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ArribaAbajoLa comedieta de Ponça

A la muy noble señora doña Violante de Prades, condesa de Módica e de Cabreza, Íñigo López de Mendoça, Señor de la Vega.

Comiença el prohemio4

A vida información, notiçia e conosçimiento de la vuestra mucha virtut, non poco presto a vuestro mandamiento: ca, como diçe Augustino, muchas veçes amamos lo que non vemos; mas lo que non conosçemos, non lo podemos amar asy bien. E tanto como yo puedo, me recomiendo a la vuestra nobleça, muy noble Señora. Palomar, servidor de la casa del conde e vuestra5, me ha dicho que algunas obras mías vos han plagido; e tanto me çertificó que vos plaçen, que ayna me faredes creer que son buenas, ca la vuestra muy grand discrepçión non es de creer que se pague de cosa non buena.

II. Muy noble Señora: quando aquella batalla naval acaesçió çerca de Gaieta, la qual fue asy grande que, después que el rey Xerxes fiço la puente de naves en el mar Oçéano, por ventura tantas e tan grandes naves non se ayuntaron sobre el agua, yo començé una obra, a la qual llamé Comedieta de Ponça. E intitutela d'este nombre, por quanto los poetas fallaron tres maneras de nombre a aquellas cosas de que fablaron, es a saber: tragedia, sátyra, comedia. Tragedia es aquella que contiene en sí caydas grandes de reyes e prínçipes, asy como de Hércoles, Príamo e Agamenón, e otros atales, cuyos nasçimientos e vidas alegremente se començaron, e grand tiempo se continuaron, e después tristemente cayeron. E del fablar d'estos usó Séneca, el mançebo, sobrino del otro Séneca en las sus «Tragedias», e Johán Bocaçio en el Libro De casibus virorum illustrium. Sátyra es aquella manera de fablar que tovo un poeta que se llamó Sátyro, el qual reprehendió muy mucho los viçios e loó las virtudes; e d'esta manera, después d'él, usó Oraçio, e aun por esto dixo Dante:

El altro e Oratio satyro, qui viene, etc.6

Comedia es dicha aquella cuyos comienços son trabajosos, e después el medio e fin de sus días alegre, goçoso e bien aventurado; e de ésta usó Terençio peno, e Dante en el su libro, donde primero diçe aver visto los dolores e penas infernales, e después el purgatorio, e alegre e bien aventuradamente después el parayso.

III. La qual «Comedieta», muy noble Señora, yo continué fasta que la traxe en fin. E çertifícovos, a fe de cavallero, que fasta oy jamás non ha salido de las mis manos, non embargante que por los mayores señores, e después por otros grandes omes, mis amigos d'este reyno, me sea estada demandada. Envíovosla, Señora, con Palomar, asymesmo los çient «Proverbios» míos e algunos otros «Sonetos» que agora nuevamente he començado de façer al itálico modo. E esta arte falló primeramente en Italia Guydo Cavalgante7, e después usaron d'ella Checo D'Asculi8, e Dante, e mucho más que todos, Françisco Petrarcha, poeta laureado. E si algunas otras cosas, muy noble Señora, vos plaçen que yo por honor vuestro e de la casa vuestra faga, con infalible fiuça vos pido por merçet, asy como a menor hermano, m'escrivades. Cuya manífica persona e grande Estado Nuestro Señor aya en la su sancta protectión e guarda.

De Guadalfaxara, a quatro de mayo, año de quarenta e quatro.

Comiença la Comedieta de Ponça




ArribaAbajo- I -


ArribaAbajo O vos, dubitantes, creed las estorias
E los infortunios de los humanales,
E ved si los triunphos, honores e glorias
E grandes poderes son perpetuales.
Mirad los imperios e casas reales,
E cómo fortuna es superïora,
Revuelve lo alto en baxo a desora
E façe los ricos e pobres eguales.




ArribaAbajo- II -


INVOCAÇIÓN

ArribaAbajo O lúcido Jove, la mi mano guía,
Despierta el engenio, aviva la mente,
El rústico modo aparta e desvía
E torna mi lengua, de ruda, eloqüente.
E vos, las hermanas, que cabe la fuente
De Elicón façedes continua morada,
Sed todas conmigo en esta jornada,
Por que'l triste caso denunçie e recuente.




ArribaAbajo- III -


DESCRIPÇIÓN DEL TIEMPO

ArribaAbajo Los campos e mieses ya descoloravan,
E los deseados tributos rendían,
Los vientos pluviosos las nuves bogavan,
E las verdes frondes del ayre tremían.
Dexado el estilo de los que fingían
Metháforas vanas con dulçe loqüela,
Diré lo que priso mi última çela:
E cómicos oyan, si bien los oían.




ArribaAbajo- IV -


ArribaAbajo Al tiempo que al pasto salen de guarida
Las fieras silvestres, e humanidat
Descansa e reposa, e la fembra ardida
Libró de Oloferne la sacra çibdat;
Forçada del sueño la mi libertat,
Diálogo triste e fabla llorosa
Firió mis orejas, e tan pavorosa
Que sólo en pensarlo me vençe piedat.




ArribaAbajo- V -


ArribaAbajo Asy recordado, miré do sonava
El clamoso duelo, e vi quatro donas,
Cuyo aspecto e fabla muy bien denotava
Ser quasi deesas o magnas personas;
Vestidas de negro, e a las tres coronas,
Llamando la muerte con tantas querellas,
Que dubdo si fueron tan grandes aquellas,
Que Ovidio tocó de las tres Gorgonas.




ArribaAbajo- VI -


BLASÓN DE LAS ARMAS D'ESTAS SEÑORAS, POR PEDRERÍA9

ArribaAbajo Tenían las manos siniestras firmadas
Sobre sendas tarjas de rica valía,
En las quales eran armas entalladas
Que bien demostravan su grand nombradía.
La una de perla el campo traía,
Con una lisonja de claro rubí;
De fina estupaza asymesmo vi
En ella esculpido con grand maestría.




ArribaAbajo- VII -


ArribaAbajo Un fuerte castillo, e su fenestraje
E puertas obrado de maçonería
De çafir d'Oriente que todo visaje,
Mirándolo fixo, retroçedería;
E quatro leones en torno, diría
De neta matista, fieros e rompientes;
Pues, letor discreto, si d'esto algo sientes,
Recordarte deve su genealogía.




ArribaAbajo- VIII -


LAS SEÑORAS REYNA DE NAVARRA DOÑA BLANCA, E LA INFANTA DOÑA CATHERINA

ArribaAbajo La segunda tarja de un balaxo ardiente
Era e de amarilla gema pomelada,
Cuyo nombre dixe non tácitamente,
E cada qual poma con nudos ligada:
De verde carbunclo al medio esmaltada,
La terçera e quarta castillo e león,
Eran sus quarteles; e dexo el blasón,
Ca nuestra materia non es començada.




