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Porfiar hasta morir

Lope de Vega



  —fol. 96v→  
Personas que hablan en ella.
 

 
MACÍAS,   galán.
NUÑO,   gracioso.
MAESTRE DE SANTIAGO.
REY DON ENRIQUE.
CONDESA DOÑA JUANA.
Tres rufianes.
UN VENTERO.
CLARA,   dama.
LEONOR,   esclava.
PÁEZ.
FERNANDO.
TELLO DE MENDOZA.
UN ALCAIDE.
Músicos.





ArribaAbajo[Acto I]

 

Salen MACÍAS y NUÑO, de camino.

 
MACÍAS
Para quien llegar desea,
ni largas noches ni fiestas.
¿Estas son las ventas?
NUÑO
Estas
son las ventas de Alcolea.
MACÍAS
¿Y esta la famosa puente?5
NUÑO
Esta fue por quien pasaron
tantos ciegos, que dejaron
tal memoria entre la gente.
La delantera tenía
el buen viejo don Beltrán.10
MACÍAS
Ese nombre a amor le dan
porque es ciego, y ciegos guía.
NUÑO
No guía amor, pues se ven
tantos yerros en quien ama.
MACÍAS
De una manera se llama15
el guïar al mal que al bien.
Luego habemos de salir,
aunque dormir te prometas.
NUÑO
¡Qué cristalino en limetas
yace el buen Guadalquivir!20
—fol. 97r→
Aunque en estas ocasiones
mejor lo tinto me agrada.
¡Qué brava está la portada
de naranjas y limones!
Como allá en las cortes graves25
ponen galas los roperos,
aquí estos santos venteros
a la puerta peces y aves.
Descansa, así Dios te guarde,
si el sábalo te provoca,30
que de aquí a Córdoba hay poca
tierra, aunque parece tarde.
MACÍAS
Pues ¿qué leguas ponen?
NUÑO
Dos.
MACÍAS
Ya refresca, Nuño, el día,
con ser en Andalucía.35
NUÑO
No siento nada, por Dios,
con solo haber arropado
de licor de Baco el pecho.
 

(Salen tres rufianes y el MAESTRE DE SANTIAGO, de caza, con gabán, cubierta la cruz.)

 
RUFIÁN 1.º
¿Qué sirve hablar sin provecho
oloroso y entonado?40
Por el agua de la mar,
que ha de dar prenda o dinero.
MAESTRE
Mirad que soy caballero.
RUFIÁN 2.º
No tenemos qué mirar,
porque habemos de comer.45
RUFIÁN 3.º
¡Cuál se estaba el cortesano
a la chimenea muy vano
dejándonos perecer!
MAESTRE
Si yo comiera, no fuera
descortés; mas no he comido.50
Solo cebada he pedido.
RUFIÁN 1.º
Luego ¿cebada comiera?
MAESTRE
Perdime por esta sierra
cazando, y aquí llegué.
RUFIÁN 2.º
Mas ¿que ha de volverse a pie?55
RUFIÁN 3.º
Sí hará, que es llana la tierra.
MAESTRE
No haré, porque si ha comido
el caballo, me iré luego.
RUFIÁN 1.º
Suelte el gabán, palaciego.
MAESTRE
Que os vais en buen hora os pido.60
RUFIÁN 1.º
Suelte, digo.
MAESTRE
Pues rufianes,
gallinas, aquí veréis
quién soy.
MACÍAS
Y al lado tenéis
dos hombres.
NUÑO
Y dos Roldanes.
 

(Acuchíllanlos y sale el VENTERO cuando huyen los rufianes.)

 
VENTERO
Acude, Gil, que se matan.65
Tener, tener.
MACÍAS
Los ladrones
huyen.
MAESTRE
En las ocasiones
al viento mismo retratan.
VENTERO
Dios os lo pague, que habéis
estos rufianes echado70
de la venta, que me han dado
la pesadumbre que veis
con cuantos vienen aquí.
NUÑO
Ladrando va el uno dellos,
que le rapé los cabellos75
y un palmo de casco abrí.
¿Tienen mujeres?
VENTERO
¿Pues no?
Aquí están dos mujercillas.
NUÑO
Pues a azotes quiero abrillas.
VENTERO
Mejor sabré hacerlo yo,80
que me han desacreditado
la venta.
NUÑO
¡Santo ventero!
 

