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ArribaAbajoPoesía celebrativa


ArribaAbajoVersos latinos y castellanos

que sirvieron para adornar los principales sitios por donde pasó el Rey Nuestro Señor, cuando hizo su entrada pública en Madrid en el año 1760. Compuestos por encargo de su Ayuntamiento, e impresos en la relación publicada en el expresado año





ArribaAbajoCastilla


ArribaAbajo   Sus altivos homenajes
hoy rinde Castilla a Carlos
para mejor ensalzarlos.




ArribaAbajoLeón


ArribaAbajo    Émula de sus blasones,
postra a vuestros pies reales
León en sus naturales
propagados los leones.




ArribaAbajoAragón


ArribaAbajo   En tantas aclamaciones
y comunes parabienes,
ofrece Aragón por dones,
para que orléis vuestras sienes,
el oro de sus bastones.




ArribaAbajoGalicia


ArribaAbajo    Porque a Carlos pruebas dé
Galicia de su afición,
orla su escudo y blasón
de las armas de la fe.




ArribaAbajoSevilla


ArribaAbajo    Con los números terceros
siempre fue feliz Sevilla;
pues un Tercero la ensalza,
si un Tercero la conquista.




ArribaAbajoGranada


ArribaAbajo    Siguiendo de amor las leyes,
besa Granada tus pies,
y alfombra de Carlos es
la que fue solio de reyes.




ArribaAbajoNavarra


ArribaAbajo   Hoy Navarra ofrece sola
con sus cadenas, testigos
con que su esfuerzo acrisola,
sujetar los enemigos
de la Nación española.




ArribaAbajoCórdoba


ArribaAbajo    Más hoy a Córdoba ilustra,
ser rica prenda de Carlos,
que cuanto la ennoblecieron
cónsules y califados.




ArribaAbajoToledo


ArribaAbajo    Con los más rendidos modos,
da indicio de su terneza
Toledo, porque vean todos
que está a tus pies la cabeza
del imperio de los godos.




ArribaAbajoValencia


ArribaAbajo    Valencia en su nombre ofrece
a Carlos valor profundo;
y tanto su industria crece,
que en breve tiempo, parece,
le podrá ofrecer un mundo.




ArribaAbajoCataluña


ArribaAbajo    Si al esfuerzo catalán,
Carlos, la rienda soltares,
árbitros de tierra y mares
tus ejércitos serán.




ArribaAbajoMurcia


ArribaAbajo    De la murciana opulencia
hoy, Carlos, pruebas tenéis,
dandoos su magnificencia
timbres con que coronéis
toda vuestra descendencia.




ArribaAbajoJaén


ArribaAbajo    Jaén ofrecer merece
su valentía orgullosa,
que al ilustre ejemplo crece,
que la memoria le ofrece
de las Navas de Tolosa.




ArribaAbajoVizcaya


ArribaAbajo    En Vizcaya el hierro indicio
de aquí adelante será
del acierto que tendrá,
Carlos, en vuestro servicio.




ArribaAbajoGuipúzcoa


ArribaAbajo    En tanto cañón sañudo
Guipúzcoa os da, según veo,
el implacable deseo
de añadir más a su escudo.




ArribaAbajoExtremadura


ArribaAbajo    Si de Febo la luz pura
nuevos mundos nos mostrara,
a Carlos los conquistara
el valor de Extremadura.




ArribaAbajoMallorca


ArribaAbajo    Hoy, con su obsequio a tus pies,
te ofrecen los Baleares,
con el amor más cortés,
el opulento interés
del dominio de los mares.




ArribaAbajoAsturias


ArribaAbajo    A Asturias glorias duplica,
ser de dos Carlos vasalla;
de Carlos Príncipe nuestro,
y de Carlos Rey de España.




ArribaAbajoInscripción latina


Al Príncipe nuestro Señor

CAROLO. ANTONIO. BORBONIO.
D. CAROLI. F. D. PHILIPPI. NEPOTI.
PRINCIPI. ASTURIARUM.
REGNIQUE. HAEREDI. AUG.
UNIVERSI. HISPANIAE. ORDINES.
SACRAMENTO. SE. OBSTRINGENTES.
COMMUNI. VOTO. F. C. DD.