ArribaAbajo- IX -


INVOCACIÓN

ArribaAbajo Pues fabla tú, Çirra, e Nisa responda,
En el rudo pecho exhortando a pleno;
Disuelva Polimnia la cuerda a la sonda,
Ca fondo es el lago e baxo el terreno.
Nin sé tal sentido en humano geno
Que sin tal subsidio pueda colegir
Tan alta materia, nin la descrivir,
Servado el estilo con temprado freno.




ArribaAbajo- X -


MIÇER JOHÁN BOCAÇIO DE ÇERTALDO, ILUSTRE POETA FLORENTINO

ArribaAbajo Aprés de las quales vi más un varón
En hábito honesto, mas bien arreado,
E non se ignorava la su perfectión,
Ca de verde lauro era coronado.
Atento escuchava, cortés, inclinado
A la más antigua, que aquella fablava:
Quien vio las sus quexas e a quien las narrava,
De cómo ya vive soy maravillado.




ArribaAbajo- XI -


EXHORTAÇIÓN DE LA REYNA DOÑA LEONOR

ArribaAbajo Aquella muy manso fablava, digiendo:
«¿Eres tú, Bocaçio, aquel que tractó
De tantas materias, ca yo non entiendo
Que otro poeta a ti se egualó?
¿Eres tú, Bocaçio, el que copiló
Los casos perversos del siglo mundano?
Señor, si tú eres, apresta la mano
Que non fue ninguna semblante que yo».




ArribaAbajo- XII -


PABLA LA SEÑORA REYNA DE NAVARRA

ArribaAbajo Al modo que cuentan los nuestros auctores
Que la triste nuera del rey Leumedón
Narrava su caso de açerbos dolores,
Fabló la segunda con grand turbaçión,
Diçiendo: «Poeta, non es opinión
De gentes que puedan pensar nin creer
El nuestro infortunio, nin. menos saber
Las cabsas de nuestra total perdiçión.»




ArribaAbajo- XIII -


FABLA LA SEÑORA REYNA DE ARAGÓN REGNANTE

ArribaAbajo Con tanta inosçençia como fue trayda
La fermosa virgen, de quien fabla Guydo
Al triste holocausto del puerto d'Aolida,
Fabló la terçera, tornada al sentido,
El qual con la fabla le era fuydo,
Diçiendo: -«Bocaçio, la nuestra miseria,
Si fablar quisieres, más dina materia
Te ofrece de quantas tú has escrivido




ArribaAbajo- XIV -


FABLA LA SEÑORA INFANTE DOÑA CATHERINA, QUEXÁNDOSE DE LA FORTUNA, E LOA LOS OFIÇIOS BAXOS E SERVILES

ArribaAbajo Non menos fermosa e más dolorida
Que la Tiryana, quando al despedir
De los Ilïones, vio ya recogida
La gente a las naves, en son de partir,
Con lengua despierta, la quarta a deçir
Començó: «Poeta, mi mala fortuna
Non pienses de agora, mas desde la cuna
Jamás ha çesado de me perseguir.




ArribaAbajo- XV -


ArribaAbajo Humanas son tigres, e fieras leonas
Con nuevos cabdillos, e virgo piadosa
Aquella elenesa, que las amaçonas
Pensó façer libres, por lit sanguinosa;
Tractable es Caribdi e non esvantosa,
Segunt me contracta esta adversa rueda,
A quien non se fuerça nin saber que pueda
Fuyr al su curso e saña raviosa.




ArribaAbajo- XVI -10


ArribaAbajo »¡Benditos aquellos que con el açada
Sustentan su vida e viven contentos,
E de quando en quando conosçen morada
E sufren pasçientes las lluvias e vientos!...
Ca estos non temen los sus movimientos,
Nin saben las cosas del tiempo pasado,
Nin de las presentes se façen cuydado,
Nin las venideras do han nasçimientos.




ArribaAbajo- XVII -


ArribaAbajo »¡Benditos aquellos, que siguen las fieras,
Con las gruesas redes e canes ardidos,
E saben las trochas e las delanteras
E fieren del archo en tiempos devidos!
Ca estos por saña non son commovidos
Nin vana cobdiçia los tiene subjetos;
Nin quieren thesoros, nin sienten defetos,
Nin turban temores sus libres sentidos.




ArribaAbajo- XVIII -


ArribaAbajo ¡Benditos aquellos que quando las flores
Se muestran al mundo desçiben las aves,
E fuyen las pompas e vanos honores,
E ledos escuchan sus cantos suaves!
¡Benditos aquellos que en pequeñas naves
Siguen los pescados con pobres traynas!
Ca estos non temen las lides marinas,
Nin çierra sobre ellos Fortuna sus llaves.»




ArribaAbajo- XIX -


RESPONDE JOHÁN DE BOCAÇIO A LAS REYNAS E INFANTE

ArribaAbajo «-Illustre Regine, de cuy el aspecto
Dimostra grand sangno e magnificençia,
lo vegno d'al loco, ove e lo dilecto
Eterno, la gloria e summaa potençia.
Vegno chiamato de vostra exçellençia;
Cha'l vostro piangire e remaricare
M'a fato si tosto partire e cuytare,
Lassato le çelo, a vostra obediençia.




ArribaAbajo- XX -


ArribaAbajo »Io veio li vostri sembianti cotali,
Che ben dimostrate esser molestate
Di qüella Regina, che'infra li mortali
Regi et iudica, de iure e de facte.
Veiamo le casi e çio che enarrate,
E vostri infortuni contate perversi;
Ca presto serano prose, rime, e versi
A vostro piaçere, si çio comandate.»




ArribaAbajo- XXI -


LA NARRAÇIÓN QUE FIÇO LA REINA DOÑA LEONOR, MADRE DE LOS REYES, A JOHÁN BOCAÇIO.

ArribaAbajo E como varones de noble senado
Se honran e ruegan, queriendo fablar,
Asy se miraron, de grado en grado;
Non poco tardaron en se convidar.
Mas las tres callaron e dieron logar
A la más antigua que aquella fablase
E su fuerte caso por orden contase,
Lo qual, açeptando, començó a narrar:




ArribaAbajo- XXII -


ArribaAbajo »A mí non convienen aquellos favores
De los vanos dioses, nin los invocar,
Que vos, los poetas e los oradores,
Llamades, al tiempo de vuestro exhortar;
Ca la justa cabsa, que presta logar
A maternal ravia, me fará eloqüente,
Porque a ti, preclaro e varón sçiente,
Explique tal fecho que puedas contar.




ArribaAbajo- XXIII -


ArribaAbajo De gótica sangre fuy yo produçida
Al mundo, e de línea bienaventurada
De reyes e reynas criada e nudrida,
E de nobles gentes servida e onrada;
E de la Fortuna asy contractada
Que rey en infançia me dio por marido
Cathólico, sabio, discreto e sentido,
De quien amadora me fiço e amada.




