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Acto II

 
 
     Interior de una espaciosa tienda de campaña formada con tapices y damascos, elegantemente adornada. A la izquierda en segundo término, ventana o puerta que da al campo. A la derecha en segundo término, puerta que comunica con las habitaciones interiores. Al fondo entrada cubierta con grandes tapices que se descorren a su tiempo. A los lados panoplias, armas, etc. etc. Cerca de la ventana una mesa y asientos indios.
 
 

Escena I

 

ARCOS, RUÍZ. Sentados a la izquierda.

 
RUÍZ Tienes razón mas confieso
que mi paciencia se acaba;
si consigue la conquista
suya es la gloria...
ARCOS                              Y la fama,
publicará nuestros nombres 5
gloria y prez de nuestra patria.
RUÍZ Imposible; ya la gente
en su descontento clama,
por la inclemencia del clima
y peligros que le aguardan; 10 [46]
tiene ti oro, y sólo anhelan,
descanso y volver a España.
-Contra Pizarro conjuran...
ARCOS Esa es una acción villana.
RUÍZ Pero si todos se empeñan 15
en asesinarle...
ARCOS                         Basta.
¡Tan vil tradición!... ¡Vive Cristo
que ya mi sangre se inflama!
-Aunque el reposo deseo
nunca esgrimiré mi espada 20
contra Pizarro. Es el jefe,
y pues que tan bien nos paga
le debemos obediencia.
RUÍZ No olvido que en las gargantas
de los Andes... y mil veces, 25
arriesgó con fiera audacia
su vida...
ARCOS                  No hubo peligro
que su valor menguara,
para librarnos heroico
de epidemias y emboscadas. 30
Mas que jefe es nuestro padre
y pues cual hijos nos trata,
amor, lealtad le debemos,
no es español el canalla
que ingrato, artero conspire 35
contra vida tan sagrada.
RUÍZ ¿Pero si solos nos dejan
que hacer?...
ARCOS                     Pues que nos aguardan
según dices, les oiremos,
y en tan grave circunstancia 40
se resolverá en justicia [47]
el fin de aquesta jornada.
RUÍZ También se dice que el Inca
dio muerte a su hermano Huáscar
ARCOS ¡Cómo?
RUÍZ               Si, un atroz veneno 45
mandó que lo administraran
y cuando a salvarle iban
le encontraron que luchaba
con la agonía terrible
de su muerte.
ARCOS                      ¡Oh! ¡qué infamia!... 50
RUÍZ Mas... hacia aquí dos indígenas
se dirigen. (Mirando por la ventana.)
ARCOS                 Tal vez...
RUÍZ                                Calla,
me parece que es Antoco.
ARCOS Y el otro...
RUÍZ                  Con la avanzada
están hablando.
ARCOS                         Se entienden... 55
RUÍZ Perfectamente, ya pasan.
ARCOS Ve, Ruíz y que no encuentren,
impedimento en la guardia
RUÍZ Dejad que pasen. (Desde el foro.)
ARCOS                            Sin duda
querrán hablar sin tardanza 60
con Pizarro.
RUÍZ                    Pues que esperen,
se le avisa, y mientras hablan
trataremos con los nuestros...
que ya de impaciencia estallan. 65 [48]
 
 

Escena II

 

Dichos, ANTOCO y CAPAC, recatándose, al foro.

 
ANTOCO Salud, valientes soldados
RUÍZ Dios os guarde.
ARCOS                         Antoco, pasa.
¿Qué nuevas?...
ANTOCO                          Tristes, por cierto.
ARCOS Dicen que el fiero Atahualpa...
ANTOCO Ha dado traidora muerte 70
al legítimo monarca,
¡al Inca!
RUÍZ               ¡Con que era cierto!
ANTOCO ¡Por nuestro mal; digna hazaña
de un tirano!... Mal benéfico
quiso el cielo que librara, 75
a su único heredero,
del golpe que le asestaba.
RUÍZ ¡Cómo!
ARCOS             ¿Capac?...
ANTOCO                             Está libre,
y es ese que me acompaña.
RUÍZ ¡Ah!
ARCOS ¡Ah!
ANTOCO                   ¡Silencio!... Prometedme 80
no decir ni una palabra...
-¡conviene así!...
RUÍZ                           Lo juramos.
ARCOS Por la cruz de nuestra espada.
ANTOCO Viene a vengar de su padre
la inicua muerte. [49]
ARCOS                           Su causa 85
es grande.
ANTOCO                 Por tanto, anhelo
ver a Pizarro.
ARCOS                      Sin falta
le avisaremos. Aquí
esperad; y si tardara
le hallareis, sin duda alguna 90
frente al real Caxamalca.
ANTOCO Gracias Arcos.
ARCOS                        Vamos, Ruíz.
RUÍZ Salud, Antoco.
ANTOCO                        ¡Mi alma
os estima la fineza!...
ARCOS Adiós.
ANTOCO           Con vosotros vaya. 95
 
