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Caballeros é donceles, |
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Dotos rancios é noveles, |
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Damas, ya grandes, ya chicas, |
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Regalonas doncellicas, |
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É vos, la de aguja y plancha, |
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É tú, que adobas jigote: |
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Vos escribe Don Quijote |
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De la Mancha. |
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Honráis con farta razón |
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Al perínclito varón, |
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Cuyo bulto de metal |
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Reverencian por igual |
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Congreso é Medinaceli (26), |
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Cuando, quitado el bonete, |
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Saludan á Cide Hamete |
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Benengeli. |
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Agora, si al caso faz, |
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Yo vos demandara en paz |
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Que, otra vegada, la fiesta |
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Para Cervantes aquesta, |
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Que noble intención descubre |
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De que Madrid le remiembre, |
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Se le ficiera en septiembre, |
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No en otubre. |
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Cierto que hoy, día que es |
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Nono del deceno mes, |
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Cervantes el afamado |
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Fué en Alcalá baptizado; |
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Mas, por negligencia grave |
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(Que suplir quisiera yo), |
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Cuál fué el día en que nasció, |
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Non se sabe. |
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Pero habedes certidumbre |
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De que era estonce costumbre |
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Cristianar á los infantes, |
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Llevando ya en fajas antes |
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Días, no en corta porción; |
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Y de veintiocho fué |
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Á la pila de la fe |
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Calderón. |
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É como el santo del día |
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En que el pequeñuelo abría |
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Sus parpadicos al sol, |
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Daba nombre al español; |
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Y en el baptismal papel, |
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Á Cervantes pertinente, |
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Hay el nombre solamente |
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De Miguel; |
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Veintinueve del pasado |
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Debió ser el señalado |
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Con el fausto nacimiento: |
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Día en que el magín atento |
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El nombre topa de aquel |
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Santo Arcángel eminente, |
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Que firió la impía frente |
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De Luzbel. |
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É que non me llevo chasco |
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Piensa el Bachiller Carrasco, |
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É, demás del Bachiller, |
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Sancho Panza, su mujer, |
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Mi Cura, home gravedoso |
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El rapista de mi aldea, |
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É mi sin par Dulcinea |
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Del Toboso. |
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Importa empero un ardite |
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Que á Cervantes felicite |
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La afición con que venís, |
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Hoy, día de San Dionís, |
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Ú esotro, pasado ya: |
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Como es del mérito paga, |
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Cuando-quiera que se faga, |
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Bien está. |
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Non cuenta España scriptor |
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De lauro merescedor, |
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Que á Cervantes aventaje; |
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Non es de ninguno ultraje |
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Proferir en noble canto |
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Que la su gloria consigne: |
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��Nadie cual el manco insigne |
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De Lepanto!� |
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Por él en Orán é Flandes, |
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En las lomas de los Andes |
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É las playas de Luzón, |
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Don Quijote y Sancho son |
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Conoscidos por do vamos: |
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Nos nombran en el camino, |
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Y al caballo y al pollino |
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Que montamos. |
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El orbe señala entero |
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Á mi Duque y mi ventero, |
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Al bien malparado Andrés, |
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Al bizco infame Ginés, |
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Maritornes, tuerta é fea, |
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El hábito de Luscinda, |
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É las trenzas de la linda |
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Dorotea. |
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Cervantes vida nos da, |
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Que dura é perdurará |
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Mientras fiel quede una mano |
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Persignante en castellano; |
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É quede ó no: -Bien lo fundo; |
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Que si acontesce tal mengua, |
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Ya nos ha dado su lengua |
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Todo el mundo. |
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Mísero mi autor vivió, |
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Y en mi figura pintó |
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Su malandanza cruel: |
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Por poco es dueño de Argel; |
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Y en la patria que fulgura |
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Con luz por él encendida, |
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Tuvo pobre, ya perdida, |
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Sepultura. |
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Yo, pues, el famoso Hidalgo, |
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Vos pido, por lo que valgo, |
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Que al valiente en la campaña, |
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Rey del ingenio de España, |
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Digáis con voces amantes, |
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Que en bronce la fama escriba: |
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�Eterno el renombre viva |
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De Cervantes! |
Leída en el teatro de la Zarzuela en la noche del 9 octubre de 1861.