ArribaAbajo- XXIV -


ArribaAbajo De nuestra simiente e generaçión
Conviene que sepas e sus qualidades;
Ca fijos e fijas de grand discrepçión
Ovimos, e amigos de todas bondades.
Dotólos Fortuna en nuevas edades
Asy de sus dones, que por justas leyes
En muy poco tiempo vi los quatro reyes,
E dos titulados de asaz dinidades.




ArribaAbajo- XXV -


EL SEÑOR REY DE ARAGÓN E DE LAS DOS ÇEÇILIAS, DON ALFONSO

ArribaAbajo ¿Pues qué te diré del fijo primero,
Cruel adversario de torpe avaricia?
Ca este se puede rey e cavallero
Llamar, e luçero del bello e miliçia.
En éste prudençia, temprança, e justiçia,
Con grand fortaleça habitan e moran;
A éste las otras virtudes adoran,
Bien como a Diana las dueñas de Siçia.




ArribaAbajo- XXVI -


ArribaAbajo Éste desd'el tiempo de su puerïçia
Amó las virtudes e amaron a él;
Vençió la pereça con esta cobdiçia
E vio los preçeptos del Dios Hemanuel:
Sintió las visiones de Ezechïel
Con toda la ley de sacra dotrina;
¿Pues quién sopo tanto de lengua latina?
Ca dubdo si Maro eguala con él.




ArribaAbajo- XXVII -


ArribaAbajo Las sílabas cuenta e guarda el açento
Producto e correpto; pues en geometría
Euclides non ovo tan grand sentimiento,
Nin fiço Athalante en astrología.
Oyó los secretos de philosophía
E los fuertes pasos de naturaleça:
Obtuvo el intento de la su pureça
E profundamente vio la poesía.




ArribaAbajo- XXVIII -


ArribaAbajo Las sonantes cuerdas d'aquel Anphión
Que fueron de Thebas muralla e arreo,
Jamás non ovieron tanta perfectión
Como los sus cursos melifluos, yo creo.
Pues de los más sabios, alguno non leo
Nin jamás he visto que asy los entienda:
De su grand loqüela resçiben emienda
Los que se coronan del árbol laureo.




ArribaAbajo- XXIX -


ArribaAbajo Éste, deseoso de la duradera
O perpetua fama, non dubdó elegir
El alto exerçiçio de vida guerrera,
Que a los militantes aun façe vivir.
Éste la su espada ha fecho sentir
Al grand Africano con tanta virtut,
Que los pies quinos le fueron salut,
Dexando los litos, fuyendo el morir.




ArribaAbajo- XXX -


ArribaAbajo ¿Por qué me detengo agora en fablar,
E dexo mil otras vitorias primeras?
Ca éste, forçando las ondas del mar,
Obtuvo de Italia muy grandes riberas;
Éste, magnifiestas puso sus vanderas
Por todos los muros de los marsellanos;
Éste fue cometa de napolitanos
E sobró sus artes e cautas maneras.




ArribaAbajo- XXXI -


EL SEÑOR DON JOHÁN, REY DE NAVARRA

ArribaAbajo En quanto al primero, aquí fago pausa,
Non porque me falten loores que cuente,
Mas por quanto veo prolixa la causa
E pro trabajosa a mi non sçiente.
E vengo al segundo: que non tan valiente
En armas fue Sçeva11 nin fiço Domiçio:
Si Marco lo viera, dexando a Fabriçio,
A él escriviera con pluma eloqüente.




ArribaAbajo- XXXII -


ArribaAbajo Achiles armado non fue tan ligero,
Non fiço Alexandre tal cavalgador:
Jamás es fallado sinon verdadero,
Egual, amoroso, cauto e sofridor:
Más quiere ser dicho que onrado, onrador,
E muy más que fiero, benino e piadoso:
Éste de clemençia es silla e reposo,
E de los aflitos muro e defensor.




ArribaAbajo- XXXIII -


ArribaAbajo Éste los selvages siguió de Diana,
E sabe los colles del monte Rifeo:
Corrió las planeças de toda Espartana,
E los fondos valles del grand Perineo:
La selva nombrada, do venció Theseo
El neptunal toro, terror de las gentes,
Éste la ha follado con pies diligentes,
E sobra en trabajos al muy grand Œteo.




ArribaAbajo- XXXIV -


EL SEÑOR INFANTE DON ENRIQUE, MAESTRE DE SANTIAGO

ArribaAbajo Asy del segundo me paso al terçero,
En grand fermosura egual a Absalón,
Graçioso, plaçiente, de sentir sinçero,
Ardit, reposado, subjeto a raçón:
Non me pienso Orpheo tanta perfectión
Obtuvo del canto, nin tal sentimiento:
Éste de Dios sólo ha fecho çimiento,
E sigue las vías del justo varón.




ArribaAbajo- XXXV -


EL SEÑOR INFANTE DON PEDRO

ArribaAbajo Vengamos al quarto, segundo Magón,
Estrenuo, valiente, fiero e belicoso.
Manífico, franco, de grand coraçón,
Gentil de persona, afable, fermoso:
Su dulçe semblante es tan amoroso
Que non es bastante ninguna grand renta
A suplir defetos, segunt él contenta
Al militar vulgo, pero trabajoso.




ArribaAbajo- XXXVI -


LA MUY MANÍFICA SEÑORA DOÑA MARÍA, REYNA DE CASTILLA, MUGER DEL REY DON JOHÁN

ArribaAbajo Quanto a los varones aquí sobreseo
E paso a la insine mi fija primera,
De los humanales corona a arreo,
E de las Españas claror e lumbrera.
Ésta se demuestra, como primavera
Entre todo el año, çerca las más bellas,
E qual feba lumbre entre las estrellas,
E aprés de fontanas fecunda ribera.




ArribaAbajo- XXXVII -


ArribaAbajo Ésta de los dioses paresçe engendrada,
E con las celícolas formas contiende
En egual belleça, no'n punto sobrada,
Ca non es fallado qué en ella se emiende.
Si la gerarchia en esto se ofende,
A mí non increpen, pues soy inculpable,
Ca raçón me fuerça e façe que fable,
E de todo blasmo mi fablar defiende.




ArribaAbajo- XXXVIII -


ArribaAbajo Ésta de Sibyla del su nasçimiento
Fue jamás nudrida, fasta la saçón
Que, como deçena, por meresçimiento
Es ya del colegio del monte Elicón.
Ésta, como fija, subçede a Catón,
Sçiente el secreto de sus anphorismos;
Ésta de los çielos fasta los abismos
Comprehende las cosas a sabe qué son.




ArribaAbajo- XXXIX -


ArribaAbajo A esta consiguen las siete donçellas
Que suso he tocado en otro logar
E le van en torno, bien como çentellas
Que salen de flama, o ríos del mar.
Las tres son aquellas que façen logar
En el parayso al ánima dina,
E las quatro aquéllas, a quien la dotrina,
De Cato nos manda por siempre observar.




