Véase Enrique Anderson Imbert, «Lope dramatiza un cantar», en La Nación, Buenos Aires, 10 de set. de 1950. Recogido en Crítica interna, Madrid, Taurus, 1961, pp. 11-18. (N. del A.)
Citado por Menéndez y Pelayo en su ed. de la Real Academia Española, t. X. (N. del A.)
Cfr. «Vida y creación en la lírica de Lope», en Materia y forma en poesía, Madrid, Gredos, 1955, p. 161. (N. del A.)
Madrid, 1916, Teatro antiguo español, I. (N. del A.)
Biblioteca de autores españoles, vol. 41, p. 84a. (N. del A.)
Cfr. la edición de Juan Bautista Avalle-Arce, Madrid, Castalia, 1973. La epístola y notas correspondientes en pp. 262-70. Para el tema de las serranas, así como para el trébole de que se habla a continuación, ver R. Menéndez Pidal, «La primitiva poesía lírica española», en Estudios literarios, Buenos Aires, 1938, Colec. Austral 28; y «Sobre primitiva lírica española», en De primitiva lírica española y antigua épica, Buenos Aires, 1951, Colec. Austral 1051. (N. del A.)
Ed. de González Palencia, Madrid, 1947, t. I, p. 486. (N. del A.)
En Colección de las obras sueltas..., ed. por Antonio Sancha, Madrid, 1777, t. XI, p. XXVIII. (N. del A.)
Biblioteca de autores españoles, t. 3 8, p. 145a. (N. del A.)
La copla de Escrivá dice: «Ven, Muerte, tan escondida / que no te sienta conmigo, / porque el gozo de contigo / no me torne a dar la vida». Lope la transcribe: «Ven, Muerte, tan escondida / que no te sienta venir, / porque el placer del morir / no me vuelva a dar la vida». Esta versión coincide con la de Cervantes en el capítulo 38 de la Segunda parte del Quijote, puesta en boca de la Dueña Dolorida. Jorge de Montemayor la incluye en su Cancionero (1544) sin atribución de autor, consignando simplemente «ajena». Su versión es ésta: «Ven, Muerte, tan escondida / sin que te sienta venir, / porque el placer de morir / no me torne a dar la vida». ¿Es que tan tempranamente entró en la corriente de la poesía anónima, variada con grandes ventajas, por una mano desconocida? ¿Es que Lope y Cervantes la tomaron de la tradición oral? La copla pasó a América y en nuestros días Juan Alfonso Carrizo la ha recogido en Salta, como cabecera de una glosa, tal como figura en Montemayor (ver Cancionero popular de Salta, n.º 223). Véase sobre esta copla, Gracián, Agudeza y arte de ingenio, disc. 24. (N. del A.)