Escena I
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|
ISABEL y
LUISA.
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ISABEL aparece
junto a una puerta y en actitud de escuchar, LUISA entra en escena después
de levantado el telón. ISABEL deberá, durante toda la
obra, estar excesivamente pálida y toser con
frecuencia.
|
LUISA |
¿Qué hacías
junto a esa puerta? |
|
¿Escuchabas? |
|
|
ISABEL |
(Disimulando.)
|
No, por cierto.
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En la mesa iba a buscar |
|
unos papeles. |
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LUISA |
(Con
intención.)
|
Ya entiendo.
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Siempre te pasa lo mismo. |
5 |
Eres curiosa en extremo. |
|
Junto a las puertas se te
halla |
|
siempre aguardando el momento |
|
de arrancar a las visitas |
|
o a tu familia un secreto. |
10 |
Abres todos los cajones, |
|
empleas, en fin, el tiempo |
|
en averiguar mil cosas |
|
que no te importan. |
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ISABEL |
Ya veo
|
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que eres muy discreta, prima. |
15 |
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—4→ |
Yo vicio no considero |
|
el afán de conocer |
|
todo aquello que cubierto |
|
a mis ojos se presenta. |
|
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LUISA |
Si es provechoso y es bueno |
20 |
lo que por saber te falta, |
|
harto justo es tu deseo; |
|
pero es vicio, es imprudencia |
|
e imperdonable defecto |
|
exponerse a mil regaños |
25 |
por el capricho indiscreto |
|
de saber lo que se cuentan |
|
los que apenas conocemos, |
|
por descubrir mil tontunas |
|
que no reportan provecho, |
30 |
y pueden perjudicarnos |
|
cuando somos descubiertos. |
|
¿Qué te importa a ti
saber |
|
lo que ahora pasa allá
dentro? |
|
¿Por qué al vecino de
enfrente |
35 |
espías con tal denuedo? |
|
¿Qué te importa de si
sale |
|
o de si entra, de si fiero |
|
a sus sirvientes
regaña, |
|
o si es dulce con sus deudos, |
40 |
si salió temprano ayer |
|
o si hoy con la noche ha
vuelto? |
|
Confiesa que no es muy grato |
|
tener quien esté
dispuesto |
|
a espiar nuestras acciones |
45 |
a cada paso y momento, |
|
y confiesa que tú misma |
|
no pondrías muy buen
gesto |
|
a quien de importuno modo |
|
te vigilara. |
|
|
ISABEL |
Lo creo;
|
50 |
pero, prima, francamente, |
|
con todo el corazón
siento |
|
que de lo que nada sabes |
|
hables con tono tan serio. |
|
¿Quién te ha dicho a
ti ni a nadie |
55 |
|
—5→ |
que yo en todo me entrometo? |
|
Si paso junto a una puerta, |
|
aunque no repare en ello, |
|
decís sin pensar en
más: |
|
«Isabel estaba
oyendo». |
60 |
Si alguien abre algún
paquete, |
|
decís: «Isabel lo ha
abierto». |
|
Nadie puede, en fin,
aquí |
|
ser curioso ni discreto. |
|
Sólo yo, por mi
desdicha, |
65 |
soy quien imprudente acecho |
|
todas las acciones vuestras, |
|
sólo yo descubro
vuestros |
|
propósitos. Sólo,
Luisa, |
|
yo, rodeada de silencio, |
70 |
descerrajo vuestras cajas, |
|
vuestras acciones observo, |
|
y tú y mamá nada
hacéis |
|
que yo no sepa: ¿no es
esto? |
|
|
|
LUISA |
No exageres. Tú ya
sabes |
75 |
que hace poquísimo
tiempo |
|
te halló mi tía, ese
armario |
|
por abrir, haciendo esfuerzos. |
|
|
|
ISABEL |
¡Vaya un dato! Porque un
día |
|
tuve singular empeño |
80 |
de saber lo que encerraba |
|
ese armario, ya no puedo |
|
dar un paso sin que digas |
|
que tengo el vicio funesto |
|
de curiosearlo todo |
85 |
y querer todo saberlo. |
|
|
|
|
ISABEL |
(Interrumpiéndola, con
disgusto.)