ArribaAbajoParáfrasis de la misma


ArribaAbajo   Renuevo heroico del varón glorioso,
que por Rey nos da el cielo soberano,
nieto del gran Felipe el animoso,
Aníbal español, Numa cristiano;
hoy Príncipe os aclama generoso
de Carlos sucesor el celo hispano,
y heredero también, porque así cuadre,
del ínclito valor de vuestro padre.




ArribaAbajoFilipinas


ArribaAbajo   Del Asia noble porción,
las Filipinas os dan
hoy, Carlos, veneración;
que, aunque remotas, están
prontas a su obligación.




ArribaAbajoIslas marianas


ArribaAbajo    Guirnaldas tejen lozanas
en fe de su lealtad
a Carlos las Marianas;
y ofrecen su amenidad
a sus plantas soberanas.




ArribaAbajoChile


ArribaAbajo    Si milagro del valor
fue un tiempo Chile y Arauco,
ya de Carlos en obsequio
será del amor milagro.




ArribaAbajoPerú


ArribaAbajo    Más al Perú le enriquecen,
Carlos, tus leyes divinas,
que el tesoro de sus minas.




ArribaAbajoNueva Granada


ArribaAbajo    Hoy, en obsequio de Carlos,
compite por su fe heroica
la Granada americana
con la Granada española.




ArribaAbajoRío de la Plata


ArribaAbajo    Para que con más decoro
demuestre su pasión grata,
correrán a tu tesoro,
Carlos, manantiales de oro
desde el Río de la Plata.




ArribaAbajoOrinoco


ArribaAbajo    Dando de su amor señales,
Carlos, si posible fuera,
de Orinoco los raudales
dejarían su ribera
por besar tus pies reales.




ArribaAbajoCosta Rica


ArribaAbajo    Nunca mejor Costa Rica
me podré llamar que cuando
de Carlos adoro el mando.




ArribaAbajoLa Española


ArribaAbajo    Si del valor español
es dechado la Española,
no lo es menos del amor
con que hoy a tus pies se postra.




ArribaAbajoLa Florida


ArribaAbajo    Para que en fe de su amor
a Carlos más frutos rinda,
será de hoy en adelante
más florida la Florida.




ArribaAbajoNueva España


ArribaAbajo    Con esplendidez extraña,
como a su amor le conviene,
riqueza inmensa previene
a Carlos la Nueva España.




ArribaAbajoNueva Galicia


ArribaAbajo    De Carlos la protección
apellida con justicia
la rica Nueva Galicia.




ArribaAbajoNueva Vizcaya


ArribaAbajo    En el valor singular
y amor que a Carlos ostenta,
sólo la antigua Vizcaya
competirá con la Nueva.




ArribaAbajoYucatán


ArribaAbajo    A Carlos de su fe pura
finos testimonios dan
Honduras y Yucatán.




ArribaAbajoCalifornia


ArribaAbajo    Perlas California ofrece
a Carlos hoy, cuantas cría
el alba al nacer el día.




ArribaAbajoCanarias


ArribaAbajo   Nunca más afortunadas
las Canarias habrán sido
que desde que han merecido
ser de Carlos ilustradas.




ArribaAbajoPresidios


ArribaAbajo    Los presidios africanos
ofrecen a tu albedrío
el antiguo señorío
de los pueblos transfretanos.




ArribaAbajoA la Reina nuestra señora y real familia


ArribaAbajo    Ínclita Amalia, ilustre, generosa,
de Carlos digna esposa, y reina nuestra,
admitid la expresión más obsequiosa
que hoy la española lealtad os muestra.
Y vos, progenie augusta, numerosa,
creced feliz, porque en la estirpe vuestra
goce el mundo en virtudes peregrinas
multiplicados héroes y heroínas.




ArribaAbajoA la Reina madre N. S. y señor Infante D. Luis, hermano del rey


ArribaAbajo   Muestras os dan de su agradecimiento,
magnífica Isabel, las expresiones,
con que en tan grande universal contento,
España grata os rinde aclamaciones.
Y vos, glorioso Luis, cuyo ardimiento
nuevo blasón será de los Borbones,
vivid feliz, para llenar de glorias
vuestra vida, la España y las historias.




ArribaAbajoAl retrato del Rey nuestro señor


ArribaAbajo    Splendentes jam tolle tuos, Pictura, colores.
Cuique suo Carolum pectore pingit amor.