ArribaAbajo- XL -


ArribaAbajo Yo non fago dubda que si de Catulo
Oviese la lengua o virgiliana,
E me socorriesen Properçio e Tibulo,
E Livio, escriviente la gesta romana;
Atarde podría, nin Tulio que explana
E çendra los cursos del gentil fablar,
Con pluma abondosa deçir e notar
Quanto de virtudes es fija çercana.




ArribaAbajo- XLI -


LA SEÑORA DOÑA LEONOR, REYNA DE PORTUGAL, MUGER DEL REY DON DUARTE

ArribaAbajo La última fija non pienso la prea
O griega rapina fuese más fermosa,
Nin la fugitiva e casta Penea
Tan lexos de viçios, nin más virtuosa:
La su clara fama es tan glorïosa,
Que bien es difícil en tan nueva edat
Vençer las pasiones de humanidat,
E ser en bondades tanto copïosa.




ArribaAbajo- XLII -


ArribaAbajo Éstos, poseyendo las grandes Españas,
Con muchas regiones que son al Poniente
Del fin de la tierra, fasta las montañas
Que parten los galos de la nuestra gente;
El curso çeleste que de continente
Façe e desfaçe, abaxa e prospera,
Bien como adversario, con vuelta ligera,
Firió sus poderes con plaga nuçiente.




ArribaAbajo- XLIII -


RECUENTA LA SEÑORA REYNA DOÑA LEONOR ALGUNAS SEÑALES QUE OVO DEL SU INFORTUNIO

ArribaAbajo Non pienses, poeta, que çiertas señales,
E sueños diversos non me demostraron
Los daños futuros e vinientes males
De la real casa, segunt que pasaron:
Que las tristes voçes del buho sonaron
Por todas las torres de nuestra morada,
Do fue vista Yris, deesa indinada,
De quien terresçieron los que la miraron.




ArribaAbajo- XLIV -


ArribaAbajo Asy fatigada, turbada, e cuydosa,
Temiendo los fados e su poderío,
A una arboleda de frondes sombrosa,
La qual circundava un fermoso río,
Me fuy por deporte, con grand atavío
De muchas señoras e dueñas notables;
E como entre aquellas oviese de afables,
Por dar qualque venia al ánimo mío,




ArribaAbajo- XLV -


ArribaAbajo Fablavan, novelas e plaçientes cuentos,
E non olvidaban las antiguas gestas,
Do son contenidos los avenimientos
De Mares12, de Venus, de triunphos e fiestas.
Allí las batallas eran magnifiestas
De Troya e de Thebas, segunt las cantaron
Aquellos que a Apolo se recomendaron,
E dieron sus plumas a fablas honestas.




ArribaAbajo- XLVI -


ArribaAbajo Allí se fablava de Protesylao
E cómo tomara el puerto primero;
Allí del oprobio del rey Menelao.
Allí de Thideo, el buen cavallero;
Allí de Medea, allí del carnero,
Allí de Latona, allí de Phetón,
Allí de Diana, allí de Aetheón,
Allí de Mercurio, sotil mensajero.




ArribaAbajo- XLVII -


ArribaAbajo Allí se fablava del monte Parnaso
E de la famosa fuente de Gorgón,
E del alto vuelo que figo Pegaso,
Contando por orden toda su raçón;
E todo el engaño que fiço Synón
Allí se deçía, como por enxemplo,
E de las serpientes venientes al templo,
E cómo se priso el grand Ylïón.




ArribaAbajo- XLVIII -


ArribaAbajo Allí se tocava del gentil Narçiso,
Allí de Medusa, allí de Perseo,
Allí maltractavan la fija de Niso,
Allí memoravan la lucha d'Antheo:
Allí de la muerte del niño Androgeo,
Allí de Pasife el texto e la glosa,
Allí resçitavan la saña raviosa
E la conmovida yra de Pentheo.




ArribaAbajo- XLIX -


ArribaAbajo Ya de los temores çesava el combate
Al ánimo aflito, e yo reposava
Segura, e quïeta: de ningún rebate
Nin otro infortunio ya me temorava.
E como la lumbre febal s'acostava,
Levanteme leda con mi compañía,
E por la floresta feçimos la vía
Del real palaçio, donde yo habitava.




ArribaAbajo- L -


ArribaAbajo Mostrádose avía el carro estellado
E la mi compaña, licençia obtenida,
El dulçe reposo buscava de grado,
E yo retrayme façia mi manida.
En la qual, sobrada del sueño e vençida,
Non sé si la nombre fantasma o visión,
Me fue demostrada tal revelación
Qual nunca fue vista, nin pienso fingida.




ArribaAbajo- LI -


RECUÉNTASE EL SUEÑO DE LA SEÑORA REYNA, MADRE DE LOS REYES

ArribaAbajo Yo vi de Macrobio, de Guydo e Valerio
Escriptos los sueños que algunos soñaron,
Los quales denotan insine misterio,
Segunt los efetos que de sí mostraron.
Pues oyan atentos los que s'admiraron
E de tales casos feçieron mençión;
Ca non será menos la mi narraçión,
Mediante las Musas, que a ellos guiaron.




ArribaAbajo- LII -


ArribaAbajo Escura teniebra tenía aquedada
La gente, en el tiempo que a mí paresçía
Que en pequeña barca me vía çercada
Del lago espantoso que me combatía.
Non creo las ondas del ponto d'Eolía
Ninguna otra nave asy combatieron,
Nin egual tormenta los theucros sintieron
Al tiempo que Juno más los perseguía.




ArribaAbajo- LIII -


ArribaAbajo Non vi yo a Neptuno en carro dorado
Andar por el agua, como se recuenta,
Quando, de la madre d'Amor implorado,
La flota dardania libró de tormenta.
Mas Thetis deesa, non punto contenta,
Fendida la fusta e sus hoquedades,
E juntas con ella las divinidades
Del mar, aumentavan la mi sobrevienta.




ArribaAbajo- LIV -


ArribaAbajo Allí fueron sueltos los fijos de Echina
E de sus entrañas salían yrados,
Çercavan en torno toda la marina
E la navecilla de entramos los lados.
Cobrían las vagas sus baxos tillados.
E Céphiro e Noto, con su grand seqüela,
Quebravan el mástel, rompían la vela,
E davan mis carnes a todos pescados.




ArribaAbajo- LV -


ArribaAbajo Pues sienta quien siente, si sentido basta,
Después de tal sueño quál yo fincaría:
Por çierto non creo que en Thebas Yocasta,
Por bien que recuente su triste elegía,
La su dolor fuese egual de la mía,
Nin de la troyana, por mucho que Homero
Descriva el su caso e sueño más fiero,
Como soberano de la poësía.




