Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.


ArribaAbajoLibro tercero




ArribaAbajoEndecha 1


   Cristalino río,
manso y sossegado,
mil vezes turbado
con el llanto mío:
oye mis querellas  5
amorosamente,
sin que tu corriente
se turbe con ellas.
Sólo a ti me bueluo,
el furor huyendo  10
deste mar horrendo
que en mi mal rebueluo.
No permitas tanto
no acetar mis dones,
como con passiones  15
aumentar mi llanto.
Vn hombre soy, quien
tiene el cielo tal,
que por dalle mal
le promete bien.  20
Tú sólo te duele
de mi suerte amarga,
que vna vida larga
no ay quien la consuele.
Desterrado voy  25
de quien quiere el hado
que viua apartado
para ser quien soy.
En el alma traygo
yerua ponçoñosa,  30
y en los ojos cosa
con que más la arraygo.
Vi dichosamente
nauegar mi naue
con el aura suaue  35
de vna voz doliente.
Perdíla, y el cielo
cerróse al momento,
destemplóse el viento,
no me sufrió el suelo.  40
Llamé tu deydad
y ofrecí la naue,
ya pesada y graue
en la aduersidad.
Recibe estas sobras  45
del mar escapadas,
que, aunque desdichadas,
lleuan fe y son obras.
Y tu cara vea
tan florida y verde  50
como la que pierde
Flora y Amaltea.
Si contigo viera
la alta gloria tuya,
al cielo la suya  55
sólo le pidiera.
Mas el cielo ordena
que apartado viua
el alma cautiua
y el cuerpo en cadena.  60




ArribaAbajoEndecha 2


   El pastor más triste,
que ha seguido el cielo,
dos fuentes sus ojos
y vn fuego su pecho,
llorando caydas  5
de altos pensamientos,
solo se querella
riberas de Duero.
El silencio amigo,
compañero eterno  10
de la noche sola,
oye sus tormentos.
Sus endechas lleuan
rigurosos vientos,
como su firmeza  15
mal tenidos zelos.
Solo y pensatiuo
le halla el claro Febo.
Sale su Diana,
y hállale gimiendo.  20
Cielo que le aparta
de su bien inmenso,
le ha puesto en estado
de ningún consuelo.
Tórtola cuytada  25
que el montero fiero
le quitó la gloria
de su compañero,
eleuada y mustia
del piadoso acento  30
que oye suspirando
entregar al viento,
porque no se pierdan
suspiros tan tiernos
ella los recoge,  35
que se duele dellos.
Y por ser más dulces
que su arrullo tierno,
de su soledad
se quexa con ellos,  40
que ha de hazer el triste
pierda el sufrimiento
que tras lo perdido
no cayrá contento.




ArribaAbajoEndecha 3


   Riguroso inuierno,
cuya faz neuada
tiene deshojada
la del campo tierno,
cuyas blancas sienes  5
de color neuado
me han a mí turbado
mil serenos bienes,
más ligeramente
sueles acabarte;  10
mas quien haze estarte
sabe mi accidente.
Sabe perseguirme,
y acabarme, y sabe
que ánima tan graue  15
no podrá sufrirme.
Quanto el cielo amigo
me ordenó contentos,
penas y tormentos
me trazó enemigo,  20
y de su malicia
tengo aueriguado
que ha dificultado
mi suerte propicia.
A ti sólo agora  25
me bueluo llorando,
que, si te hallo blando,
todo se mejora.
Mira dónde muero
y de qué presencia  30
me alarga vna ausencia
cielo crudo y fiero.
Si del cruel contrario,
que mi vida tiene,
a mi alma viene  35
tanto mal, tan vario,
muchos enemigos
tiene mi cruel vida,
y a quien cielo oluida
no alibian amigos.  40
De mí te apiada
si a mi llanto acaso
no ha cerrado el passo,
tu frente neuada.
Que si tú hazes yelo  45
mi llanto penoso,
¿con qué haré piadoso
monte, y hado, y cielo?