ArribaAbajoAl retrato de la Reina nuestra señora


ArribaAbajo    Suspicit egregios quicumque, Amalia, vultus:
Ille animi dotes insuper ore videt.




ArribaAbajoÉgloga piscatoria

leída en Junta General celebrada por la Real Academia de S. Fernando, en 28 de Agosto de 1760, para la distribición de los premios a los discípulos de las Nobles Artes


INTERLOCUTORES
 

 
ALCIÓN.
POETA.
GLAUCO.


POETA

ArribaAbajo    Bramaba el ronco viento,
y de nubes el sol oscurecido
horror al mar indómito añadía;
el líquido elemento,
de rayos y relámpagos herido,  5
contra su propio natural ardía.
Huye la luz del día,
que el fuego interrumpido sustituye;
de sus cabañas huye
el pescador al monte más vecino;  10
y sólo en tan violento torbellino
rotas quedan del mar en las orillas
jarcias, entenas, árboles y quillas.
Objeto son funesto
y embarazo también de las arenas  15
náufragos leños y húmedo velamen;
y en elemento opuesto
truecan los hombres aguas de horror llenas,
y las focas la seca arena lamen.
Con pavoroso examen  20
advierte destrozada su barquilla
en la trágica orilla
Alción; y en el monte, aún mal seguro,
recela Glauco, porque el golfo duro
abandonar su antiguo seno quiere  25
y huir del cielo, que le azota y hiere.
Cede la furia brava
del aquilón insano de repente,
y el sol sus luces otra vez envía;
el mar, que traspasaba  30
sus líneas, restituye al continente
cuanto usurpado su rigor había.
Renace la alegría
en los campos, y dobla su hermosura
la risueña frescura  35
que llovieron las nubes a la tierra;
y, dejando el asilo de la sierra,
pueblan la orilla los humildes pescadores,
y Glauco y Alción competidores.
    Y viendo que, serenos,  40
el mar y cielo dan atento oído,
a cantar mutuamente se aperciben.
De sus rústicos senos
cada cual saca un caracol torcido,
en que grabadas dos sirenas viven.  45
Blando asiento reciben
del prado mal enjuto todavía,
y porque de dulcísima armonía
se llenen aire, tierra y mar vecinos,
con modos hasta entonces peregrinos,  50
siendo asombro y recreo del ambiente,
cantan y tañen alternadamente.

ALCIÓN

   ¡Con cuánta saña el cielo
ha fulminado, oh Glauco, esta ribera!
Parece que su anhelo  55
sólo vengarse de nosotros era.
Aún la lluvia destilan estas plantas,
como que lloran desventuras tantas.
Quéjanse aquestas hayas,
que su verdor en luto han convertido  60
las ondas de esas playas
con que el soberbio mar las ha batido,
y el soplo de los céfiros veloces
parecen sus suspiros y sus voces.
Repara en mi barquilla  65
de torpes algas y desdichas llena,
arrojada a la orilla,
y soterrada en la fatal arena;
y que parece el trabucado leño
infeliz monumento de su dueño.  70
Acuérdome de cuando
la muerte a todos nos llevó las vidas,
llevándose a Fernando;
pues miro las desdichas repetidas,
que entonces nos causó la muerte ingrata,  75
en esta tempestad que las retrata.
En noche tenebrosa quedaron estas tierras sumergidas,
y de muerte horrorosa
amenazadas nuestras tristes vidas.
Todo quedó en su ruina vacilando;  80
tantos males causó muerto Fernando.
Negó la tierra el fruto
del labrador al genio codicioso,
y de funesto luto
vistió la mar su ceño riguroso;  85
que en tormento tan duro y tan terrible
afectó sentimiento aun lo insensible.
Perdieron ciencia y arte
asilo y premio; pues su larga mano
distribuye y reparte  90
el galardón con celo soberano;
logrando en breve tiempo por preludio
excesos y milagros del estudio.
Testigo Mantua sea
de cuánto su favor ha promovido  95
la juvenil tarea;
pues el primor miramos excedido
en mármoles, diseños y pinceles
de Fidias, de Vitruvios y de Apeles.
Juventud laboriosa  100
instruye, previniendo a los blasones
y fama victoriosa
de Carlos repetidas duraciones.
Porque ostenten sus glorias celebradas
lienzos con cuerpos, piedras animadas.  105
Pero, pues quiso el cielo
darle reino mejor, no será justo
que mi imprudente celo
renueve con memorias el disgusto.
Recoged, musa mía, el triste canto  110
y en alabanzas convertid el llanto.