ArribaAbajo- LVI -


ArribaAbajo Ya los corredores d'Apolo robavan
Del nuestro horiçonte las escuridades,
E las sus fermosas batallas llegavan
Por los altos montes a las sumidades;
E bien como el Theucto e los Eneades
Ferieron las açes e señas de Turno,
Rompió la teniebra el ayre noturno
E fiço patentes las sus claridades.




ArribaAbajo- LVII -


ArribaAbajo Las nobles servientes las ricas cortinas
Corrieron del lecho, e me demostravan
Cómo ya las lumbres, al alva confinas,
Los cultivadores al campo llamavan,
E sentí compañas que murmureavan
Por todo el palaçio, en son de tristeça,
E yo sospechosa, pospuesta pereça,
Temiendo inquería de lo que tractavan.




ArribaAbajo- LVIII -


DE CÓMO FUE PRESENTADA LA CARTA DE LAS SEÑORAS REYNAS DE CASTILLA E DE PORTUGAL A LA SEÑORA REYNA, SU MADRE; EN LA CUAL SE FAÇE MENCIÓN DE LA BATALLA E PRESIÓN DE LOS SEÑORES REYES E INFANTE

ArribaAbajo E cómo Fiameta con la triste nueva
Que del pelegrino le fue reportada,
Segunt la tu mano registra a aprueva,
La más fiel d'aquellas, non poco turbada,
La infecta carta, del lucto sellada,
Con húmido viso me representó:
Quál era su forma e qué concluyó
Quiero que te sea por mí relatada.»




ArribaAbajo- LIX -


COMIENÇA LA CARTA

ArribaAbajo «Los altos corajes, Reyna venerable,
Mayormente aquellos que naturaleça
Formó del comienço de sangre notable,
Non deve sobrarlos ninguna aspereça:
Ca los que paçientes sostienen graveça
Han de la fortuna loable vitoria,
E d'estos fiçieron los sabios memoria,
A quien non sojudga dolor nin tristeça.




ArribaAbajo- LX -


ArribaAbajo Lo qual, precedentes recomendaçiones,
Las húmiles fijas a ti comendamos,
Por quanto las graves estimulaçiones
Non somos silvestres que non las sintamos.
Mas quando en aquellas constantes llamamos
La graçia d'aquel que fiço a Balán
Mudar el intento, e tovo el Jordán,
A todas estrellas e fados sobramos.




ArribaAbajo- LXI -


ArribaAbajo Dexado el exordio, la triste materia,
O, muy chara madre, conviene tocar;
Ca nuevas çircundan las playas d'Iberia
E son afirmadas por fama vulgar,
Que naves son vueltas en el fondo mar
De los españoles contra ginoveses
E de tarantinos contra milaneses:
Pues fablen poetas; que bien han logar.




ArribaAbajo- LXII -


ArribaAbajo E çese la pluma sotil de Lucano
Del púnico bello, e non fable Homero;
Ca por bien que canten el sitio troyano,
E pinten el día de Emathia más fiero,
Si dexan las fablas e tocan el vero,
Por çierto non creo poderse fallar
Tan crúa batalla en tierra nin mar,
Si el reportante non fuere grosero.




ArribaAbajo- LXIII -


COMENÇA LA BATALLA

ArribaAbajo E serás tú, Ponça, jamás memorada
Por esta lit fiera, cruel, sanguinosa,
E avrá tu nombre perpetua durada,
de todas islas serás más famosa.
En ti fue gridada con voz pavorosa
En los dos estoles ¡batalla! ¡batalla!...
Viril fue la vista que pudo miralla
Sin temor de muerte, e más que animosa.




ArribaAbajo- LXIV -


ArribaAbajo Non a tan grand yra çierto provocó
La muerte del çiervo al pueblo latino,
Nin la de la tigre en saña inflamó
A los subçesores del Agenorino;
Nin creo resollo libial viperino
Más contaminase alguna ferida,
Que fiço a la gente la espantosa grida,
Por donde el efeto fadado previno.




ArribaAbajo- LXV -


ArribaAbajo Aquí las enseñas fueron desplegadas,
Asy de los reyes como de barones,
E todas las naves de fecho entoldadas
E vistos en punto inmensos pendones;
En unos las cruces, en otros bastones,
En los otros pomas, lirios e calderas,
En otros las jarras, en otros veneras,
En otros castillos e bravos leones.




ArribaAbajo- LXVI -


ArribaAbajo En la parte adversa, bien como señora
O reyna de todos, era la bandera,
La qual contenía la devoradora
Bixa milanesa, fiera e temedera.
E luego cercana, como compañera.
Era allí la cruz, señal genovesa:
Águilas e flores en la grand empresa
Ornavan las proas por la delantera.




ArribaAbajo- LXVII -


ArribaAbajo Las gruesas bombardas e rebabdoquines
De nieblas fumosas el ayre enllenavan,
Asy que las islas e puertos confines
Apenas se vían, nin se devisavan.
Jove non se cree, quando recontavan
Que vino a la niña thebana tronando,
Viniese más fiero, el cielo inflamando,
Como aquellas fustas, quando s'allegavan.




ArribaAbajo- LXVIII -


ArribaAbajo E como el graniço que fiere en linera
Traydo del viento aquilonar,
Inmensas saetas d'aquella manera
Ferían los nuestros por cada logar.
Allí todas gentes cuydaban llamar
«¡Sanet Jorge!» con furia, como quien desea
Traher a vitoria la crúa pelea,
Jamás non pensando poderse fartar.




ArribaAbajo- LXIX -


ArribaAbajo ¿E quién contaría los muchos linajes,
Alcuñas e reynos, que allí se nombraron
De diversos modos, asy los lenguajes,
Quando los estoles en uno aferraron?
Ca dubda es aquellos que más s'esforçaron
A saber del cuento, poderlos contar,
Pues solos aquellos, a quien da logar
El tiempo, diremos, e nos reçontaron.




ArribaAbajo- LXX -


ArribaAbajo La gente de España llamava «¡Aragón!»
E todos «¡Navarra!» los de su quadrilla;
E los que guardavan el noble pendón,
Do era pintada la fogosa silla,
Llamavan «¡Mallorca, Çerdeña e Çeçilla,
Córçega, e Sesa, Salerno e Taranto!»;
E todos ferían, pospuesto el espanto,
Asy virilmente que era maravilla.




ArribaAbajo- LXXXI -


ArribaAbajo Allí se nombravan los Lunas e Urrea,
Yxar e Castro, Heredia, Alagón,
Lihori, Moncayo, Urrias, Gurrea,
Con otros linajes de noble nasçión.
Pues vamos a aquellos que allende Monçón
Habitan e moran, e non se detenga
El nuestro proçeso, mas presto devenga
Por sus rectos cursos en la conclusión.




ArribaAbajo- LXXII -


ArribaAbajo Allí se nombravan Maças e Boyles,
Pinós e Çentellas, Soleres, Muncadas,
E los Arenoses, varones gentiles,
E muy muchas otras progenies honradas.
E como las flamas son más avivadas
Feridas del viento, asy se avivavan,
Quando sus linajes e alcuñas llamavan,
A façer ningunas las lides pasadas.




