Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

20

Irving A. Leonard, op. cit., p. 279.



 

21

David Brading, Orbe indiano, FCE, México, 1992, p. 405.



 

22

Carlos Sigüenza y Góngora, Parayso Occidental, plantado y cultivado por la liberal benefica mano de los muy Catholicos y poderosos Reyes de España Nuestros Señores en su magnifico Real Convento de Jesus Maria de Mexico, Juan de Ribera, México, 1684. De ahora en adelante modernizaré la ortografía y salvo indicación de lo contrario, las cursivas son mías.



 

23

David Brading (selección y estudio introductorio), Siete sermones guadalupanos (1709-1765), CONDUMEX, México, 1994. Francisco de la Maza. El guadalupanismo mexicano, FCE, México, 1984; Jacques Lafaye, Qaetzálcoatl y Guadalupe. La formación de la conciencia nacional en México, FCE, México, 1977.



 

24

Ibidem, p. 13.



 

25

Sor Juana Inés de la Cruz, Obras Completas, 4 vols., FCE, México, Biblioteca Americana (edición de Alfonso Méndez Plantarte, tomos I, II, y III; tomo IV, edición de Alberto G. Salceda). Tomo I, Lírica personal, primera reimpresión, 1976; tomo II, Villancicos y letras sacras, primera reimpresión, 1976; tomo III, Autos y loas, primera edición, 1955; tomo IV, Comedias, sainetes y prosa, primera reimpresión, 1976; tomo III, Loa a El Divino Narciso, pp. 5 y 13, respectivamente.



 

26

Cf. Kathleen Ross, The baroque narrative of Carlos de Sigüenza y Góngora, A New World Paradise, Cambridge University Press, Nueva York, 1994, pp. 68-72. En ese mismo libro, sobre el guadalupanismo, p. 34.



 

27

Sor Juana Inés de la Cruz, Segundo volumen de las obras de soror..., monja profesa en el monasterio del señor San Gerónimo de la Ciudad de México, dedicado por su misma autora a don Juan de Orúe y Arbieto, Caballero de la Orden de Santiago, Tomás López de Haro, Sevilla, 1692. Las primeras páginas carecen de foliación.



 

28

La misma preocupación por dejar en letras de molde una historia memorable, ha movido a Sigüenza a escribir Los infortunios de Alonso Ramírez, Premiá, México, 1978. En la Aprobación de Francisco de Ayerra Santa María, capellán del Rey en el convento de Jesús María, se lee: «Puede el sujeto de esta narración quedar muy desvanecido de que sus infortunios son hoy dos veces dichosos: una, por ya gloriosamente padecidos, que es lo que encareció la musa de Mantua en boca de Eneas..., y otra porque le cupo en suerte la pluma de este Homero... Bastole tener cuerpo la materia para que la excediese con su lima la obra. Ni era para que se quedase solamente dicho lo que puede servir escrito para observado, pues esto reducido a escritura se conserva y aquello con la vicisitud del tiempo se olvida, y, un caso no otra vez acontecido, es digno de que quede para memoria estampado», pp. 13-14.



 

29

El Neptuno alegórico, sor Juana, Obras Completas, tomo IV, ed. Alberto G. Salceda, México, 1976, 1.ª reimp., pp. 355-411; y Theatro de virtudes políticas y Alboroto y motín de los indios de México, de Carlos de Sigüenza y Góngora, prólogo de Roberto Moreno de los Arcos, Miguel Ángel Porrúa, México, 1986, pp. 1-148.