|
En un humilde aposento |
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De una posada en la corte, |
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Forastero y forastera |
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Se dicen castos amores. |
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Mujer y marido son, |
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Joven él, y ella más joven: |
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Lágrimas vierte la dama, |
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Y pide perdón el hombre. |
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�Matábanme, Félix mío, |
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Mis celosas aprensiones... |
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Cuando aprensiones las llamo, |
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Yerro a propósito el nombre. |
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Sin avisártelo, vengo |
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De Asturias a que me informes |
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Qué tan cierto es que en Madrid |
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Ofendes a tu consorte. |
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No ha de amarte más que yo |
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La que tu fe me soborne; |
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Y algo por bella me debes, |
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Y algo por discreta y noble.� |
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Suspendió aquí la quejosa |
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Las tiernas reconvenciones, |
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Porque en el rostro el deudor |
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Le dio con la paga entonces. |
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Fatigada la viajera, |
|
Y siendo bien que repose, |
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La lleva Félix en brazos... |
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Dios les bendiga la noche. |
25 DE NOVIEMBRE DEL MISMO AÑO
|
|
Devoción me merece |
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San Lope obispo: |
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Lope quiero que sea |
|
Nombre del niño. |
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-Ponle dos, ponle, |
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Por mi amor y tu gusto, |
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Félix y Lope. |
1573
|
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Bajo el rústico dintel |
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Del Corral de la Pacheca, |
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Cisneros el comediante |
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Habla con Félix de Vega. |
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�Pasmado (le dice) estoy |
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De que haya en edad tan tierna |
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Quien ya en sus cuatro jornadas |
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Componga en verso comedias. |
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Once años cuenta Lopico, |
|
Y pasos encuentro en esa, |