(Vase el VENTERO.)

 
MAESTRE
Daros muchas gracias quiero
de haber, como hidalgo honrado,
—fol. 97v→
ayudado a un hombre, al fin85
hombre solo.
MACÍAS
Antes sospecho,
señor, que agravio os he hecho,
que aunque tres, es gente ruin.
MAESTRE
¿Vais a Córdoba?
MACÍAS
Allá voy.
MAESTRE
Podría ser que os sirviese90
en ella, si en algo fuese
de provecho.
MACÍAS
Cierto estoy
de vuestra presencia noble.
¿Cómo habéis llegado aquí?
MAESTRE
Cazando, el rastro perdí95
por entre uno y otro roble,
y como vi tan cansado
el caballo, y me acordé
desta venta, en ella entré,
donde cebada le han dado.100
Llegué al fuego, en que tenían
su comida estos rufianes,
de tales damas galanes
como veis que merecían;
y diérales cortésmente105
dineros o prenda de oro,
mas no perdiendo el decoro
de quien soy con tal vil gente.
Lo demás que sucedió
habéis visto; yo he quedado110
a serviros obligado.
Ya mi caballo comió
y me es forzoso partir.
Servíos deste diamante.
 

(Dale un anillo y no le toma MACÍAS.)

 
MACÍAS
Que en ocasión semejante115
os acertase a servir
debo a mi buena fortuna.
Guardadle, que podrá ser,
si allá os vengo a conocer,
que tenga por vós alguna.120
MAESTRE
Dios os guarde.
MACÍAS
Guárdeos Dios.
 

(Vase el MAESTRE.)

 
NUÑO
¿No preguntaras quién era?
MACÍAS
Si menos priesa tuviera,
discurriéramos los dos
de aquí a Córdoba en mis cosas,125
que no poco me importara;
por ventura las guïara
a partes más provechosas
por la paz que por la guerra,
respeto de haber yo sido130
estudiante.
NUÑO
Haber querido
dejar tu estudio y tu tierra
no sé si ha sido acertado,
pero ya, en efeto, es hecho.
MACÍAS
Tengo a las armas el pecho135
más que al estudio inclinado,
y estas cartas que he traído
pienso que han de aprovechar
para que tenga el lugar
por la guerra pretendido.140
O daré en ser cortesano,
que también tengo afición
a su estudio.
NUÑO
Iguales son,
señor, tu ingenio y tu mano.
Para paz y guerra tienes145
habilidad y valor.
 

(Salen TELLO DE MENDOZA, FERNANDO y PÁEZ.)

 
TELLO
Buscarle más será error.
FERNANDO
Y más donde agora vienes,
que esta gente que camina,
¿cómo puede saber dél?150
  —fol. 98r→  
TELLO
Ir a Córdoba sin él,
Fernando, me desatina.
¡Ah, hidalgos! ¿Vieron pasar
un caballero, por dicha,
con un gabán de color,155
plumas negras y pajizas,
las espuelas plateadas,
de oro y verde la mochila,
de un alazán, cabos negros?
MACÍAS
Dueño desas señas mismas160
salió desta venta agora,
tanto, que con poca prisa
le alcanzaréis si os importa.
Pero ¿quién es, por mi vida?
TELLO
El maestre de Santiago,165
que la sangrienta cuchilla
que le honraba el fuerte pecho
con aquel gabán cubría.
MAESTRE
Por Dios, que he hablado con él,
y que tengo por desdicha170
el no haberle conocido,
que le traigo de Castilla
un pliego de cartas.
TELLO
Fuera,
galán, menos cortesía
darle cartas en el campo.175
El caballo en que camina
de nadie deja alcanzarse
cuando el maestre le pica.
Si con nosotros venís,
más acertado sería180
darle ese pliego en su casa.
MACÍAS
Es razón, como advertida
de un caballero de corte.
Iré en vuestra compañía,
si me dais licencia.
TELLO
Páez.
185
PÁEZ
¿Señor?
TELLO
Adelante guía.
 

(Vanse los tres.)

 
MACÍAS
¿Que no conocí al maestre?
NUÑO
No tengas a poca dicha
haberle dado favor,
y con tanta valentía,190
que le habrás aficionado,
que aun pienso que a mí me estima
por haber dado al rufián
que el dinero le pedía
cuchillada, que le pueden195
poner un colchón por hilas.
 

