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Alusión a los asturianos ("coritos") y a su costumbre de andar descalzos, igual que los gallegos. Cfr.: «... en donde [en Galicia] como el tocino / anda el hidalgo en pernil» (Bl 984). Cfr. también La pícara Justina, Libro II, parte III, capítulo 4: «Preguntele por qué andaban en piernas los asturianos. Dijo que porque hay una profecía de Pero Grullo, que fue asturiano, de que en Asturias ha de venir por el río una avenida de oro y toneles de vino de Ribadavia, y por estar prevenidos para la pesca andan siempre descalzos» (en La novela picaresca española, Madrid, Aguilar, 1956, p. 850). Sobre los coritos véase Miguel Herrero García, Ideas de los españoles del siglo XVII, Madrid, Gredos, 1966, pp. 236-46. (N. del A.)

 

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Con frecuencia usa Quevedo la expresión el zancarrón de Mahoma que Autoridades explica: «Llaman por irrisión los huesos de este falso Profeta que van a visitar los moros a la mezquita de Meca». Cfr. Bl 599, 874, 1150 y Sueño del Infierno (OP 222), Sueño del Juicio Final (OP 194, nota). Era expresión muy común desde el siglo anterior. (N. del A.)

 

53

Se dan abundantemente desde mucho antes. En el Memorial que dio en una Academia pidiendo una plaza en ella, que Fernández Guerra fecha en 1612 y Astrana en 1608 o 9, dice de sí mismo que «es corto de vista como de ventura... rasgado de ojos y de conciencia... negro de cabello y de dicha, largo de frente y de razones, quebrado de color y de piernas... falto de pies y de juicio... etc. (OP 81). (N. del A.)

 

54

Ganasa (seudónimo de Alberto Naselli) fue un famoso cómico italiano del siglo XVI que en 1574 llegó a España donde permaneció unos diez años. Sobre este actor véase Othón Arróniz, La influencia italiana en el nacimiento de la comedia española, Madrid, Gredos, 1969, pp. 209-38. Obsérvese en el texto de Quevedo el doble enlace: Ferragut-demonio-Ganasa. (N. del A.)

 

55

Hay aquí, además, un juego de palabras basado en la paronomasia Eneas-enea (o anea "espadaña" cuyas hojas se usaban para hacer posones "asientos"). (N. del A.)

 

56

Se unen en esta expresión una sensación auditiva, pandorga "junta de variedad de instrumentos de que resulta consonancia de mucho ruido" (Autoridades) y un dato de tipo histórico: don Juan de Espina, contemporáneo de Quevedo, fue un famoso aficionado a la magia, además de coleccionista de cuadros, libros e instrumentos musicales. Véase la semblanza de este personaje al final de los Grandes anales de quince días, añadida por Quevedo en la versión de 1636 (OP 588-90). También Julio Caro Baroja, op. cit., I, capítulo XI: «De coleccionista y músico a mago», pp. 395-420. (N. del A.)

 

57

Op. cit.; véase especialmente capítulo II: «Le style», pp. 215-88. (N. del A.)

 

58

Por ejemplo los romances Pariome adrede mi madre (Bl 842) y Diéronme ayer la minuta (942). (N. del A.)

 

59

Op. cit., p. 253. En el estudio de este tema (pp. 251-58) aporta Mas sutiles observaciones. (N. del A.)

 

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canilla "diarrea"; se confirma este sentido con las expresiones voz indispuesta que le sigue y mortal cerote (cerote "miedo") de la estrofa precedente. Cfr. alma-almilla (Bl 913); viras-virillas (868); letras-letrinas (1187); postas-postillas (841); casas-casillas (857); novio-novillo (889 y 954). En todos estos casos el juego de palabras consiste en que el diminutivo es aparente. (N. del A.)