ArribaAbajo- LXXIII -


ArribaAbajo Allí se nombravan los de Barçelona
E los llobregates e de Rosellón;
Allí los de Prades e los de Cardona,
E los pallareses e de Çervellón.
Allí muchos otros que mi locuçión
A contar non hasta de perpiñaneses,
E del Prinçipadgo, de ampurdaneses,
E muchos que dexo d'aquende Aviñón.




ArribaAbajo- LXXIV -


ArribaAbajo Allí se nombravan los de Sandoval,
Los de Avellaneda e Sotomayor:
Castro e Mendoça con saña mortal
Mostravan quién eran en la grand furor.
Faxardos e Angulos, pungidos d'honor,
Buscavan las proas a grand diligençia;
Ávalos e Puelles con toda femençia
Non menos façían, pospuesto temor.




ArribaAbajo- LXXV -


ArribaAbajo Las gentes contrarias llamavan «¡Milán!»
E «¡Génova!» muchos con asaz vigor;
Pues crean aquellos que creer querrán
También el poeta, como el orador,
Que dubda es de reyes nin d'emperador
Fallarse en las mares tal flota jamás,
Tan bien ordenada, nin por tal compás,
Nin tan deseosa de ganar loor.




ArribaAbajo- LXXVI -


ArribaAbajo Allí se nombraron Grimaldos e Doria,
Açescos, Catanios, Negros e Damar
Allí Desireo, de insine memoria,
Espíndolas, Çíbos e Inso de Mar
Gentiles Bivaldos, Marbotes, Lercar,
Çigaulas, Fragosos e Justinianos,
Çibus, Çenturios e Italianos,
E otros que dexo, por non dilatar.




ArribaAbajo-LXXVII -


ArribaAbajo Non son los martillos en el armería
De Milán tan prestos nin tan avivados,
Como la batalla allí se fería
Con ánimos duros e muy denodados;
Ca unos caían en la mar llagados,
E otros en pronto las vidas perdían,
E otros sin piernas e braços se vían,
Asy fieramente eran afincados.




ArribaAbajo- LXXVIII -


ArribaAbajo El peso de Mares non punto mostrava
Favor a ningunos, nin se conoscía;
Asy que la brega jamás non çesava,
E de todas partes la furor ardía:
Mas los sabios Janos con artillería
Rompían las fustas e las foradavan,
E todas cabtelas e artes buscavan,
Por aver del fecho final mejoría.




ArribaAbajo- LXXIX -


ArribaAbajo En el filo estava la lit espantosa,
Asy como el Febo en el mediodía,
Tocando el efeto, dexando la glosa,
Asaz trabajada la cavallería:
La prinçipal nave, do la señoría
Real navegava, rompidos los robres,
Asy receptava las aguas salobres
Que era miraglo que non se fondía.




ArribaAbajo- LXXX -


ArribaAbajo Los grandes naucheres, sentido aquel daño,
Universalmente, como se sentía
Por toda la flota, e cruel engaño,
Cuydavan el tracto a la pleytesía.
¿Mas quién vos dirá la extrema porfía
Que se sostenía por non se rendir?
Ca Livio dudbara poderlo escrevir,
Vista la defensa que allí se façía.




ArribaAbajo- LXXXI -


ArribaAbajo E cómo del fuego la yerva curada
Veloçe s'aprende, universalmente
Por toda la flota fue voz divulgada
Que'l Rey se anegava; e de continente
Los nobles hermanos e toda la gente
Sintieron aquella tristeça e dolor,
Que los de Carthago por su emperador,
La vez postrimera que fue padesçiente.




ArribaAbajo- LXXXII -


LA PRESIÓN DE LOS SEÑORES REYES E INFANTE

ArribaAbajo Asy concluyendo, la flota fue presa
Con todos los reyes, duques e varones,
E puesta en Saona la notable presa,
En lo qual se acuerdan las más opiniones.
Leydos, o Reyna, los tristres renglones,
Pues viven, espera: que Dios es aquél
Que puede librarlos, como a Daniel,
E fiço a David en sus impresiones.»




ArribaAbajo- LXXXIII -


LA MUERTE DE LA SEÑORA REYNA DE ARAGÓN, MADRE DE LOS REYES

ArribaAbajo Leyda la carta o letra, cayó
En tierra privada de fabla e sentido,
E de todo punto el ánima dio,
Non menos llagada que la triste Dido.
E luego las otras el más dolorido
Duelo començaron, que jamás se falla
Ser fecho en el mundo, nin por la batalla
Do Luçio fue muerto, e Varro vençido.




ArribaAbajo- LXXXIV -


INVOCACIÓN

ArribaAbajo Aquí Caliope, Melpomene e Clío,
E las otras Musas, pues voy comediando,
Dat remos e vela al flaco navío
En el fondo lago, donde entro dubdando.
Ca yo, non soy Marçia, nin sigo su bando
Nin loo las fijas del rey Perineo,
E vuestros favores invoco e deseo,
E que'l sacro Apolo me vaya guiando.




ArribaAbajo- LXXXV -


DE CÓMO LA FORTUNA EN FEMENIL FORMA VINO A CONSOLAR A LAS SEÑORAS REYNAS E INFANTE

ArribaAbajo La madre de Alecto las nuestras regiones
Dexara ya claras al alba lumbrosa,
Asy que patentes eran las visiones
E non era alguna que fuese dubdosa;
Quando en presengia la muy poderosa
Deesa rodante me fue demostrada
Con grand compañía, ricamente ornada,
En forma de dueña benina e piadosa.




ArribaAbajo- LXXXVI -


ArribaAbajo Asy como nieve, por quien pasa yelo
Después, conmovida del vulturnio viento,
Era su ymagen e forma del çielo
E todos sus actos e su movimiento.
Asy de mirarla estava contento,
Que jamás quisiera de allí se alexara;
Pues voy al arreo, e baste su cara
Ser más que la luna fermosa, syn cuento.




ArribaAbajo- LXXXVII -


ArribaAbajo Vestía una cota de damasco bis
De muy fina seda e ricas lavores,
De color de neta gema de Tarsís,
Sembrada de estrellas de muchos colores.
Las unas mostravan las grandes calores
E otras el tiempo de fría invernada,
E otras causavan ventura mengüada,
E otras los triunphos e grandes honores.




ArribaAbajo-LXXXVIII -


ArribaAbajo Ceñía una gruesa çinta de caderas
Con doce morlanes, ricamente obrados
De oro, con piedras de muchas maneras,
Segunt que por orden serán recontados:
Era en el primero, de cuernos dorados
E piel, un Camero, e luego siguiente
Un Toro enplantado, fermoso e valiente,
Como si corriese los pies levantados.