(Vanse.)

 
 

(Sale[n] la CONDESA DOÑA JUANA y CLARA, dama suya.)

 
CONDESA
Nunca tanto se ha tardado
el maestre, mi señor.
CLARA
Siempre está depriesa amor,
nunca se para el cuidado.200
CONDESA
Como la guerra y la caza
son cosas tan parecidas,
amor las hace temidas
del alma a una misma traza.
Y así, cuando al monte sale,205
mi paz y quietud destierra
como cuando va a la guerra.
CLARA
Pues no es razón que se iguale
la caza, guerra fingida,
con la verdadera y cierta.210
CONDESA
La memoria que despierta
me tiene, Clara, ofendida.
 

(Sale el MAESTRE en la forma que primero.)

 
MAESTRE
Por lo menos he venido
como más solo, más presto.
CONDESA
¡Solo, maestre! ¿Qué es esto?215
MAESTRE
Condesa, haberme perdido.
Y no sin peligro fue,
mas no donde me perdí,
pues que dos leguas de aquí
ciertos valientes hallé220
—fol. 98v→
que con obras y razones
me probaron el valor.
CONDESA
Si moros no os dan temor,
¿cómo os le darán ladrones?
No estaba yo temerosa225
sin causa.
MAESTRE
Un hidalgo honrado
a buen tiempo tuve al lado.
CONDESA
¿Y dísteisle alguna cosa?
MAESTRE
No lo quiso, y me pesó,
que ya un diamante le daba,230
porque en traje noble estaba
y en las obras lo mostró,
gallardo, valiente y diestro.
CONDESA
¿Que sin premio le dejastes?
¿Por qué no le porfïastes?235
MAESTRE
Porque este diamante es vuestro.
CONDESA
Trujéradesle con vós,
donde yo le agradeciera
que esa vida defendiera
con que vivimos los dos.240
Y creed que yo me holgara,
y aun quedara agradecida
que defender vuestra vida
con mis prendas se pagara.
MAESTRE
Él viene a la corte y creo245
que en palacio le veré,
donde pagarle podré
y obligar vuestro deseo.
 

(Salen TELLO, FERNANDO, PÁEZ, MACÍAS y NUÑO.)

 
TELLO
Tú mismo juzga, gran señor, agora
con el cuidado que nos has tenido250
desde que coronó la blanca Aurora
con círculos de luz el negro olvido,
mas cuando iguala1 monte y valles dora
de su diadema el claro sol vestido,
llegamos a la ventana y a la puente255
que oprime al Betis la feroz corriente.
Allí tuvimos deste hidalgo aviso
que volvíais2 a Córdoba.
MAESTRE
Habéis hecho
en traerle muy bien.
MACÍAS
Tan de improviso
no te fue mi servicio de provecho,260
mas ya, señor, que mi fortuna quiso
que del ánimo quedes satisfecho,
ese recibe solo y estas cartas,
porque el favor entre los dos repartas.
 

(Dale un pliego.)

 
CONDESA
¿Sois vós, hidalgo, el que al maestre hicistes265
tanto favor?
MACÍAS
La tierra humilde beso
desos pies, gran señora.
CONDESA
Merecistes
más honra que él os hizo en tal suceso.
—fol. 99r→
Tomad esta cadena.
MACÍAS
Ya quisistes
que fuese con prisiones vuestro preso,270
pero de manos que cual debo adoro
no fueran menos que prisiones de oro.

MAESTRE   (Lee.) «Dará a vueseñoría esta carta Macías, el más honrado hidalgo de mis vasallos. Dejó los estudios por seguir las armas, con que he dicho su inclinación, y que debo suplicar a vuseñoría le favorezca a la sombra de sus banderas, que él lo merece, y yo fío su servicio y agradecimiento.

»Don Luis Álvarez de Toledo.»

MAESTRE
¿Adónde queda mi primo?
MACÍAS
En Alba quedaba agora,
que con dos soles se dora.275
MAESTRE
La carta por suya estimo
y por el buen portador.
En mi servicio os quedad;
ya os trato con amistad.
MACÍAS
Soy vuestro esclavo, señor.280
CONDESA
En mí tendréis buen tercero
para el maestre.
MACÍAS
Señora,
querré imposibles agora.
CONDESA
Haceros merced espero.
 

