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Nació hacia 1542, en Argel, adonde estuvo cautiva su madre, doña Isabel de Luchiano. Fue protegido por el canónigo sevillano Diego Vázquez de Alderete, y entró, en 1565, al servicio de D. Diego de Espinosa, Presidente del Consejo de Castilla (a quien Cervantes dirigió la Elegía que antes hemos transcrito). Muerto Espinosa, pasó Mateo Vázquez, ordenado de sacerdote, al servicio de Felipe II, que le nombró, en 1573, Secretario de Estado, y le demostró siempre singular aprecio, preferencia que contrarió mucho a Antonio Pérez y a la Princesa de Évoli, que llamaban a Vázquez «arraez moro, venido de Argel». Murió en 5 de mayo de 1591. (Véase J. Hazañas y la Rúa: Vázquez de Leca [1573-1649]; Sevilla, 1918; pág. 3 y siguientes.) (N. del E.)



 

21

Reminiscencia de la Égloga III de Garcilaso:


    «Aplica, pues, un rato los sentidos
al bajo son de mi zampoña ruda,
indina de llegar a tus oídos.»

(v. 41-43.)                


(N. del E.)



 

22

O sea, desde 1567, si la Epístola, como veremos, fue escrita en 1577. (N. del E.)



 

23

En 1572, puesto que la batalla de Lepanto tuvo lugar el 7 de octubre de 1571. Cervantes tomó parte al año siguiente (1572) en las expediciones a Corfú y a Navarino. (N. del E.)



 

24

«Quise ir y hallarme», lee Hartzenbusch; pero en la edición de La Época se transcribe: «quise hallarme». No es raro en Cervantes el verbo hallarse en el sentido de encontrarse en, construido con la preposición a. Así escribe en el Quixote: «no dexeys de hallaros mañana a su entierro» (I, 12). (N. del E.)



 

25

Cervantes y su hermano Rodrigo fueron cautivados, a bordo de la galera Sol, el 26 de septiembre de 1575. (N. del E.)



 

26

Según esto, la Epístola a Mateo Vázquez ha de suponerse escrita en 1577, dos años después de la fecha del cautiverio del autor. (N. del E.)



 

27

Desde aquí, hasta el final de la Epístola, coinciden los versos, aparte de algunas variantes, con otros de la jor. I de El Trato de Argel (tomo V de nuestra edición, desde la pág. 22, línea 8.ª, hasta la pág. 24, línea 26). (N. del E.)



 

28

Léese también este verso en el Viage del Parnaso (capítulo III, al final). (N. del E.)



 

29

«Y amor en darte sigue la concordia», dice el verso correspondiente de El Trato de Argel. Ya hicimos notar (V, pág. 217), que la concordia aludida puede ser el «Edicto perpetuo», que confirmó la paz de Gante en 17 de febrero de 1577. (N. del E.)



 
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