Capítulo primero
ARGUMENTO
Job, natural de Hus, provincia vecina a Idumea y Arabia, entre gente ajena de Dios gran siervo suyo; y de los bienes de la vida abastado: cercado de hijos, y rico de ganados, y de familia; y por estas causas en su pueblo y en los comarcanos señalado y tenido, para mayor bien suyo, y para ejemplo de virtud a los venideros, es entregado de Dios al demonio a petición suya, no para que le mate, sino para que le tiente y le azote. Quítale la hacienda, mátale los hijos, llágale fea y cruelmente en el cuerpo y tráele a tanto desprecio, que su misma mujer le baldona y le persuade a que se mate a sí mismo. Pues estando así, lleno de miseria y armado de paciencia, y sentado en un muladar, visítanle cuatro hombres principales y sabios de aquella tierra, y grandes sus amigos, con los cuales después de un largo silencio que causó en él el dolor con la vista de los amigos renovado, y en ellos el espanto de una mudanza de fortuna tan grande, al fin, comenzando él y respondiéndole ellos, trábase entre todos un largo y reñido razonamiento; que en substancia de parte de los amigos es decir que Dios, como justo que es, siempre a los malos y pecadores en esta vida los castiga con miserables sucesos; y que ansí le castigaba a él como a gran pecador. Y de parte de Job es defender que Dios ni castiga siempre ni a solos los malos en esta vida, ni él lo era entonces, por ser pecador y malo. Sobre lo cual, ansí por la una como por la otra parte, se dicen razones altísimas, llenas de artificio y de dulzura en las palabras y en las sentencias preñadas de grandes misterios. Píntanse las condiciones de los hombres malvados, el ingenio de los buenos y justos; engrandécese por extrañas maneras la grandeza del poder de Dios y de su saber. Dícese de su grande bondad y justicia, profetízase su venida al mundo, la resurrectión de la carne, el juicio último, con otras cosas de grande cualidad y provecho. Y al fin de todo, sobreviene Dios y habla con Job con forma sensible. Y enséñale que, pues es hombre, no se ponga con Dios en cuentas ni quiera apear sus juicios. Y después, vuelto a los amigos dél, díceles que no han acertado en sus razones y que han afligido sin causa a su amigo, y mándales que se le humillen y le pidan que le ruegue por ellos, y que rogándoselo Job los perdonará. Hácese ansí, y Dios sana a Job y restitúyele a su estado primero con mayor prosperidad que al principio.
Capítulo II
ARGUMENTO
Despojado Job de todos sus bienes, y no por eso vencido, torna el demonio a pedir licencia a Dios para afligirle más, y dásela y hiérele el cuerpo con enfermedad y llagas feas. Por donde su mujer, aborreciéndole, le convida a que desespere. A la cual él, con ánimo paciente y varonil, la reprehende y se asienta en el polvo. A donde cuatro amigos suyos que le vienen a ver y se admiran de velle, asentados y callando, y mirándose entre sí, pasan siete días.
Capítulo III
ARGUMENTO
Job a la fin rompe el silencio y maldice el día en que nació y su suerte dura, no por desesperación, ni por impaciencia, sino por aborrecimiento de los trabajos de la vida y de su condición miserable, sujeta por el pecado primero a tan desastrados reveses. Y ansí dice que es mejor el morir qu'el vivir, y la suerte de los muertos más descansada mucho que la de los vivos. Y refiere cuán sin pensar y a su parecer sin merecello, vino sobrél este mal.
Capítulo IV
ARGUMENTO
Ofendiéronse los amigos de Job destas postreras palabras en que parece justificarse; y Elifaz, tomando la mano por todos, pídele primero licencia para hablar, y después reprehéndele lo uno de que se queje tan agriamente y lo otro de que ponga en duda la causa por que es así castigado, como sea notorio, según él dice, venir siempre los malos sucesos a los hombres por sus pecados. Y finalmente le amonesta a que no se justifique delante de Dios y cuéntale lo que en visión acerca desto le fue dicho.
Capítulo V
ARGUMENTO
Prosigue Elifaz en su razón y pide a Job que le muestre que hombre santo haya sido maltratado de Dios, como le mostrará él habello sido siempre los que son malos. Que cual es cada uno, ansí le acontece. Y amonéstale después desto que vuelto a Dios haga penitencia, y le asegura de su favor si así lo hiziere.
Capítulo VI
ARGUMENTO
Job de nuevo lastimado con la plática de Elifaz, que oía sus quejas y no sentía sus dolores, desea que lo uno y lo otro se pudiera poner cada uno en su balanza, para que así se viese cuánto es más lo que le duele que lo que se queja. Desea acabar ya con la vida, laméntase del poco consuelo que halla en sus amigos. Y dice
Capítulo VII
ARGUMENTO
Prosigue Job en su querella y relata muy por menudo sus males todos; y vuelto a Dios suplícale que les ponga fin o acabándolos o acabándole.
Capítulo VIII
ARGUMENTO
Toma la mano otro de los amigos de Job, llamado Bildad, y como si Job hubiera acusado de injusto a Dios, así vuelve por su igualdad y defiende sus partes, afirmando que ni la maldad, por más que se disimule con apariencia de bien, florece, ni la virtud perece, aunque más la persigan; porque Dios justo da siempre favor al que lo merece.
Capítulo IX
ARGUMENTO
Responde Job a Bildaz. Confiesa qu'es Dios justo y dice grandes cosas de su saber y poder; mas con ser Dios justo, está firme en decir qu'él no ha pecado conforme a lo que padece, y encarece lo que padece por nueva manera.
Capítulo X
ARGUMENTO
Prosigue Job quejándose, y vuelto a Dios, queréllase con él y pídele que mitigue su ira y le deje respirar siquiera un poco. Y dice: