Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.


ArribaActo III

Figuras del tercer acto
 

 
EL COMENDADOR.
LEONARDO.
PERIBÁÑEZ.
BLAS,   labrador.
BELARDO,   labrador.
ANTÓN,   labrador.
INÉS.
COSTANZA.
CASILDA.
LUJÁN.
UN CRIADO.
LOS MÚSICOS.
EL REY ENRIQUE.
LA REINA.
EL CONDESTABLE.
GÓMEZ MANRIQUE.
UN PAJE.
UN SECRETARIO.



[Escena I]

 

EL COMENDADOR y LEONARDO.

 
 

[Redondillas.]

 
COMENDADOR
   Cuéntame, Leonardo, breve,
lo que ha pasado en Toledo.
LEONARDO
Lo que referirte puedo,
puesto que a ceñirlo pruebe
    en las más breves razones,5
quiere más paciencia.
COMENDADOR
Advierte
que soy un sano a la muerte,
y que remedios me pones.
 

[Romance a-a.]

 
LEONARDO
   El rey Enrique el Tercero,
que hoy el Justiciero llaman,10
porque Catón y Aristides
en la equidad no le igualan,
el año de cuatrocientos
y seis sobre mil estaba
en la villa de Madrid,15
donde le vinieron cartas,
que, quebrándole las treguas
el rey moro de Granada,
no queriéndole volver
por promesas y amenazas20
el castillo de Ayamonte,
ni menos pagarle parias,
determinó hacerle guerra;
y para que la jornada
fuese como convenía25
a un rey el mayor de España,
y le ayudasen sus deudos
de Aragón y de Navarra,
juntó Cortes en Toledo,
donde al presente se hallan30
prelados y caballeros,
villas y ciudades varias
(digo, sus procuradores),
donde en su real Alcázar
la disposición de todo35
con justos acuerdos tratan
el obispo de Palencia,
que la insigne iglesia santa
rige de Toledo ahora,
porque está su silla vaca40
por la muerte de don Pedro
Tenorio, varón de fama;
el obispo de Palencia,
don Sancho de Rojas, clara
imagen de sus pasados,45
y que el de Toledo aguarda;
don Pablo el de Cartagena,
a quien ya a Burgos señalan;
el gallardo don Fadrique,
hoy conde de Trastamara,50
aunque ya duque de Arjona
toda la corte le llama,
y don Enrique Manuel,
primos del rey, que bastaban,
no de Granada, de Troya,55
ser incendio sus espadas;
Ruy López de Avalos, grande
por la dicha y por las armas,
Condestable de Castilla,
alta gloria de su casa,60
el Camarero mayor
del rey, por sangre heredada
y virtud propia, aunque tiene
también de quién heredarla,
por Juan de Velasco digo,65
digno de toda alabanza;
don Diego López de Estuñiga,
que Justicia mayor llaman;
y el mayor Adelantado
de Castilla, de quien basta70
decir que es Gómez Manrique,
de cuyas historias largas
tienen Granada y Castilla
cosas tan raras y estrañas;
los oidores del Audiencia75
del rey, y que el reino amparan;
Pero Sánchez del Castillo,
Rodríguez de Salamanca,
    y Perïáñez...
COMENDADOR
[¡De]tente!
¿Qué Perïáñez? Aguarda;80
que la sangre se me yela
con ese nombre.
LEONARDO
¡Oh, qué gracia!
Háblote de los oidores
del rey, y del que se llama
Perïáñez, imaginas85
que es el labrador de Ocaña.
COMENDADOR
Si hasta agora te pedía
la relación y la causa
de la jornada del rey,
ya no me atrevo a escucharla.90
Eso, ¿todo se resuelve
en que el rey hace jornada
con lo mejor de Castilla
a las fronteras que guardan,
con favor del granadino,95
los que les niegan las parias?
LEONARDO
Eso es todo.
COMENDADOR
Pues advierte
-no lo que me es de importancia-,
que mientras fuiste a Toledo,
tuvo ejecución la traza.100
Con Peribáñez hablé,
y le dije que gustaba
de nombralle capitán
de cien hombres de labranza,
y que se pusiese a punto.105
Parecióle que le honraba,
como es verdad, a no ser
honra aforrada en infamia.
Quiso ganarla, en efeto:
gastó su hacendilla en galas,110
y sacó su compañía
ayer, Leonardo, a la plaza,
y hoy, según Luján me ha dicho,
con ella a Toledo marcha.
LEONARDO
¡Buena te deja a Casilda,115
tan villana y tan ingrata
como siempre!
COMENDADOR
Sí; mas mira
que amor en ausencia larga
hará el efeto que suele
en piedra el curso del agua.120
 

(Tocan cajas.)

 
LEONARDO
Pero, ¿qué cajas son éstas?
COMENDADOR
No dudes que son sus cajas.
Tu alférez trae los hidalgos.
Toma, Leonardo, las armas,
porque mejor le engañemos,125
para que a la vista salgas
también con tu compañía.
Ya llegan. Aquí me aguarda.


[Escena II]

 

Entra una compañía de labradores, armados graciosamente, y detrás PERIBÁÑEZ, con espada y daga.

 
 

[Redondillas.]

