Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.




ArribaAbajo- XV -


Quien no quiera polvo


ArribaAbajo   Quien no quiera polvo
   no vaya a la era.

   ¡Ay, que di mi corazón
A una bella presumida,
Tan frívola, que me olvida  5
Por bailar un rigodón!
Esta tirana pasión
Me aflige y me desespera.
   Quien no quiera polvo
   No vaya a la era.  10

   ¡Piedad de mí mentecato
Que, porque rica la vi,
A una vieja me vendí
Que padecía de flato;
¡Y se murió abintestato  15
En la semana primera!
   Quien no quiera polvo
   yo vaya a la era.
—154→

   Anoche, ¡oh suerte fatal!
Por seguir una judía  20
Perdí el oro que tenía
En un garito infernal;
Y, amén de eso, hasta el portal
Rodé luego la escalera.
   Quien no quiera polvo  25
   No vaya a la era.

   ¡Ay, que en los brazos de Elisa,
Que ríe de mi aflicción,
Me he dejado la opinión,
La salud y la camisa!  30
Hoy todo el mundo me pisa:
¿Quién ayer me lo dijera?
   Quien no quiera polvo
    No vaya a la era.

   ¡Ay, que por llamar cornudo  35
A un ricacho, que lo es,
En la cárcel como ves
Me voy quedando desnudo!
Y gracias que no saludo
El Peñón de la Gomera.  40
   Quien no quiera polvo
   No vaya a la era.

   ¡Ay! Mi marido Beltrán,
Después que en celos me abrasa,
Me da los palos sin tasa  45
Y por adarmes el pan.
¡Maldito sea mi afán!...
Mejor me estaba soltera.
   Quien no quiera polvo
   No vaya a la era.  50

   ¡Ay cuán mísero he nacido!
Oigo riña, aprieto el paso;
Llego, grito, no hacen caso;
Y cuando a la paz convido
Un garrotazo perdido  55
Viene a abrirme la mollera.
   Quien no quiera polvo
   Yo vaya a la era.

  —155→  


ArribaAbajo- XVI-


¡Ruede la bola!


ArribaAbajo   Amarilla sale Inés
De su lecho hospitalario,
Y, gracias al herbolario,
Cuando viene don Andrés
Ya está como una amapola.  5
      Ruede la bola.

   Responde con ceño adusto
Aquel barón displicente
Al clamor del indigente;
Pero se pasma de gusto  10
Cuando oye tocar la viola.
      Ruede la bola.

   Ayer me amó Clori bella,
Y hoy me mira con desprecio.
¡Y, qué! ¿Seré yo tan necio  15
Que en la garganta por ella
Me dispare una pistola?
      Ruede la bola.

   La que hoy vende alcaravea
Fue ayer señora eminente;  20
Y, gracias a un intendente,
Hoy tiene coche y librea
La que ayer era manola.
      Ruede la bola.

   Mientras abunde la feria  25
En dijes ultramontanos,
No os apuréis, castellanos.
No importa que en la miseria
Gima la industria española.
      Ruede la bola.  30

   Amor es cebo engañoso,
Es guerra, es potro, es veneno...;
Pero algo tendrá de bueno
—156→
Cuando el hombre su reposo
Y su dinero le inmola.  35
      Ruede la bola.

   ¿Estudiar? No; que me aburro,
Dijo Fabio. A buena cuenta
un millón tengo de renta.
¿Qué importa que para burro  40
Sólo me falte la cola?
      Ruede la bola.

   ¿Es limpia Isabela? -No. -
¿Ama a su esposo? -¡Bobada! -
¿Cuida de sus hijos? -¡Nada!  45
Pero ¡qué bien baila! ¡Oh!
Para eso se pinta sola.
      Ruede la bola.

   ¡Cuál gimes, pobre virtud!
¡Vicio, cuál es tu insolencia!-  50
Mas ¿qué se ha de hacer? Paciencia.
Mientras yo tenga salud
Y llene bien la bartola,
      Ruede la bola.




ArribaAbajo- XVII -


Sarta de embustes


ArribaAbajo   Juana vive de coser;
Que es muy honrada mujer
Y nunca ha tenido amantes.-
Pues ¿quién paga los brillantes
Y el abono en la cazuela?  5
   Que se lo cuente a su abuela.

