Abrí mi corazón, de amar ansiosa
A los primeros vientos del Otoño
Al torcer una curva del camino
Así van esperanzas e ilusiones
A su ley te rindió Naturaleza
A tu sombra nací, Giralda mía
Augusta musa, divinal poesía
Brillante sol que hacia el Ocaso ruedas
Como la amante yedra al muro asida
Como labra el artista inteligente
Contemplando a las niñas en la cuna
Cuando el ángel sombrío de la muerte
El amor, ya sumiso, ya inhumano
En donde luce el sol de Andalucía
En la margen del Betis murmurante
Era ayer juventud llena de encanto
Esa catedral grandiosa
Es mi afán tan inmenso por mirarte
¡Hermanos!: ¡Paz y salud!
Huye el invierno: a tu sonrisa pura
La soledad voy buscando
Llegad, Reyes del Oriente
Logré al fin con esfuerzo sobrehumano
Mírame tú; que si dolor impío
Nació una flor al pie de unas ruinas
Ni en la alta cumbre por el sol luciente
No ajadas por el tiempo, como el día
¿No lo sabéis quizás? Yo sé la historia
No puedo más: mi corazón se parte
No sé qué pensará mi antiguo amigo
Ofrenda de infortunios y dolores
Primero la niñez dulce y serena
¡Qué malo es el mundo
Querida amiga del alma
¡Sevilla! suelo fecundo
Si buscáis de mi mente las creaciones
Siempre escuché, con anhelo
Solo está el templo, silencioso y frío
Soy ave solitaria que canto en las ruinas
Sueño: ¿por qué si ahuyentas mis dolores
Tejieron en tu honor, hermano mío
Tengo un amigo: el sólo que me resta
Tiene, así como el cielo su rocío
Tú eres altar de mi cariño santo
Una flor de azahar me diste un día
Una mujer, como visión o hada
Ven, Año Nuevo, y sobre Europa ondea
Vengo a besar el sacro pavimento
Ya que por mi biografía