(Vanse todos y quedan CLARA, MACÍAS y NUÑO.)

 
CLARA
Quedeme aquí por saber285
(como, en fin, soy castellana,
y vós pienso que lo sois,
que así lo dice la carta)
de ciertos deudos que tengo.
MACÍAS
¿Adónde?
CLARA
En el Barco de Ávila.
290
MACÍAS
Señor de Valdecorneja
al Toledo heroico llaman,
y el Barco entre sus lugares
no merece humilde fama,
pero nunca estuve en él,295
puesto que yo imaginaba
que no la tierra, que el cielo
es de los ángeles patria.
Mas siendo del Barco vós,
habrá para el cielo barca,300
como la hay para pasar
a los abismos las almas,
como dicen los poetas,
de suerte que a vuestra gracia
pasarán los venturosos305
que merecieron hallarla,
y a vuestras penas aquellos
que mate vuestra desgracia.
CLARA
En fin ¿en él no estuvistes?
MACÍAS
No ha sido mi dicha tanta,310
pero he estado en vuestros ojos.
CLARA
Si las letras por las armas
dejáis, ¿cómo sois tan tierno?
MACÍAS
Porque no estorba la espada
para que el entendimiento,315
como potencia del alma,
entienda vuestra hermosura.
Porque la belleza rara
sujetó los capitanes
que con mayores hazañas320
han asombrado la tierra.
—fol. 99v→
Mirad las historias sacras:
veréis rendido a Sansón,
y mirad en las humanas
a Hércules.
CLARA
El amor
325
rinde, sujeta, avasalla
cuanto cubre el cielo, a cuya
pasión ninguna se iguala,
pero no es tal su poder
que en un instante, que pasa330
como cometa de fuego,
tan grandes efetos haga.
MACÍAS
Si no fueran sus efetos
tan breves, no le pintaran
rompiendo en el aire un rayo.335
CLARA
Amor yo pienso que anda
al paso de los humores:
que los coléricos aman
presto, y no es así mejor;
que los flemáticos tardan,340
pero quieren largo tiempo.
MACÍAS
Pues en mí todo se halla:
cólera para ser luego,
flema para edad tan larga,
que siendo el alma inmortal,345
tendré la vida del alma.
CLARA
Que no lo intentéis os ruego,
que llegan tarde esas ansias,
y quedad con Dios.
MACÍAS
Decidme
vuestro nombre.
CLARA
Clara.
MACÍAS
¡Oh, Clara!
350
NUÑO
¡Oh, escura!
MACÍAS
¡Qué gran belleza!
 

(Vase CLARA.)

 
NUÑO
¡Qué gran necedad! Y tanta,
que a decírtelo me obliga.
¿Entras hoy en esta casa
y enamóraste?
MACÍAS
¿Qué quieres?
355
¿Hay pasión más temeraria
que una locura de amor
cuando un cuerdo se remata?
En un instante se vuelve
el seso, de que gozaba,360
y comienza a hacer locuras.
NUÑO
En eso, señor, te engañas:
la locura y la poesía
de una manera se hallan.
Hace un hombre cuando mozo365
dos romances a su dama,
de allí se pasa a un soneto,
luego a una canción se pasa,
luego, a un libro de pastores
y, cuando ya tiene fama370
y es declarado poeta
(que no es pequeña desgracia),
dice que es Virgilio, Homero,
desprecia con arrogancia
a todos cuantos escriben;375
y de aquesta misma traza
es un loco: a los principios
deja el sombrero y la capa;
luego, si no se la quitan,
saca furioso la espada380
y, cuando está rematado,
dice que es rey o monarca,
estrella, sol y aun se atreve
a las deidades sagradas.
Tú, que en viendo una mujer385
tantas locuras ensartas,
¿de qué linaje de locos
tienes el humor que gastas?
¡Ah!, sí3, ya he caído en ello,
porque no se me acordaba,390
Macías, que eres poeta.
Pues ya que fue requebrarla
en viendo la necedad,
fue con discretas palabras.
Allí, porque fue del Barco,395
trujiste la negra barca
—fol. 100r→
de Carón, que solo hacer
un mal Orfeo te falta,
luego a Sansón, por ejemplo,
de que va tan enfadada400
que no te verá en su vida.
MACÍAS
Pues yo pienso amarla.
NUÑO
¿Amarla?
MACÍAS
Lo que durare la vida.
 