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Que no los tiene mejores, |
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Virués ni Juan de la Cueva. |
|
De amor y de celos hay |
|
Dos asombrosas escenas: |
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�Cómo adivina un muchacho |
|
Lo que no es dable que sienta? |
|
-De amor y celos nació |
|
(Modesto el padre contesta), |
|
Y amor y celos retrata |
|
Por él su naturaleza.� |
|
Llegaba Lopico en esto |
|
Con los chicos de una escuela, |
|
Cañas cabalgando todos, |
|
Pisando recio en las piedras. |
|
Por bandera en otra caña |
|
Llevaba un cartel de iglesia, |
|
Y al pasar por el teatro, |
|
Batió Lope su bandera. |
1635
|
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�Úsase un dicho en Madrid, |
|
Curiosa prima Dolores, |
|
Que allá sin duda ignoráis |
|
En las indianas regiones. |
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A lo más bello y mejor |
|
En cualquier género y orden, |
|
Ya no se llama excelente: |
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Dicen todos que es de Lope. |
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Cosas de Lope se llaman |
|
Libros, espadas, sermones, |
|
Joyas, telas, cuanto tiene |
|
Gran brillo, mérito y coste. |
|
De Lope son los tocados |
|
Que el gusto nuevo dispone, |
|
Las justas de ingenio dignas, |
|
Las ruidosas diversiones. |
|
Las villanas de Aranjuez |
|
Que venden ramos de flores, |
|
De Lope dicen que son |
|
Rosas y claveles dobles.� |
|
Así a una doncella linda |
|
Cortesanas instrucciones |
|
Daba, al entrar en Madrid, |
|
Cierta señora en su coche. |
|
De Cádiz la trae consigo, |
|
Para que a su lado goce |
|
Lo que en Méjico ganó |
|
Su padre, que Dios perdone. |
|
Tomar la calle de Francos |
|
Pretende el automedonte: |
|
Mas el paso le embaraza |
|
Tropel de gentes enorme. |
|
De las calles convecinas, |
|
Ya despacio, ya de golpe, |
|
Desembocan sin cesar |
|
Mozos, viejos, ricos, pobres, |
|
Placeras, dueñas, beatas, |
|
Soldados y sacerdotes: |
|
Sólo se ve luto, y manos |
|
Con amarillos blandones. |
|
No hay en la calle pared, |
|
En cuyos huecos no asomen |
|
Apiñadas las cabezas |
|
De compasivos mirones. |
|
La cruz de San Sebastián |
|
Por entre la turba rompe; |
|
Cánticos de muerte suenan; |
|
Claman las lenguas de bronce. |
|
No se ve féretro aún; |
|
Saldrá, si en marcha se pone |
|
La muchedumbre que llena |
|
Puerta, zaguán y escalones. |
|
Hacia la iglesia, por fin, |
|
Se mueve la prieta mole, |
|
Revueltas las cofradías, |
|
Vacilando los pendones. |
|
Pasan, y pasan, y pasan |
|
Grandes, familiares, monjes, |
|
Cómicos, freiles, poetas... |
|
�Quién hay a quien tantos honren? |
|
La primita mejicana, |
|
Diestra en aprender lecciones, |
|
Prorrumpe: �Si no es de rey, |
|
Entierro es éste de Lope.� |
|
|
Acertaba la niña: |
|
Lope, el famoso, |
|
Va de ocho capellanes |
|
Llevado en hombros.- |
|
��Sánchez! �Maestro! |
|
Decid a esta indianita |
|
Quién era el muerto.� |
|
|
El señor Sánchez, persona |
|
Muy conocida en Madrid, |
|
Zapatero es de aguadores |
|
Y de gente baladí. |
|
Aficionado a la farsa |
|
Desde la edad infantil, |
|
Con pan y comedia vive, |
|
Cómicamente feliz. |
|
Por jefe le reconoce |
|
La turba mosqueteril |
|
Que en el Príncipe y la Cruz |
|
Mueve a menudo motín. |
|
Más de un galán le ha doblado |
|
La engarrotada cerviz, |
|
Enviándole presentes, |
|
Que él desdeñó recibir. |
|
