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José Antonio Muñoz Rojas
(Antequera, Málaga, 1909)
Figura un tanto al margen de la vida literaria de su tiempo la de José Antonio Muñoz Rojas, ensayista, traductor de poesía inglesa, memorialista y sobre todo poeta, tanto en prosa como en verso. Su primer libro, Versos de retorno, es muy 27, con ecos de Lorca y Góngora, del surrealismo y de la poesía popular. En 1931 pasa una temporada en Sevilla, donde entra en contacto con el grupo de la revista Mediodía. Fue lector de español en Cambridge. Conoció personalmente a Eliot.
Su siguiente libro de poemas participa de la moda sonetil y neobarroca de los años cuarenta. Sonetos de amor por un autor indiferente
es atribuido por su autor a un heterónimo, un poeta del siglo XIX. Algo de artificiosa construcción, de ejercicio de estilo, hay en la poesía de Muñoz Rojas de estos años. Cantos a Rosa
ha sido señalado por la crítica como la obra más significativa de su poesía en verso. «Sensualidad, elegancia, levedad, hondura»
, serían sus cualidades a juicio de Fernando Ortiz. Como conjunto de poemas en prosa han sido considerados los libros memorialísticos y descriptivos de Muñoz Rojas Historias de familia (1943) y Las cosas del campo
(1951, primera edición, y 1976, en edición completa).
El último libro de Muñoz Rojas, Objetos perdidos, despojado y epigonal, tiene más de documento autobiográfico que de creación poética propiamente dicha.
Obra poética
Versos de retorno, Málaga, Imprenta Sur, 1929.
Sonetos de amor por un autor indiferente, Málaga, Ediciones Meridiano, 1942.
Sonetos enamorados, Madrid, Ediciones Escorial, 1943.
Abril del alma, Madrid, Adonais, 1943.
Cantos a Rosa, Madrid, Adonais, 1954; 2.ª ed. aumentada, Valencia, Pre-Textos, 1999.
Oscuridad adentro, Palma de Mallorca, Papeles de Son Armadans (separata), julio de 1957.
Lugares del corazón en nueve sonetos que lo celebran, Málaga, Ángel Caffarena, 1962.
Coplillas, Málaga, Librería Anticuaria el Guadalhorce, 1966.
—286→Salmo, Málaga, Ángel Caffarena, 1970.
Romance de don Sebastián, rey de Bastos, Málaga, Librería Anticuaria el Guadalhorce, 1984.
Poesía 1929-1980 (ed. Cristóbal Cuevas), Málaga, Ayuntamiento, 1989.
Objetos perdidos, Valencia, Pre-Textos, 1997.
Bibliografía
Cano, José Luis , «José Antonio Muñoz Rojas y la poesía de su prosa», en Poesía española del siglo XX. De Unamuno a Blas de Otero, Madrid, 1960, págs. 415-428.
Cuevas, Cristóbal, «Ensayo introductorio» en Poesía 1929-1980 (1989), págs. 9-134.
García de la Concha, Víctor, La poesía española de 1935 a 1975. I. De la preguerra a los años oscuros. 1935-1944, Madrid, 1987, págs. 75-76.
Ortiz, Fernando, «José Antonio Muñoz Rojas, poeta en verso y prosa», en La estirpe de Bécquer, Jerez de la Frontera, 1982, págs. 121-134.
—287→[Canciones (1933-1940), en Poesía]
—289→Soledad de las horas, | ||||
soledad fabricada con compañías deshechas | ||||
de seres que quisimos, cuya presencia es viva, | ||||
y sin embargo no acompañan. | ||||
La soledad es clamor que se endereza a todo, | ||||
es gana de hacer hombros de los simples collados, | ||||
palabras de la brisa, | ||||
y lenguaje del cielo el caer de la lluvia, | ||||
y luces de esperanza las de cada lucero. | ||||
Soledad entre las cosas | ||||
que no entiendan la lengua que nosotros hablamos: | ||||
que digamos «la roca», y la roca no oiga, | ||||
y que la luz y el agua no siempre se comprendan, | ||||
ni el agua la mirada que perdí y ya no encuentro. | ||||
De que le falte seno al árbol y esté errante | ||||
tu espíritu por todo, sin encontrar refugio | ||||
donde yo te supiera y corriera a buscarte | ||||
cuando sintiera débiles mis hombros para el peso | ||||
de las tardes, o graves mis miembros cuando el alba | ||||
golpea con sus nudillos las puertas de la tierra. | ||||
Soledad de las noches, soledad de los lechos. | ||||
Desiertos son los lechos sin orillas que besen | ||||
los labios de las olas, desiertos son los lechos. | ||||
La soledad no tiene trato con la esperanza, | ||||
ni la fe ha caminado nunca cerca de ella. | ||||
Solo el hombre en la tierra; | ||||
la tierra sola sigue. | ||||
Sola la voz del hombre y el rodar de la tierra. | ||||
Igual que una promesa, la mujer fue anunciada, | ||||
y huyó la soledad arrastrando a los hombres. |
[Al dulce son de Dios (1936-1945), en Poesía]
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[Abril del alma (1942-1943), en Poesía]
—291→
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[Cancionero de la casería (1940-1951), en Poesía]
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[Oscuridad adentro (1950-1980), en Poesía]
—293→¿Dónde puede dejarse el alma, dónde? | ||||
Dónde dejarse el alma si no hay dónde. | ||||
En un lugar de un momento cualquiera | ||||
según vamos caminando; en un verso guardada; | ||||
en cualquier tarde de éstas caminando; | ||||
en una tal vez mirada que nos mira; | ||||
en cualquier labio, en una calle cualquiera | ||||
de cualquier parte, sin saberlo. |
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¿Dónde? Puede ser dónde en todas partes | ||||
y luego no ser dónde en parte alguna. | ||||
Seguro lo olvidé, no sé seguro dónde. | ||||
¿En el jardín quizá, bajo el toronjo, | ||||
o en el rincón de los celindos? | ||||
Y ahora, ando loco buscando el dónde, | ||||
donde sentarme y descansar un poco, | ||||
el banco aquel del corazón perdido. | ||||
Y lo busco y lo busco sin hallarlo. | ||||
Estará quizá dentro y en lo oscuro. |
[Objetos perdidos]