(Al salir ARCOS y RUÍZ, saludan a CAPAC.)
 
 

Escena III

 

ANTOCO, CAPAC

 
CAPAC Y bien Antoco, ¿viene el castellano?
ANTOCO Forzoso es esperar, y si no viene,
seguro hemos de hallarle en el cercano
campamento, que allí, sus reales tiene.
CAPAC ¡La impaciencia me mata!...
ANTOCO                                            Señor, calma: 100
y mientras llega el anhelado instante,
tregua y expansión dad a vuestra alma.
Seguid la relación interesante
que fue forzoso interrumpir no ha mucho.
CAPAC Antoco ¿a qué afligir nuestra memoria 105
con las sangrientas nuevas de esa historia? [50]
ANTOCO Aunque, me apene, bien sabéis que lucho
con tenaz entusiasmo y que impertérrito
sufrí hartas veces el rigor del hado.
CAPAC Te empeñas, bien: después que nuestro ejército 110
fue en Quipayan vencido y humillado...
ANTOCO ¡Perdonad!...-Si su padre hubiera oído...
¡Le hace ingrato el dolor que su alma trunca!-
¡Humillado mi ejército y vencido!...
vencido sí, pero humillado, ¡nunca! 115
El número el laurel de la victoria
cedió a la injusta causa de su hermano,
suyo fue el triunfo, pero no la gloria,
no envidio yo la gloria de un tirano.
*Nunca tembló Huáscar; de su encono 120
*las iras arrostró valiente, altivo;
*que no es más grande el déspota en su trono
*que Huáscar, con cadenas de cautivo.
CAPAC Tienes razón, yo he visto a ese tirano
siempre en la destrucción sus ojos fijos, 125
anegar el imperio peruano
en la preciosa sangre de sus hijos.
Y aún no saciado su implacable encono
temeroso sin duda de que un día
el derecho que holló su tiranía 130
le arrebatase el esplendor del trono;
juró, a la regia estirpe que en él veía
sólo un hijo bastardo, ¡odio sangriento!
La quiso exterminar...
ANTOCO                                    ¡Qué horror Dios mío!...
sí, lo juró y cumplió su juramento, 135
¡Oh!... ¡Ni a su madre respetó el impío!
*¡Y al gozarse cruel en la agonía
*del que sacrificaba sus antojos,
*con satisfecho labio sonreía [51]
*y chispeaba en sus feroces ojos 140
*¡el júbilo salvaje que sentía!...
CAPAC Yo entonces era uno. Tuve miedo,
huí desalentado,
y no sé si mi bien o mi desdicha
a los pies me condujo de un soldado. 145
Dios que mueve a piedad la alma que toca
hizo que me escuchase sin enojos,
yo conmoví su corazón de roca,
lágrimas arranqué de aquellos ojos
que en cien combates la sangrienta muerte 150
miraron con altivo menos precio,
y al verme a mí tan niño y de tal suerte,
la vida me otorgó.
ANTOCO                              ¡Pero a qué precio!
CAPAC Sepultado en la cárcel más sombría
a la muerte llamé que temí tanto 155
y ella, sorda a mi voz, ¡no respondía!
Y un día y otro día sin reposo
luché por quebrantar tan fuertes lazos,
Dios alentó mi esfuerzo generoso,
y con tu auxilio, al fin me vi en tus brazos. 160
ANTOCO Gracias señor...
CAPAC                          Mas antes. Hado impío,
llegué a los de mi padre,
que como viste allí, ¡murió en los míos!
ANTOCO ¿Y que os dijo al legaros el imperio?
CAPAC Mira esta copa, en su dorado fondo 165