   Aquel hinchado señor
Sin virtudes ni valor
Pretende al mundo admirar
Porque luce en un billar  10
Galones y escarapela.
   Que se lo cuente a su abuela.
—157→

   Como está sin capa Gil
En Enero va de Abril,
Y echándola de valiente,  15
Aunque dé diente con diente
No se arrima a la candela.
   Que se lo cuente a su abuela.

   Un bulto de mal agüero
Tiene Luisa en el garguero,  20
Y ella dice con candor:
«Esto no es nada. Calor...
Un ramo de erisipela...»
   Que se lo cuente a su abuela.

   Víctima de un pisotón  25
Ve las estrellas Antón,
Y al oír: Perdone usté,
Responde: No, no hay de qué,
Y se ríe aunque le duela.
   Que se lo cuente a su abuela.  30

   ¡Oh delicia! exclama Juan,
Azucarado galán.
¡Con qué gozo, prenda mía,
Rondando tu celosía
Paso las noches en vela!  35
   Que se lo cuente a su abuela.

   De un risible pundonor
Acérrimo defensor,
«Es vileza, dice Roque,
No abrir el pecho a un estoque  40
Por la menor bagatela.»
   Que se lo cuente a su abuela.

   El parásito Fabricio
Dice al ricacho Simplicio
Que mata su hambre canina:  45
«No tu espléndida cocina;
Tu amistad mi pecho anhela.»
   Que se lo cuente a su abuela.

   Juan Pérez, triste peón
Que a riesgo de un empellón  50
Con piedras y barros lidia,
—158→
Dice que no tiene envidia
Al que gasta carretela.
   Que se lo cuente a su abuela.

   Quien diga que un sastre solo  55
En cuanto ilumina Apolo
No ha de robar todo el año,
Si no en la hechura y el paño,
En botones y entretela,
   Que se lo cuente a su abuela.  60

   «¡Qué carta tan bien sentida
La de mi Anarda querida!
¡Qué ternura de mujer!»
¡Pobre mentecato! Ayer
La copió de una novela.  65
   Que se lo cuente a su abuela.

   ¡A duro la muselina! -
A usted por ser mi vecina
Le rebajo un real en vara.-
¿A diecinueve? Es muy cara. -  70
Pues más me costó la tela.
   Que se lo cuente a su abuela.

   Blas me adora. ¡Oh! sí; lo creo,
Y tan rendido le veo,
Que jura serme constante  75
Aunque mi lindo semblante
Desfigure la viruela.
   Que se lo cuente a su abuela.

   El que me diga que un hombre,
Aunque su paciencia asombre,  80
Da con gusto su dinero
Al maldecido barbero
Que le ha sacado una muela,
   Que se lo cuente a su abuela.

   Dorila la cortesana  85
Se casa en esta semana
Con el bobo don Gabriel.-
¿Y está enamorada de él?-
Dice que sí. -Pues no cuela.
   Que se lo cuente a su abuela.  90

  —159→  


ArribaAbajo- XVIII -


Ristra de verdades


ArribaAbajo   ¿Creéis que si alaba tanto
El versátil don Crisanto
A aquel grave mandarín,
Lo hace sólo con el fin
De conseguir un empleo?  5
      Sí creo.

   ¿Creéis que el hombre que cuenta
Diez mil escudos de renta,
Al más bizarro galán
Desbancará sin afán  10
Aunque él sea tonto y feo?
      Sí creo.

   Aunque tan de moda está
El do, si, la, sol, mi, fa,
¿Creéis que puede un hidalgo  15
Por sí mismo valer algo
Sin entender el solfeo?
      Sí creo.

   Creedlo, que no es mentira:
Pronto por otra suspira  20
A cien leguas un amante,
Aunque jure ser constante
En uno y otro correo.
       Sí creo.

   ¿Creéis que el necio de Fabio,  25
Aunque diga que le agravio,
Se llama en balde poeta
Porque hilvana una cuarteta
Cuando le inflama Lieo?