|
Cállate ya.
|
|
|
|
LUISA |
¿Por qué he de
callar? No quiero. |
|
|
|
ISABEL |
Parece que tienes gusto |
|
en atormentarme. |
|
|
LUISA |
(Con
sinceridad.)
|
Ceso
|
90 |
de hablarte ya de estas cosas: |
|
mas comprende que no intento |
|
mortificarte, Isabel, |
|
cuando seria te amonesto, |
|
|
—6→ |
pues que te corrijas prima, |
95 |
es mi más grande deseo. |
|
Yo soy niña y como
niña |
|
tengo también mil
defectos. |
|
Cuando tú, Isabel, los
notes |
|
ríñeme, que no
desprecio |
100 |
jamás de nadie, Isabel, |
|
si son sabios, los consejos. |
|
|
|
ISABEL |
Eres buena, prima mía; |
|
yo a tu fallo me someto, |
|
y el regaño que ahora
mismo |
105 |
me has dado, gustosa acepto. |
|
Procuraré corregirme. |
|
Seguiré, Luisa, tu
ejemplo. |
|
Pero eres conmigo injusta; |
|
exageras, en tus buenos |
110 |
propósitos, esta falta |
|
venial de que me arrepiento. |
|
|
|
LUISA |
Siempre prometes lo mismo. |
|
Tu sinceridad veremos. |
|
|
|
ISABEL |
Ahora vamos al jardín. |
115 |
|
|
|
ISABEL |
Pues yo anhelo
|
|
respirar el aire puro. |
|
|
|
LUISA |
Legítimo es tu deseo; |
|
pero haz, querida Isabel, |
|
por contenerte. |
|
|
|
LUISA |
Ya sabes que estás
enferma, |
|
y que a tu salud no es bueno |
|
recibir el aire frío |
|
de ese jardín. |
|
|
ISABEL |
Te prometo
|
|
volver enseguida, Luisa. |
125 |
|
|
|
|
LUISA |
Ya pasarás bien la
tarde. |
|
Aguárdame. Pronto
vuelvo. |
|
Verás cual juntas las
dos |
|
distracciones hallaremos. |
130 |
Voy a dar a la criada |
|
|
—7→ |
algunos recados. |
|
|
ISABEL |
Bueno.
|
|
Al ver tu buena
intención, |
|
a tus promesas me avengo. |
|
|
|
|
(Vase LUISA.)
|
Escena II
|
ISABEL |
¿De
qué me sirve ser rica, |
135 |
de un potentado heredera? |
|
Murió el bueno de mi
padre, |
|
me dejó fortuna
inmensa; |
|
vivo estimada por todos, |
|
mil criados me rodean |
140 |
que anhelan sólo
servirme; |
|
nadie su amistad me niega, |
|
y, sin embargo, no puedo |
|
ser feliz. Mi suerte fiera |
|
me persigue sin descanso. |
145 |
Le plugo a Naturaleza |
|
la salud arrebatarme, |
|
y que esté aburrida es
fuerza. |
|
Mi prima, aunque me
regaña, |
|
me quiere con fe sincera. |
150 |
Mi madre es toda virtud. |
|
Pero ¡ay! nada me
contenta. |
|
La salud, es lo que
ansío, |
|
desdeñosa me desprecia. |
|
(Queda pensativa.)
|
Pero esto no será nada. |
155 |
La tos, ¡una
bagatela!... |
|
(Tose.)
|
He de vivir muchos
años, |
|
porque, aunque grave
estuviera, |
|
¿qué no pueden los
cuidados |
|
que todos a mí me
prestan? |
160 |
¡Si así todos se
cuidaran!... |
|
¡Bah! Ya pronto estaré
buena. |
|
|
—8→ |
Sólo tengo
aburrimiento; |
|
pero así que alegre
pueda |
|
asistir a los salones |
165 |
donde luzca mis riquezas: |
|
así que al acorde dulce |
|
de polkas y de habaneras |
|
pueda en los suntuosos bailes |
|
divertirme, ya no quedan, |
170 |
de esta enfermedad que ahora |
|
impertinente me aqueja, |
|
ni restos, seré feliz. |
|
(Pausa.)