ArribaAbajoEndecha 4


   Veneno sediento,
yerua y áspid hecho,
dentro de mi pecho,
crudo amor, te siento.
Manso te embraueces  5
y altiuo te amansas
y apenas descansas
quando te enfureces.
Y haziendo mis penas
furor, yelo y llamas,  10
ponçoña derramas
por todas mis venas.
Áspid, te rebuelues
con abraço estrecho
por el alma y pecho  15
que en ceniza buelues.
Ponçoñosa yerua
por el alma prenden
y, si allí te enciendes,
llanto te reserua.  20
Nunca has pretendido,
crudo amor, matarme
como lastimarme
con mal diferido;
pues siendo mortal  25
mi tormento fiero,
ni mueres ni muero
con mi graue mal.
Furioso te ablando
y blando te aliento,  30
que a ti y tu tormento
cría el pecho blando.
De tu estrago fiero
no sé qué pensarme:
tú quieres matarme,  35
darte vida quiero.
¡Ay!, sedienta fiera,
basta mi tormento,
que mi perdimiento
no es como cualquiera.  40
Allá te encrudece
donde no has passado
alma y pecho elado
que se te endurece.
Que a mi pecho y alma  45
por fee y por rigor,
ya les diste amor,
lauro, triunfo, y palma.




ArribaAbajoEndecha 5


   Llorad, tristes ojos,
si a llorar se acaba,
vna vida esclaua
de penas y enojos;
mejor moriréis  5
si acabáis llorando,
que desesperando
de lo que veréis.
No os duela la vida
que estimastes tanto,  10
que, entre oluido y llanto,
va muy bien perdida.
Con glorias inciertas
y esperanças vanas
hazéis más libianas  15
las que lloráis muertas.
No os engañe amor,
que, por no perderos,
quiere socorreros
con falso fauor.  20
Mirastes humanos
y entrada le distes;
siempre casos tristes
nacen de ojos vanos;
mostróseos afable  25
sobre doble trato,
pero mi recato
le sintió mudable.
Hízose tirano
de alma y coraçón,  30
que sobre afición
carga cruel la mano.
Saqueó mi pecho,
dióle a vn enemigo:
nunca falso amigo  35
puede hazer buen hecho.
Llorad, ojos, tanto
que todo este oluido
salga conuertido
en piadoso llanto.  40
Doleos de mi mal
y no de mi muerte,
que tan mala suerte
buena es ser mortal.
Y temed que el cielo  45
no haga mi passión
desesperación
de rabioso zelo,
que esta muerte amarga,
con nombre de vida,  50
mientras más temida,
más cruelmente carga.




ArribaAbajoEndecha 6


   Corona del cielo,
Ariadna bella,
conocida estrella
del noturno velo,
tú sola del coro  5
de las lumbres bellas,
oye mis querellas,
pues tus males lloro.
Tú fuiste querida
y oluidada fuiste;  10
yo, querido y triste,
quien me amó me oluida.
Si el dolor estrecho
de mi suerte airada
tray mi alma forçada  15
dentro de mi pecho,
¿qué pretende el cielo
tras agrauio tanto,
si al verter mi llanto
le transforma en yelo?  20
Por ventura, fuí
tan terrible y duro
que miré seguro
el bien que perdí.
Mas mi dolor fiero,  25
como ha de acabarme,
no viene a matarme
sin mortal agüero.
¡Ay del sin ventura
que ha de amar forçado!  30
Siempre al desdichado
sigue suerte dura.
Si yo he conocido
que tu gloria, amor,
no es de aquel valor  35
que el dolor sufrido;
sin duda tu gloria
ha sido instrumento
con que el sentimiento
doble la memoria.  40
Vsas de inuenciones
para perseguirme:
ánimo tan firme
no mudan passiones.
Todo el mal me hiziste  45
que pudiste hazerme,
y por no perderme
de tu bien me diste.
Pero fué tu gloria
para el tiempo ingrato,  50
doble y falso trato
contra la memoria.
Lo possible has hecho
para destruirme:
de ánimo tan firme  55
no ay temer mal pecho.
Bien puedes mostrarme
todo lo que alcanças,
que de tus mudanças
no sabré mudarme.  60
Seguro me tienes,
carga yerro y corta,
que vna vida corta
passaré sin bienes.
Tú, corona bella,  65
y vos, lumbres claras,
compañeras caras
del silencio y della,
si está ya del cielo
que oluidado muera,  70
muera como quiera,
sin gloria y consuelo.