 
PERIBÁÑEZ
   No me quise despedir
sin ver a su señoría.130
COMENDADOR
Estimo la cortesía.
PERIBÁÑEZ
Yo os voy, señor, a servir.
COMENDADOR
      Decid «al rey mi señor».
PERIBÁÑEZ
Al rey y a vos.
COMENDADOR
Está bien.
PERIBÁÑEZ
Que al rey es justo, y también135
a vos, por quien tengo honor;
    que yo, ¿cuándo mereciera
ver mi azadón y gabán
con nombre de capitán
con jineta y con bandera140
    del rey, a cuyos oídos
mi nombre llegar no puede,
porque su estatura excede
todos mis cincos sentidos?
    Guárdeos muchos años Dios.145
COMENDADOR
Y os traiga, Pedro, con bien.
PERIBÁÑEZ
¿Vengo bien vestido?
COMENDADOR
Bien.
No hay diferencia en los dos.
PERIBÁÑEZ
   Sola una cosa querría...
No sé si a vos os agrada.150
COMENDADOR
Decid, a ver.
PERIBÁÑEZ
Que la espada
me ciña su señoría,
    para que ansí vaya honrado.
COMENDADOR
Mostrad, haréos caballero;
que de esos bríos espero,155
Pedro, un valiente soldado.
PERIBÁÑEZ
   Pardiez, señor, hela aquí.
Cíñamela su mercé.
COMENDADOR
Esperad, os la pondré,
porque la llevéis por mí.160
BELARDO
   Híncate, Blas, de rodillas,
que le quieren her hidalgo.
BLAS
Pues, ¿quedará falto en algo?
BELARDO
En mucho, si no te humillas.
BLAS
   Belardo, vos, que sois viejo,165
¿hanle de dar con la espada?
BELARDO
Yo de mi burra manchada,
de su albarda y aparejo
    entiendo más que de armar
caballeros de Castilla.170
COMENDADOR
Ya os he puesto la cuchilla.
PERIBÁÑEZ
¿Qué falta agora?
COMENDADOR
Jurar
    que a Dios, supremo Señor,
y al rey serviréis con ella.
PERIBÁÑEZ
Eso juro, y de traella175
en defensa de mi honor,
    del cual, pues voy a la guerra,
adonde vos me mandáis,
ya por defensa quedáis,
como señor desta tierra.180
    Mi casa y mujer, que dejo
por vos, recién desposado,
remito a vuestro cuidado
cuando de los dos me alejo.
    Esto os fío, porque es más185
que la vida, con quien voy;
que, aunque tan seguro estoy
que no la ofendan jamás,
    gusto que vos la guardéis,
y corra por vos, a efeto190
de que, como tan discreto,
lo que es el honor sabéis;
    que con él no se permite
que hacienda y vida se iguale,
y quien sabe lo que vale,195
no es posible que [le] quite.
    Vos me ceñistes espada,
con que ya entiendo de honor;
que antes yo pienso, señor,
que entendiera poco o nada.200
    Y pues iguales los dos
con este honor me dejáis,
mirad como le guardáis,
o quejaréme de vos.
COMENDADOR
      Yo os doy licencia, si hiciere205
en guardalle deslealtad,
que de mí os quejéis.
PERIBÁÑEZ
Marchad,
y venga lo que viniere.
 

(Éntrese, marchando detrás, con graciosa arrogancia.)

 


[Escena III]

COMENDADOR
   Algo confuso me deja,
el estilo con que habla,210
porque parece que entabla
o la venganza o la queja.
    Pero es que, como he tenido
el pensamiento culpado,
con mi malicia he juzgado215
lo que su inocencia ha sido.
    Y cuando pudiera ser
malicia lo que entendí,
¿dónde ha de haber contra mí
en un villano poder?220
   ¡Esta noche has de ser mía,
villana rebelde, ingrata,
porque muera quien me mata
antes que amanezca el día!
 

(Éntrase.)

 


[Escena IV]

 

En lo alto COSTANZA y CASILDA y INÉS.

 
COSTANZA
   En fin, ¿se ausenta tu esposo?225
CASILDA
Pedro a la guerra se va;
que en la que me deja acá
pudiera ser más famoso.
INÉS
   Casilda, no te enternezcas,
que el nombre de capitán230
no como quiera le dan.
CASILDA
¡Nunca estos nombres merezcas!
COSTANZA
   A fe que tiene razón
Inés; que entre tus iguales,
nunca he visto cargos tales,235
porque muy de hidalgos son.
    Demás que tengo entendido
que a Toledo solamente
ha de llegar con la gente.
CASILDA
Pues si eso no hubiera sido,240
    ¿quedárame vida a mí?
INÉS
La caja suena. ¿Si es él?
COSTANZA
De los que se van con él
ten lástima, y no de ti.


[Escena V]

 

La caja y PERIBÁÑEZ, bandera, soldados.

 
BELARDO
   Veislas allí en el balcón,245
que me remozo de vellas;
mas ya no soy para ellas,
ni ellas para mí no son.
PERIBÁÑEZ
   ¿Tan viejo estáis ya, Belardo?
BELARDO
El gusto se acabó ya.250
PERIBÁÑEZ
Algo dél os quedará
bajo del capote pardo.
BELARDO
   Pardiez, señor capitán,
tiempo hue que al sol y al aire
solía hacerme donaire,255
ya pastor, ya sacristán.
    Cayó un año mucha nieve,
y como lo rucio vi,
a la iglesia me acogí.
PERIBÁÑEZ
¿Tendréis tres dieces y un nueve?260
BELARDO
   Ésos y otros tres decía
una aya que me crïaba;
mas pienso que se olvidaba.
¡Poca memoria tenía!
    Cuando la Cava nació265
me salió la primer muela.
PERIBÁÑEZ
¿Ya íbades a la escuela?
BELARDO
Pudiera juraros yo
    de lo que entonces sabía;
pero mil dan a entender270
que apenas supe leer,
y es lo más cierto, a fe mía;
    que como en gracia se lleva
danzar, cantar o tañer,
yo sé escribir sin leer,275
que a fe que es gracia bien nueva.
 

[Romance e-o.]

