Primeras letras
Gilberto Ramírez Santacruz
Prólogo
La función
que le ha correspondido a la poesía sufrió
variaciones con el tiempo. Modificaciones lógicas, dado el
entorno, las diferentes sociedades y momentos históricos en
que le ha tocado vivir.
En algunas
épocas tuvo un carácter educativo, en otras la
misión consistía en lograr un corolario
estético, a veces debió exaltar los valores que
sostenían ese momento histórico.
Actualmente,
sobrevive en un mundo absorbido y alienado por los valores
materiales, matizado por el confort y la comodidad y alejado, en
forma sostenida, de lo espiritual.
Tal vez su
función sea, hoy, la de mostrarnos a los hombres lo que no
queremos ver. Allí se puede encontrar, quizás, el
motivo de su confinamiento. Sin ningún tipo de apoyo
oficial, cargando sobre sus hombros el rótulo de «no
vendible» que lleva a que las editoriales la esquiven en
forma notable, la poesía sigue igualmente
edificándose, terca e inexorable. Porque aunque los hombres
quieran olvidar la poesía, la poesía no olvida a los
hombres. Sigue edificándose, tratando de mostrar una nueva
percepción, alejada -o demasiado cerca- de este horizonte
diario entumecido de costumbre y conformismo. Por todo esto, para
publicar, poesía hoy, hay que ser dueño de una cierta
dosis de valentía. Gilberto Ramírez Santacruz
nació hace 21 años en Paraguay, un pueblo que sigue
llevando a cuestas, que sigue desbordándolo. Viene de un
lugar que tiene el «lomo resignado»,
que debió subsistir a «espaldas del
siglo XX»; un sitio donde las esperas son
inverosímiles y las postergaciones rigurosas.
Éste, su
primer libro de poemas -recopilación de un trabajo que ya
tiene seis años de duración- se explica por sí
solo.
Está
allí, exhalando su mensaje humanístico, dejando
traslucir por sus poros un cielo ancho y maduro.
Ramírez
Santacruz sabe o presiente, que las ideas suelen alejar a los
hombres y que los sentimientos los acercan; allí apunta con
su poesía escrita «con una mano
áspera y temblorosa», amparada en el coraje de la
inocencia.
Su poesía
está delineada en los contornos de la realidad -casi siempre
ardua y difícil- conjugada con su mundo interior: más
idealizado y lírico. Por eso mismo sus poemas que rozan la
angustia, siempre dejan un trasfondo de esperanza. La esperanza no
conformista, sino como un modo de estar presente, como
método para poder seguir... «La
esperanza es un viento que propaga la vida».
Camilo
Sánchez
a mis padres
a mis hermanos
a mis amigos
a mis «enemigos»
a todo(s)
a nadie
Poema 1
Estas Primeras Letras son los
testimonios
de mi silencio interrumpido
por un grito más poderoso
que afloró
desesperado
como alguien que no quiere perder
el tren
5
en mis labios despegados
como con punta de un puñal
ciego
y esputadas por una pluma
conmovida
sobre el papel inmaculado de
tintas
bajo mi pulso salvaje e
indomable
10
Estas Primeras Letras son los
susurros fríos
de mi alma de avispero agitado
por un visitante de mirada
sádica
trasnochado
como un lobo cimarrón y
caníbal
15
que me hizo saltar fuera de mi
piel
hasta sentir la necesidad de mis
huesos
y volver con una valija de
dolores
goteando lágrimas en cada
paso
envueltas en palabras
impermeables.
20
Estas Primeras Letras son las
huellas tibias
de mi mano de mariposa herida
por una dulce rosa al tocarla
que entre los pétalos
guardaba espinas
afiladas que esperando estaban
25
como nidos abandonados1
Y las sombras de caricias
rechazadas
que llueven entre mis dedos
en aguas amargas y resignadas
sobre el campo infinito de la
poesía.
30
Poema 2
Vengo de un pueblo de cuya
alforja
se le ha sustraído el
tiempo,
hace más de cien
años
y subsistió a espaldas de
este Siglo Veinte.
Traigo mi alma de remanso,
tempranamente
5
enturbiada, cubierta de esperas
inverosímiles
y postergaciones rigurosas,
en manos de culpables sin
rostros.
Vengo de un pueblo que piensa
que está viviendo una guerra
bíblica,
10
constantemente, sin percatarse
de que esa guerra había
terminado hace un siglo.
Traigo el alma despoblada de
libros
y cubierta de silencios y lluvias
mudas
riquezas éstas que escasean
tanto como la verdad
15
en las ciudades actuales, mundo de
cementos.
Vengo de un pueblo de mirada
boscosa
y nuca encallecida y quemada
tiene las entrañas
ardientes
y el lomo resignado.
20
Traigo el alma rasguñada
fatalmente
por la vida que no pude
concretarla
y un beso apresurado en los labios
secos,
que permanecen húmedos en
silencio.
Vengo de un pueblo
apesadillado
25
que desea despertar en algún
momento
y traigo un alma desterrada
que sueña regresar un
día.
Poema 3
Me preguntas si
soy poeta
te contesto que no me llamo
así
porque conocí a muchos con
ese nombre
y todos no tienen nada en
común conmigo,
salvo la pasión de
escribir.
5
Pero ellos
hilvanan renglones de frases
-con acento de originalidad y
fantasía-
colgadas mágicamente de las
estrellas,
escritas con una mano suave y
racional
leídas con una voz grave y
dura
10
publicadas a los cuatro vientos
cantores,
que no entiende el hombre que
está solo,
la mujer que está sumida en
su derrota
el joven que sueña y no
puede despertar,
la muchacha que está
enamorada
15
y yo que -fui a la Escuela
más que muchos-
no aprendí a gustar de la
«Estética».