GLAUCO

    Deja, Alción, memorias
que tanto al bien se oponen que gozamos,
y las presentes glorias
al cielo, como es justo, agradezcamos;  115
que aquel que el bien que logra no agradece
da bien claro a entender no le merece.
Repara en esa fuente,
cuán pobre de aguas antes discurría,
y que ya su corriente  120
frescura al suelo, al aire da armonía,
deudora a la tormenta, que ha dejado
con su raudal enriquecido el prado.
Repara en las arenas,
cuánto tesoro el piélago ha esculpido;  125
y mira cuán serenas
las ondas de la mar se han suspendido,
porque después de tanto desconsuelo
el bien disfrutes que te ofrece el cielo.
De bienes semejantes  130
colmó a España de Carlos la presencia,
cuando en naves triunfantes
contrastando del mar la resistencia,
émulo de la luz que el orbe baña,
tranquilizó la tempestad de España.  135
Así, piadoso el cielo
hizo que el bien al daño se siguiese,
y que en tanto desvelo
dulce sosiego, dulce paz naciese.
Nuevo ser logró España y nueva vida;  140
tan dulce fue de Carlos la venida.
Parece que la tierra,
para adularle, nuevos frutos cría,
y este mar, cuanto encierra
en sus entrañas, a sus pies envía;  145
y en su confuso y rústico lenguaje
parece que le jura vasallaje.
El ingenio y la ciencia,
a Carlos por deidad reconociendo,
de su beneficencia  150
están gloriosas pruebas recibiendo.
Hable Heraclea, asombro renacido
de enmedio del sepulcro y del olvido.
    ¡Cuántas felicidades
se deben esperar de quien glorioso  155
desentierra ciudades,
porque pueda el ingenio laborioso
seguir en los modelos soberanos
el primor de los griegos y romanos!
Por el orbe aplaudidas  160
serán del grande Carlos las memorias,
y de ellas excedidas
cuantas épocas tienen las historias;
y cronista será de sus renombres
la admiración y pasmo de los hombres.  165
Con Carlos solamente
cualquiera mal el cielo ha compensado
a España, cuya frente
perpetuo ceñirá laurel sagrado;
porque la admiren todas las edades  170
como dechado de felicidades.

ALCIÓN

    ¡Oh qué bien, Glauco, dices!
Carlos la edad del oro ha reducido;
y los días felices,
viniendo Carlos, han amanecido.  175
Carlos el monte, Carlos el mar suena,
y de Carlos está la tierra llena.

GLAUCO

    Pinceles y buriles,
cinceles y troqueles fatigados
en líneas y perfiles  180
ofrecerán sus hechos retratados,
que en lienzo, cobre, piedra y bronce duro
perpetúen su nombre en lo futuro.

ALCIÓN

    Alcázares reales
la Arquitectura formará divina,  185
elogios inmortales
que a sus victorias el amor destina,
para que vivan sin mudanza alguna
contra el tiempo, la envidia y la fortuna.

GLAUCO

    A enemigos insultos  190
levantará castillos torreados
de corpulentos bultos,
cuyos fosos y muros elevados
al enemigo, que ofender procura,
amenacen con muerte y sepultura.  195

ALCIÓN

    Columnas cinceladas,
que aun el mismo Trajano envidiaría,
se verán levantadas
de hermosa robustez y simetría,
que, al paso que en el orbe se derrama,  200
la sirvan de puntales a su fama.

GLAUCO

   Coronará sus glorias
con arcos a sus triunfos erigidos,
que de ilustres victorias
retratarán los hechos esculpidos;  205
conservando en los siglos venideros
del valor muestras y del arte esmeros.

ALCIÓN

    Magníficas mansiones,
del pueblo conveniencia y hermosura,
serán las producciones,  210
que ofrecerá a sus pies la Arquitectura;
dejando en prueba de su amor devoto
en cada piedra consagrado un voto.