la amarga hiel de mi rencor escondo.
Ella puede saciar esta locura,
esta sed de venganza con que lucho.
Toma, y cumplir lo que te ordene jura.
ANTOCO ¡Seguid señor, con ansiedad escucho! 170
CAPAC Siendo Atahualpa de mi amado padre [52]
hijo bastardo, el hijo más querido
ansiaba ser, y le alago discreto;
Atahualpa ha nacido
sagaz, astuto y consiguió su objeto. 175
Creció de día en día ese imprudente
cariño, y de tal modo
llenó su alma y ofuscó su mente,
que en mengua de un monarca
tan magnánimo siempre y justiciero, 180
dividió entre los dos una comarca
de que yo soy el único heredero;
y sin ver que en sus reinos la armonía
con la copa imperial dejaba rota,
en dos la augusta insignia partió un día, 185
tan gemelas en peso y en valía
como una gota de agua de otra gota.
*-La voluntad del que nos dio la vida
*debemos respetar, mal que nos cuadre,
*mi augusta dignidad se vio ofendida, 190
*pero el hijo acató la ley del padre,
*Tomad, nos dijo, en la ocasión suprema
*en que su Adiós postrero daba al mundo.
*Tomad, y ved en ellas el emblema
*del cariño de un padre moribundo. 195
*Mas ¡ay de aquel traidor!... a quien no cuadre
*mi postrer voluntad y último anhelo,
*ese en ellas verá el furor de un padre
*¡que airado le maldice desde el cielo!
ANTOCO *¡Y él olvidó preceptos tan sagrados! 200
*La guerra, el extermino, la venganza
*llevó a vuestros estados
*y esa terrible maldición le alcanza.
*Su corona aunque bella y esplendente
*lanzando está sus últimos reflejos... 205 [53]
*La maldición de un padre hirió su frente
*¡la hora del castigo no está lejos!
CAPAC Y continuó: si el triunfo que yo ansío
mi justo afán no alcanza,
haz que a las manos llegue del impío 210
esa copa fatal, ¡que es mi venganza!
-¡Y así juré cumplirlo, al padre mío!
ANTOCO Y yo, que aunque vencido por la suerte
la corona perdió, mas no el derecho
CAPAC ¡Mas que me resta, ya!... ¡sólo la muerte! 215
ANTOCO ¡Señor, morir dijisteis!
¿Y acaso sois de vuestra vida dueño?
la vida es la patria en que nacisteis.
CAPAC *¡De pena mi alma estalla!
*Que tal baldón no manche su memoria. 220
*En la lid, en los campos de batalla
*podéis morir, ¡pero morir con gloria!
Antes que hijo, sois príncipe. Si llora
la patria la impiedad de su verdugo,
¡tu espada vengadora 225
sabrá romper tan ominoso yugo!
CAPAC ¿Mas sin él, que me resta?... Nada ¡ay! ¡nada
que el alma triste y dolorida cuadre!
ANTOCO Mucho señor, una misión sagrada!...
¡Vivir para la patria, 230
vivir, señor, para vengar a un padre!
CAPAC Pronto, muy pronto llegará ese día,
yo te lo juro, sí; ¡mi alma sedienta
beber la sangre del tirano ansía!...
¡Venganza, sí; pero feroz, sangrienta! 235
ANTOCO Vamos Señor, y pues Pizarro tarda,
concibo que en sus reales nos aguarda.
CAPAC ¡Padre mío!... Si con rigor insano
me separara de ti la adversa suerte, [54]
-¡juro verter la sangre del tirano! 240
¡Juro vivir para vengar tú muerte!
 

(Salen precipitadamente por el foro.)

 
 

Escena IV

 

YNSTELA, CORA. Puerta de la derecha.