   ¿Creéis que tanto rigor  30
No mostraría Leonor
Y muchas hijas de Adán
—160→
Si no fuera el qué dirán
Rémora de su deseo?
      Sí creo.  35

   ¿Creéis vos que aquí y en Roma
No da mérito un diploma,
Ni talento un calepino,
Ni valor un pergamino,
Ni virtudes un manteo?  40
      Sí creo.

   ¿Creéis que juega Luisillo
Con don Froilán al tresillo,
Porque es linda su mujer,
Y el truhán aspira a hacer  45
El papel de Cirineo?
      Sí creo.

   Aunque se ponga encarnada,
¿Creéis que en agua rosada
Se baña la zalamera,  50
Cuando al subir la escalera
Las ligas a Juana veo?
      Sí creo.

   ¿Creéis que, excepto la olla,
Todo en el mundo es bambolla,  55
Y que más suele medrar
Quien mejor sabe engañar?
¿Lo creéis? -¡Oh! sí lo creo.
      Laus Deo.




ArribaAbajo- XIX -


Glosa de varios refranes


ArribaAbajo   Pretender que venturoso
Se juzgue torpe usurero
Aunque de inútil dinero
Llene su arcón hasta el colmo,
   Es pedir peras al olmo.  5
—161→

   Pedir a una viuda linda
Que no se asome al balcón,
Y se pudra en un rincón
Sollozando por el muerto,
   Es predicar en desierto.  10

   Trabaje, trabaje, hermano,
Y sacuda la pereza;
Que no saldrá de pobreza
Maldiciendo su fortuna.
   Eso es ladrar a la luna.  15

   No te quedes sin cenar
Cuando riñas con Inés
Por darle pesar. ¿No ves
Que eso es echar, majadero,
   La soga tras el caldero?  20

   Limitarse a suspirar
Habiendo en la Corte blondas,
Confiterías y fondas,
Es no entender a las damas;
   Es andarse por las ramas.  25

   Pedir que no mienta a un sastre,
Que no finja a una mujer,
Que no robe a un mercader,
Y que no jure a un sargento;
   Eso es arar en el viento.  30

   Pedir perdón a quien lea
Tu librejo, Bonifacio,
En un humilde prefacio,
Es lo mismo que enseñar
   La horca antes que el lugar.11  35

   Con satirillas vengarse
De un ilustrado censor,
Es ser ingrato a un favor,
Es ser ruin, ser indio bravo,
   Y apearse por el rabo.12  40

  —162→  


ArribaAbajo- XX -


Indicios vehementes


ArribaAbajo   Me la echó de protector,
Me dio don Claudio esperanza;
Mas, ¡ay! cuando al buen señor
Mi vista jamás alcanza,
Y sus negocios alega,  5
Y a recibirme se niega
Con uno y otro pretesto...,
   ¡Malo me he puesto!

   ¡Malo, malo! Don Gaspar
Por ahorrar una sirvienta  10
Sale a la plaza a comprar
Mientras duerme su parienta
Y aun se la encuentra en la cama,
Porque sopla Guadarrama,
Cuando vuelve con el cesto.  15
   ¡Malo me he puesto!

   Cuando triste y sonrojada
Me dice doña Lucía:
«Yo no soy interesada.
¿Yo pedir? ¡Jesús, María!...  20
Pero el casero, la tienda...
¡Ay, cuánto siento, mi prenda,
Los pesares que te cuesto!...»,
   ¡Malo me he puesto!

   Yo sé el país donde vivo,  25
Y no quiero murmurar;
Pero es cierto y positivo
Que va engordando Pilar,
Y mi señor don Ignacio
Fue su amante muy despacio,  30
Y se casa presto, presto.
   ¡Malo me he puesto!
—163→

   Diez reales de sueldo tiene
Don Paneracio el contador,
Y moza y coche mantiene,  35
Y vive como un señor. -
Ya, pero en eso de rentas...
El que le toma las cuentas
Será... será... -Por supuesto.
   ¡Malo me he puesto!  40

   Cuando alguno muy cortés
Entrando en mi gabinete
Arrastra mucho los pies,
O bien recibo un billete,
Y leo al primer renglón:  45
«Señor don Manuel Bretón:
Perdone usted si molesto...»,
   ¡Malo me he puesto!