En cambio, mis
versos son ingenuos
-exentos de preciosísimos
oníricos-
con palabras tiradas al azar en el
papel
20
escritos con una mano áspera
y temblorosa,
leídos con una voz quebrada
y gutural
pero fácil de entenderse
(son banales)
Cuando mis versos requieran un
diccionario
para ser comprendidos habrán
dejado de ser míos.
25
Poema 4
Mis
sueños, eternos y desesperados,
pueriles, juveniles y seniles,
se nutren del vaho de tu mirada
celestina,
de la fragancia de tu pelo de
hierba
la sonrisa espontánea de tus
labios
5
y de los pimpollos de tu pecho de
rosa
Las curvas de la
montaña, allá a lo lejos,
se asemejan a la cintura de la
guitarra...
y la guitarra es un plagio de tu
geografía:
un mundo inundado de
melodía; profana:
10
¡Qué guitarrero no
sueña en desgranar tus cuerdas
y a qué poeta no
inspiraría un poema!
Un ciego
sueña en la más titilante estrella
un mudo sueña en la
más dulce melodía
un loco sueña en la
más absurda fantasía
15
un poeta sueña en la
más perfecta poesía,
y yo, simplemente, en tus besos,
Muchacha
Poema 5
Algo habita mi pecho en
silencio
siento como un eucalipto
sediento
escucho como un quejido
acallado
siento como un nudo
asfixiante,
siento como un hambre
inapagable.
5
Algo puebla mi espalda en
silencio
siento como un pedregal
intransitable
siento como un mundo a cuestas
siento como una mirada muy
pesada
siento como la cobija de una
sombra2
10
Algo inunda los surcos de mi
frente
siento como un río de
lágrimas en flor
siento como una cerrazón sin
mañana
siento como una bandera sin
patria
o como un campo en dónde se
derrama el sol
15
Algo usurpa la quietud de mi
alma
siento como un tic
ingobernable
siento como una necesidad sin
consuelo
siento como una noche sacudida
o como un espejo enturbiado.
20
Algo ocupa el recinto de mi
soledad
siento como un aire espeso que
espanta
siento como una
compañía alevosa
o como una amistad
contradictoria
siento como un arco que me
dispara
25
Algo abraza implacablemente a mi
vida
siento como una mirada que me
empuja
siento como un aguijón que
me atraviesa
siento como una llama que me
devora
siento como un dolor
insaciable.
30
Poema 6
Antes decía:
«Ya el mundo comienza a
incendiarse»,
cuando veía al fuego en el
crepúsculo
devorar los bordes del cielo.
Ahora digo:
5
«Parece que la ciudad se
está apagando»,
cuando sobrevuelo en un
avión
-pájaro de alas duras-
y todo lo que se ve es humo.
Antes decía:
10
«Los brazos son la puerta del
amor»,
cuando veía a uña
pareja enamorada
fundirse en un inseparable
abrazo.
Ahora digo:
«Los semáforos son la
puerta de hoy»,
15
cuando impide un ansiado
encuentro
en la cruel vereda de
enfrente.
Antes y ahora La angustia es la
misma
Antes y ahora El pobre es el
mismo
Antes y ahora: el grito del
hombre
20
es el mismo como el silencio de
Dios.
Poema 8
El sol cayó incendiado,
misericordioso astro
y su ausencia cubrió el
mundo;
una mano callosa y
trémula
cuelga la luna allá en lo
alto
5
y una llovizna
sorpresiva como la muerte,
moja las alas a un
pájaro
y salpica el alma al poeta
que escribe estos versos:
10
«Quisiera perderme un
día
en la inmensidad de tus ojos
o encontrarme solamente,
escrito, sobre tu cuerpo de
papel
quisiera cantarte siempre,
15
aun desafinando y ronco,
para que mi voz, suplicante,
se refugie en tu pecho
quisiera tenerte callada,
pura como una muñeca
20
y que, entre las ramas de mis
brazos,
te pierdas para siempre»
Se
extinguió la vela
alguien ensució la luna
no está más o
¿se robaron?
25
El poeta dejó su oscuro
cuarto
y prefirió confundirse con
la noche.
Poema 9
El árbol
se inclina todos los días
sobre el espejo del río
para asegurarse de algo:
de que todavía existe.
La luna busca
desesperadamente,
5
con sus ojos sin distancia
por lo menos un charco:
para verse reflejada
El sol corre a
la noche más fría
con sus pies sin tiempo,
10
para darle todo, todo:
una luz tropical.
El pajarito
más pequeño de todos
agita sus mágicas alas
para sentir una sola cosa:
15
que todavía puede volar
El perro lame a su perpetuo
dueño
y recibe un montón de
patadas
y una vez más
comprende:
que todo sigue con normalidad.
20
Poema 10
La paz es un silencio
armonioso
que apaga hasta el horrísono
trueno
por eso un alma en paz puede
quebrantar el mundo en guerra
la noche es el color del
silencio
5
y el silencio, el grito de la
paz,
pero hay muchas paces
más
por ejemplo, el río
más caudaloso
tiene infaltablemente un
remanso;
el viento más impío y
arrasado
10
tiene indispensablemente una
brisa;
una madre pobre y hambrienta
tiene un regazo para el hijo
cansado;
un árbol en la vera del
camino
tiene una sombra para el
caminante;
15
un amigo leal y confidente
siempre tiene palabras sin
pronunciar
y el amor puro e inteligente
tiene un lugar para el inocente
odio.
La paz es una canción
muda
20
que acalla al silencio
irrespirable.
Hay muchas paces3
más que habitan
el mundo como duendes ciegos,
pero la única verdadera
y la más profunda es la
muerte.
25