|
Pero aún no lo soy,
¡qué, pena! |
|
Déjeme ya mi dolor. |
175 |
(Transición.)
|
Aléjese la tristeza. |
|
Pero ¿en qué voy a
pasar, |
|
mientras que mi prima vuelva, |
|
el largo tiempo?... |
(Pausa.)
|
Ese armario
|
|
(Mirándole.)
|
es mi pesadilla eterna. |
180 |
¿Por qué
tendrá tanto empeño |
|
mi madre en que yo no sepa |
|
lo que tras de sus tablones |
|
con misterio tal encierra? |
|
Lo sabré. Pues ¿por
qué no? |
185 |
(Con
decisión.)
|
Probaremos la llave
ésta. |
|
(Prueba.)
|
Entra bien. |
(Con alegría.)
|
Voy a lograrlo.
|
|
Pero mi madre se acerca. |
|
(Mirando al
foro.)
|
(Guarda precipitadamente la
llave.)
|
|
|
Escena III
|
|
DOÑA
MILAGROS, ISABEL.
|
MILAGROS |
¿Qué es lo que haces,
Isabel, |
|
quieres abrir ese armario? |
190 |
|
|
|
MILAGROS |
Es muy temerario
|
|
tu afán. |
|
|
—9→
|
|
MILAGROS |
Indispensable es que cese |
|
de indiscreción el
imperio; |
|
si descubres su misterio |
195 |
(Señalando al
armario.)
|
es posible te que pese. |
|
|
|
ISABEL |
En mí tu furia descarga |
|
tus rencores sin piedad. |
|
|
|
MILAGROS |
Ahí se encierra la
verdad, |
|
y la verdad es amarga. |
200 |
¿Por qué eres, di,
tan curiosa? |
|
¿No te podrás
corregir? |
|
Isabel, lo has de sentir. |
|
|
|
ISABEL |
Madre, yo no soy chismosa; |
|
¿qué importa, pues,
madre mía, |
205 |
que quiera saberlo todo, |
|
si en ello a nadie incomodo |
|
y ello me causa
alegría? |
|
|
|
MILAGROS |
En tu afán de
averiguar, |
|
en que así nunca
reposas, |
210 |
olvidas que hay muchas cosas |
|
que tú debes ignorar. |
|
Y si tu afán me desoye, |
|
te saldrá caro el
capricho. |
|
Por algo, Isabel, se ha dicho: |
215 |
«Quien escucha, su mal
oye.» |
|
Vulgar vicio en la mujer |
|
es ese de perseguir |
|
secretos que descubrir |
|
y que no importa saber. |
220 |
Del gentil la fantasía |
|
no en vano el tiempo fatal, |
|
la Pandora de su mal |
|
creó en su
mitología, |
|
|
|
ISABEL |
¿Pandora? |
(Con
extrañeza.)
