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31

En Romanische Forschungen, vol. 56, n.º 3 (1942, Homenaje a Karl Vossler). Incluido en Castilla, la tradición, el idioma, Colec. Austral 501. (N. del A.)

 

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Juan de Jáuregui en el Antídoto contra las «Soledades» (1617?) procura diferenciar «oscuridad conceptista» y «oscuridad culterana»; ya Herrera en sus Anotaciones (1580) distingue la oscuridad formal de la oscuridad conceptual. Las trasgresiones de Lope a su concepto de poesía natural son esporádicas y sólo patentes en su poesía culta, no en su teatro; se dan especialmente en La corona trágica, La Circe y El huerto deshecho. (N. del A.)

 

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Esto fue visto con claridad y duramente criticado por Pedro de Valencia en su carta a Góngora con motivo de la aparición del Polifemo y las Soledades (ver la ed. Millé, p. 1082) y por Juan de Jáuregui en el Antídoto. Góngora, pese a las críticas severas, llevó a su máxima expresión la nueva fórmula estilística en la Fábula de Píramo y Tisbe (1618). (N. del A.)

 

34

Cfr. Wolfgang Kayser, Das Groteske, Seine Gestaltung Malerei und Dichtung, 1957. Hemos consultado la traducción castellana de Ilse M. Brugger, Lo grotesco. Su configuración en pintura y literatura, Buenos Aires, Nova, 1964. (N. del A.)

 

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Cfr. su muy útil estudio «El Poema heroico de las necedades y locuras de Orlando el enamorado», Mediterráneo (Valencia, 1946). Homenaje a Quevedo en su centenario, pp. 25-63. Después de proponer algunas correcciones a erratas de la edición de Aldrete (1670), que pasaron inadvertidas para Astrana Marín, estudia prolijamente el problema de la fuente literaria, para él única (Orlando Innamorato de Mateo Boiardo) y, por último, el vaivén estilístico que caracteriza el poema. María E. Malfatti, en la «Introducción» a su edición crítica del Poema (Barcelona, 1964), si bien admite que la fuente directa es el Innamorato, aduce la relación de ciertos pasajes del Orlando de Quevedo con otros poemas caballerescos italianos, el Baldus de Teófilo Folengo, y la Gerusalemme de Tasso. (N. del A.)

 

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Cfr. Francisco Ynduráin, «Refranes y frases hechas en la estimativa literaria del siglo XVII», Archivo de Filología Aragonesa, VII (Zaragoza, 1955), 103-30. (N. del A.)

 

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Las citas del Orlando se hacen por la edición príncipe (Madrid, 1670) modernizando ortografía, puntuación y uso de mayúsculas; las que corresponden a otros textos poéticos, por la de José Manuel Blecua, Francisco de Quevedo, Poesía original, Barcelona, Planeta, 1963, que abreviamos Bl; esta abreviatura va seguida del número de página; cuando figura solamente el número se refiere siempre a esta edición. En el caso del Poema citamos canto y estrofa mediante un número romano y otro arábigo respectivamente. Los ejemplos de prosa se citan por la ed. de Astrana Marín, Madrid, Aguilar, 1945, abreviada siempre OP. (N. del A.)

 

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Las dudas que con respecto a esta fecha surgieron al relacionar el Cuento de cuentos con el entremés Las civilidades de Quiñones de Benavente, han quedado desvirtuadas por Hannah E. Bergman, «Para la fecha de Las civilidades», Nueva Revista de Filología Hispánica, X (1956), 187-93. Véase también, de la misma autora, Luis Quiñones de Benavente y sus entremeses, Madrid, Castalia, 1965, pp. 160 y 170-71. La fecha de la primera edición del entremés, que adapta al teatro la dedicatoria del Cuento de cuentos es 1629, y su dedicatoria es de 1626. (N. del A.)

 

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Si el Cuento de cuentos es de 1626, la composición del Orlando debe estar cercana a esa fecha. James O. Crosby, En torno a la poesía de Quevedo, Madrid, Castalia, 1967, pp. 43-44, 91-92, 139 y 169 nota 37, por la comparación de la dedicatoria del Orlando (I, 5-9) con la sátira a Francisco Morovelli de la Puebla, «A ti, postema de la humana vida» (Bl 1216-18), supone que el Orlando es anterior a 1628. La fecha de composición quedaría así encuadrada entre 1626 y 1628, desechándose la de 1635 propuesta por Astrana sin fundamentación alguna. (N. del A.)

 

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La lectura de El mundo por de dentro pone de manifiesto diferencias estilísticas evidentes entre la redacción primitiva de este Sueño (cuya dedicatoria al Duque de Osuna es del 26 de abril de 1612), y el fragmento agregado en la edición de Juguetes de la niñez y travesuras del ingenio de 1631, aunque se supone con fundamento que existió una edición anterior en dos años. Es en el fragmento agregado en Juguetes y no en la redacción primitiva, donde encontramos expresiones iguales o equivalentes a las del Orlando: la misma tendencia al uso de vulgarismos, el mismo vértigo en los enlaces abstracto-concretos, los mismos medios de sorprender al lector con asociaciones incongruentes. En una palabra, el mismo estilo. (N. del A.)