(Sale TELLO.)

 
TELLO
Que os acomode me manda
el maestre, mi señor.405
Venid, sabréis la posada.
MACÍAS
¿Será dentro de palacio?
TELLO
Pues ¿viene a ser de importancia
si habéis de asistir aquí?
MACÍAS
Oídme, señor, la causa.410
Yo vi, luego que aquí puse la planta,
el sol de la belleza, la hermosura
que la naturaleza misma espanta
y en otras, lo que obró, copiar procura;
yo vi, cuando la Aurora se levanta,415
los claros rayos de su lumbre pura,
antes que el sol vecino a sus laureles
la busque entre jazmines y claveles;
yo vi, más bella que en la fuente clara
se bañaba Dïana, un ángel bello420
que me quitara el ser si me tirara
una flecha sutil de su cabello,
no porque entonces el cristal faltara,
venciéndole la nieve de su cuello,
mas porque más honesta en sus rigores,425
pudiera al mismo amor matar de amores;
finalmente, yo vi de amor hermoso
las armas, y mejor que fueron hechas
de Apeles, de Protogenes4 famoso,
las cejas arcos y los ojos flechas.430
En este centro celestial dichoso
de mi bien o mi mal ciertas sospechas
paró mi alma, y se cubrió de olvido
con otro nuevo ser cuanto había sido.
Díjome, abriendo un cielo por dos rosas,435
que se llamaba Clara, y claro estaba,
que si el nombre conviene con las cosas
en él su claridad significaba.
Suplícoos me digáis, pues sus hermosas
partes os dije, aunque mi amor bastaba,440
—fol. 100v→
quién es, qué calidad, para que intente
servirla y adorarla honestamente.
TELLO
Señor Macías, esa bella dama
sirviendo a mi señora la Condesa
tiene de honesta como hidalga fama,445
y en todos actos la virtud profesa.
Un caballero, que la quiere y ama
y que públicamente lo confiesa,
la sirve agora y de casarse trata,
y ella, aunque honesta, no le mira ingrata.450
En dos veces que el sol por líneas de oro
pintó dos primaveras, dos estíos,
ha mostrado, guardándole el decoro,
en fiestas galas y en batallas bríos.
Con mil despojos del alarbe moro,455
sufriendo sus desdenes y desvíos,
obligada la tiene a que le estime
y a proseguir su pretensión se anime.
Tratan ya de casarlos el maestre
y mi señora la Condesa; en tanto,460
le dan5 licencia que con fiestas muestre
su gallardía, desta tierra espanto.
Si amor os ha cegado, que os adiestre
será razón con advertiros cuánto
importa que dejéis, pues no os importa,465
una esperanza que nació tan corta.
Esta es la dama, y la belleza rara
que amáis disculpa fue, que es gentil moza.
Esta es la Clara y, porque sea más clara,
es Tello de Mendoza el que la goza.470
MACÍAS
Pues ya que me habéis dicho quién es Clara,
decidme quién es Tello de Mendoza.
TELLO
¿Luego no lo sabéis?
MACÍAS
Deseo sabello,
que le quiero envidiar.
TELLO
Pues yo soy Tello.

 (Vase.) 