GLAUCO

   En alabastros finos
ejercerá el cincel sus perfecciones,  215
y en bustos peregrinos
renacerán los fuertes campeones,
cuyas hazañas el discurso admiren,
y en el molesto material respiren.

ALCIÓN

    De mármoles hermosos  220
de pinta varia y consistencia dura
animará colosos
la docta aplicación de la Escultura,
que copien tan al vivo el movimiento,
que sólo se eche menos el aliento.  225

GLAUCO

    Augustos medallones,
de Carlos las victorias historiadas,
y bélicos blasones
ocuparán magníficas portadas,
que a heroicos hechos la nación alienten  230
y el esfuerzo de Carlos representen.

ALCIÓN

    El pirata africano,
que tal vez infestó nuestra ribera,
del esfuerzo cristiano
sobrepujada su arrogancia fiera,  235
en duras piedras que en su daño brillen,
tendrá padrones que su orgullo humillen.

GLAUCO

   En el regio semblante
del magnánimo Carlos valeroso
delineará arrogante  240
triunfos de su reinado venturoso;
y de España pintando las victorias,
renovará el pincel antiguas glorias.

ALCIÓN

   De sus augustos hijos
los heroicos alientos heredados  245
ejercerán prolijos
del orbe los pinceles afamados;
franqueando materia a la Pintura
su valor, su constancia y su cordura.

GLAUCO

   Con hechos portentosos  250
de sus ínclitos nobles ascendientes
ostentarán gloriosos
pinceles y colores a las gentes,
ser privativo timbre de la España,
que en sus reyes no haya hecho sin hazaña.  255

ALCIÓN

   De España las historias
darán asunto grave a los pintores,
y en dibujar sus glorias
brillarán dignamente los colores
pintando, que al esfuerzo sin segundo  260
de sus hijos se debe un nuevo mundo.

GLAUCO

   Adornen las paredes
de los regios magníficos palacios
de Carlos las mercedes,
y entre otros triunfos ornen sus espacios,  265
en anchos cuadros que guarnezca el oro,
la rendida cerviz del indio y moro.

ALCIÓN

   En todos tiempos sea,
para aumentar de Carlos los blasones,
aplaudida tarea  270
las empresas copiar de sus pendones,
porque renazcan a marciales lides
Carpios, Corteses, Córdobas y Cides.

GLAUCO

   Eternice la historia
acorde con el lienzo y los pinceles  275
de Carlos la memoria,
porque sus augustísimos laureles
pongan sus descendientes, al mirarlos,
en el heroico empeño de imitarlos.

ALCIÓN

    Duros bronces heridos  280
a líneas de buriles delicados,
o a puro ardor fluidos,
o del volante rígido apretados
en estampas, en bultos y medallas
votos conservarán, triunfos, batallas.  285

GLAUCO

    Serán por todas partes
las virtudes de Carlos veneradas,
y aquestas Nobles Artes
con justicia de todos celebradas,
cuando las gentes peregrinas vean  290
cuán dignamente su primor emplean.

ALCIÓN

   Los mismos marineros,
que con las redes este mar fatigan
en reinos extranjeros,
los primeros serán que elogios digan  295
del ingenio español, y para muestras
obras comerciarán de manos diestras.

GLAUCO

    Verá el astuto China
su primor en España mejorado,
y el África vecina  300
con envidia las glorias del Estado,
que, mientras Carlos tenga en él su asiento,
irán con sus influjos en aumento.

ALCIÓN

    La matritense Escuela
por todo el mundo ganará renombre,  305
cuando tanto desvela
a sus alumnos ensalzar su nombre,
conservando su fama y claro lustre
en las obras de tanto artista ilustre.

GLAUCO

    Y España, enriquecida  310
con tan nobles y doctos ejercicios,
premiará agradecida
el glorioso sudor de sus patricios;
porque los premios más los estimulen
y glorias a sus glorias acumulen.  315

POETA

    Aquí llegaban, cuando
el piscatorio tráfago y estruendo
de remos y marítima algazara
paró su acento blando;
y los acordes puntos suspendiendo,  320
la red nudosa cada cual prepara,
y su barca repara;
remitiendo tan ínclita materia,
tan sublime y tan seria,
a ingenio más fecundo y peregrino,  325
que con estilo y número divino
de Carlos en elogios rompa el canto;
que a tanto héroe se debe numen tanto.