 
CASILDA
   ¡Ah, gallardo capitán
de mis tristes pensamientos!
PERIBÁÑEZ
¡Ah dama, la del balcón,
por quien la bandera tengo!280
CASILDA
¿Vaisos de Ocaña, señor?
PERIBÁÑEZ
Señora, voy a Toledo,
a llevar estos soldados.
CASILDA
Si soldados los lleváis,
ya no ternéis pena dellos;285
que nunca el honor quebró
en soldándose los celos.
PERIBÁÑEZ
No los llevo tan soldados,
que no tenga mucho miedo,
no de vos, mas de la causa290
por quien sabéis que los llevo;
que si celos fueran tales
que yo los llamara vuestros,
ni ellos fueran donde van,
ni yo, señora, con ellos.295
La seguridad, que es paz
de la guerra en que me veo,
me lleva a Toledo, y fuera
del mundo al último estremo.
A despedirme de vos300
vengo y a decir que os dejo
a vos de vos misma en guarda,
porque en vos y con vos quedo;
y que me deis el favor
que a los capitanes nuevos305
suelen las damas que esperan
de su guerra los trofeos.
¿No parece que ya os hablo
a lo grave y caballero?
¡Quién dijera que un villano310
que ayer al rastrojo seco
dientes menudos ponía
de la hoz corva de acero,
los pies en las tintas uvas,
rebosando el mosto negro315
por encima del lagar,
o la tosca mano al hierro
del arado, hoy os hablara
en lenguaje soldadesco,
con plumas de presumpción320
y espada de atrevimiento!
Pues sabed que soy hidalgo,
y que decir y hacer puedo,
que el Comendador, Casilda,
me la ciñó, cuando menos.325
Pero este menos, si el cuando
viene a ser cuando sospecho,
por ventura será más;
pero yo no menos bueno.
CASILDA
Muchas cosas me decís330
en lengua que ya no entiendo;
el favor sí; que yo sé
que es bien debido a los vuestros.
Mas ¿qué podrá una villana
dar a un capitán?
PERIBÁÑEZ
No quiero
335
que os tratéis ansí.
CASILDA
Tomad,
mi Pedro, este listón negro.
PERIBÁÑEZ
¿Negro me lo dais, esposa?
CASILDA
Pues ¿hay en la guerra agüeros?
PERIBÁÑEZ
Es favor desesperado;340
promete luto o destierro.
BLAS
Y vos, señora Costanza,
¿no dais por tantos requiebros
alguna prenda a un soldado?
COSTANZA
Blas, esa cinta de perro,345
aunque tú vas donde hay tantos,
que los podrás hacer dellos.
BLAS
¡Plega a Dios que los moriscos
las hagan de mi pellejo,
si no dejare matados350
cuantos me fueren huyendo!
INÉS
¿No pides favor, Belardo?
BELARDO
Inés, por soldado viejo,
ya que no por nuevo amante,
de tus manos le merezco.355
INÉS
Tomad aqueste chapín.
BELARDO
No, señora, deteneldo;
que favor de chapinazo,
desde tan alto, no es bueno.
INÉS
Traedme un moro, Belardo.360
BELARDO
Días ha que ando tras ellos.
Mas, si no viniere en prosa,
desde aquí le ofrezco en verso.
 

(LEONARDO, capitán; caja y bandera y compañía de hidalgos.)

 
 

[Redondillas.]

 
LEONARDO
   Vayan marchando, soldados,
con el orden que decía.365
INÉS
¿Qué es esto?
COSTANZA
La compañía
de los hidalgos cansados.
INÉS
   Más lucidos han salido
nuestros fuertes labradores.
COSTANZA
Si son las galas mejores,370
los ánimos no lo han sido.
PERIBÁÑEZ
   ¡Hola! Todo hombre esté en vela
y muestre gallardos bríos.
BELARDO
¡Que piensen estos judíos
que nos mean la pajuela!375
    Deles un gentil barzón
muesa gente por delante.
PERIBÁÑEZ
¡Hola! Nadie se adelante,
siga a ballesta lanzón.
 

(Vaya una compañía al derredor de la otra, mirándose.)

 
BLAS
   Agora es tiempo, Belardo,380
de mostrar brío.
BELARDO
Callad;
que a la más caduca edad
suple un ánimo gallardo.
LEONARDO
   ¡Basta que los labradores
compiten con los hidalgos!385
BELARDO
Éstos huirán como galgos.
BLAS
No habrá ciervos corredores
   como éstos, en viendo un moro,
y aun basta oírlo decir.
BELARDO
Ya los vi a todos hüir390
cuando corrimos el toro.
 

(Éntranse los labradores.)

 


[Escena VI]

LEONARDO
    Ya se han traspuesto. ¡Ce! ¡Inés!
INÉS
¿Eres tú, mi capitán?
LEONARDO
¿Por qué tus primas se van?
INÉS
¿No sabes ya por lo que es?395
    Casilda es como una roca.
Esta noche hay mal humor.
LEONARDO
¿No podrá el Comendador
verla, [Inés]?
INÉS
Punto en boca;
    que yo le daré lugar400
cuando imagine que llega
Pedro a alojarse.
LEONARDO
Pues ciega,
si me quieres obligar,
    los ojos de esta mujer,
que tanto mira su honor;405
porque está el Comendador
para morir desde ayer.
INÉS
   Dile que venga a la calle.
LEONARDO
¿Qué señas?
INÉS
Quien cante bien.
LEONARDO
Pues adiós.
INÉS
¿Vendrás también?
410
LEONARDO
Al alférez pienso dalle
    estos bravos españoles,
y yo volverme al lugar.
INÉS
Adiós.
LEONARDO
Tocad a marchar,
que ya se han puesto dos soles.415
 

(Vanse.)