ArribaAbajo- LXXXIX -


ArribaAbajo Era en el terçero Géminis grabado,
En el quarto Cancro, en el quinto Leo,
En el sexto Virgo, segunt es pintado
En el Almagesto del rey Tholomeo:
Escorpio venía, siguiéndolo a reo;
Aprés d'ellos Libra, con el Sagitario,
Capra en el deçeno, después d'él Aquario,
E último Pisçis, del notable arreo.




ArribaAbajo- XC -


ArribaAbajo Color de la piedra d'estupaza fina
Eran sus cabellos, dorados, eguales,
E qual es el Febo, quando más se empina,
E muestra e reparte sus rayos diurnales:
Fermosa guirlanda de ricos metales,
Aquellos premía e de perlas netas,
Con siete firmalles, que de los planetas
Mostravan sus fuerças e çiertas señales.




ArribaAbajo- XCI -


ArribaAbajo Era en el primero, teniente en la diestra
La foz incurvada, el grand cultivante;
El drago impremía su mano siniestra,
E luego segundo el fijo Tonante.
La terçera imagen era el batallante,
Sentado en un carro, armado e feroçe;
Pues baste lo dicho al que los conosçe,
E quien non, aprenda del rey Athalante.




ArribaAbajo- XCII -


ArribaAbajo El quarto firmalle mostrava persona
De varón mançebo, muy claro, lumbroso;
De tres pies tenía presçiosa corona
E alto instrumente temprava curoso:
Era en el quinto de gesto amoroso,
Fermosa donçella, en el mar nadante:
El sexto adormía con flauta sonante
Al pastor de Io de sueño engañoso.




ArribaAbajo- XCIII -


ArribaAbajo Era en el seteno donçella en un parco
O luco arbolado, siguiendo las fieras;
Con flecha tendida embraçava el archo,
Segudando aquellas fasta las riberas.
A ésta las ninphas eran compañeras,
Tendiendo las redes, façiendo sus tiros:
Eran asy mesmo faunos e satyros
Allí figurados, compañas ligeras.




ArribaAbajo- XCIV -


INVOCACIÓN

ArribaAbajo O Musas, mostradme las gentes insines
Que en este cónclave vinieron presentes,
De toda la tierra, fasta los sus fines,
Ca non fallo algunos que fuesen absentes.
Allí parescieron los quatro potentes
Primero de todos, que por monarchía
Ovieron del mundo total señoría,
Con riças tiaras e resplandesçientes.




ArribaAbajo- XCV -


RECUÉNTANSE LOS MONARCAS, EMPERADORES E REYES, QUE EN ESTA VENIDA ACOMPAÑARON A LA FORTUNA

ArribaAbajo Allí vi yo a Belo, a Nino e Sardana,
E vi a Egialo e al otro Nino,
Vi a Fialte e aquél que la vana
Creençia antepuso al poder divino:
Allí vi yo a Caco de Monte Aventino,
Asur, el pomposo, e vi más a Anteo,
Con insines otros que fueron a reo,
Pasado el diluvio, en error malino.




ArribaAbajo- XCVI -


ArribaAbajo Allí vi yo Adastro e vi a Thydeo,
Ligurgo, e Anphiaro e a Ypomedón,
Campaneo el soberbio, e Partinopeo,
E vi a Polyniçes, graçioso varón;
Ethéocles thebano, Dryas e Chirón,
Cadino el mançebo, Altheo el fermoso,
Toante de Lenus, el muy valeroso,
Yspen, Argenisse, Lidus e Vacón.




ArribaAbajo- XCVII -


ArribaAbajo Allí vi de Greçia los nobles hermanos
Con todas las gentes que asy promovieron,
Quando las montañas, las sierras, los planos,
De Frigia enllenaron e la destruyeron.
Allí sin tardança los Jasios vinieron
Con toda la casa del grand Laumedón;
Allí paresçieron Esón e Jasón
Con los de Thesalia, que los consiguieron.




ArribaAbajo- XCVIII -


ArribaAbajo Allí vi yo a Eneas e con él Palante,
Uríalo e Niso; e vi a Antenor,
A Gyas, Çineo, a Escanio, el infante,
Con otros varones del mesmo favor;
E vi los que fiço la madre d'Amor
Pintar en la tarja, con toda la Italia,
E los que regaron la nava Pharsalia
De sangre romana con loca furor.




ArribaAbajo- IC -


ArribaAbajo Vi a Latino con muchos latinos,
E con él a Turno e los de Laurençia;
Vi a Meçençio e los tiburtinos,
A Lauso e a Virvio de noble presençia;
E vi muchos otros d'aquella valençia,
Mesapho, e a Umbro, e vi los sabinos,
Vi los semnitas, de memoria dinos,
Con otros que ovieron de allí dependençia.




ArribaAbajo- C -


ArribaAbajo E vi los Philipos e los Pharaones
Con los maçedonios e gentes de Egipto,
E vi de los tribos sus generaciones,
Segunt que Moysén los puso en escripto.
E vi los juëces, de quien non repito
Sus nombres e actos, e vi de Israel
Todos los reyes que fueron en él
Fasta la venida del Jhesú bendito.




ArribaAbajo- CI -


INVOCACIÓN

ArribaAbajo Muchos otros dexo, porque'l femineo
Linaje non finque del todo olvidado:
Pues vos, que mostrastes fablar al Aneo,
Otorgadme, Musas, que en metro elevado
Recuente las reynas e donas d'Estado
Que en este concilio fueron ayuntadas,
De quien ya la tela cortaron las fadas;
Porque mí proceso non quede menguado.




ArribaAbajo- CII -


RECUENTA LAS REYNAS E DONAS

ArribaAbajo Allí vi de Pigmalión el hermana,
E vi Semíramis e Pantasilea,
Tamaris, Marpasia, Ipólita e Anna,
E la muy famosa Sibyla Erithrea,
Vi a Casandra, e vi a Almatea
E la Phetunisa, e vi a Medusa,
Ipermestra, Œnone, Laudonia e Creusa,
Erato, e Çirçe, e Amantho, e Medea.




ArribaAbajo- CIII -


ArribaAbajo Vi Licomedia, e vi Eurediçe,
Emilia, e Tisbe, Pasiphe, Adriana,
Athalante e Phedra, e vi a Cornifiçe,
E vi a Semele, fermosa thebana:
Vi más a Europa, qual forma diáfana,
E vi a Çenobia, e vi a Filomena,
Progne e Griseyda, e a la madre Almena,
las que altercaron sobre la mançana.




ArribaAbajo- CIV -


ArribaAbajo Vi a Camila e vi a Penélope,
E a más las griegas fermosas hermanas,
Vi a Deyanira e la de Rodope,
E la triste Écuba con muchas troyanas:
Vi las de Thebas e las argïanas
Yocasta e Argía, Ysmene, Antigona,
Vi a Poliçena, Briseyda, Ansiona,
E muchas insines matronas romanas.