MACÍAS
¿Hay suceso como el mío?475
NUÑO
Terrible, señor, estás,
pues no llegas, cuando das
en tan loco desvarío.
Si bien, con saber que tiene
dueño, cesó tu locura.480
MACÍAS
Ya, Nuño, a tanta hermosura
el alma incendios previene.
—fol. 101r→
Ya sé que a6 mi corazón
grandes trabajos le esperan,
mas no por eso se alteran485
las fuerzas de la razón.
¿Qué amor, dime, no ha tenido
algún estorbo o azar?
NUÑO
Luego ¿piensas intentar
querer a Clara, advertido?490
MACÍAS
Pues aqueste advertimiento
¿es de marido por dicha?
NUÑO
O te ha de sobrar desdicha,
o faltar entendimiento.
¿Llegas a servir aquí495
y entras haciendo pesar
a quien te puede ayudar?
MACÍAS
Nuño, estoy fuera de mí.
NUÑO
Lo primero que ha de hacer
quien sirve es ganar la gracia500
del privado, que en desgracia
suya, ¿qué ha de pretender?
Lo primero que conquista
el amante es la crïada,
el lisonjero, la entrada,505
el escribano, el pleitista,
el pretendiente, el portero;
tanto, que fue desdichado
Orfeo por no haber dado
un regalo al Cancerbero,510
ni llevara por tesoro
de la huerta Dragontea,
sin agradar a Medea,
Jasón las manzanas de oro.
¿No sería necedad515
que viniese un forastero
a un lugar y lo primero
fuese con poca humildad
murmurar los naturales
que le pudieran honrar?520
Yo nunca he visto medrar
hombres de arrogancias tales.
Dicen que el cangrejo un día,
que entonces sabía andar,
pretendió entrar en la mar525
con tan soberbia osadía,
que a nadar desafïó
a las mayores ballenas.
Júpiter, que en las arenas
del mar su arrogancia vio,530
dijo: «Cangrejo arrogante,
yo te mando que de hoy más
tanto camines atrás
cuanto fueres adelante».
MACÍAS
Nuño, bien conozco yo535
que fuera bien, como dices,
para entrar con pies felices
y con pronósticos no
agradar los naturales.
NUÑO
Pues di si son majaderos540
los que siendo forasteros
entran con acciones tales.
¿Cómo quieres ofender
a Tello? ¡Tello, que ha sido
para el favor pretendido545
la puerta que has de tener!
¿Por dónde quieres entrar
si cierras la puerta?
MACÍAS
¡Ah, cielos,
que me entró el amor con celos!
Del primero encuentro azar.550
No sé qué ha de ser de mí.
NUÑO
¡Qué propio amor de poeta!
No hay sangre a amor tan sujeta.
MACÍAS
Justamente me perdí,
justa fue mi perdición;555
de mis males soy contento,
pues vuestro merecimiento
satisfizo a mi pasión.
NUÑO
¿Ya compones villancicos?
  —fol. 101v→  
MACÍAS
Este tengo de glosar,560
y tú se le has de llevar.
NUÑO
Ea, pues, salgamos ricos
los dos desta pretensión,
mas yo glosaré primero.
Pues sirvo a tal...
MACÍAS
Di.
NUÑO
... escudero,
565
justa fue mi perdición.
 

(Vanse.)

 
 

(Sale acompañamiento, el REY y el MAESTRE.)

 
REY
¿Desta manera se me atreve el moro,
perdiendo a las palabras el decoro
y el temor a las armas castellanas?
MAESTRE
Cuando vós, gran señor, vuestras cristianas570
banderas levantéis y deis al viento
el castillo dorado, el león sangriento,
arrepentido volverá a Granada
de haber sacado contra vós la espada,
si no le alcanza la que tengo al lado575
antes que de mi gente atropellado
muera tan lejos de la puerta Elvira
como cerca, feroz, las nuestras mira.
REY
¿Que quebrase la tregua? Estoy corrido
de haber, maestre, entonces admitido580
la suspensión de nuestras armas tanto,
que de parar en Córdoba me espanto.
Salgan luego en banderas y pendones
las cruces, los castillos y leones,
a quien pierde respeto el africano,585
que yo sé que ha de ser rayo en mi mano
el castigo esta vez y que ha de verme,
donde entre lirios y espadañas duerme
Genil, volviendo en bárbaros corales
de su fingida plata los cristales,590
que si una vez el tafetán despliego,
entraré por Granada a sangre y fuego.
MAESTRE
Señor, será tenerle en mucha estima
salir vós en persona, y así os ruego
me permitáis que su furor reprima.595
Yo saldré con mi gente; mis crïados
han de ser deste ejército soldados,
y aun pienso que es también tenerle en mucho.
  —fol. 102r→  
REY
¿No veis que desde aquí su voz escucho
y me alteran sus cajas y trompetas?600
MAESTRE
Vós las tendréis a vuestros pies sujetas
sin que salgáis de Córdoba.
REY
Yo creo
de vuestro gran valor mayor trofeo.

 (Vase.) 

MAESTRE
Tello, parte a avisar mi gente.
TELLO
Al punto
verás armado un escuadrón que junto605
puede llegar la vitoriosa espada
a coronar el muro de Granada.
 