 


[Escena VII]

 

EL COMENDADOR en casa, con ropa, y LUJÁN, lacayo.

 
COMENDADOR
   En fin, ¿le viste partir?
LUJÁN
Y en una yegua marchar,
notable para alcanzar
y famosa para hüir.
    Si vieras como regía420
Peribáñez sus soldados,
te quitara mil cuidados.
COMENDADOR
Es muy gentil compañía;
    pero a la de su mujer
tengo más envidia yo.425
LUJÁN
Quien no siguió, no alcanzó.
COMENDADOR
Luján, mañana a comer
    en la ciudad estarán.
LUJÁN
Como esta noche alojaren.
COMENDADOR
Yo te digo que no paren430
soldados ni capitán.
LUJÁN
   Como es gente de labor,
y es pequeña la jornada,
y va la danza engañada
con el son del atambor,435
    no dudo que sin parar
vayan a Granada ansí.
COMENDADOR
¿Cómo pasará por mí
el tiempo que ha de tardar
    desde aquí a las diez?
LUJÁN
Ya son
440
casi las nueve. No seas
tan triste, que, cuando veas
el cabello a la Ocasión,
    pierdas el gusto esperando;
que la esperanza entretiene.445
COMENDADOR
Es, cuando el bien se detiene,
esperar desesperando.
LUJÁN
   Y Leonardo, ¿ha de venir?
COMENDADOR
¿No ves que el concierto es
que se case con Inés,450
que es quien la puerta ha de abrir?
LUJÁN
   ¿Qué señas ha de llevar?
COMENDADOR
Unos músicos que canten.
LUJÁN
¿Cosa que la caza espanten?
COMENDADOR
Antes nos darán lugar455
    para que con el rüido
nadie sienta lo que pasa
de abrir ni cerrar la casa.
LUJÁN
Todo está bien prevenido.
    Mas dicen que en un lugar460
una parentela toda
se juntó para una boda,
ya a comer y ya a bailar.
    Vino el cura y desposado,
la madrina y el padrino,465
y el tamboril también vino
con un salterio estremado.
    Mas dicen que no tenía[n]
de la desposada el sí,
porque decía que allí470
sin su gusto la traían.
    Junta, pues, la gente toda,
el cura lo preguntó:
dijo tres veces que no,
y deshízose la boda.475
COMENDADOR
   ¿Quieres decir que nos falta
entre tantas prevenciones
el sí de Casilda?
LUJÁN
Pones
el hombro a empresa muy alta
    de parte de su dureza,480
y era menester el sí.
COMENDADOR
No va mal trazado así;
que su villana aspereza
    no se ha de rendir por ruegos;
por engaños ha de ser.485
LUJÁN
Bien puede bien suceder;
mas pienso que vamos ciegos.


[Escena VIII]

 

UN CRIADO y los músicos.

 
PAJE
   Los músicos han venido.
MÚSICO 1.º
Aquí, señor, hasta el día
tiene, vuesa señoría,490
a Lisardo y a Leonido.
COMENDADOR
   ¡Oh amigos! Agradeced
que este pensamiento os fío;
que es de honor, y en fin, es mío.
MÚSICO 2.º
Siempre nos haces merced.495
COMENDADOR
   ¿Dan las once?
LUJÁN
Una, dos, tres...
No dio más.
MÚSICO 2.º
Contaste mal.
Ocho eran dadas.
COMENDADOR
¿Hay tal?
¡Que aun de mala gana des
    las que da el reloj de buena!500
LUJÁN
Si esperas que sea más tarde,
las tres cuento.
COMENDADOR
No hay que aguarde.
LUJÁN
Sosiégate un poco, y cena.
COMENDADOR
      ¡Mala Pascua te dé Dios!
¿Que cene dices?
LUJÁN
Pues bebe
505
siquiera.
COMENDADOR
¿Hay nieve?
PAJE
No hay nieve.
COMENDADOR
Repartidla entre los dos.
PAJE
   La capa tienes aquí.
COMENDADOR
Muestra. ¿Qué es esto?
PAJE
Bayeta.
COMENDADOR
   Cuanto miro me inquïeta.510
Todos se burlan de mí.
    ¡Bestias! ¿De luto? ¿A qué efeto?
PAJE
¿Quieres capa de color?
LUJÁN
Nunca a las cosas de amor
va de color el discreto.515
    Por el color se dan señas
de un hombre en un tribunal.
COMENDADOR
¡Muestra color, animal!
¿Sois crïados o sois dueñas?
PAJE
   Ves aquí color.
COMENDADOR
Yo voy,
520
amor, donde tú me guías.
Da una noche a tantos días
cuando en tu servicio estoy.
LUJÁN
   ¿Iré [yo] contigo?
COMENDADOR
Sí,
pues que Leonardo no viene.525
Templad, para ver si tiene
templanza este fuego en mí.
 

(Éntrense.)

 


[Escena IX]

 

Salga PERIBÁÑEZ.