De un novel ingenio cuentan |
|
Que visitándole, a fin |
|
De que estrenándose en tablas, |
|
No se le mostrara hostil, |
|
�Mancebo (saltó el Maese), |
|
Justicia os haremos: id, |
|
Id en paz, si es tal la obra |
|
Que yo la pueda aplaudir.� |
|
Entrose en el coche Sánchez |
|
Como en ganado país, |
|
Y al paso que el duelo siguen, |
|
Habla a las damas así: |
|
|
-�Nace el hombre con deseo |
|
De ver y oír cuanto pueda; |
|
Lo que en propio ser no viere, |
|
Codicia verlo en comedia. |
|
Pide el escribirla bien |
|
Alto ingenio y muchas letras, |
|
Alma, inventiva y gracejo, |
|
Que Dios a pocos dispensa. |
|
Farsas en España, ya |
|
Divirtieron a mi abuela: |
|
Para entonces no eran malas, |
|
Para después no eran buenas. |
|
Salieron al fin a luz |
|
Dos, tres, seis y una docena, |
|
Que asombraron a Madrid, |
|
Sevilla y España entera. |
|
En paseos y en saraos, |
|
En las plazas y las tiendas, |
|
Nadie a la sazón trataba |
|
Más que de la farsa nueva. |
|
��Quién ha escrito El verdadero |
|
Amante? -Lope de Vega. |
|
-Y Las Amazonas? -Lope. |
|
-�Y El molino y la Aristea? |
|
-Lope. -�Y la Abderite? -El mismo |
|
Lope, y el Vamba y la Angélica, |
|
La Melindrosa, El Maestro |
|
De danzar, La Montañesa, |
|
Lo cierto por lo dudoso, |
|
Psiques, Muza, El Turco en Viena, |
|
Los milagros del desprecio, |
|
El pleito de Ingalaterra, |
|
Amar sin saber a quién, |
|
La Danza boba, La siega, |
|
Los enredos de Celauro, |
|
La Serrana de la Vera, |
|
El mejor Alcalde el Rey, |
|
Peribáñez, Las Batuecas, |
|
El remedio en la desdicha, |
|
El cerco de Orán, La Estrella |
|
De Sevilla... -�Señor! �cuánto |
|
Escribe ese hombre? -Unas treinta |
|
Comedias al año...� Luego |
|
Compuso más de cincuenta: |
|
Cincuenta y cuatro nos daba |
|
Desde cuaresma a cuaresma; |
|
Y esto �cuándo! cuando ya |
|
Pasaba de los sesenta. |
|
Dos días, y en cada uno |
|
Doce horas de tarea, |
|
Veinticuatro de bufete |
|
Con otras tantas de huelga, |
|
Tiempo bastante le fueron |
|
Para llevar a la escena |
|
De La noche de San Juan |
|
La fábula placentera. |
|
Con prisa igual más de ciento |
|
Produjo su fácil vena, |
|
Y ha tres años que contaba |
|
Cabales mil y quinientas. |
|
Esto, amén de cuatrocientos |
|
Autos y de diez poemas, |
|
Y romances infinitos, |
|
Canciones y cantilenas, |
|
Los sonetos a puñados, |
|
Los epigramas por gruesas, |
|
Epístolas, no sé cuántas, |
|
Y ocho, en fin, o diez novelas. |
|
Y este hombre comió y durmió, |
|
Y santificó las fiestas, |
|
Y estudió filosofía, |
|
Cánones, historia y lenguas. |
|
Y este hombre trató mil gentes; |
|
Que no hay nación en la tierra |
|
Que no enviase a Madrid |
|
Persona que a Lope viera. |
|
Del Padre Santo en la corte, |
|
Del Gran Señor en presencia, |
|
Con vítores resonó |
|
El nombre del gran poeta. |
|
Grande, sí, porque de España |
|
Reprodujo la grandeza: |
|
Cuanto hay bello y grande aquí. |
|
Sus farsas nos representan; |
|
Y no con frase trivial, |
|
Ni en rima pobre y grosera: |
|
Garcilaso y Castillejo |
|
Brillan a la par en ellas. |
|
�Qué español no quiere ser |
|
Aquel galán, que él diseña |
|
En Las flores de Don Juan, |
|
Flores de oro, no de seda! |
|
�Quién pudo sin llanto ver |
|
A la divina Isabela, |
|
Que allá en Irlanda padece |
|
La más lastimosa fuerza! |
|
Por templar al padre airado, |
|
Que un hijo de amor desecha, |
|
Esclava de su galán, |
|
Suspira celosa Elena. |
|
Corona Sol merecida |
|
