix. Historia
general de las Indias, Cap. CXXII), Sarmiento de Gamboa
(Historia Índica, Cap. 6), y el mismo Inca Garcilaso de la
Vega (Comentarios I, III, XXV). Lo mismo con el Wiraqucha
volcánico que presenta Molina, destructor por fuego del
pueblo de Cacha. Este aspecto destructivo de Wiraqucha, para
algunos estudiosos, denominado Tunupa, es también tratado
por Urbano XXV.
25
V., por ejemplo, Pachacuti 24. Un estudio detallado de todas las oraciones recogidas por distintos cronistas y lexicógrafos se encuentra en Szeminski. V. especialmente 155 para una referencia a Wiraqucha como ser hermafrodita.
26
Aclara Salomon que
«the astronomical
or astrological chapter 29 gives a crucial clue: it labels a
llama-shaped constellation the camac (agentive form "camay-er") of
llamas. On descending to earth this constellation infuses a
powerful generative essence of llama vitality, which causes earthly
llamas to flourish. All things have their vitalizing prototypes
or camac, including human groups;
the camac of a human group is
usually its huaca of
origin»
. Sin embargo, aclara que hay una
diferencia clave con el esquema platónico: «Taylor
(1974-1976) has likened this idea to Platonic idealism, an insight
that helps one understand the profoundly plural and ongoing nature
of Andean creation but also minimizes its earthiness.
Camac
in the manuscript seems to suggest a being
abounding in energy as physical as electricity or body warmth, not
an abstraction or mental archetype»
(Salomon 16). V. también
Taylor «Camac, camay et
casmasqa…»
; asimismo Zuidema y
Urton, que explican el mismo fenómeno y sistema de
creencias.
27
Como
señalé en mi estudio Coros mestizos del Inca
Garcilaso (303), «las posiciones de
algunos jesuitas como Rivadeneira y Mariana parecerían estar
presentes a cada instante en la descripción de los incas
bondadosos y casi atemporales. No olvidemos, tampoco, la fuerte
relación que en términos de alianzas matrimoniales
había creado en el Cuzco marquesados como los de Oropesa y
de Alcañices a partir de los casamientos de miembros de las
familias Loyola y Borja (familias de dos de los santos principales
de la Compañía) con princesas incaicas de alto
abolengo (cf. Gisbert
153-57)»
.
28
Swietlicki se refiere probablemente al panfleto Lettre mistique touchant la conspiration dernière avec l'ouverture de la Caballe mysterielle des Iesuites, comentado por François Senet en 1958 (553). Este último autor se refiere en detalle a la relación entre los jesuitas y la Cábala durante el siglo XVI. Agradezco a Pedro Guíbovich por la referencia.
29
En la segunda
dedicatoria a Maximiliano de Austria (fechada el 7 de noviembre de
1589) Garcilaso asume implícitamente la comparación
entre su persona de «nación india» y el pueblo
hebreo: «Esto fue causa de que se me
trocasse en trabajo y cuydado, lo que yo auia elegido por
recreacion y deleyte. Y tambien lo ha sido del atreuimiento, que
esta traduzion y dialogos han tomado para salir fuera, y
presentarse ante el acatamiento de V. S. y suplicarle cõ
su fauor y amparo supla sus defetos, y como miembro tã
principal de la casa real, è Imperial, y tã amado del
Rey nuestro señor, debaxo de su sombra, los dedique, y
ofrezca à su Magestad Sacra, y Catolica: pues a mi no me
es licito hazerlo, como al pueblo Hebreo, no le era el entrar con
sus oblaciones en el Sancta Sanctorum, sino entregarlas al Summo
Sacerdote»
(f.
s. n., énfasis agregado).