(Vanse.)

 
 

(Salen NUÑO y LEONOR, esclava.)

 
LEONOR
¿Tanto amor tiene Macías
en dos días?
NUÑO
Si, discreta,
le consideras poeta,610
tendrás por años los días.
Yo le sirvo, y ¡vive Dios
que estoy ya sin sufrimiento
de escuchar su atrevimiento!
LEONOR
Poco os parecéis los dos.615
NUÑO
¿Quisieras que te dijera
amores?
LEONOR
¿No los merezco?
NUÑO
A decírtelos me ofrezco.
LEONOR
Ya no quiero.
NUÑO
Escucha, espera.
En esos hierros, Leonor,620
que te sirven de lunares,
puso el amor mis pesares,
porque son cifras de amor
en ellos de mis destierros.
LEONOR
No me digas más razones,625
pues, habiendo perfecciones,
me has alabado los hierros
y acordado mis desgracias.
NUÑO
Comencé por los defetos,
que dicen que es de discretos630
para encarecer las gracias.
Díjole una dama tuerta
a un galán: «Vós no me amáis,
pues la boca me alabáis
siempre, cerrada o abierta,635
los cabellos, de perfetos,
la frente y los ojos no,
y quien ama pienso yo
que ha de alabar los defetos.
Las gracias, cuando lo son,640
ellas están alabadas.
Dad a estas niñas turbadas
un requiebro, que es razón.
Alabadme la desgracia
deste ojo, aunque a ver no acierto,645
que en verdad que, para tuerto,
no mira con poca gracia».
LEONOR
Ahora bien, tú eres bellaco.
No más socarronerías.
¿Qué es del papel de Macías?650
NUÑO
Espera, que ya le saco.
LEONOR
Si no son versos no creas
que Clara le ha de tomar.
NUÑO
Vile escribir y pensar.
LEONOR
¿Qué importa que tú lo veas?655
NUÑO
¿No ves qué gestos que hacía?
LEONOR
¿Gestos? ¡Estraña invención!
NUÑO
Y entre razón y razón
uña y media se comía.
LEONOR
Si escribe desa manera,660
—fol. 102v→
no tiene buen natural.
NUÑO
Un poeta artificial
entré a ver, que no debiera,
y en la cama componía
con un tocador y antojos;665
diole en la boca y los ojos
una cierta perlesía,
con que parió sin comadre
un verso que apostaré
que al parirme le costé670
menos dolor a mi madre.
LEONOR
Clara viene, vete presto.
NUÑO
Este es el papel, adiós.

 (Dale el papel y vase.) 

 

(Sale CLARA.)

 
CLARA
¿En conversación los dos?
Leonor, ¿es término honesto?675
LEONOR
Diome este loco un papel
de unos versos de Macías.
CLARA
¿En eso te entretenías?
LEONOR
¿Tengo yo que hablar con él?
Como aqueste hidalgo ha dado680
en quererte, hablaba en ti.
CLARA
¿Son esos los versos?
LEONOR
Sí,
que tiene ingenio estremado.
CLARA
Muestra.
LEONOR
¿Tan presto? ¿Es mudanza
de tu honesto proceder?685
CLARA
Pues Leonor, ¿a qué mujer
le pesó de su alabanza?
LEONOR
Escóndele, que ha venido
Tello.
 

(Sale TELLO.)

 
TELLO
Aunque el primero sea
que de una ausencia tan breve,690
señora, te traigo nuevas,
no lo he podido escusar.
CLARA
¿Cómo, Tello, breve ausencia?
TELLO
Pues ¿qué más breve que luego?
CLARA
¿Adónde vais?
TELLO
A la guerra,
695
porque habiendo de ir el Rey
a defender las fronteras
de Almanzor, rey de Granada,
que atrevido las molesta,
le ha suplicado el maestre700
que remita a las banderas
de su ejército el castigo,
y el Rey le ha dado licencia.
Ya se viene despidiendo,
¡oh, Clara!, de la Condesa,705
para ejemplo de mi mal,
que no porque le consuela,
y alborotando el palacio
cajas y trompetas suenan.
Todo es guerra y la de amor710
es para mí mayor guerra.
 

(Salen el MAESTRE, la CONDESA, MACÍAS, FERNANDO, PÁEZ y NUÑO.)