 
CORA Señora...
YNSTELA                Todo es en vano.
CORA Pero observad...
YNSTELA                            Le he resuelto.
Yo, ciega esclava de un hombre,
huí del hogar paterno. 245
Yo sacrílega, traidora
a las leyes de mi pueblo,
ofendí a mi soberano,
provoqué la ira del cielo...
¡Tuve valor para el crimen, 250
y ahora ante el castigo tiemblo!...
-¡Cuando me miro tan débil,
de mí misma me avergüenzo!
CAPAC Señora...
YNSTELA                 Lo he decidido
y hoy mismo partir intento. 255
CORA Hoy mismo...
YNSTELA                         ¡Y no obstante Cora,
si vieras lo que padezco!...
¡Volver a ese mundo impío
a esclavizarme de nuevo
a respirar esa atmósfera 260
donde no halla el pensamiento
aire que la vivifique, [55]
¡alas con que alzar el vuelo!...
-Vivir lejos de Pizarro
ídolo que amo y venero... 265
-¡Y es preciso que así sea!
¡Yo sabré hacer un esfuerzo;
entre mi amor y mi honra,
es mi honra lo primero!
¡Sí, sí, ya es mengua que aún dude, 270
hoy, ahora mismo debemos
partir!...
CORA              ¡Señora!
YNSTELA                        ¡Al instante!
CORA ¡Qué insensatez!
YNSTELA                            Yo lo quiero.
CORA ¡Oh!... ¿Sabed lo que os espera?
¡La muerte!
YNSTELA                  ¿Acaso la temo? 275
¡Sígueme y huyamos, Cora!
¿Vacilas?
CORA                Es que.
YNSTELA                            Comprendo.
Yo solo soy la culpable.
CORA Señora...
YNSTELA                ¿Con qué derecho
voy a exponerte a un castigo 280
que yo tan sólo merezco?
-¡Tienes razón!... ¡Adiós Cora!...
CORA ¿Qué vais a hacer? ¡Deteneos!
YNSTELA ¡Adiós!
CORA            ¡Cómo!... ¿Habéis podido
imaginar un momento 285
que iba abandonaros? ¡Nunca!
Eso no. ¡Morir primero!
YNSTELA ¡Cora![56]
CORA              ¡No! sea cual fuere,
mi destino será el vuestro.
-Marchemos.
YNSTELA                      ¡Amiga mía, 290
tú eres mi único consuelo!
CORA Marchemos, ya que es preciso.
YNSTELA Tienes razón, si le veo
quizás el valor me falte.
 
 

Escena V

 

YNSTELA, PIZARRO, foro. Por donde se retira CORA, despacio.