 
PERIBÁÑEZ
   ¡Bien haya el que tiene bestia
de estas de hüir y alcanzar,
con que puede caminar530
sin pesadumbre y molestia!
    Alojé mi compañía,
y con ligereza estraña
he dado la vuelta a Ocaña.
¡Oh, cuán bien decir podría:535
    Oh, caña, la del honor,
pues que no hay tan débil caña
como el honor, a quien daña
de cualquier viento el rigor!
    ¡Caña de honor quebradiza,540
caña hueca y sin sustancia,
de hojas de poca importancia,
con que su tronco entapiza!
    ¡Oh, caña, todo aparato,
caña fantástica y vil,545
para quebrada sutil,
y verde tan breve rato!
    ¡Caña compuesta de ñudos,
y honor al fin de ellos lleno,
sólo para sordos bueno550
y para vecinos mudos!
    Aquí naciste en Ocaña
conmigo al viento ligero;
yo te cortaré primero
que te quiebres, débil caña.555
    No acabo de agradecerme
el haberte sustentado,
yegua, que con tal cuidado
supiste a Ocaña traerme.
    ¡Oh, bien haya la cebada560
que tantas veces te di!
Nunca de ti me serví
en ocasión más honrada.
    Agora el provecho toco,
contento y agradecido.565
Otras veces me has traído,
pero fue pesando poco;
    que la honra mucho alienta,
y que te agradezca es bien
que hayas corrido tan bien570
con la carga de mi afrenta.
    Préciese de buena espada
y de buena cota un hombre,
del amigo de buen nombre
y de opinión siempre honrada,575
    de un buen fieltro de camino
y de otras cosas así,
que una bestia es para mí
un socorro peregrino.
    ¡Oh, yegua! ¡En menos de un hora580
tres leguas! Al viento igualas
que, si le pintan con alas,
tú las tendrás desde agora.
    Ésta es la casa de Antón,
cuyas paredes confinan585
con las mías, que ya inclinan
su peso a mi perdición.
    Llamar quiero, que he pensado
que será bien menester.
¡Ah de casa!


[Escena X]

 

Dentro ANTÓN.

 
ANTÓN
¡Hola, mujer!
590
¿No os parece que han llamado?
PERIBÁÑEZ
   Peribáñez.
ANTÓN
¿Quién golpea
a tales horas?
PERIBÁÑEZ
Yo soy,
Antón.
ANTÓN
Por la voz ya voy,
aunque lo que fuere sea.595
    ¿Quién es?
PERIBÁÑEZ
Quedo, Antón amigo;
Peribáñez soy.
ANTÓN
¿Quién?
PERIBÁÑEZ
Yo,
a quien hoy el cielo dio
tan grave y crüel castigo.
ANTÓN
   Vestido me eché [a dormir],600
porque pensé madrugar;
ya me agradezco el no estar
desnudo. ¿Puédoos servir?
PERIBÁÑEZ
   Por vuesa casa, mi Antón,
tengo de entrar en la mía;605
que ciertas cosas de día
sombras por la noche son.
    Ya sospecho que en Toledo
algo entendiste de mí.
ANTÓN
Aunque callé, lo entendí.610
Pero aseguraros puedo
    que Casilda...
PERIBÁÑEZ
No hay que hablar;
por ángel tengo a Casilda.
ANTÓN
Pues regaladla y servi[ld]a.
PERIBÁÑEZ
Hermano, dejadme estar.615
ANTÓN
   Entrad; que si puerta os doy,
es por lo que della sé.
PERIBÁÑEZ
Como yo seguro esté,
suyo para siempre soy.
ANTÓN
   ¿Dónde dejáis los soldados? 620
PERIBÁÑEZ
Mi alférez con ellos va;
que yo no he traído acá
sino sólo mis cuidados.
    Y no hizo la yegua poco
en traernos a los dos,625
porque hay cuidado, por Dios,
que basta a volverme loco.
 

(Éntrense.)

 


[Escena XI]

 

Salga EL COMENDADOR, LUJÁN, con broqueles y los músicos.

 
COMENDADOR
   Aquí podéis comenzar,
para que os ayude el viento.
MÚSICO 2.º
Va de letra.
COMENDADOR
¡Oh, cuánto siento
630
esto que llaman templar!
 

(Músicos canten.)

 
 

[Canción.]

 
    Cogióme a tu puerta el toro,
linda casada;
no dijiste: «¡Dios te valga!»
El novillo de tu boda635
a tu puerta me cogió;
de la vuelta que me dio
se rió la villa toda;
y, tu grave y burladora,
linda casada,640
no dijiste: «¡Dios te valga!»


[Escena XII]

 

INÉS a la puerta.

 
 

[Redondillas.]

 
INÉS
   Cese, señor don Fadrique.
COMENDADOR
¿Es Inés?
INÉS
La misma soy.
COMENDADOR
En pena a las once estoy.
Tu cuenta el perdón me aplique,645
    para que salga de pena.
INÉS
¿Viene Leonardo?
COMENDADOR
Asegura
a Peribáñez. Procura,
Inés, mi entrada, y ordena
    que vea esa piedra hermosa;650
que ya Leonardo vendrá.
INÉS
¿Tardará mucho?
COMENDADOR
No hará;
pero fue cosa forzosa
    asegurar un marido
tan malicioso.
INÉS
Yo creo
655
que a estas horas el deseo
de que le vean vestido
    de capitán en Toledo
le tendrá cerca de allá.
COMENDADOR
Durmiendo acaso estará.660
¿Puedo entrar? Dime si puedo.
INÉS
   Entra; que te detenía
por si Leonardo llegaba.
LUJÁN
¿Luján ha de entrar?
COMENDADOR
Acaba,
Lisardo. Adiós, hasta el día.665
 

(Éntranse, quedan los músicos.)

 


[Escena XIII]

MÚSICO 1.º
El cielo os dé buen suceso.
MÚSICO 2.º
¿Dónde iremos?
MÚSICO 1.º
[A] acostar.
MÚSICO 2.º
¡Bella moza!
MÚSICO 1.º
Eso... callar.
MÚSICO 2.º
Que tengo envidia confieso.
 

(Vanse.)

 


[Escena XIV]

 

PERIBÁÑEZ solo en su casa.