ArribaAbajoEndecha 7


   Viuda sin ventura,
tórtola cuytada,
mustia y assombrada
de vna muerte dura,
tú, que el valle ameno  5
con tu arrullo blando
serenaste, quando
vió tu bien sereno,
quexas inmortales
hieren tus sentidos,  10
que a bienes perdidos
no ay medianos males.
Buelue donde mueuas
las fieras que dexas,
que no son tus quexas  15
para monte y cueuas.
En el valle donde
tu dolor te zela,
nadie te consuela,
nadie te responde.  20
Llora, Filomena,
cierua herida brama,
y Eco que te llama
te cuenta tu pena.
Tu gloria fué tal,  25
que hizo ser temida,
pero tu cayda
fué temido mal.
Si mi compañía,
triste y desdichada,  30
por sola te agrada,
oye mi agonía.
Cielos y hado canso,
monte y valle ofendo,
los ayres enciendo,  35
las aguas amanso.
Vna ausencia estraña
tiene mi alma tal,
que abraça su mal
por ser quien la engaña.  40
Mas vna sospecha
de vn ingrato oluido
tray a mi sentido
en batalla estrecha.
Ella será cierta,  45
que es temido mal
de vn alma inmortal
a esperança muerta.
Que del rigor que has,
cielo, puesto en ella  50
no ay qué esperar della
ni qué temer más.
Ya conozco y siento
de cruel fortuna,
que si es sola y vna,  55
que aflixe por ciento;
la estrella que influye
ventura en mi estado
es el fiero hado,
que mi bien destruye.  60
Tú, viuda cuytada,
menos aflixida
que vna triste vida
del cielo agrauiada,
para no cobrar  65
el bien que perdiste,
ninguno más triste
te podrá aliuiar.
Pero no es mi intento
consolar tu canto,  70
sino que a mi llanto
muestres sentimiento.
Cielo y suerte dura
no me sufren, quando
padezco penando  75
su fe mal segura;
si me quitan quanto
no me podrán dar,
¿no me he de quexar
consumido en llanto?  80
Llorad, ojos tristes,
mientras que podéis,
lo que ausentes veis
y en presencia vistes.
Que mi suerte airada  85
no querrá vna vida
tan aborrecida
como desdichada.




ArribaAbajoEndecha 8


   Filis rigurosa
sobre quantas cría
la ribera fría
de Xarama hermosa,
y a mi fiel lamento  5
más endurecida
que montaña herida
de alterado viento,
¡ay!, que la razón
que a llorar me fuerça  10
tu rigor la esfuerça
como a mi passión.
Si el cielo piadoso
por mí permitiera
que no me doliera  15
tu desdén rabioso,
quexas inhumanas
no te endurecieran,
porque humanas fueran
canciones humanas.  20
Mas pues duro cielo
con mi fee y mi llanto
te endurece tanto,
no me sufra el suelo,
mi dolor te canse,  25
mi razón te indine,
y el Cielo se incline
contra quien te amanse.
Triste y apartado,
en esta ribera,  30
piedra, planta o fiera
quede transformado;
mis penas y enojos
rompan con mi amor,
y no aya pastor  35
que cierre mis ojos
que tú, que mi vida
tienes ya de suerte
que desea la muerte
por aborrecida.  40
Tú dirás en vano:
¡Ay, pecho neuado,
qué mal que has tratado
mi amor soberano!
Tú, que con tu amor  45
sueles piadosa
por la selva vmbrosa
templar tu dolor.
Y en sus ojos fríos,
ya para ti hermosos,  50
boluer los furiosos
que lloran los míos.
Tú los fixarás
en la piedra escura
de mi sepultura  55
quando no querrás.
Quando la razón
que a llorar te obligue
aun no te mitigue
con igual passión.  60
Quando fuentes frías
laben el error
que causó el rigor
de mis agonías.
Quando coronando  65
mi sepulcro triste
con la flor que viste
Flora el campo blando,
suspiros despidas,
quexas te oyga el cielo,  70
que esto es el consuelo
de glorias perdidas.
Mas, ay, Filis, temo
tu visto rigor,
que de mi dolor  75
no es el bien supremo.
Qualquiera contento
fuera bien crecido,
pero lo sufrido
no tiene descuento.  80
Ni tú tratarás
de alibiar mi llanto,
tú, a quien mi quebranto
no mouió jamás.
Que pues tanta muerte  85
nunca te ha mouido,
la que tú has querido
no podrá mouerte.