Ciñe de cónyuge honesta: |
|
Porque un rey de amarla deje. |
|
Sus brazos al fuego entrega. |
|
Ley natural hace al hombro |
|
Amar a su compañera; |
|
Lope la pone en altar, |
|
Y al pie del altar nos lleva. |
|
Teatro español tuvimos |
|
Antes que Lope naciera; |
|
Mas era teatro en cuna, |
|
Y aun era español apenas. |
|
Él le dio forma y valor |
|
Y sello que nunca pierda: |
|
Si hombre como yo lo ve, |
|
Marcadas tendrá las señas. |
|
De Lope el arte aprendieron |
|
Cuantos en él se le hombrean, |
|
Tirso, Rojas, Alarcón, |
|
Y el que hoy su laurel hereda. |
|
De autores hablar no quiero, |
|
Que usando mi oficio medran: |
|
Zapatos remiendo yo, |
|
Y ellos a Lope remiendan. |
|
Pródigo maestro, a mil |
|
Cortada dejó la tela: |
|
Desperdicios de su pluma |
|
Son gala de ciento ajenas. |
|
El Fénix de los Ingenios |
|
Le han llamado; no lo aciertan: |
|
El fénix de sí renace, |
|
Y un Lope no se renueva. |
|
No da Dios tan a menudo |
|
Tanto ingenio y tales prendas. |
|
Flaquezas en Lope vimos: |
|
Ejemplar vimos la enmienda. |
|
Galán, soldado con brío, |
|
Dulce humor y habla discreta, |
|
Gran defensor de las damas, |
|
Pagáronle el defenderlas. |
|
Dos veces casado fue; |
|
Dos hijas casadas deja, |
|
Una bien, otra mejor: |
|
Monja vive aquí a la vuelta. |
|
Hija de culpa nació |
|
La hermosísima Marcela; |
|
Dios ángel volverla quiso, |
|
Que gloria del padre fuera. |
|
Sacerdote él ventiséis |
|
Años, y en clausura estrecha |
|
Catorce ella ya, virtud |
|
A siglo y a claustro enseñan. |
|
Jamás de labios de Lope |
|
Salió palabra soberbia; |
|
Jamás la envidia en su pecho |
|
Vertió su ponzoña negra. |
|
Con su ingenio iban al par |
|
Su bizarría y modestia; |
|
Quien no le trató por gusto, |
|
Le buscó por conveniencia. |
|
Ved esos pobres que gimen, |
|
Siguiendo la turba densa: |
|
Padre era de todos él, |
|
Y pobre por ellos era. |
|
Mas ya se paran allí... |
|
Las Trinitarias son esas... |
|
De frente a una celosía |
|
Veis que el ataúd presentan... |
|
Sor Marcela de San Félix, |
|
Tras la celosía puesta, |
|
A dar a su padre va |
|
La despedida postrera. |
|
Las manos al ataúd |
|
Tiende amante una profesa. |
|
�Ella es! �ella es! la hija santa |
|
Del gran Frey Lope de Vega.� |
|
|
Silencio reinó profundo, |
|
Mudas las campanas quedan, |
|
Beberse quieren los ojos |
|
El eco flébil que esperan. |
|
��Santos del Señor (se oyó), |
|
Cuyas virtudes excelsas |
|
La fe celebró de Lope |
|
Con rima imperecedera! |
|
�Vos, Apóstol de las gentes, |
|
Penitente Magdalena, |
|
Roque, Diego, Nicolás, |
|
Casilda, Julián de Cuenca! |
|
�Vos, Cardenal de Belén; |
|
Vos, Ángel de las escuelas, |
|
Brígida, Isidro, Agustín, |
|
Y vos, mi Madre Teresa! |
|
Con vosotros ha vivido |
|
El alma de Lope tierna: |
|
Recibidla en brazos, hoy |
|
Que al pie del Eterno vuela, |
|
Recibe tú, padre mío, |
|
De este mi dolor la ofrenda: |
|
Sin corazón para el mundo, |
|
Me mata por ti la pena. |
|
�Padre! �Adiós! Del viaje largo |
|
Descansas en paz perpetua; |
|
Y en vez de laurel caduco, |
|
Ciñes corona de estrellas. |
|
�Yo lloro, y eres feliz! |
|
�Bendita la mano sea, |
|
Que gloria te da en el cielo, |
|
Tras gloria tanta en la tierra! |
A 25 de noviembre de 1860 se inauguró el sencillo monumento mural que se ve en la
fachada de la casa donde Lope murió. Leyó en aquella solemnidad este romance, años antes
escrito, mi querido amigo el Sr. D. Manuel Cañete.