 
MAESTRE
Quien vive tan enseñada
a mis jornadas y empresas,
¿quiere que agora el sentillas
por malos agüeros tenga?715
¿Es novedad en mi casa
este género de ausencia?
¿Tantos días ha que vine
de la guerra de Antequera?
Ya no lo puedo escusar.720
CONDESA
Ni es justo, mas no os parezca
nuevo el sentimiento mío.
MAESTRE
Siento yo veros con pena.
  —fol. 103r→  
CONDESA
¿Lleváis gente a vuestro gusto?
MAESTRE
No milita en mis banderas725
hombre que no pueda ser
Héctor, Aquiles y César.
Llevo gente de mi casa:
a Tello, a Fernando, Esteban,
a Álvaro, a Fortún Páez,730
Ramiro y Sancho de Biedma,
y otros hidalgos vasallos.
MACÍAS
Y a mí, señor, ¿no me cuenta
entre ellos vueseñoría?
MAESTRE
Como os crïastes en letras,735
es presto para las armas.
MACÍAS
Eso es en quien gobïerna,
mas, para mandar la espada,
¿quién le quita que no pueda
a Platón como Alejandro?740
MAESTRE
Venid conmigo, y entienda
quien lo hiciere como hidalgo
que no ha de andar en las puertas
de palacio a pretender,
que yo premio si él pelea.745
 

(Vanse con sus cumplimientos. Quedan MACÍAS, que detiene a CLARA, y NUÑO.)

 
MACÍAS
Oíd, señora.
CLARA
¿En qué os sirvo?
MACÍAS
Yo voy por vós a la guerra.
CLARA
¿No decís más?
MACÍAS
Bien pudiera,
pero falta quien me entienda.
Yo os amo desde que os vi750
con fe tan pura y honesta
que os quisiera dar mil almas;
si esta queréis, será vuestra.
Y aunque vós no la queráis,
no es posible que ya pueda755
vivir conmigo sin vós.
Dadme, señora, una prenda
para que me sirva de alma
mientras aquí se me queda,
que os prometo, a fe de hidalgo,760
que sin despojos no vuelva
aunque me cueste la vida
que anima vuestra presencia.
¿Qué decís? ¿En qué pensáis?
CLARA
Ha poco tiempo que fuera765
a ese amor agradecida,
que era mía, y soy ajena.
Trata casarme con Tello
mi señora la Condesa,
y aunque no me ha dicho nada,770
basta saber que concierta
su señoría estas bodas,
para que yo la obedezca.
Creedme, a fe de hijadalgo,
que ese amor agradeciera,775
porque vós lo merecéis.
No puedo, dadme licencia.

 (Vase.) 

MACÍAS
¡Ah, Nuño! Yo soy perdido.
NUÑO
Pues ¿qué hay en esto que pierdas?
¿No fue esta resolución780
de una mujer muy discreta?
¿No estás contento de ver
que tu deseo agradezca?
Ya es de Tello, ¿qué la quieres?
MACÍAS
Pues ¿qué importa que la quiera?785
¿Quítaseme a mí el amor
porque diga que es ajena?
Si ella me diera un remedio
con que yo la aborreciera,
aunque fuera más hermosa,790
yo dejara de quererla.
Pero si con más amor
con lo que dice me deja,
—fol. 103v→
y si antes celos no tuve,
ya con los celos se aumenta,795
¿cómo la puedo olvidar?
NUÑO
Con imaginar las prendas
del que ha de ser su marido,
que no es razón que te atrevas
a un hombre de su valor.800
MACÍAS
¿Qué bendición de la Iglesia
tiene este hombre, majadero?
Déjame adorar en ella
mientras que no tiene dueño.
NUÑO
¿Y después cuando le tenga?805
MACÍAS
Entonces la querré más,
que no hay cosa que más crezca
el amor que un imposible,
y el verse un hombre a la puerta
de una mujer que otro goza.810
NUÑO
Yo mucho más la quisiera
si fuera el que la gozara.
MACÍAS
¡Qué grosera impertinencia!
¡Qué vil imaginación!
NUÑO
Pues ¡vive Dios, que si yela,815
que quiero más una manta
que mil balcones y rejas,
si está la dama acostada
y yo en la calle por ella!

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