Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

1

Los viajeros individuales que por motivos económicos o de índole política se movieron por Europa durante este tiempo o no dejaron huella literariamente significativa o, como en el caso de José Marchena, se desenvolvieron en el ámbito estricto del neoclasicismo.

 

2

Los más señalados son Joaquín Espalter, Pelegrí Clavé, Francesc Cerdà, Claudi Lorenzale y el escultor Manuel Vilar (Cirici Pellicer, 1945, 60-62; Sabaté Mill, 1984, 21-24). El grupo es conocido por los historiadores del arte bajo el rótulo de los «puristas».

 

3

Las relaciones entre Tommasso Minardi y Pablo Milá fueron muy estrechas y dan testimonio de ello las cartas del primero al segundo que reprodujo Benach y Torrens (1958).

 

4

M. González López (1997, 61) resume en estos términos el contenido del discurso: «En el análisis de las cualidades esenciales de la pintura, Minardi opina que el arte necesita, entre otras, simplicidad, veracidad, unidad y expresividad. Será necesario, además, que la pintura se adecue al objeto, que sea siempre proporcionada y de naturaleza ingenua. Por supuesto, el arte más adecuado para expresar la idea de belleza intelectual y de inspiración divina es el arte medieval y primitivo».

 

5

En la Academia de Sant Jordi de Barcelona se conservan dibujos suyos en papel, alguno copia del maestro alemán (González López 1997, 61); otros trabajos, en el fondo documental de la biblioteca «Menéndez Pelayo».

 

6

Federico de Madrazo en carta a Santiago Masarnau (28-III-1840) escribe: «Tengo el gusto de conocer y tratar a Overbeck, al bueno, al grande Overbeck, hombre de aquella especie que se está acabando o de los que no se encuentran más que en Alemania. Modesto, sabio y profundo en una infinidad de materias, está concluyendo un gran cuadro de poética, bien sentida y complicadísima composición, en el que está trabajando hace más de seis años y que te aseguro que es un portento del arte; seguramente que no perdería nada si se viese al lado del mejor de los frescos de las estancias de Rafael. Este cuadro, destinado para no sé qué academia de Alemania, no le han visto todavía más que muy pocos y yo he tenido la fortuna de ser uno de estos. Representa el risorgimento de las Bellas Artes bajo la protección e influencia de la religión. En la parte alta del cuadro está sentada en las nubes y rodeada de luz, la Sma. Virgen escribiendo el versículo XXX y le acompañan David, Salomón, S. Lucas y S. Juan Evangelista. El 1.° tocando el arpa, el 2.° si mal no me acuerdo tiene en la mano el Arca, el 3.° está retratando a la Virgen y el 4.° con la planta de la Jerusalén celeste, emblema de la sanción de las Bellas Artes en el cielo. Si te hubiese de explicar toda la composición tendría que llenar ocho pliegos de papel, tan complicada y tan lleno está de figuras, de las que no hay una sola que no diga algo» (ed. de José Simón Díaz [1946, 25] en su índice de El Artista [Madrid, 1835-1836]).

 

7

El primero se titula «Bellas Artes. Giotto» y se publicó en la revista madrileña El Renacimiento (18-VII-1847), el segundo del mismo título apareció en el Semanario Pintoresco Español (17-X-1847).

 

8

El año 1878 aparecieron en Barcelona dos ediciones del opúsculo, la de la tipografía de Verdaguer y otra de la imprenta de Narciso Ramírez, con una nota preliminar de los discípulos de Milá, Agustí Rigalt, Anton Caba y Joan Roig. La Biblioteca de Catalunya conserva estas tiradas y otras dos posteriores (Vendrell, Ramón Hermanos, 1898; Barcelona, tipografía Moderna, 1904). La Biblioteca Nacional de Madrid ha tenido catalogado este librito como obra de Manuel Milá.

 

9

Un testimonio de la buena escuela que Milá produjo en este párrafo de una carta de Menéndez Pelayo (4-VIII-1889) a su condiscípulo Rubió y Lluch: «Veo con gusto que no desmayas de tus interesantes trabajos de filología y literatura catalanas. Mucho hay que hacer en esto, y mucho harás sin duda, cumpliendo la obligación que todos tenemos de honrar a la patria en que nacimos. Pero sin perjuicio de esto, creo que debes imitar a tu predecesor y maestro Don Manuel Milá, no encerrándote sistemáticamente en el campo de la literatura catalana, sino haciendo de vez en cuando excursiones por la literatura general, y especialmente por la de España, sin mirarlo todo previamente desde el punto de vista del catalanismo» (Menéndez Pelayo 1989, 483-484).

 

10

Manuel Jorba (1984, 42-43) ha subrayado cómo, en la edición de las Obras Completas de Manuel Milá fue dulcificado el artículo «Clásicos. Románticos» y este mismo estudioso ha recuperado otro texto sin firma titulado «El pueblo y sus representantes», artículos ambos aparecidos en El Vapor (del 7-VIII y del 5-XII-1836 respectivamente). Manuel Milá fue activo también en publicaciones periódicas progresistas como El Propagador de la libertad y en la entidad de este mismo signo que se denominaba «Sociedad Filodramática».