ArribaAbajo- CV -


ArribaAbajo Allí vi a Rea, muger de Tarquino,
Marçia e Lucrecia, Ortensia e Paulina,
Sempronia, Sulpicia, Prene de Agretino,
Porçia e Cornelia, Triaria e Faustina;
E vi más Antonia, Julia e Agripina,
Hipo, Virginea, Bronice, Venturia,
Proba e Megulia, Hipsicrata e Curia,
E más Sephonisba, de memoria dina.




ArribaAbajo- CVI -


ArribaAbajo ¿Pues qué más diré?... que quantos abarca
Varones e dueñas, e son memorados
En el su volumen del «Triulnpho», Petrarca,
Allí fueron todos vistos e ayuntados;
Los unos vestidos, los otros armados,
Segunt los pintaron las plumas discretas
De los laureados e sacros poetas
En las sus estorias, e son recontados.




ArribaAbajo- CVII -


DE CÓMO LAS SEÑORAS REYNAS E INFANTE SE INCLINARON A LA FORTUNA

ArribaAbajo Las tres nobles reynas, la clara deesa
Vista, non tardaron, ca presto sintieron
Que fuese del cielo deal maestresa,
E muy reverentes a ella salieron:
E todas las otras desque asy las vieron,
Fiçiéronle salva, ea non denegavan
La venusta sangre, e asy lo mostravan;
E muy egualmente callaron e oyeron.




ArribaAbajo- CVIII -


COMIENÇA EL RAÇONAMIENTO DE LA FORTUNA A LAS SEÑORAS REYNAS E INFANTE

ArribaAbajo Qual trompa celeste e voz divinal
Començó Fortuna tal raçonamiento:
«Dios vos salve, reynas del siglo humanal,
Subjectas a nuestro fatal movimiento:
Yo soy aquella que por mandamiento
Del Dios uno e trino, qu'el grand mundo rige
E todas las cosas estando colige,
Revuelvo las ruedas de'l grand firmamento.




ArribaAbajo- CIX -


ArribaAbajo Yo parto los reynos, coronas e honores,
Tiaras, imperios a vos los vivientes,
Trayo en baxeça los superïores
E sus bienes paso a muy pobres gentes.
Yo fago a los unos a tiempo placientes,
E tristes a otros, segunt la raçón
De sus nasçimientos e costelaçión,
E todos estados me son obedientes.




ArribaAbajo- CX -


ArribaAbajo De lo que se engendra yo soy el actora,
E quien lo corrompe, non es sinon yo:
De los que más valen yo soy la señora,
E de mí resçiben los daños o pro;
La noble Dardania ¿quién la fabricó
Desde los sellares fasta los merletes?
E puse en el agua las armas e fletes
De la gente griega que la destruyó!




ArribaAbajo- CXI -


ArribaAbajo Yo fiçe los pueblos de Thebas e Athenas,
E las sus murallas levanté del suelo;
De mí resçibieron folganças e penas,
E prósperas fiçe las lides de Belo.
Al ave de Jove complí de grand vuelo,
E puse discordia entre los hermanos:
Todas las cosas vienen a mis manos;
Si próspero suben, asy las asuelo.




ArribaAbajo- CXII -


ArribaAbajo Ca d'otra manera los unos serían
Monarchas del mundo e grandes señores,
E otros languiendo, de fambre morían,
E sin esperança las gentes menores,
Mas bien, como vuelvo los grandes calores
Por tiempos en aguas, e nieves e fríos,
Asy mudo Estados e los señoríos,
E presto por tiempo mis dulces favores.




ArribaAbajo-CXIII -


ArribaAbajo Nin son las mis graçias e mis donadíos
De una manera, quiero que sepades;
Ca bien que los parto, como propios míos,
También señoríos como dignidades,
A unos prorrogo las prosperidades
De padres en fijos, e más adelante;
A otros de sçeptro e silla triunphante,
En tanto que turan sus mesmas edades.




ArribaAbajo- CXIV -


ArribaAbajo Pero nin por tanto los tales pensat
Non viven del todo, asy reposados:
Que tal fue la regla de humanidat,
Después que a mis leyes fuestes sojudgados:
Que a tiempos se fallan bien aventurados,
Sojudgan e vençen las tierras, los mares;
En otros les vuelvo la cara de Mares,
E los dominantes fincan dominados.




ArribaAbajo- CXV -


ArribaAbajo Ca, reynas muy claras, si yo permitiera
E diera las riendas a vuestros maridos,
¿Quál es en el mundo que ya sostuviera
Sus altos corages, feroçes e ardidos?
Por cierto Levante ya dava gemidos,
E todas las Galias e gentes d'Ungría,
E se me quexavan los del Mediodía,
Asy como pueblos del todo vençidos.




ArribaAbajo- CXXVI -


ArribaAbajo Por tanto en efeto la su detençión
Que fuese convino e fue destinado;
Mas non vos temades de larga presión,
Como del que puede sea denegado.
Avet esperança, fuyt el cuydado
Que asy vos fatiga, tormenta e molesta:
Cantat aleluya: que ya vos es presta;
E non memoredes el tiempo pasado.




ArribaAbajo- CXVIII -


ArribaAbajo Ca non solamente serán delibrados
E restituydos en sus señorías,
Más grandes imperios les son dedicados,
Regiones, provingias, ea todas son mías;
E d'este linage, infinitos días
Verná quien posea grand parte del mundo;
Avet buen esfuerço, que en esto me fundo,
E çesen los plantos e las elegías.




ArribaAbajo- CXVIII -


ArribaAbajo Los quales, demás de toda la España
Avrán por heredo diversas partidas
Del orbe terreno, e por grand fazaña
Serán en el mundo sus obras avidas.
Al su yugo e mando vernán sometidas
Las gentes que beben del flumen Jordán:
D'Eufrates, de Ganges, del Nilo serán
Vençientes sus señas e nunca vençidas.»




ArribaAbajo-CXIX -


EL FIN QUE LA FORTUNA FAÇE AL SU RAÇONAMIENTO

ArribaAbajo Con tales palabras dio fin al sermón
Aquella imperante sobre los vivientes,
E non punto lata fue la execuçión;
Ca luego delante me fueron presentes
Los quatro señores, libres e plaçientes,
De quien mi COMEDIA e proçeso canta:
Pues note quien nota maravilla tanta,
E vos admiradvos, discretos oyentes.




ArribaAbajo- CXX -


ACÁBASE EL TRACTADO, LLAMADO COMEDIETA DE PONÇA

ArribaAbajo Con cándidos rayos forçaba el aurora
La espesa teniebra e la compelía
A dexar la España, asy que a desora
La magna prinçesa e su compañía
Me fueron absentes: ¿pues quién dubdaría
Si fuy desplaçiente o muy consolado,
Visto tal caso e tan desastrado,
Después convertido en tanta alegría?