|
Yo, Comella, aquel fatal |
|
Comella, que daba a luz |
|
Un disparate mensual |
|
Para el Príncipe, o la Cruz, |
|
O los Caños del Peral; |
|
|
Yo, que los campos Elíseos |
|
Habito al fin, desde que |
|
Mis pecadillos purgué, |
|
Tiempo ha, madrileños, quíseos |
|
Decir lo que hoy os diré. |
|
|
Escribiendo mal y pronto, |
|
Al público traje tonto |
|
Con mi Teresa en Landau, |
|
Mi Federico en Torgau, |
|
Mi Esclava de Negro Ponto. (27) |
|
|
Padres bobos de familias, |
|
Madres de familia bobas, |
|
Dieron prez a mis vigilias, |
|
Aplaudiendo mis Cecilias, |
|
Llorando con mis Jacobas. |
|
|
La sociedad alta y fina, |
|
Como la gente común, |
|
Se pasmó de mi Cristina, |
|
Mi Natalia y Carolina |
|
Y mi Escocesa Lambrún. |
|
|
Cómico lírico al par, |
|
�Cuánto no hicieron ganar |
|
Mis óperas españolas! |
|
Ellas se cantaban solas: |
|
Señores, no es ponderar. |
|
|
Pródigamente aplaudido, |
|
Y mal pagado, según |
|
Costumbre de España ha sido |
|
(La cual, dicen, ha seguido |
|
Sin alteración aún), |
|
|
Señaló a mis glorias fin |
|
Un mozuelo botarate, |
|
Narigordo y chiquitín, |
|
Que fue joyero y abate: |
|
Don Leandro Moratín. |
|
|
Éste, sin hacer misterio, |
|
Me retrató ce por be |
|
Con superior magisterio |
|
En aquel Don Eleuterio |
|
De su comedia, El Café. |
|
|
Púseme yo furibundo |
|
Al verme tratar así. |
|
Me desquité (28)... me morí... |
|
Él también salió del mundo, |
|
Y encontrámonos aquí. |
|
|
Como todo lo miramos |
|
Ya sin pasión los difuntos, |
|
Pronto nos reconciliamos. |
|
Lo que es ahora, tomamos |
|
Los dos chocolate juntos. |
|
|
Unión tan rara y tan bella, |
|
Que quien ponga duda en ella |
|
Debe dejarse enterrar, |
|
Y venir a merendar |
|
Con Moratín y Comella. |
|
|
En el Diario leí |
|
Que hoy (29) en escena ponéis |
|
La hermosa comedia, El Sí |
|
De las niñas, que yo vi |
|
Estrenar el año seis: |
|
|
Obra de gusto exquisito, |
|
Si no de sublime genio, |
|
Proclamada a voz en grito |
|
Como la mejor que ha escrito |
|
El buen Inarco Celenio; |
|
|
Obra que por el autor |
|
Fue y es a la vez mirada |
|
Con júbilo y con dolor, |
|
Como que le fue inspirada |
|
Por un malogrado amor. |
|
|
Esa hechicera Paquita |
|
Se llamaba y era así, |
|
Bella, amable... regordita... |
|
Ya con nosotros habita: |
|
La tengo en frente de mí. |
|
|
También la tal Doña Irene |
|
Retrato al natural es, |
|
Y �qué semejanza tiene! |
|
Mas esto ya no conviene: |
|
Voy a la comedia, pues. |
|
|
Sin bautizo y sin entierro, |
|
Sin mono, urraca ni perro galán; |
|
Que haga de primer galán; |
|
O madre y niño en encierro |
|
Transidos de hambre y sin pan, |
|
|
Con una decoración |
|
De bien poco relumbrón; |
|
Sin trajes ricos, vejete, |
|
Versitos de sonsonete |
|
Ni chistes de bodegón; |
|
|
Entusiasmo sin igual |
|
Excitó en las jerarquías |
|
Todas de la capital, |
|
Durando veintiséis días, |
|
Parando en el Carnaval. |
|
|
Éxito inmenso, inaudito, |
|
Que de un revés fue ocasión: |
|
Vedó su continuación |
|
Aquel tribunal bendito |
|
De la Santa Inquisición. |
|
|
Muy bien hecho,�voto a san! |
|
�Tizonazo al perillán |
|
Que, horrorizando almas pías, |
|
Dijo que eran chucherías |
|
Los santos de mazapán! |
|
|
Pero después ocurrió |
|
Lo que ya la historia escribe.- |
|
La España se transformó; |
|
La Inquisición pereció, |
|
Y El Sí de las niñas vive. |
|
|
Porque así triunfa el talento; |
|
Así al error da castigo |
|
El tiempo justo, aunque lento: |
|
Yo escribí cien obras; ciento |
|
Se sepultaron conmigo. |
|
|
No así Moratín: su nombre |
|
Cada vez cunde mayor. |
|
�Loor, eterno loor |
|
Al que tan bien pinta al hombre, |
|
Para volverle mejor! |
|
|
Él enseñó a la vejez, |
|
Él honró la ancianidad, |
|
Él condenó, recto juez, |
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A eterna ridiculez |
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La pedante vanidad. |
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El estafador tembló |
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De su voz grave y severa. |
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Y de sí se avergonzó |
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La hipócrita zalamera |
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Cuando su imagen miró. |
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Él al paterno poder |
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Línea trazó decorosa, |
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Él defendió a la mujer: |
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-Su misión no pudo ser |
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Más noble ni más hermosa. |
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Duramente me trató; |
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Mas (con orgullo lo digo) |
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Mi honradez reconoció. |
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Le alabo, y fue mi enemigo: |
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Pocos hacen lo que yo. |
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Modelos de arte y buen gusto |
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Dejó; pero con derecho |
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Le dirá el crítico adusto |
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Que no es útil siempre y justo |
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Seguir su camino estrecho. |
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Con poetas de otra edad |
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Moratín sus glorias parte; |
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El ingenio, aunque es verdad |
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Que necesita del arte, |
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Vive de la libertad. |
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Y gloria de su nación |
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Será el insigne varón, |
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Que logre juntar al fin |