 
PERIBÁÑEZ
   Por las tapias de la huerta670
de Antón en mi casa entré,
y deste portal hallé
la de mi corral abierta.
    En el gallinero quise
estar oculto; mas hallo675
que puede ser que algún gallo
mi cuidado los avise.
    Con la luz de las esquinas
le quise ver y advertir,
y vile en medio dormir680
de veinte o treinta gallinas.
    «Que duermas, dije, me espantas,
en tan dudosa fortuna;
¡no puedo yo guardar una,
y quieres tú guardar tantas!»685
    No duermo yo; que sospecho,
y me da mortal congoja
un gallo de cresta roja,
porque la tiene en el pecho.
    Salí al fin, y cual ladrón690
de casa, hasta aquí me entré.
Con las palomas topé,
que de amor ejemplo son;
    y como las vi arrullar,
y con requiebros tan ricos695
a los pechos por los picos
las almas comunicar,
    dije: «¡Oh, maldígale Dios,
aunque grave y altanero,
al palomino estranjero700
que os alborota a las dos!»
    Los gansos han despertado,
gruñe el lechón, y los bueyes
braman; que de honor las leyes
hasta el jumentillo atado705
    al pesebre con la soga,
desasosiegan por mí,
que soy su dueño; y aquí
ven que ya el cordel me ahoga.
    Gana me da de llorar;710
lástima tengo de verme
en tanto mal... Mas, ¿si duerme
Casilda? Aquí siento hablar.
    En esta saca de harina
me podré encubrir mejor;715
que, si es el Comendador,
lejos de aquí me imagina.
 

(Escóndese.)

 


[Escena XV]

 

INÉS y CASILDA.

 
CASILDA
   Gente digo que he sentido.
INÉS
Digo que te has engañado.
CASILDA
Tú con un hombre has hablado.720
INÉS
¿Yo?
CASILDA
Tú, pues.
INÉS
Tú, ¿lo has oído?
CASILDA
   Pues si no hay malicia aquí,
mira que serán ladrones.
INÉS
¡Ladrones! Miedo me pones.
CASILDA
Da voces.
INÉS
Yo no.
CASILDA
Yo sí.
725
INÉS
   Mira que es alborotar
la vecindad sin razón.


[Escena XVI]

 

Entren EL COMENDADOR y LUJÁN.

 
COMENDADOR
Ya no puede mi afición
sufrir, temer ni callar.
    Yo soy el Comendador,730
yo soy tu señor.
CASILDA
No tengo
señor más que a Pedro.
COMENDADOR
Vengo
esclavo, aunque soy señor.
   [ Duélete] de mí, o diré
que te hallé con el lacayo735
que miras.
CASILDA
Temiendo el rayo,
del trueno no me espanté.
    Pues, prima, ¡tú me has vendido!
INÉS
Anda, que es locura agora,
siendo pobre labradora740
y un villano tu marido,
    dejar morir de dolor
a un príncipe; que más va
en su vida, ya que está
en casa, que no en tu honor.745
    Peribáñez fue a Toledo.
CASILDA
¡Oh prima crüel y fiera,
vuelta de prima, tercera!
COMENDADOR
Dejadme, a ver lo que puedo.
LUJÁN
   Dejémoslos, que es mejor.750
A solas se entenderán.
 

(Váyanse.)

 


[Escena XVII]

CASILDA
Mujer soy de un capitán,
si vos sois Comendador.
    Y no os acerquéis a mí,
porque a bocados y a coces755
os haré...
COMENDADOR
Paso, y sin voces.


[Escena XVIII]

 

[Sale] PERIBÁÑEZ.

 
PERIBÁÑEZ

 [Aparte.] 

(¡Ah, honra! ¿Qué aguardo aquí?
    Mas soy pobre labrador.
Bien será llegar y hablalle.
¡Pero mejor es matalle!)760
Perdonad, Comendador,
    que la honra es encomienda
de mayor autoridad.
COMENDADOR
¡Jesús! ¡Muerto soy! ¡Piedad!
PERIBÁÑEZ
No temas, querida prenda,765
    mas sígueme por aquí.
CASILDA
No te hablo de turbada.
 

(Éntrense.)

 


[Escena XIX]

 

Siéntese EL COMENDADOR en una silla.

 
COMENDADOR
Señor, tu sangre sagrada
se duela agora de mí,
    pues me ha dejado la herida770
pedir perdón a un vasallo.


[Escena XX]

 

LEONARDO entre.

 
LEONARDO
Todo en confusión lo hallo.
¡Ah, Inés! ¿Estás escondida?
    ¡Inés!
COMENDADOR
Voces oyo aquí.
¿Quién llama?
LEONARDO
Yo soy, Inés.
775
COMENDADOR
¡Ay, Leonardo! ¿No me ves?
LEONARDO
¿Mi señor?
COMENDADOR
Leonardo, sí.
LEONARDO
   ¿Qué te ha dado? Que parece
que muy desmayado estás.
COMENDADOR
Diome la muerte no más.780
Mas el que ofende merece.
LEONARDO
   ¡Herido! ¿De quién?
COMENDADOR
No quiero
voces ni venganzas ya.
Mi vida en peligro está,
sola la del alma espero.785
    No busques ni hagas estremos,
pues me han muerto con razón.
Llévame a dar confesión
y las venganzas dejemos.
    A Peribáñez perdono.790
LEONARDO
¿Que un villano te mató,
y que no lo vengo yo?
Esto siento.
COMENDADOR
Yo le abono.
    No es villano, es caballero,
que pues le ceñí la espada795
con la guarnición dorada,
no ha empleado mal su acero.
LEONARDO
   Vamos, llamaré a la puerta
del Remedio.
COMENDADOR
Sólo es Dios.
 

(Váyanse.)

 


[Escena XXI]

 

LUJÁN, enharinado; INÉS, PERIBÁÑEZ, CASILDA.