   No, señor, no soy celoso. -
Ello, mi esposa es bonita...;  50
Yo, la verdad, soy un oso; -
Mi coronel la visita,
Y aunque mi conducta es buena
Cate usted que me condena
quince días de arresto.  55
   ¡Malo me he puesto!




ArribaAbajo- XXI -


¡Jamás!


ArribaAbajo   No gustamos de bullangas
Donde otros buscando gangas
Suelen hallar coscorrones.,
      ¡Nones!
   Pero ¿gobierno absoluto  5
Y aquel tribunal de luto
Invención de Barrabás?
      ¡Jamás!
—164→

   Que las añejas injurias
Se perdonen y las furias  10
No viertan civil veneno,
      Bueno;
   Pero ¿llevar malos ratos
Para escapar de Pilatos,
Y estrellarnos en Caifás?  15
      ¡Jamás!

   Que la libertad no sea
Humeante horrible tea
Que más que ilumine abrase,
      Pase;  20
   Mas ¿que vuelvan sarracenos
A mandar, y digan menos
Tras que no pedimos más?
      ¡Jamás!

   Si anda bien siempre el timón  25
Tendremos moderación;
Daremos sangre y dinero;
      Pero
   ¿Que el barquito ande o no ande
Según Metternich lo mande  30
Y el señor don Nicolás?
      ¡Jamás!

   Diz que en oscuros registros
Se buscan nuevos ministros
Que hagan de España otra Angola.  35
      ¡Hola!
   Vanas fueran sus porfías.
No pedimos gollerías;
Pero ¿un solo paso atrás?
      ¡Jamás!  40

  —165→  


ArribaAbajo- XXII -


Crisis ministerial


ArribaAbajo   ¿Qué hay en Madrid..., que no hay nada?
¡Cosa extraña! ¿Cómo es
que ha pasado entero un mes
Sin una triste asonada?
¿Cómo es que uno y otro bando...?  5
¡Chist!... Se está deliberando.
Se trata..., el asunto es serio,
De arreglar el Ministerio.

   ¡Qué lujo el de mi vecina!
¡Oh, si aquello es un encanto!  10
Pero el marido entre tanto
Aguanta, calla y se arruina. -
Que en el gasto ponga tasa.
¿Cómo no arregla su casa?
¿Qué hace el buen don Eleuterio? -  15
Arreglar el Ministerio.

   Tremendo como un vestiglo
Grita allí don Baltasar:
«¿Aún hay quien quiera luchar
Contra el torrente del siglo?  20
¡Movimiento! ¡Propaganda!
No estoy por la gente blanda.
La llaga pido cauterio.
¡Que se mude el Ministerio

   Otro sacristán de amén  25
Dice: «Mande Pedro o Juan,
¿Qué importa? ¿No es buen afán...?
Si todo va bien, ¡muy bien!
Y al cabo..., de todos modos...,
Para el nuevo y para todos  30
Guardáis el mismo criterio...
¡Quieto, quieto el Ministerio!
—166→

   ¡Oh! Usted viene de Palacio.
¿Qué se dice? ¿Qué se sabe?
¿Quién va a dirigir la nave?  35
¡Eh!... La cosa va despacio...
No obstante... Es de presumir...
Todo no se ha de decir...
En fin... Si no hay gatuperio,
Se arreglará el Ministerio.  40

   Diz que la empleomanía
Es crónica enfermedad
Que en una y en otra edad
Aflige a la patria mía.
¡Bah! Pintar como querer.  45
¿Cómo lo puedo creer
Si en el hispano hemisferio
Hay vacante un Ministerio?

   Y ¡vea usted! en el acto,
De la mañana a la tarde  50
Formaría Calomarde
Un ministerio compacto.
Cuando enmudece Castilla,
Y hay cepo, y horca, y cuchilla,
Y la ley pierde su imperio,  55
¿Quién no forma un Ministerio?

   Pero ¿en el día? ¡Ya es obra!
Este no es buen orador;
A aquél le falta vigor;
Al de más allá le sobra.  60
¡Ni a la virtud más sublime
El ingrato pueblo exime
De su injusto vituperio
Si brilla en un Ministerio!