 
PIZARRO ¿Qué es esto? ¿Qué ibas a hacer? 295
YNSTELA (¡Oh!) ¡Déjadme!
PIZARRO                           Ynstela...
YNSTELA                                          (¡Ay Dios...!)
PIZARRO ¿Dónde vas?
YNSTELA                    Lejos de vos
donde me llama el deber.
PIZARRO ¡Será cierto!... ¿Eso decides?
-¡Lo comprendo!... ¡mujer eres!... 300
Hace un día que me quieres...
¡Ya es hora de que me olvides!
Tu libertad mi amor fue,
tu amor mi alma subyugaba...
¡Vuelve, pues; a ser esclava, 305
yo a ser libre, volveré!
No es el amor la virtud
que en nuestras almas se encierra
Yo, nací para la guerra, [57]
tú para la esclavitud. 310
YNSTELA ¡Ah!... ¡Me ofendéis sin razón!
Mi nombre por vos infamo;
porque os amaba... y os amo
con todo mi corazón.
PIZARRO Pues bien obedece fiel 315
al amor que te da aliento
YNSTELA ¡No!... ¡porque el remordimiento
lucha sin cesar con él!
-Oid- Con fatal empeño
dando a mi alma martirio, 320
un espantoso delirio
turba la paz de mi sueño.
PIZARRO ¡Vano recelo!
                    Escuchad.
-Brillaba el astro del día;
¡yo junto a vos sonreía 325
de amor y felicidad!
Embriagando los sentidos
resbalaban los instantes
y nuestras almas amantes
confundían sus latidos. 330
Mas de pronto, gime el suelo,
tiembla cuanto nos circunda...
y una oscuridad profunda
cubre de sombras el cielo.
¡Todo en ciega confusión 335
se agita, cuando mi corazón!
rasga una voz... un gemido
¡que hiela mi corazón!
-¡Hija infame!... airada grita
con lúgubre y ronco acento. 340
-¡Maldita seas!... y el viento...
-¡Maldita!, clama- ¡Maldita!... [58]
Yo, por calmar mis enojos,
al cielo elevé mi frente,
y un rayo de luz fulgente, 345
hirió mis turbados ojos!
Era el sol que apareció
entre las nubes sombrío...
Yo oré... ¡pero en el vacío
mi débil voz se perdió!... 350
Y él arrojando de sí
melancólicos reflejos.
-¡Impía!... no llegues a mí.
PIZARRO Modera tanta ansiedad.
Yo te volveré la calma 355
iluminando tu alma
con la luz de la verdad,
¡la fe de mi religión!
y en esa divina fuente
templarás la sed ardiente 360
que abrasa tu corazón.
YNSTELA Yo, ¿yo abjurar de mi ley...?
¡Yo blasfema... yo traidora...!
-¡Eso nunca!... Mi alma adora...
¡La luz del sol, que es el rey 365
de los reyes del Perú!
PIZARRO ¡Y yo, a la esencia increada
que hizo brotar de la nada
a ese sol qué adoras tú!
¿Qué es el mágico esplendor 370
del astro que así te asombra,
sino la pálida sombra
de la luz del Creador?
Sobre esos fúlgidos velos
de luz pura y diamantina, 375 [59]
sobre ese sol que ilumina
la inmensidad de los cielos...
Fuente de bien celestial
glorioso, vivificante,
se alienta el poder gigante 380
Un ser, en fin todo amor,
que en sí mismo se sublima;
un ser que todo lo anima
con su aliento Creador...
Por él en la inmensidad 385
brillan los rayos solares,
por él se agitan los mares
y ruje la tempestad.
Él, con su poder fecundo
hizo la luz, la armonía... 390
¡Él creó el mundo, y un día
volverá a la nada el mundo!...
-¿No has visto, dí, cuan lozana
en pos de la noche oscura
rasga velo, y fulgura: 395
la estrella de la mañana?
¿No has visto cómo consume
sus bellas flores el suelo,
y cómo recoge el cielo
su misterioso perfume? 400
¿No oístes, Ynstela mía,
no oístes los trinos suaves,
con que saludan las aves
a la luz de un nuevo día?...
-¡Pues es el himno de amor, 405
de gratitud y pureza,
que une a la naturaleza
con el supremo Hacedor! [60]
YNSTELA ¡Ah!... ¡qué influjo me domina!
¿Por qué nueva luz destella 410
mi alma?... Por qué...
PIZARRO                                   Porque en ella
la luz de la fe germina
luz que deslumbra tus ojos
con sus bellos resplandores;
luz que ha hecho brotar flores 415
donde nacían abrojos.
Toma -Mucho es el valor
de esta joya Ynstela mía
es la imagen de María
¡la madre del Redentor! 420
Si alguna vez con espanto
ves que el dolor tu alma sella;
ora con fervor ante ella,
 

(Echándole al cuello una cadena con medallón.)

 
que ella enjugará tu llanto.
YNSTELA ¡Oh!... sí tal es mi deseo 425
y tal la fe que me inspira
que aunque sea una mentira
necesito creer... ¡y os creo!
-Pero... ¿no oís?
PIZARRO                          A tu lado
Ynstela, todo lo olvido. 430
 
 

Escena VI

 

Dichos, CORA. Se oye rumor dentro.

 
CORA ¡Señora!...
YNSTELA                ¿Qué hay?
CORA                                 ¡Que ha venido [61]
hace poco un enviado
de Atahualpa!
YNSTELA                        ¡Qué oigo!
CORA                                         Sí,
entre un inmenso gentío
se dispone a hablar...
YNSTELA                                   ¡Dios mío! 435
PIZARRO ¡Qué buscará ese hombre aquí!...
-¡Vedle! (Señala por la ventana.) Todos atención
le prestan... ¡Oid su acento!
YNSTELA (¡No sé qué presentimiento
ha herido mi corazón!) 440
 

(Se oye dentro un clarín y el siguiente pregón.)