|
|
|
|
ISABEL |
Mi memoria,
|
225 |
madre, ese nombre recuerda, |
|
y no quiero que le pierda: |
|
cuéntame, pues, tal
historia. |
|
|
|
—10→
|
MILAGROS |
Sí, Isabel. Me agrada
mucho |
|
que seas curiosa en esto. |
230 |
La contaré. |
|
|
ISABEL |
Empieza presto,
|
|
que con atención te
escucho. |
|
|
|
MILAGROS |
Prometeo era el genio
perseguido |
|
que a Júpiter robó el
sagrado fuego, |
|
y Júpiter entonces,
condolido, |
235 |
hizo a Vulcano este sabido
ruego: |
|
«El limo de la tierra
maldecido |
|
por mí, Vulcano1,
con afán te entrego; |
|
de su masa incoherente sabio
crea |
|
una mujer que mi venganza
sea.» |
240 |
El encargo
cumplió pronto Vulcano; |
|
juntó la arcilla con la
misma arcilla, |
|
y al cabo contempló alegre y
ufano, |
|
de mezcla tan trivial y tan
sencilla, |
|
una mujer que, mas que ser
humano, |
245 |
era del cielo santa maravilla. |
|
Pues dio, calmando del artista
enojos, |
|
fuego a su corazón, luz a
sus ojos. |
|
Júpiter,
al contemplar bellezas tales, |
|
la caja la entregó de su
venganza, |
250 |
y a la tierra la envió de
los mortales. |
|
Pandora entonces a su afán
se lanza. |
|
Abre la caja. Escápanse los
males. |
|
En el fondo se queda la
esperanza, |
|
y es, sin quererlo, la
imprudente |
255 |
mensajera del mal por ser
curiosa. |
|
|
—11→ |
Desde entonces
el llanto y los dolores |
|
cubren la tierra con tenaz
porfía: |
|
el crimen, con sus tétricos
fulgores, |
|
en la tierra derrama luz
sombría, |
260 |
y al estruendo de pérfidos
horrores; |
|
del corazón se extingue la
alegría, |
|
que a esto llevó a Pandora
el indiscreto |
|
afán por descubrir aquel
secreto. |
|
|
|
ISABEL |
Fue Pandora harto imprudente. |
265 |
|
|
MILAGROS |
El cuento te ha impresionado |
|
|
|
ISABEL |
Ya, madre, de haber pecado |
|
mi corazón se
arrepiente. |
|
|
|
MILAGROS |
De Pandora, hija querida, |
|
no sigas el cruel ejemplo. |
270 |
|
|
ISABEL |
Ya mi pecado contemplo |
|
y me siento corregida. |
|
|
|
MILAGROS |
Nunca en remedios he
creído |
|
para el mal que tú
padeces, |
|
pues en vano muchas veces |
275 |
la enmienda me has prometido. |
|
|
|
ISABEL |
Hoy la promete sumisa |
|
(La besa.)
|
esta hija que te adora. |
|
|
|
|
ISABEL |
Ahora
|
|
voy a ver lo que hace Luisa. |
280 |
(Vase.)
|
|
|
Escena VI
|
|
ISABEL,
DOÑA MILAGROS,
LUISA.
|
|
Entra DOÑA
MILAGROS seguida de LUISA. Repara con el armario abierto y
en los paneles desparramados por la habitación.
|
ISABEL |
(Con exultación
creciente.)
|
Has llegado en buen momento. |
|
Alegra mi última hora. |
|
Al corazón que te adora |
|
combate fiero tormento. |
|
Sé que benigna me has
dado |
405 |
tu compasión, mas no el
ser; |
|
sé que te he de
agradecer |
|
lo mucho que me has amado. |
|
Sé que contados
están |
|
los instantes de mi vida, |
410 |
y que a la huesa temida |
|
mis horas corriendo van. |
|
Mas quiero que en tu dulzura |
|
aún procures
engañarme. |
|
Miente, sí, por
consolarme. |
415 |
Mitiga tanta amargura. |
|
Acaba este frenesí; |
|
di que me diste el aliento, |
|
y este cruel descubrimiento |
|
que es una mentira, di. |
420 |
|
—16→ |
Por calmar los sin iguales |
|
arranques de mis excesos, |
|
dime que fueron tus besos |
|
los ósculos maternales. |
|
Di, en fin, que de mi
existencia |
425 |
aún la antorcha no se
apaga, |
|
y cuanto mi suerte amaga |
|
es falsa y vana apariencia. |
|
Declara, aunque no te cuadre, |
|
cuanto en mi anhelo te exija. |
430 |
Llámame como antes. |
|
|
|
ISABEL |
Ese grito no es de madre. |
|
|
|
|
(Cae desmayada. LUISA, que hasta ahora había
permanecido asustada, se adelanta e incorpora en sus brazos a
ISABEL.)
|
|
LUISA |
Vivir mucho ya no puede. |
|
(Al
público.)
|
Ved lo que a Isabel sucede. |
435 |
Aprovechad la lección. |
|
Consecuencias tan fatales |
|
el que es indiscreto llora, |
|
pues abre, como Pandora, |
|
la caja, al fin, de sus males. |
440 |
|
|