ArribaAbajoEndecha 9


   Sombra de la tierra,
noche tenebrosa,
cuyo fin reposa
mi afanada guerra.
Tú, que acompañada  5
del coro luciente
de la Luna ardiente
sales ofuscada,
y entre las tinieblas
de tu cara escura  10
muestras la hermosura
de tus turbias nieblas,
si agora entre tanto
que la Aurora clara
no muestra su cara  15
conuertida en llanto,
y el eterno fuego
del cielo estrellado
infunde su hado
por el mundo ciego,  20
tan sola y tan muda
como quien te inspira,
atiendes la ira
de mi Ninfa cruda,
conuierte a mi llanto  25
tus claras estrellas,
no proceda dellas
sentimiento tanto.
Que si mi dolor
es influencia suya,  30
haré que no influya
cielo en mi rigor.
Ya sabes que huyo
del Sol que has huído,
hombre conuertido  35
en vn monstruo tuyo.
Voluntad sincera,
palabras y llantos
fueron los encantos
de vna Maga fiera.  40
No temí el engaño
sobre tanta gloria,
y ella hizo vitoria
de mi fe y mi daño.
Y apenas contenta  45
con mi perdimiento,
todo aquel contento
conuirtió en mi afrenta;
con mis prendas nobles,
mal distribuídas,  50
dexo enriquecidas
hayas, olmos, robles.
Yo, cuytado, a quien
vn pecho agrauiado
tiene condenado  55
a llorar mi bien,
con cielos y hados
tu silencio sigo,
que es callado amigo
de pechos callados.  60
Llorando me dexas,
hállasme llorando,
el cuerpo penando,
la alma entre quexas.
Él esconde el llanto  65
entre tus dobleces,
por las muchas vezes
que esparció mi canto.
Oye mi lamento,
responde a mis males  70
respuestas fatales
de mi perdimiento.
Ay, agüeros tristes
de mis glorias puras,
que tan mal seguras,  75
que tan ciertos fuistes.
Por bienes robados
sentido me distes,
que los casos tristes
despiertan cuydados.  80
Yo los lloraré,
triste noche, en tanto
que al amargo llanto
no le falta fe.
Y en el tiempo, quando  85
falte al cuerpo vida,
alma dolorida
andaré penando.




ArribaAbajoEndecha 10


   Triste Filomena,
cuya voz doliente
dolorosamente
declara tu pena,
cuyo dulce nido,  5
rico y despojado,
ha sido llorado
y alibiado ha sido,
si tú voz me dieras,
o mi mal lloraras,  10
no dudo acabaras
los que enternecieras;
prendas de afición,
y essas bien pagadas,
han sido robadas  15
de mi coraçón;
hasta el pecho y alma
la enemiga mano
metió amor tirano
para triunfo y palma.  20
Y sufren los cielos
que alma saqueada
quede hecha morada
de rabiosos zelos.
La vida lleuara  25
con el bien lleuado
que al desventurado
la muerte le ampara.
No vieran mis ojos
mis prendas queridas  30
del cielo ofendidas
por baxos despojos,
que los dos serenos,
como el cielo bellos,
yo espero de vellos  35
de lágrimas llenos.
Regálense agora
con los que enriquecen,
pues se compadecen
del triste que llora.  40
Yo los vi llorar
mi mal crudo y fuerte,
trocóse mi suerte,
sentílos trocar.
Yo lloraré tanto,  45
que la alma dolida
de mi triste vida
se conuierta en llanto.
Y el cielo permita,
tras tantos enojos,  50
florezcan sus ojos
mi gloria marchita.
Que en el mar turbado
que agora nauego,
si vna vez me anego,  55
quedaré anegado.