 
     «Yo Atahualpa, absoluto señor de estos dominios; Hago saber que si dentro de tercero día, no se presenta en mi corte para ser quemada en la gran plaza del Cuzco, como perjura a las leyes e instituciones de su país, la llamada Ynstela, hija del noble Talipa, recaerá en este la sentencia, sirviendo de castigo a la culpable los remordimientos del crimen que deja consumar.»
YNSTELA ¡Padre del alma!... ¡Oh!... (Cae en los brazos de PIZARRO y CORA.)
PIZARRO                                          ¡Nefanda suerte!
-¡Ynstela!
CORA                 ¡Amiga mía!...
PIZARRO                                        ¡Todo en vano!
¡a herido de muerte!
¡Su corazón está herido de muerte!
¡Maldiga Dios al pérfido tirano 445
que en eterno sufrir mi amor convierte!
CORA ¡No vuelve en sí!...
PIZARRO                                ¡Infeliz!...
CORA                                                Quizá la esencia
que este pomo contiene...
                                         Sí, probemos... [62]
¡Gran Dios, tened piedad de su inocencia
y del afán en que mi amor se inflama! 450
YNSTELA ¡Ah!
CORA        ¡Ya respira!...
PIZARRO                               ¿Ynstela?...
YNSTELA                                                  ¿Quién me llama?
PIZARRO ¡Ynstela!...
YNSTELA                    ¿Dónde estoy?
PIZARRO                                           ¡Ynstela mía!...
YNSTELA ¿Qué misterio fatal aquí se esconde?
¡Quien me trajo a esta cárcel tan sombría?
¿Y mi padre?... ¿Qué es de él? Dónde está dónde, 455
¡que le busca mi amor y no le encuentra!
-¡que le llama mi voz y no responde!...
-¡Vedle!... ¡Qué triste está!... Ha sufrido tanto...
¡Inmóvil!... Casi inerte...
-¡Su faz bañada en llanto 460
es la faz descarnada de la muerte!...
*¡No puedo más!...
PIZARRO *                           ¡Horrible desvarío!
YNSTELA *¿Me arrojaré a sus pies? ¡Tiemblo de espanto!
*-¿Padre mío?... ¡No me oye!... -¡Padre mío!...
*¡No ese desdén mi corazón aflija! 465
*¡Humilde ya vuestro perdón invoco!
*¿Qué, no me conocéis?... ¡Soy yo! ¡Vuestra hija!
*-¡Infeliz!... ¡Infeliz!... ¡Se ha vuelto loco!
*-Mas... ¿Quién es ese hombre? ¡Con qué empeño
*nos observa a los dos! ¿Qué es lo que quiere? 470
*¿Qué busca aquí? Por qué con torvo ceño
*nos mira. ¡Qué mirada tan siniestra!...
*¡Tiembla el alma de horror bajo su yugo!
*¡Ya se acerca!... -¡Gran Dios!... ¡Brilla en su diestra
*el hacha enrojecida del verdugo!... 475
*-¡Piedad!... ¿qué vais a hacer? ¿su cana frente [63]
*no os mueve a compasión?... ¡Oh! ¡Deteneos!
*Es mi padre, ¿lo oís? ¡Es inocente!
*¡Venid! ¡Venid a mí!... ¡No temáis que huya
*el castigo! ¡Romped esas cadenas! 480
*¿Su vida ansiáis?... ¡Matadme!... ¿Acaso suya
*no es la sangre que cunde por mis venas?
*¡Deteneos!... ¡Ya es tarde!... ¡Negra suerte!
*¡Huérfana me dejó en este desierto!...
*¡Heló su sangre el frío de la muerte! 485
*¡Muerto, sin compasión!... ¡Dios mío!... ¡Muerto!
PIZARRO ¡Otra vez! ¡Otra vez!
CORA                                  ¡Amiga mía!
PIZARRO ¡Verla sufrir así!... ¡Temprana rosa
que el aura del dolor marchitó impía!
¡Morir quizá! ¡tan joven!... ¡tan hermosa!... 490
-¡No es posible que muera
mientras que el soplo de mi amor la aliente!
YNSTELA ¿Quién me habla de amor, cuando severa
la cólera divina hirió mi frente?
-Yo era una flor para el amor nacida. 495
¡Yo era un ángel!... Mi espíritu que mora
el solitario valle de la vida
su Edem... ¡¡perdido llora!!!
-¡Yo vivía en el cielo!... ¡Yo era entonces
la blanca luz de la risueña aurora, 500
al mirar en el cielo mis fulgores
y suspiraban las aves de alegría
y temblaban de júbilo las flores!
*-¡Yo era un ángel!... ¡Mi cándida hermosura
*brillaba entonces con la luz del día! 505
*¡Yo como el alba pura
*su túnica diáfana ceñía!...
¡Yo era un ángel de amor, y gloria lleno!...
¡Pero un amor impuro [64]
manchó mis alas y rasgó mi seno! 510
¡Amor sin luz, sin calma!
Amor que herirme quiso,
-¡Que cegando los ojos de mi alma
las puertas me cerró del paraíso!
¡Yo a mi padre abandoné!... ¡Y en mi locura 515
creí mi amor de un cielo fiel trasunto!...
¡Yo sin honor!... ¡Yo infame!... ¡Yo perjura!...
¡Oh! ¡Matadme por Dios! ¡Matadme al punto!
¡O yo misma abriré mi sepultura!
PIZARRO Seguidla, Cora...
CORA                           Y mientras yo procuro... 520
PIZARRO Salvar la vida de su padre juro.
 