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El genio de Calderón, |
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El arte de Moratín. |
Leída en el Teatro del Instituto.
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Señor, mucho amado, mío: |
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Dé convusco en hora buena |
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La trova que vos envío |
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Yo el coplero Antón Berrío, |
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Compadre de Joán Baena. |
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Del vueso coronamiento |
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Fízosenos relación, |
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É saltamos de contento |
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Nos, é fasta el fundamiento |
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D'aquesta elisia región. |
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É segund prístina usanza, |
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Solenidad fue dispuesta |
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Súbito en vuestra alabanza, |
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É tócame aquí en la danza |
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Ser el yoglar de la fiesta. |
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Cierto cuento asaz galano, |
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Romanzar por ende quiero, |
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D'un pastorcico insulano |
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É un sculpidor palanciano, |
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Muy sotil imaginero. |
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El pastor Andrés Llorente, |
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Que es subjeto de la frasi, |
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Vivía entre pobre gente |
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En la Insula Escura, casi |
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Fuera del mundo yaciente. |
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Los insulanos Escuros |
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Alzaron una capiella |
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De flacos é humildes muros, |
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Do plañir en sus apuros |
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Á la Madre sin manciella. |
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Un bulto labrarse hía |
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De Doña Virgen María: |
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Non hí habiendo entallador, |
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Juró que el bulto faría |
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Nueso Llorente el pastor. |
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Omne era d'engeño noto; |
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Mas nunca estrumentos viera |
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Del arte cinceladera, |
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É con un cuchillo boto |
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Decentaba la madera. |
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Fué asín, que el tallado leño |
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Tosquilla sacó la faz |
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Del santo, fermoso Dueño; |
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Mas tod' el vulgo insuleño |
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Contentóse dél asaz. |
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É vedes, por aventura, |
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Que aporta en la Insula Escura |
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Bajel que aventó é lievol |
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Fasta allí tormenta dura, |
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De tierras de claro sol. |
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En la nao derrotada |
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Un entallador veníe |
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De maestría muy sonada, |
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É una imagen hi traíe |
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De la sola Inmaculada. |
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Pasmóse cada insular, |
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É la efigie, decernieron |
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Ser maravilla sin par, |
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Fueras ende que quisieron |
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Ver al maestro labrar. |
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Él sacó formón é gubia |
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É lima de recorrer |
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Fasta el hoyuelo postrer, |
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Pintura azul, blanca é rubia, |
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É todo su menester. |
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É trasteando con ello, |
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É dejando a todos vello, |
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Dijo el Maese a la fin: |
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�Con aquesto faz aquello |
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Quien sabe facerlo asín.� |
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Un lenguaraz le arguyó |
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(Ca de malandrines tales |
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Nadie en la vida escapó): |
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�Con estrumentos iguales |
