El lector dispensará lo malo y falso de estos versos, en gracia de la integridad y fidelidad de que doy prueba al traducirlos. No son mejores en alemán, ni lo serán probablemente en árabe. (N. del T.)
DOZY Recherches, 2º. edición, II, Apéndices. (N. del A.)
AL-QAZWINI, Cosmografía, II, 364. (N. del A.)
El Arcipreste dice:
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y luego explica los instrumentos que no van bien con los cantos arábigos:
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Es lástima que el poeta no se detenga más en tratar este asunto; pero el dolor le tenía entonces muy embargada el alma con la muerte de la célebre zurcidora Trotaconventos, que tan bien le había servido y que tan tiernamente deplora. De todos modos, parece indudable que el Arcipreste entendía el árabe, y que debió usarle en sus relaciones amorosas con las moras, imitando en sus cantares los de aquel pueblo. En sus versos se encuentran muchas voces arábigas, como ysnedrí, ascut, le alá, amxi, etc. (N. del T.)
Véase un edicto citado por Llorente, Apéndice XI. (N. del A.)
MAQQARI, II, 832. (N. del A.)
MAQQARI, II, 833. (N. del A.)
IBN JALDUN, Prolegomena, III, 390 y 404.- MAQQARI, II, 105 y 144. (N. del A.)
En esto convienen todas las poesías citadas por Maqqari con dichos nombres. De las que trae Ibn Jaldun no en todas se reconoce el signo, porque no las incluye por completo. (N. del A.)
Así es la poesía inserta en el Catalogus Codicum Orientalium Bibliotecae Academiae Lugduno-Batavae, II, 103. (N. del A.)