 

Escena VII

 

PIZARRO

 
PIZARRO ¡Fortuna asaz tirana! ¡Destino asaz impío!
¡Nubló su casta frente, la sombra del dolor!
perdila para siempre... Morir quizá Dios mío,
¡desventurada Ynstela! ¡Desventurado amor! 525
(Pausa, reanudado sus recuerdos.)
-Terrible; llegó un día que no en vano
mi alma dolorida, recuerda con pesar,
en que el poder oculto del Inca peruano
con ánimo resuelto, yo quise penetrar.
No hay ni ha habido nunca peligro que me asombre, 530
ni obstáculo en el mundo que no humille ante mí;
mi clase oculté astuto, como oculté mi nombre,
y frente a frente entonces, de mi rival me vi.
¡Mas ay!... ¡que harto castigo sufrió mi audacia loca! [65]
¡Allí quedó vencido mi indómito valor! 535
¡Hirió la hermosa Ynstela mi corazón de roca
y de él brotó fecunda la fuente del amor!
Crecieron en mi pecho mis cándidos amores
y la amo... como sabe amar un español;
como aman a la aurora las aves y las flores... 540
¡como ama un pobre ciego la hermosa luz del sol!
Y ya que esa ventura mi amante pecho anhela
un lazo indisoluble nos unirá a los dos;
¡mas ay!... que ya olvidaba que la infeliz Ynstela...
yo voy...
VOCES                ¡Muera!...
DENTRO                ¡Muera!...
PIZARRO                            ¡Qué escucho!...
VOCES                                                 ¡Muera Pizarro!...
DENTRO                                                 ¡Muera Pizarro!...
PIZARRO                                                                         ¡Oh, Dios! 545
(Pone la espada sobre la mesa.)
¡Pues no hay otro recurso, mi arrojo temerario
ante la fiera muerte, quiero mostrar así!...
VOCES ¡La balla abajo!...
DENTRO ¡La balla abajo!...
PIZARRO                             ¡Cómo!...No tal, no es necesario.
 

(Todos entran en tropel, y al verle cruzado de brazos, retroceden.)

 
¿Buscabais a Pizarro? Ya lo tenéis aquí.
 
 

Escena VIII

 