   Bien sé yo que más de un tuno,  65
Mientras sea subalterno,
Si se le habla de gobierno
Dirá: el mejor es ninguno.
Y hay patriotas decididos
Que se juzgarán sumidos  70
En infame cautiverio
Mientras haya Ministerio.
—167→

   Y en esa Puerta del Sol
Algún quídam se pasea
Que su heroísmo vocea,  75
Su amor al pueblo español,
Su alma generosa y pía,
Su ardiente filantropía;...
¡Y sería otro Tiberio
Si ascendiera al Ministerio!  80

   Pero, pues es natural
Del público la impaciencia,
Yo me hago con su licencia
Órgano ministerial.
Sepa el curioso lector  85
Que en la Corte, salvo error,
Averiguado está ya
Quién el Electo será
Entre tanto Desiderio.
Ya se arregló el Ministerio.  90




ArribaAbajo- XXIII -


El diablo predicador


ArribaAbajo   No sólo en farsas dramáticas
Mete su cuezo Astarot:
No en el teatro del Príncipe
Fija sólo su mansión;
No sólo se viste el hábito  5
Que el Seráfico fundó;
Que, pues estamos en época
De algazara y de ficción,
También acude a la máscara
   El Diablo predicador.  10

   ¡Paso, que allá va el intérprete
Del atezado Plutón!
Y nadie lo niegue incrédulo;
Que estar el Diablo no es de hoy
Bajo una careta anónima  15
—168→
O dentro de un dominó.
¡Paso! Entre veras y jácaras,
A más de uno y más de dos
Va a zurrar con crudo látigo
   El Diablo predicador.  20

   ¡Arre allá, vieja ridícula!
No a la sombra del cartón
Robes a las tiernas vírgenes
Las lisonjas del amor.
¿De qué te sirve un crepúsculo  25
De ineficaz ilusión?
Anda a rezar por las ánimas.
Deja el mundo y piensa en Dios;
O tu faz descubre lívida
   El Diablo predicador.  30

   Ya la coquetuela Mónica
La careta se quitó,
Y aquella sonrisa plácida
Triunfa a babor y estribor;
Mas otra le queda, jóvenes,  35
De albayalde y arrebol...
Y ¿por qué también la pérfida
No se quita el polisson?
No engañan trapos recónditos
   Al Diablo predicador.  40

   ¡Así! ¡Que suene la música,
Y se enzambre el rigodón,
Y haya codazos, y estrépito,
Y se sude de calor!...
Mientras tanto un mozo lúbrico,  45
Y una moza como un sol,
Se escurren por aquel ángulo...
¿Se perderán? -¿Qué sé yo?...
Otro llorará su pérdida,
   No el Diablo predicador.  50

   ¡Qué gozo en la sala próxima!
¿Será que al fin se logró
De los partidos acérrimos
La deseada fusión?
¿Podrán más que la política  55
—169→
Las travesuras de amor?
¿O lo que fusión paréceme
Será tal vez confusión?
No hace falta en ese círculo
   El Diablo predicador.  60

   Pero ¿qué horrendo espectáculo,
Más allá del corredor,
Se ofrece a mi vista atónita?
El juego, piélago atroz
Donde suelen morir náufragos  65
El dinero y el honor.
¡Ah, pobres maridos víctimas!...
   ¡Oh témpora! ¡Oh mores! ¡Oh!...
Allí debe estar el púlpito
   Del Diablo predicador.  70

   Más allá la fonda opípara
Recrea a más de un glotón.
Apenas pueden los fámulos
Acudir a tanta voz.
¡Y qué de virtudes frágiles  75
Anega el vino traidor!
¡Y qué nube de parásitos!
¡Si parece maldición!
¿Quién pone coto a su estómago?
   Ni el Diablo predicador.  80

   Pero ya basta de sátira
Y basta de reprensión,
Pues el cenizoso miércoles
Llega con paso veloz,
Y con él se acerca el término  85
De la jocosa estación.
Siga la broma sin límites;
Que al fin, si no vota en pro,
Hoy no harán mella las pláticas
    Del Diablo predicador.  90