 
PERIBÁÑEZ
Aquí moriréis los dos.800
INÉS
Ya estoy, sin heridas, muerta.
LUJÁN
   Desventurado Luján,
¿dónde podrás esconderte?
PERIBÁÑEZ
Ya no se escusa tu muerte.
LUJÁN
¿Por qué, señor capitán? 805
PERIBÁÑEZ
   Por fingido segador.
INÉS
Y a mí, ¿por qué?
PERIBÁÑEZ
Por traidora.
 

(Huya LUJÁN, herido y luego INÉS.)

 
LUJÁN
¡Muerto soy!
INÉS
¡Prima y señora!
CASILDA
No hay sangre donde hay honor.


[Escena XXII]

PERIBÁÑEZ
   Cayeron en el portal.810
CASILDA
Muy justo ha sido el castigo.
PERIBÁÑEZ
¿No irás, Casilda, conmigo?
CASILDA
Tuya soy al bien o al mal.
PERIBÁÑEZ
   A las ancas desa yegua
amanecerás conmigo815
en Toledo.
CASILDA
Y a pie, digo.
PERIBÁÑEZ
Tierra en medio es buena tregua
    en todo acontecimiento,
y no aguardar al rigor.
CASILDA
Dios haya al Comendador.820
Matóle su atrevimiento.
 

(Váyanse.)

 


[Escena XXIII]

 

Entre EL REY ENRIQUE y EL CONDESTABLE.

 
 

[Octavas.]

 
REY
   Alégrame de ver con que alegría
Castilla toda a la jornada viene.
CONDESTABLE
Aborrecen, señor, la monarquía
que en nuestra España el africano tiene.825
REY
Libre pienso dejar la Andalucía,
si el ejército nuestro se previene,
antes que el duro invierno con su yelo
cubra los campos y enternezca el suelo.
    Iréis, Juan de Velasco, previniendo,830
pues que la vega da lugar bastante,
el alarde famoso que pretendo,
porque la fama del concurso espante
por ese Tajo aurífero, y subiendo
al muro por escalas de diamante,835
mire de pabellones y de tiendas
otro Toledo por las verdes sendas.
    Tiemble en Granada el atrevido moro
de las rojas banderas y pendones;
convierta su alegría en triste lloro.840
CONDESTABLE
Hoy me verás formar los escuadrones.
REY
La reina viene, su presencia adoro.
No ayuda mal en estas ocasiones.


[Escena XIV]

 

LA REINA y acompañamiento.

 
REINA
Si es de importancia, volveréme luego.
REY
Cuando lo sea, que no os vais os ruego.845
    ¿Qué puedo yo tratar de paz, señora,
en que vos no podáis darme consejo?
Y si es de guerra lo que trato agora,
¿cuándo con vos, mi bien, no me aconsejo?
¿Cómo queda don Juan?
REINA
Por veros llora.
850
REY
Guárdelo Dios; que es un divino espejo,
donde se ven agora retratados,
mejor que los presentes, los pasados.
REINA
   El príncipe don Juan es hijo vuestro,
con esto sólo encarecido queda.855
REY
Mas con decir que es vuestro, siendo nuestro,
él mismo dice la virtud que [hereda].
REINA
Hágale el cielo en imitaros diestro,
que con esto no más que le conceda,
le ha dado todo el bien que le deseo.860
REY
De vuestro generoso amor lo creo.
REINA
   Como tiene dos años, le quisiera
de edad que esta jornada acompañara
vuestras banderas.
REY
¡Ojalá pudiera,
y a ensalzar la de Cristo comenzara!865
¿Qué caja es ésa?


[Escena XXV]

 

GÓMEZ MANRIQUE entre.

 
GÓMEZ
Gente de la Vera
y Estremadura.
CONDESTABLE
De Guadalajara
y Atienza pasa gente.
REY
¿Y la de Ocaña?
GÓMEZ
Quédase atrás por una triste hazaña.
REY
   ¿Cómo?
GÓMEZ
Dice la gente que ha llegado
870
que a don Fadrique un labrador ha muerto.
REY
¡A don Fadrique, y al mejor soldado
que trujo roja cruz!
REINA
¿Es cierto?
GÓMEZ
Y muy cierto.
REY
En el alma, señora, me ha pesado.
¿Cómo fue tan notable desconcierto?875
GÓMEZ
Por celos.
REY
¿Fueron justos?
GÓMEZ
Fueron locos.
REINA
Celos, señor, y cuerdos, habrá pocos.
REY
   ¿Está preso el villano?
GÓMEZ
Huyóse luego
con su mujer.
REY
¡Qué desvergüenza estraña!
¡Con estas nuevas a Toledo llego!880
¿Así de mi justicia tiembla España?
Dad un pregón en la ciudad, os ruego,
Madrid, Segovia, Talavera, Ocaña;
que a quien los diere presos, o sean muertos,
tendrán de renta mil escudos ciertos.885
    Id [luego] y que ninguno [los] encubra
ni pueda dar sustento ni otra cosa,
so pena de la vida.
GÓMEZ
Voy.
 

(Vase.)

 


[Escena XXVI]

REY
¡Que cubra
el cielo aquella mano rigurosa!
REINA
Confiad que tan presto se descubra,890
cuanto llega la fama codiciosa
del oro prometido.


[Escena XXVII]

 

UN PAJE entre.

 
PAJE
Aquí está Arceo,
acabado el guión.
REY
Verle deseo.
 

(Entre UN SECRETARIO con un pendón rojo, y en él las armas de Castilla con una mano arriba que tiene una espada, y en la otra banda un Cristo crucificado.)

 
 

[Redondillas.]