PIZARRO, RUÍZ, ARCOS y SOLDADOS

 
PIZARRO ¡Y bien! ¿No ansiabais con afán impío 550
teñir en sangre mía vuestro acero? [66]
¿Es este ¡oh Dios! aquel soldado mío
cuya lealtad y generoso brío
fue mi blasón, mi orgullo de guerrero?
¿Qué es lo que así provoca vuestra saña? 555
¿Qué deseáis? ¡decid!
RUÍZ                                  ¿Volver a España?
PIZARRO ¡Volver a España?
RUÍZ                              Sí, que la inclemencia
del clima peruano, los azares,
que amagan con rigor nuestra existencia,
nos hacen recordar con impaciencia 560
la amorosa quietud de nuestros lares.
PIZARRO ¡Volver a España! ¡Oh mengua! -¡Oh patria mía!
¡Cuál no será tu asombro y tu vergüenza
al contemplar la infame cobardía
del que tú enseñas a que luche y venza! 565
Antes que llegue a ti la nueva impía
de la traición que a germinar comienza,
los que tímidos vuelven a sus lares
¡hallen su tumba en los revueltos mares!
-¡Volver a España! ¿Acaso el miedo insano 570
vuestros pechos fortísimos abruma?
¿Qué se hizo aquel brío castellano,
el alto esfuerzo, la pujanza suma
con que un héroe en el suelo mejicano
el trono derrumbó de Motezuma? 575
¿Sangre española en vuestras venas cunde
y aliento su recuerdo no os infunde?
-Si queréis la conquista, si el deseo
de gloria os lleva a su feliz remate,
si dignos sois de tan honroso empleo, 580
si el patrio amor en vuestras almas late,
en esas manos que convulsas veo
ansiosas ya de herir en el combate [67]
¡brille la armipotente toledana
sedienta de la sangre peruana! (Traza en 585
el suelo una línea con su espada.)
¿Veis esta línea que tracé en la arena?
-Ella a la infamia, del honor desvía;
el Norte os brinda con la paz amena,
el Sur con el peligro os desafía;
esta es la senda que de gloria os llena, 590
ese el camino que a la infamia guía...
¿Entre el honor y el deshonor insano,
dudará el que ha nacido castellano!
-¡Qué! ¿Nada me decís? ¡Ah! con sonrojo
veo que el mío vuestro afán rechaza. 595
¡Y españoles nacisteis!... De mi enojo
ni un ruego esperéis ya, ni una amenaza
Yo solo, pues me basto con mi arrojo
sigo la senda que mi honor me traza,
y pues cobardes huís de la victoria, 600
¡vuestro sea el baldón, mía la gloria!
RUÍZ ¡Y quién no imita ejemplo tan bizarro!...
¡Nunca el peligro un Ruíz cobarde esquiva!
 

(Salta la raya etc. Todos le siguen con entusiasmo.)

 
ARCOS Ni Arcos...
OTRO                    ¡Ni Hernán!
TODOS (Con efusión.)               ¡Ni yo!
ARCOS                                            ¡Viva Pizarro!
PIZARRO ¡Viva España, soldados!
TODOS                                    ¡Viva! ¡Viva! 605
PIZARRO ¡Ahora os perdono el mal que me habéis hecho!
De júbilo ¡oh amigos!... ¡De entusiasmo
quiere saltar el corazón del pecho!...
-La fortuna a lo lejos nos sonríe:
gloria inmortal a nuestros ojos brilla... 610 [68]
¿Qué podemos temer mientras nos guíe
el glorioso estandarte de Castilla?
¡De Colón y Cortés; santa memoria!
Vuestro valor anime en la pelea.
¡Como ellos luchad!... ¡y vuestra gloria 615
gloria inmortal como la suya sea!
 
 

Escena IX

 

Dichos, HERNÁN

 
HERNÁN ¡Albricias capitán!
PIZARRO                              ¡Cómo! sin duda...
¡Habla!...
HERNÁN                Nuestra avanzada ha descubierto
el refuerzo que viene en nuestra ayuda
de Panamá.
PIZARRO (Yendo a la ventana.) ¿Qué escucho, será cierto?... 620
HERNÁN (A los soldados.) Todos ardiendo en generoso brío
¡vienen a reunirse con nosotros!
¡Ellos son! ¡Ellos son!... ¡Gracias Dios mío!...
 

(Se descorren las cortinas o tapices del foro y aparece una magnífica perspectiva de marina o ría con carabelas etc., etc. Muy remotos se perciben los ecos de una marcha guerrera.)

 
¡Ved, al rayo del sol que puro brilla,
y los altivos montes señorea, 625
ved la imperial bandera de Castilla
que en el espacio victoriosa ondea!
¡Lema santo! ¡glorioso! ¡sin mancilla!
¡Que nuestra fe sostiene en la pelea!...
¡Ella al triunfo nos llama 630 [69]
y en patrio amor mi corazón inflama!
(Baja a escena.)
¡Sí, hermanos míos, sí!... Justo y piadoso
escuchó nuestras súplicas el cielo.
¡Bendigamos al Todopoderoso!
Que ya que con su ayuda soberana 635
del mar vencimos las soberbias olas
ya que tal vez bendecirá mañana
el triunfo de las armas españolas...
¡Hijos de la católica Castilla,
imploremos su auxilio omnipotente 640
ante el solo poder que al nuestro humilla,
caed de hinojos, y doblad la frente!
 

(La música se aproxima por instantes. Todos fijan una rodilla en tierra, y mirando al cielo se descubren.)

Cae el telón pausadamente.

 

FIN DEL ACTO SEGUNDO

 
 

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