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Bibliografía: Su primera colección de poesías salió a luz en 1858 y, poco después, su leyenda indígena «La Virgen del Sol». Pero su trabajo más fructuoso -por desinteresado- es su recopilación de Cantares Populares del pueblo ecuatoriano, publicada en 1892, bajo los auspicios de la Academia Ecuatoriana de la Lengua.

La bibliografía más completa de sus escritos la hizo con ocasión del centenario de su nacimiento el conocido bibliófilo Dr. Carlos A. Rolando, bajo el título de Juan León Mera, 1832-1932, Guayaquil, Imprenta y Talleres Municipales, 28 páginas, en 8.º. (N. del E.)

 

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Alusión al proyecto del Canal de Panamá. (N. del E.)

 

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Tomado de El Iris, Quito, 1861. (N. del E.)

 

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Víctor León Vivar, su conterráneo, que le apreciaba debidamente, nos dice a propósito: «La intensidad amorosa relampaguea en las composiciones líricas de aquellos tiempos. Nunca entre nosotros se ha cantado a la mujer más ni mejor... Miguel Ángel Corral tiene frases de aquellas que las mujeres repiten con inefable fruición. Las 'Fantasías de amor' no tienen rival en nuestra literatura» (Véase el estudio de Vivar en esta misma colección, en el volumen dedicado a Historiadores y Críticos literarios). (N. del E.)

 

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Bibliografías y referencias: En todas las antologías se le ha hecho figurar al menos con sus «Fantasías de amor». Referencias particularmente interesantes pueden verse en los «Apuntes sobre la poesía en el Azuay» del Dr. Crespo Toral (Número antológico de la revista Páginas Literarias, Cuenca, 1920, y también en Letras del Ecuador, del mismo autor: Selección de Ensayos, Quito, 1936. En el tomo correspondiente a Historiadores y Críticos Literarios de esta B. E. M. puede verse el celebrado estudio de Víctor León Vivar sobre la Poesía en el Ecuador, en que sitúa a nuestro poeta en el ambiente de la época. (N. del E.)

 

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Flor de la provincia del Azuay. (N. del E.)

 

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Nota editorial: Aunque el profesor Morales Almeida ha omitido el último poema, se lo publica por considerárselo una inspirada paráfrasis de los sublimes tercetos del Dante que forman el epígrafe y que, admirablemente traducidos, constan en las dos primeras estrofas, y por ser un altísimo elogio de María, comparable al himno sacro «Ave maris stella», atribuido a Forturiato, y al magnífico de Manzoni, verdadero restaurador de la poesía católica, en tiempos modernos. (N. del E.)

 

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Napoleón. (N. del E.)

 

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Bibliografía y referencias: En Poesías serias y Poesías jocosas dos volúmenes salidos de los talleres de la Imprenta Nacional, en 1895, dio él mismo a conocer su producción anterior a ese año. Después publicó poco y lo mejor puede verse en la pequeña antología de Rigoberto Cordero León, ya citada. Todas las deseables referencias pueden encontrarse en el capítulo que en su Historia de la Literatura Morlaca le dedica el erudito escritor G. Humberto Mata (T. I, Cap. VI, Cuenca, 1957). Son particularmente notables, entre los estudios que se le han dedicado, el del Dr. R. Crespo Toral, «Discurso en la Coronación del Busto de Luis Cordero» (Selección de Ensayos, Quito, 1936), y el de Manuel J. Calle, en Biografías y Semblanzas (Quito, Talleres Tipográficos Nacionales, 1920). El estudio está fechado el 24 de mayo de 1917. (N. del E.)

 

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Quito, Imprenta V. Valencia, 1855. (N. del E.)