 
SECRETARIO
   Éste es, señor, el guión.
REY
Mostrad. Paréceme bien;895
que este capitán también
lo fue de mi rendición.
REINA
   ¿Qué dicen las letras?
REY
Dicen:
«Juzga tu causa, Señor.»
REINA
Palabras son de temor.900
REY
Y es razón que atemoricen.
REINA
   Destotra parte, ¿qué está?
REY
El castillo y el león,
y esta mano por blasón,
que va castigando ya.905
REINA
   ¿La letra?
REY
Sólo mi nombre.
REINA
¿Cómo?
REY
Enrique Justiciero,
que ya en lugar del Tercero,
quiero que este nombre asombre.


[Escena XXVIII]

 

Entre GÓMEZ.

 
GÓMEZ
   Ya se van dando pregones,910
con llanto de la ciudad.
REINA
Las piedras mueve a piedad.
REY
¡Basta! ¿Qué los azadones
    a las cruces de Santiago
se igualan? ¿Cómo o por dónde?915
REINA
¡Triste dél sino se esconde!
REY
Voto y juramento hago
    de hacer en él un castigo
que ponga al mundo temor.


[Escena XXIX]

 

UN PAJE.

 
PAJE
Aquí dice un labrador920
que le importa hablar contigo.
 

(Entre PERIBÁÑEZ, todo de labrador, con capa larga y su mujer.)

 
REY
   Señora, tomemos sillas.
CONDESTABLE
Este algún aviso es.
PERIBÁÑEZ
Dame, gran señor, tus pies.
REY
Habla, y no estés de rodillas.925
 

[Romance a-a.]

 
PERIBÁÑEZ
   ¿Cómo, gran señor, puedo hablar
si me ha faltado la habla
y turbado los sentidos
después que miré tu cara?
Pero, siéndome forzoso,930
con la justa confianza
que tengo de tu justicia,
comienzo tales palabras.
Yo soy Peribáñez.
REY
¿Quién?
PERIBÁÑEZ
Peribáñez el de Ocaña.935
REY
¡Matalde, guardas, matalde!
REINA
No en mis ojos. Teneos, guardas.
REY
Tened respeto a la reina.
PERIBÁÑEZ
Pues ya que matarme mandas,
¿no me oirás siquiera, Enrique,940
pues Justiciero te llaman?
REINA
Bien dice. Oílde, señor.
REY
Bien decías; no me acordaba
que las partes se han de oír,
y más cuando son tan flacas.945
Prosigue.
PERIBÁÑEZ
Yo soy un hombre,
aunque de villana casta,
limpio de sangre, y jamás
de hebrea o mora manchada.
Fui el mejor de mis iguales,950
y en cuantas cosas trataban
me dieron primero voto,
y truje seis años vara.
Caséme con la que ves,
también limpia, aunque villana,955
virtüosa, si la ha visto
la envidia asida a la fama.
El Comendador Fadrique,
de vuesa villa de Ocaña
señor y Comendador,960
dio, como mozo, en amarla.
Fingiendo que por servicios,
honró mis humildes casas
de unos reposteros, que eran
cubiertos de tales cargas.965
Diome un par de mulas buenas;
mas no tan buenas, que sacan
este carro de mi honra
de los lodos de mi infamia.
Con esto intentó una noche,970
que ausente de Ocaña estaba,
forzar mi mujer, mas fuese
con la esperanza burlada.
Vine yo, súpelo todo,
y de las paredes bajas975
quité las armas, que al toro
pudieran servir de capa.
Advertí mejor su intento;
mas llamóme una mañana
y díjome que tenía980
de vuestras altezas cartas
para que con gente alguna
le sirviese esta jornada.
En fin, de cien labradores
me dio la valiente escuadra.985
Con nombre de capitán
salí con ellos de Ocaña;
y como vi que de noche
era mi deshonra clara,
en una yegua a las diez990
de vuelta en mi casa estaba;
que oí decir a un hidalgo
que era bienaventuranza
tener en las ocasiones
dos yeguas buenas en casa.995
Hallé mis puertas rompidas
y mi mujer destocada,
como corderilla simple
que está del lobo en las garras.
Dio voces, llegué, saqué1000
la misma daga y espada
que ceñí para servirte,
no para tan triste hazaña;
paséle el pecho, y entonces
dejó la cordera blanca,1005
porque yo, como pastor,
supe del lobo quitarla.
Vine a Toledo, y hallé
que por mi cabeza daban
mil escudos; y así quise1010
que mi Casilda me traiga.
Hazle esta merced, señor,
que es quien agora la gana,
porque viüda de mí,
no pierda prenda tan alta.1015
REY
¿Qué os parece?
REINA
Que he llorado;
que es la respuesta que basta
para ver que no es delito,
sino valor.
REY
¡Cosa estraña
que un labrador tan humilde1020
estime tanto su fama!
¡Vive Dios que no es razón
matarle! Yo le hago gracia
de la vida. Mas, ¿qué digo?
Esto justicia se llama.1025
Y a un hombre deste valor
le quiero en esta jornada
por capitán de la gente
misma que sacó de Ocaña.
Den a su mujer la renta,1030
y cúmplase mi palabra;
y después desta ocasión,
para la defensa y guarda
de su persona, le doy
licencia de traer armas1035
defensivas y ofensivas.
PERIBÁÑEZ
Con razón todos te llaman
don Enrique el Justiciero.
REINA
A vos, labradora honrada,
os mando de mis vestidos1040
cuatro, porque andéis con galas,
siendo mujer de soldado.
PERIBÁÑEZ
Senado, con esto acaba
la tragicomedia insigne
del Comendador de Ocaña.1045




 
 
Fin de la tragicomedia de Peribáñez y el Comendador de Ocaña