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Ficiera otro tanto yo.� |
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�Non ficieras, mal tu grado, |
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Respuso el pastor honrado, |
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É nada tu dicho val: |
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Con fierro bien aguzado |
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Mano torpe labra mal.� |
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�Yo adelgacé cuanto pud; |
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Mas mi obra non es de prez; |
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De la d'este no hay quien dud: |
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Fuera, pues, ingratitud |
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Non le dar lo que merez.� |
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�Con rico lauro de honor |
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Premien al entallador, |
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É digan los sabidores: |
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�Si éste usó medios mejores, |
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Fizo también lo mejor.� |
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Tal ha judgado de ti, |
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Perínclito, buen Quintana, |
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La poetal familia hispana, |
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Que leda conmora aquí, |
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Libre d'afición mundana. |
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Hobo antes del tú nascer |
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Poetas de grand valer; |
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Mas poco antaño prestaba |
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Voz que tartamudeaba |
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Con pequeñuelo saber. |
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Fabla é dotrina mejor, |
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Aun en edad posterior |
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Alzó más la poetría; |
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Fincaba empero vacía |
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La siella de más altor. |
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Tú fuiste a sazón venido |
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Para ser enaltecido |
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Rey del castellano metro: |
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Mil corrieran tras tu cetro; |
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El s'es a tus manos ido. |
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Ca tú, superno Cantor, |
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Sublimaste cual ningún |
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Virtud é sciencia é valor |
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É tierno gemiste aún |
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Trances de mortal dolor. |
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Tú al toledano Moisés, |
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Tú al español Abrahán, |
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Tú al campeón burgalés |
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Luz diste con que después |
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Fulgir eternales han; |
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Tú a1 que en Villalar cayera, |
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Suerte derrocando fiera |
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Su generoso pendón, |
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Trocaste en laude honradera |
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El malsinante padrón. |
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Tú el mar pintaste furente, |
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Tú la blanda fermosura; |
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Grande tu cor é tu mente, |
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Loaste cuanto ha excelente |
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El omne é Palma Natura. |
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Noblescidos en tus cantos |
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Grandes fechos é quebrantos, |
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El feliz é non feliz, |
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De las coronas de tantos |
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Una para ti se fiz. |
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Luengos años de alegranza |
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Goces esa bienandanza |
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Que al tu mérito convién, |
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É troven en tu membranza |
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Omnes, é damas también. |
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Vítores de alegre afán |
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Te envían de nueso albergue |
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Pelayo, el Cid é Guzmán, |
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É con Lauria é Gutembergue |
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El privado de don Joán. |
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É tod' un pueblo en tropel, |
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De Pirene a Lusitaña, |
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Glorifique ese laurel |
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Que te da en nombre d'España |
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La magnánima Isabel. |
Marzo de 1855.
Madrid 26 de mayo de 1869.