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11

Las referencias numéricas corresponden a las fichas bibliográficas que complementan este estudio. (N. del A.)

 

12

En efecto, pues según su último documentado biógrafo, Federico García Lorca nació en Fuente Vaqueros (Granada) el 11 de junio de 1898, tres días después que nuestro poeta, quien vio la luz en Guayaquil el 8 de aquel mismo mes y año. (El primer dato, en «García Lorca» por F. Vasques Ocaña, Biografías Gandesa, Editorial Grijalvo México, D. F., 1957, Capítulo I, página 25. El segundo dato consta documental en la partida de bautismo de Ángel Medardo Salustiano Silva Rodas, que consta en el tomo n.º 49, página 860 del Libro de Bautismo de la Parroquia de la Catedral, cuya copia fidedigna debemos a nuestro diligente y gentil amigo, el historiador guayaquileño don Pedro Robles Chambers. (N. del A.)

 

13

Encontrándose recluida en el asilo de ancianas del Bien Público de Guayaquil, la madre del poeta, doña Mariana Rodas viuda de Silva -a quien visitábamos todos los domingos por la tarde, siempre para inquirir datos sobre el poeta, los cuales trasladábamos inmediatamente a nuestros cuadernos de apuntes-, accedió a escribirnos dos hojas acerca de los datos biográficos y relativos a la muerte trágica de su hijo. Contaba entonces la enérgica y vivaz anciana la edad de 78 años y gozaba de buena salud. Dos años después enfermó gravemente y fue trasladada a una sala de media pensión del Hospital General de la Ciudad, donde falleció el 14 de junio de 1942, a la edad de 80 años, a causa de «cáncer peritoneo», según consta en el acta n.º 3236, del tomo 2º del Registro de Defunciones, correspondiente a 1942, del Registro Civil Cantonal de Guayaquil. (Copia fidedigna de esta acta debemos al historiador guayaquileño don Pedro Robles Chambers). (N. del A.)

 

14

Todos los datos concernientes a la familia Silva nos han sido proporcionados por el conocido violinista guayaquileño Fermín Silva de la Torre, primo de Medardo Ángel e inseparable compañero suyo desde sus días infantiles. (N. del A.)

 

15

De los cuatro músicos guayaquileños mencionados, tres de ellos -Gregorio Martínez, Pedro Avilés y Fermín Silva de la Torre- viven aún y son personas muy conocidas en el puerto. Sólo uno de ellos, «Mestancita», ha muerto. (N. del A.)

 

16

En igual sitio se levanta hoy el Palacio de Comunicaciones de Guayaquil. (N. del A.)

 

17

La edad reglamentaria para ingresar a primer año de secundaria era entonces y sigue siendo de 12 años. Sin embargo, nos atenemos a los apuntes maternales que señalan específicamente la edad de 11 años. (N. del A.)

 

18

J. A. Falconí Villagómez, «El extraño caso de Silva» (véase Bibliografía). (N. del A.)

 

19

Raúl Andrade, «Retablo de una generación decapitada» (véase Bibliografía). (N. del A.)

 

20

Copias de estas dos cartas nos fueron facilitadas por gentileza de nuestro erudito amigo, a quien van dirigidas.

La primera de ellas, dice literalmente así:

Gquil., 11-11-1914

Señor don Isaac (sic) J. Barrera

Quito.

Muy señor mío:

Sabedor de que, en su importante Revista, se ha abierto una sección para colaboraciones de poetas jóvenes, y aspirando a tal honor -aunque con muy escasos méritos- me permito molestar su atención con el envío de los adjuntos catorce versos.

Esperando de Ud., una contestación, es altamente honroso para mí el intrascribirme (sic) s. a. a. s.

(Firmado) Medardo Ángel Silva.

La segunda misiva dice:

Guayaquil, abril 12/1914

Señor Don

Isacc (sic) J. Barrera

Quito.

Muy señor mío: Después de mucho titubear le dirigo (sic) las ptes. líneas, a las que adjunto una composicioncita, que, si Ud. la conceptúa digna de aparecer en su importante revista, me haga el gran honor de publicarla.

Mucha osadía es la mía, al dirigirme a un caballero para mí desconocido personalmente, pidiéndole un favor como el que estas líneas motiva; pero lo he hecho confiado en su benevolencia, de artista que ha sabido conquistarse una posición literaria como la que Ud. ocupa, y que por lo mismo, sabe de la lucha del anónimo por el nombre.

Si encuentra Ud. muchos desatinos, en mis versitos -que sí los ha de haber- ruego me los indique todos, francamente, pues a los diez y seis años no se hacen obras maestras.

Esperando de Ud., una contestación me es muy grato suscribirme -Atto. admirador.

(Firmado) Medardo Ángel Silva.

Post-scriptum.

Si se publican mis versitos, ruégole me envíe el número de la revista, en el que aparezcan, que yo le remitiré su valor por correo en metálico o estampillas o según guste.- Vale. (N. del A.)